"SLOTERDIJK. PSICOPOLÍTICA, DE LAS "MEMORIAS DEL SUBSUELO" A LA POSTHISTORIA” Por ADOLFO VÁSQUEZ ROCCA
http://www.ucm.es/info/nomadas/28/avrocca.pdf
En NÓMADAS, Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas - Universidad Complutense de Madrid UCM, NÓMADAS Y en EIKASIA -Revista de Filosofía- .
Los avatares para el juego dramático en entornos virtuales
Conferencia filosofia 360 goethe sloterdijk: biopolítica, posthumanismo y arquitecturas _dr. adolfo vásquez rocca
1. Conferencia Filosofía 360 Goethe Dr. Adolfo Vásquez Rocca 1
Filosofía 360 Goethe – Institut 2011
Conferencia
“SLOTERDIJK: BIOPOLÍTICA, POSTHUMANISMO Y
ARQUITECTURAS DE LA ESPUMA ”
Dr. Adolfo Vásquez Rocca 1
Universidad Andrés Bello - Universidad Complutense de Madrid
1
Doctor en Filosofía por la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso; Postgrado Universidad Complutense de
Madrid, Departamento de Filosofía IV. Profesor de Postgrado del Instituto de Filosofía de la Pontificia Universidad
Católica de Valparaíso; Profesor de Antropología y Estética en el Departamento de Artes y Humanidades de la
Universidad Andrés Bello UNAB. Profesor de la Escuela de Periodismo y Arquitectura UNAB Santiago. – En octubre de 2006 y
2007 es invitado por la 'Fundación Hombre y Mundo' y la UNAM a dictar un Ciclo de Conferencias en México. – Miembro del
Consejo Editorial Internacional de la 'Fundación Ética Mundial' de México. Director del Consejo Consultivo Internacional de
'Konvergencias', Revista de Filosofía y Culturas en Diálogo, Argentina. Miembro del Conselho Editorial da Humanidades em
Revista, Universidade Regional do Noroeste do Estado do Rio Grande do Sul, Brasil y del Cuerpo Editorial de Sophia –Revista
de Filosofía de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador– . Director de Revista Observaciones Filosóficas. Profesor
visitante en la Maestría en Filosofía de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. – Profesor visitante Florida Christian
University USA y Profesor Asociado al Grupo Theoria –Proyecto europeo de Investigaciones de Postgrado– UCM. Académico
Investigador de la Vicerrectoría de Investigación y Postgrado, Universidad Andrés Bello. Artista conceptual. Ha publicado el
Libro: Peter Sloterdijk; Esferas, helada cósmica y políticas de climatización, Colección Novatores, Nº 28, Editorial de la
Institución Alfons el Magnànim (IAM), Valencia, España, 2008. Invitado especial a la International Conference de la Trienal de
Arquitectura de Lisboa | Lisbon Architecture Triennale 2011
Dr. Adolfo Vásquez Rocca
2. Conferencia Filosofía 360 Goethe Dr. Adolfo Vásquez Rocca 2
Introducción
Esferas gravita alrededor de los espacios de coexistencia, que se pasan por alto o se
consideran comúnmente como dados encubriendo así la información crucial para
desarrollar una comprensión de cómo son los seres humanos. La exploración de las
esferas comienza con la diferencia básica que existe entre los mamíferos y otros
animales; la comodidad biológica y utópica que los seres humanos intentan reconstruir
mediante la ciencia, la ideología y la religión. De estas microesferas (relaciones
ontológicas del tipo feto-placenta) a las macro-esferas (los macro-úteros, estructuras
políticas que adoptan la forma de naciones o de Estados), Sloterdijk analiza así las
esferas donde los seres humanos intentan sin éxito morar y refiere a una conexión entre
crisis vital (como la separación narcisista) y las crisis que se generan cuando una esfera
estalla.
Dr. Adolfo Vásquez Rocca
3. Conferencia Filosofía 360 Goethe Dr. Adolfo Vásquez Rocca 3
“La esfera una ha implosionado, ahora bien, las espumas viven”
Esferas III -Espumas
Peter Sloterdijk
I.- De Normas para el Parque Humano a las Antropotecnias o el hombre como deriva
biotecnológica asubjetiva.
