Tema 10. Dinámica y funciones de la Atmosfera 2024
Criterios diagnósticos para la dislexia en el dsm
1.
2. Criterios diagnósticos para la dislexia en el DSM-IV
La dislexia se caracteriza por problema de procesamiento de información
específica, independientemente de la capacidad para pensar o entender ideas
complejas. Es un trastorno del desarrollo de la lectura, la mayoría de las
personas con este trastorno tienen inteligencia normal, y otros tienen una
inteligencia por encima del promedio.
El origen exacto de los trastornos lectores sigue siendo objeto de
controversia. No hay duda que existen claros indicios que señalan a causas
neurobiológicas pero no se han hallado marcadores concretos y específicos para
la dislexia.
Parte del problema reside en la presencia concurrente de diversas
alteraciones perceptivas, lingüísticas, de lateralidad, pero también emocionales,
familiares, sociales y escolares.
Para diagnosticar la dislexia es necesario realizar una evaluación previa
de todos los procesos, conductuales y cognitivos, implicados en la lectoescritura,
cuyos resultados deben cumplir los criterios establecidos por el DSM-IV (2000)
de exclusión, discrepancia y especificidad.Además, para defender el diagnóstico
de dislexia evolutiva, se tendrán en cuenta otros aspectos importantes como los
antecedentes genéticos.
Independientemente de que los niños con dislexia hayan presentado o no
problemas específicos de lenguaje (trastorno específico del lenguaje o retraso
simple de lenguaje), presentan dificultades con algunas habilidades lingüísticas
especialmente con aquellas relacionadas con el procesamiento fonológico.
Durante los últimos años han proliferado las investigaciones que han puesto de
manifiesto que experimentan un déficit en las habilidades de deletreo y otras
tareas de conciencia fonológica. Igualmente, existe evidencia de que pueden
presentar dificultades sutiles en la articulación, en tareas de memoria operativa
verbal, o en tareas de denominación rápida. Todo ello son manifestaciones
conductuales de un déficit fonológico subyacente.
3. Según el DSM-IV (2000), el término dislexia no queda precisado y pasa a
codificarse como trastorno de lectura. El niño que es diagnosticado de trastorno
de lectura debe cumplir los siguientes
Criterios:
A. El rendimiento en lectura, medido mediante pruebas de precisión o
comprensión, normalizadas y administradas individualmente, se sitúa
sustancialmente por debajo de lo esperado, dada la edad cronológica del
sujeto, su cociente intelectual y la escolaridad propia de su edad.
B. La alteración del criterio A interfiere significativamente el rendimiento
académico o las actividades de la vida cotidiana que exigen habilidades para
la lectura.
C. Si existe un déficit sensorial, las dificultades para la lectura exceden las
habitualmente asociadas a él.
Alvarado y Damians (2007) expresan que dos aspectos hay que añadir a
estos criterios, una es la edad mental del sujeto y la otra su historia vital. Si bien
el DSM-IV hace referencia al cociente intelectual para descartar que las
dificultades lectoras no correspondan a un déficit de la capacidad cognitiva,
nuestra experiencia diagnóstica hace que debamos añadir la importancia de
delimitar la edad mental del sujeto, y si ésta se encuentra en detrimento
significativo de la edad lectora.
Otro de los aspectos, al que se refieren los autores anteriormente citados,
es la historia vital del evaluado. El conocimiento de la presencia de indicadores
de riesgo durante su proceso madurativo, complementan los resultados de las
pruebas estandarizadas y nos permiten diagnosticar con una gran fiabilidad.
Los trastornos se deben diferenciar de las variaciones normales de
rendimiento, así como de la falta de oportunidad escolar o factores culturales. El
trastorno del cálculo y el trastorno de la expresión escrita se presentan
frecuentemente en combinación con el trastorno de lectura.
4. La exploración o el diagnóstico es aquello que tendrá lugar una vez que
el niño empieza a manifestar las primeras dificultades en el aprendizaje de la
lectura y la escritura, y se retrasa en relación a los compañeros de su edad. Antes
de realizar la exploración propiamente dicha, es necesario obtener información
referente a la historia de desarrollo, médica, de comportamiento y familiar.
Esta exploración, según Herrera Cantera (2010), debe incluir tres ámbitos:
el ámbito aptitudinal, el pedagógico y el psicológico.
Ámbito aptitudinal: este ámbito comprende los aspectos fundamentales
de la inteligencia general y las aptitudes específicas a nivel perceptivo y motriz,
así como la atención y la concentración. Algunas de las aptitudes específicas a
las que también debemos referirnos son la interiorización del esquema corporal,
la capacidad para orientarse en el espacio y en el tiempo, el nivel de
psicomotricidad, la discriminación visual y auditiva, la memoria visual o auditiva
y la seriación.
La dislexia afecta al individuo durante todo el ciclo vital, aunque no tiene
el mismo impacto en todos los estadios evolutivos. Ello se debe, a que la dislexia
tiene un origen neurobiológico de carácter constitucional. Dada la gravedad y la
especificidaddel trastorno, al no haber lesión sobrevenida, siempre se sospechó
la existencia de una alteración neurológica.
Actualmente, las técnicas de neuroimagen y el rápido desarrollo de las
neurociencias, han permitido establecer las peculiaridades y anomalías en el
cerebro de quienes padecen este tipo de trastorno, si bien todavía no se conocen
con exactitud los mecanismos neurológicos alterados.
Ámbito pedagógico: se refiere principalmente a la exploración y análisis
de las dificultades escolares del niño en cuanto a la lectura (oral y comprensiva),
escritura (dictado, copia, redacción), expresión oral y otras inhabilidades
asociadas a las funciones psicolingüísticas.
5. Antes de que el niño inicie el aprendizaje de la lectura, es posible detectar
a aquellos niños en riesgo de desarrollar dislexia. Diferentes estudios indican la
importancia de un diagnóstico temprano en educación infantil, en torno a los 5
años, que puede prevenir dificultades posteriores. En este sentido, numerosas
investigaciones han puesto en evidencia distintos factores de riesgo, que
predicen los problemas de lectura en el futuro.
Ámbito psicológico: es de gran importancia tener en cuenta este ámbito
de exploración en el niño disléxico, ya que el factor emocional tiene un papel muy
importante en el rendimiento escolar. Las principales características del niño
disléxico, en gran medida provocadas por sus dificultades de aprendizaje, son:
- Presencia de sentimientos de inferioridad debido a la clara consciencia de
sus dificultades. Sentimientos de fracaso, inseguridad e inhibición.
- Encerrarse en sí mismo y dificultades para relacionarse con sus iguales.
Síntomas depresivos.
- Desobediencia, como forma de reafirmar su personalidad.
- Hipersensibilidad y vulnerabilidad por su problemática y la forma de vivirla.
Tristeza, decaimiento.
- Ansiedad o angustia, problemas psicosomáticos, es decir, malestar
corporal.
Las pruebas más utilizadas para el estudio de la personalidad del niño son
las psicométricas (que abarcan rasgos de personalidad, sintomatología ansiosa
y depresiva, así como adaptabilidad al entorno escolar, familiar y social) y las
gráficas (test proyectivos). La exploración a través de dibujos, permite indagar
en el mundo interno del niño, sin las resistencias internas que puede tener ante
las respuestas objetivas de los test psicométricos.
La valoración objetiva de los resultados obtenidos a nivel global, nos
indicará si estamos ante un niño con trastorno de lectoescritura (dislexia), de un
retraso a nivel de madurez lectoescritura, de un retraso intelectual o de un
bloqueo de tipo emocional que repercute directamente sobre la adquisición de
6. los aprendizajes. La finalidad no es empezar a etiquetar disléxicos. Lo que se
necesita son métodos discriminativos para satisfacer las necesidades educativas
específicas de estos niños en la escuela, así como establecer de la manera más
precisa la reeducación correspondiente a sus dificultades y potencialidades.
Los niños con dislexia requieren modificaciones en la metodología escolar y
en el sistema de evaluación; permitirles realizar pruebas oralmente o utilizar otros
medios que no requieran la lectura para ser evaluados.
Tanto en Primaria como en Secundaria, los escolares requieren de más
tiempo para leer y realizar las actividades en las que intervenga la lectura, así
como, para comprender textos. Actualmente, en los exámenes de selectividad,
se está proporcionando a los estudiantes con dislexia un tiempo extra para
realizar las pruebas y poder responder al examen en iguales condiciones al resto
de estudiantes que no tienen problemas de lectura y escritura. Asimismo, otros
aprendizajes como el de una segunda lengua, en la cual el alumno también debe
aprender a leer y escribir, supone un grado de dificultad añadido a los problemas
de decodificación y lectura en la lengua materna.
En todo caso es importante que los profesores estén informados de las
dificultades del niño y conseguir su apoyo, para que evalúen sus avances
proporcionándole formas alternativas de demostrar sus conocimientos.