Si hay algún filósofo atípico en la lista de pensadores más influyentes del siglo XXI este
es sin duda el alemán Peter Sloterdijk. Profundo conocedor de la más sólida tradición
cultural y filosófica de su país –estudió Filosofía, Germanística e Historia en las
universidades de Múnich y Hamburgo– y no en vano se formó bajo el influjo de lo que se
ha dado en llamar la segunda generación de la Escuela de Frankfurt. En Sloterdijk
concurren también otras tradiciones e influencias: La poética del espacio de Bachelard,
Musil, Canetti, Hermann Broch y Spengler. También en Sloterdijk se deja ver el influjo de
Nietzsche, particularmente en sus referencias a la crisis del Humanismo que luego con
Heidegger asumiría otro designio hermenéutico.
Su independencia le lleva, sin reparos, no sólo a mostrar su vasta discrepancia con “el
sueño ilustrado”, sino que además a hacer suyas las propuestas de filósofos incómodos y
no siempre bienvenidos en Alemania: como Nietzsche y Heidegger.
Sloterdijk de una gran cultura filosófica, bella retórica y un estilo provocador, célebre por
su ya legendaria 'Crítica de la razón Cínica'2, el supuesto responsable -a través de la
publicación de su "Normas para el Parque Humano" de abrir las puertas a la eugenesia y
con ello convocar los fantasmas del nacional-socialismo -que aun se ciernen sobre el
inconsciente colectivo de Alemania, que reviven con el anuncio de una era antropotécnica
caracterizada por los experimentos3 y la manipulación genética. Sloterdijk, de bella
retórica –consciente de su afinidad con la música y la arquitectura– y un estilo
provocador, enfrenta los problemas de su tiempo como un fenomenólogo agudo, atento y
perspicaz, que desea escribir una “ontología de nosotros mismos”, que incorpora a sus
observaciones todo aquello con lo que el hombre convive: signos, máquinas, animales,
plantas, virus, bacterias, textos, obras de arte, museos, prótesis, intervenciones
quirúrgicas, fármacos; a lo que se debe sumar la crisis del humanismo, la irrupción de la
cibertecnología y el surgimiento del provincialismo global. La historia de esta cohabitación,
con elementos cuyo estatuto ontológico no ha sido suficientemente aclarado, es el desafío
de la filosofía de Sloterdijk. Bajo esta perspectiva, el mismo estatuto ontológico del
hombre no está claro; en este sentido, Sloterdijk entiende al hombre como una deriva
biotecnológica asubjetiva que vive hoy un momento decisivo en términos de política de la
especie. De allí la crisis del humanismo y el reclamo por parte de Sloterdijk de una nueva
constitución ontológica que tenga en cuenta a los otros seres humanos, a los animales y
las máquinas, esto suscitará ásperas controversias que serán abordadas en la presente
obra. Baste sólo mencionar la polémica con Habermas, disputa semi-velada en torno a las
posibilidades tecnológico-genéticas de mejora del ser humano. Este debate no ha sido
sino la secularización posmetafísica del viejo problema del Humanismo, a saber el de la
domesticación del ser humano.
2
SLOTERDIJK, Peter, Crítica de la razón cínica, Siruela, Madrid, 2004
3
SLOTERDIJK, Peter, Experimentos con uno mismo, Editorial Pre-Textos, Valencia, 2003.
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4. Conferencia Filosofía 360 Goethe Dr. Adolfo Vásquez Rocca 4
II.- La Filosofía como red epistolar o 'actio in distans'.
Sloterdijk compara, a su vez, la tradición cultural de occidente con una red epistolar. “Los
libros son voluminosas cartas a los amigos”. Esta es la esencia y función de la Filosofía:
una telecomunicación fundadora de amistad por medio de la escritura. Así las obras que
escribimos pueden ser consideradas como cartas dirigidas al porvenir, con la expectativa
de encontrar amigos a la distancia, personas que movidos por una sensibilidad similar se
vean estimulados a responder [...]
El envío epistolar debiera sí trascender las condiciones contingentes, la pequeñez y
mezquindad de los Consejos administradores de la cultura –y de sus secretarios
generales– y provocar pese a todo una cantidad insospechada de amistades con lectores
anónimos o con interlocutores con los que en alguna ocasión se ha intercambiado ideas y
confrontado posiciones. La Filosofía esta así llamada a remover viejos vicios académicos,
ampliar miradas obtusas que sólo giran sobre sí mismas. El pensamiento debe tener lugar
al aire libre, y no en ambientes enrarecidos, donde se mantiene viciado y recluido en el
marco hermético de ciertos departamentos universitarios, aislados y emplazados como
sociedades secretas, con sus propias retóricas, sus propios ritos de iniciación e incluso
sus propios santones.
Pese a todo la filosofía no se encuentra moribunda, sino más bien se mantiene en estado
virulento todavía hoy, lo cual se debe sin duda a los resultados de su capacidad para
hacer amigos a través del texto. De allí que escribir libros sea una empresa
telecomunicativa claramente post-pesimista.
Sloterdijk ha propiciado un cambio en el estado de ánimo de la Filosofía y en su formas de
comunicación. Apoyado en una lectura muy potente de Nietzsche, este alemán crítico de
la teoría social y mediática frankfurteana, denuncia el carácter nocivo de lo que denomina
la "ciencia melancólica". [...]
No es culpa ni mérito nuestro que vivamos en una época en que el apocalipsis del hombre
se ha vuelto un suceso cotidiano. No es necesario estar en medio de una tormenta de
acero, bajo tortura, en un campo de exterminio, o vivir cerca de tales excesos, para
advertir que el espíritu de las situaciones más extremas irrumpe en el proceso más íntimo
de la civilización.
El destierro de los hábitos de apariencia humanística es el acontecimiento lógico principal
de nuestro tiempo, un acontecimiento ante el que es inútil buscar refugio en argumentos
de buena voluntad.
Pero este destierro va más allá: alcanza a todas las ilusiones del ser-cabe-sí-mismo (Bei-
sich-Sein). Pues no sólo hace retroceder al humanismo, sino que también afecta a aquella
relación general a la que Heidegger se refiriera como “morar en el lenguaje”. Nadie puede
pasar por alto el hecho de que la casa del Ser está desapareciendo bajo un profuso
andamiaje, sin que sea posible saber qué aspecto tendrá después de las refacciones. En
el estado actual del mundo, el rasgo singular más notable de la historia tecnológica e
intelectual es que la cultura tecnológica está produciendo un nuevo estado de agregación
del lenguaje y la escritura, estado que tiene ya poco en común con las interpretaciones
tradicionales por parte de la religión, la metafísica y el humanismo. Parecería ya casi
imposible concebir a la vieja casa del Ser en términos de morada y de un hacer-cercano
Dr. Adolfo Vásquez Rocca
5. Conferencia Filosofía 360 Goethe Dr. Adolfo Vásquez Rocca 5
[In-die-Nähe-Bringen] lo distante.
Hablar y escribir en la época de los códigos digitales y las transcripciones genéticas ha
perdido por completo el sentido que le era familiar; las tipografías tecnológicas se están
desarrollando en un sentido que ya no es el de la transmisión, y que ha dejado de evocar
la simplicidad doméstica, y los efectos de una conciliación con lo externo.
Ensanchan más bien, al contrario, el perímetro de lo externo y lo radicalmente
inasimilable. La provincia del lenguaje se encoge, mientras que el dominio del texto
unidireccional no cesa de crecer. Heidegger, en su “Carta sobre el humanismo” formuló
estos problemas de una manera anticuada, aunque esencialmente correcta, cuando llamó
allí falta de morada [Heimatlosigkeit] al rasgo ontológico sobresaliente del modus essendi
del hombre contemporáneo.
Dr. Adolfo Vásquez Rocca
6. Conferencia Filosofía 360 Goethe Dr. Adolfo Vásquez Rocca 6
III.- Esferas, Morfología y Éxodo del ser humano.
Su trilogía Esferas –una ontogénesis de los espacios humanos– reconstruye el tránsito
desde la primera esfera en la que estamos inmersos, con la clausura en la madre, a los
espacios más inmensos e inquietantes, donde nos vemos psicológicamente expuestos y
vulnerables, donde las comunidades solidarias no vienen a ser sino la creación de
espacios interiores para las emociones escindidas.
En su trilogía Esferas, su más reciente obra -esperada con verdadera expectación en
Alemania- y que constituye, sin duda, su opus magnum, Peter Sloterdijk ensaya una
teoría de la intimidad, una ontogénesis del espacio interior, para explicar su concepción
general del mundo y de la historia. Más allá de fundamentos filosóficos e historia política
profundiza sus tesis en torno a que el problema fundamental de la Filosofía no es el
tiempo, sino el espacio. La mayor parte del libro es una reconstrucción de las tres etapas
de nuestra historia como habitantes de esferas.
El concepto de esfera se ofrece para recapitular el tránsito desde el pliegue o clausura de
la que el ser humano surge al estallido del espacio donde se ve psicológicamente
expuesto y vulnerable. Así Sloterdijk transita del espacio más íntimo al más extenso y
abarcante, donde se patentiza un extraño impulso a lo inmenso e inquietante.
La teoría de las esferas es un instrumento morfológico que permite reconstruir el éxodo
del ser humano de la simbiosis primitiva al tráfico histórico-universal en imperios y
sistemas globales como una historia coherente de extraversiones; ella reconstruye el
fenómeno de la gran cultura como la novela de la transferencia de esferas desde el
mínimo íntimo, el de la burbuja dual, hasta el máximo imperial, que había que representar
como cosmos monádico redondo. Si la exclusividad de la burbuja es un motivo lírico, el de
la inclusividad del globo es uno épico4.
’Burbujas’, ’Globos’ y ’Espumas’ son los títulos de los tres volúmenes que integran
Esferas.5 El discurso de Sloterdijk se abre en múltiples direcciones, explorando los
caminos más excéntricos y sugerentes hasta nuestros días para ocuparse de cuestiones
tan inmediatas como la globalización.
Sloterdijk hace estallar la herencia de la ilustración y la creencia en el progreso, proclama
el fin del totalitarismo metafísico y la caducidad de la fatiga nihilista para encarar el mundo
contemporáneo, abriendo una brecha entre los apocalípticos y los entusiastas de las
nuevas tecnologías, incluida la genética, ha cambiado el eje del preguntar filosófico desde
el tradicional ¿quiénes somos? al innovador ¿dónde estamos? Una filosofía espacial en
la que el autor, un particular neo-nietzscheano, combina, renovándolas, numerosísimas
fuentes, desde Platón hasta Hegel, desde Heidegger hasta Foucault, el psicoanálisis no-
freudiano, el eurotaoísmo, la antropología, la biología moderna o el iluminismo
tecnológico.
Sloterdijk había denunciado, en otros de sus escritos el error de la ontología y la lógica
tradicionales. No es cierta – decía – la división entre cuerpo y alma, espíritu y materia,
sujeto y objeto, libertad y mecanismos, ni siquiera entre el yo y el mundo o, más allá, entre
cultura y naturaleza.
Esferas es así el opus mágnum de Sloterdijk, allí lleva a cabo una reconstrucción de las
etapas de nuestra historia como habitantes de esferas, el tránsito desde el pliegue o
clausura de la que el ser humano surge al estallido del espacio donde se ve
4
SLOTERDIJK, Peter, Esferas I. Burbujas , Ediciones Siruela, Madrid, 2003, p. 71
5
Ibid
Dr. Adolfo Vásquez Rocca
7. Conferencia Filosofía 360 Goethe Dr. Adolfo Vásquez Rocca 7
psicológicamente expuesto y vulnerable. Así Sloterdijk transita del espacio más íntimo al
más extenso y abarcante, donde se patentiza un extraño impulso a lo inmenso e
inquietante.
Los hombres se blindan contra los horrores de un espacio sin límite, ampliado hasta el
infinito, mediante la construcción, pragmática y utópica al mismo tiempo, de un
invernadero universal que les garantice un habitáculo para la nueva forma moderna de
vida al descubierto.
El ser humano descascarado desarrolla su psicosis epocal respondiendo al enfriamiento
exterior con el desarrollo de curiosas políticas de climatización. Al análisis de la conexión
entre las crisis vitales y los intentos fracasados de conformar espacios habitables, así
Sloterdijk describe las catástrofes que acontecen cuando una esfera estalla.
La civilización altamente tecnológica, el Estado del bienestar, el mercado mundial, la
esfera de los media: todos esos grandes proyectos quieren imitar en una época
descascarada la antigua seguridad de las esferas, pero esta se ha vuelto imposible.
Ahora el ser humano tiene que procurarse redes y pólizas de seguros que han de ocupar
el lugar de los caparazones celestes; la telecomunicación debe imitar a lo envolvente. El
cuerpo de la humanidad quiere procurarse un nuevo estado de inmunidad dentro de una
piel electrónico-mediática.
IV.- Espumas, mundo poliesférico y ciencia ampliada de invernaderos.
En Espumas, el último volumen de su trilogía Esferas, Sloterdijk se ocupa de pensar el
espacio contemporáneo, para ello ofrece una teoría filosófica que destaca el carácter
multifocal con que la vida se desarrolla, esto bajo un nuevo régimen de complejidad
donde la tensión se produce entre el fenómeno de apartamento de la burbuja-tipo -de la
vida individual- y los nuevos conectores o espacios interrelacionales. La imagen de la
espuma es funcional para describir el actual estado de cosas, marcado por el pluralismo
de las invenciones del mundo, por la multiplicidad de micro-relatos que interactúan de
modo agitado, así como para formular una interpretación antropológico-filosófica del
individualismo moderno. Con ello Espumas responde a la pregunta de cuál es la
naturaleza del vínculo que reúne a los individuos, formando lo que la tradición sociológica
llama “sociedad”, el espacio interrelacional del mundo contemporáneo.
En Espumas se da cuenta de los círculos de expansión y movimiento de las múltiples
esferas en las que –al modo de celdillas de enclaustramiento– los sujetos se trasladan y
aglomeran hasta formar espumas evanescentes donde establecen complejas
interrelaciones.
Espumas es así definida por Sloterdijk como el ensayo de una “poliesferologia o ciencia
ampliada de invernaderos; [una] teoría tecnológica de los espacios humanamente y
simbólicamente habitados, como una instrucción científico-ingeniera y política para la
construcción y mantenimiento de unidades civilizatorias.”6
Espumas7 cierra el ciclo del ambicioso proyecto de Sloterdijk de comprender la
6
SLOTERDIJK, Peter, Esferas III, Espumas, Editorial Siruela, Madrid, 2005, p. 35
7
SLOTERDIJK, Peter, Esferas III , Espumas, Editorial Siruela, Barcelona, 2005
Dr. Adolfo Vásquez Rocca
8. Conferencia Filosofía 360 Goethe Dr. Adolfo Vásquez Rocca 8
ontogénesis del ser humano y su historia como conformador de esferas. Estar en el
mundo, nos recuerda Sloterdijk8, es vivir en esferas, espacios de relación, climas o
atmósferas, cuyo análisis dice más de la vida humana que la consideración del individuo
autónomo o de las diversas posiciones que la ciencia y la metafísica le han asignado.
Ahora bien, si Esferas I había desarrollado un sugestivo esfuerzo por mostrar que la
esfera humana primaria -”burbuja”- era esencialmente relacional, bipolar, y Esferas II
había llevado a cabo una narración completa de las tensiones inherentes a la constitución
de las macroesferas -“globos”-, donde se narraba de qué forma el pensamiento metafísico
clásico, como contemplación del todo redondo, se propaga por el mundo, el globo, y pone
en marcha formas diversas de globalización9, fundando lugares absolutos que daban vida
a la idea del Todo; Esferas III tenía asignado proponer una teoría que se hiciera cargo del
nuevo espacio interrelacional del mundo contemporáneo, un mundo que, a pesar del
generalizado discurso de la globalización, está marcado por el fin de la imagen
centralizada del globo omnicomprensivo y unitario10. A diferencia de la red, la metáfora
inevitable desde la abrumadora expansión de Internet, la espuma subraya el aislamiento
conectado, la diversidad de las conexiones, la constante movilidad de los puntos
conectados y la irregularidad de la estructura total. Esferas III representa así el intento de
comprender la situación actual como la conexión entre sí de “burbujas”, pequeños
ambientes que revisten múltiples formas (individuos, parejas, asociaciones de todo orden,
consumidores, partidos, etc.), en ausencia de toda visión panóptica, de toda metáfora
integradora11. Allí donde todo es centro no puede existir un verdadero centro. Allí donde
todo emite, el supuesto centro emisor se pierde entre los mensajes imbricados.
Esta situación es lo que Sloterdijk quiere describir con la metafórica de la Espuma, un
agregado de múltiples celdillas, frágiles, desiguales, aisladas, permeables, pero sin
efectiva comunicación. La esfera deja así de ser la imagen morfológica del mundo
poliesférico que habitamos para dar paso a la espuma. Fragilidad, ausencia de centro y
movilidad expansiva o decreciente son las características esta nueva estructura que
mantiene una “estabilidad por liquidez”, divisa posmoderna que refleja la íntima
conformación de la espuma.
8
SLOTERDIJK, Peter, Esferas I Burbujas, Ediciones Siruela, Madrid, 2003
9
VÁSQUEZ ROCCA, Liliana, “Sloterdijk; De la ontología de las distancias al surgimiento del 'provincianismo
global'”, En Psikeba, Revista de Psicoanálisis y Estudios Culturales, Nº 5, 2007, Buenos Aires,
http://www.psikeba.com.ar/articulos/LVR_Sloterdijk_Ontologia_de_las_distancias.htm
10
RODRÍGUEZ, Ramón, “Sloterdijk en la era de la levitación”, Sobre Esferas III. Espumas, de Peter Sloterdijk.
Originalmente en abc.es, 2006.
11
Ibid.
Dr. Adolfo Vásquez Rocca
9. Conferencia Filosofía 360 Goethe Dr. Adolfo Vásquez Rocca 9
V.- Esferas, imperios y provocaciones: Autocobijo y sistemas metafísicos de
inmunidad.
El hombre emerge como una utopía bio-ontológica que intenta -por medio de
construcciones científicas, ideológicas y religiosas- recrear su original caverna
confortable y protectora, las microesferas íntimas, de las parejas no eróticas, sino
ontológicas, los gemelos, la relación feto-placenta, individuo y colectividad, alma y Dios, y
también las grandes esferas o "úteros fantásticos para masas infantilizadas" que son los
imperios o los Estados-nación. Unas estructuras políticas que se comunican como los
paranoicos, imponiendo la forma patológica del monólogo: el paranoico habla con el otro
en su propia mente.
Esferas comienza convocando los sentidos, las sensaciones y el entendimiento de lo
cercano; aquello que la filosofía suele pasar por alto: el espacio vivido y vivenciado. La
experiencia del espacio siempre es la experiencia primaria del existir. Siempre vivimos en
espacios, en esferas, en atmósferas. Vivir es crear esferas. La díada “madre-hijo” es la
primera formación esférica, llena de tonos y de espacios sonoros. Un lugar de cobijo
donde comienza la solidaridad con entre los seres humanos, la madre, el núcleo de la
familia, los grupos próximos y finalmente la cultura en la que se vive. Las historias
amorosas y las comunidades solidarias no son sino la creación de espacios interiores
para las emociones escindidas.
Desde la primera esfera en la que estamos inmersos, con “la clausura en la madre”, todos
los espacios de vida humanos no son sino reminiscencias de esa caverna original siempre
añorada de la primera esfera humana. Sloterdijk comienza así su relato desde la primera
esfera en que estamos inmersos, con la “clausura de la madre”. Pertenece al drama de la
vida el que siempre haya que abandonar espacios animados, en los que uno esta inmerso
y seguro, sin saber si se va a encontrar en los nuevos un recambio habitable. El primer
traslado, exilio o extrañamiento, el primer acto del drama, pues, sucede con el nacimiento.
¿Dónde venimos cuando venimos “al mundo”?, pregunta Sloterdijk. El modo de afrontar el
mundo fuera del seno materno viene determinado de manera difícilmente analizable por
los restos de memoria prenatales. Todos hemos habitado en el seno materno un
continente desaparecido, una “íntima Atlántida” que se sumergió con el nacimiento, no en
el espacio, desde luego, sino en el tiempo, por eso se necesita una arqueología de los
niveles emocionales profundos.
El drama esferológico del desarrollo -la apertura a la historia comienza- en el instante en
el que individuos que eran polos de un campo de dúplice unicidad salen de él a los
mundos multipolares de adultos12. Cuando estalla la primera burbuja sufren
irremisiblemente una especie de shock de transcolonización, un desenraizamiento
existencial. Los seres humanos experimentan fascinados y tristes cómo entre cielo y tierra
hay más cosas muertas y exteriores de las que puede soñar hacer suyas cualquier niño
del mundo. Al despedirse los adolescentes del regazo materno les invaden magnitudes
sin sujeto, externas, provocadoras e indómitas.
Todo concuerda, así pudo ser, piensa uno al leer estas seductoras narraciones de
nuestro antiguo flotar en el líquido amniótico, de la elástica y suave angostura allí dentro,
del espacio interior acústico, de la escucha fetal y del primer vínculo, del ahogo al nacer
cuando falta el aire precisamente porque se accede de improviso a él. Se trata de
sucesos extraños, de situaciones mediales tempranas que dejan huellas, ecos,
12
SLOTERDIJK, Peter, Esferas I. Burbujas , Ediciones Siruela, Madrid, 2003, p. 59.
Dr. Adolfo Vásquez Rocca
10. Conferencia Filosofía 360 Goethe Dr. Adolfo Vásquez Rocca 10
resonancias que ni siquiera desaparecen cuando comenzamos a establecernos y
delimitarnos como sujetos. “Ya no hay un ser humano entero frente a un mundo entero,
sino un algo humano que se mueve en un líquido nutricio universal”13. En este sentido,
cada uno es un medio: un ser de alta permeabilidad que necesita resolver los aspectos
íntimos de su surgir en el mundo; la conformación de esferas dentro de sí mismo y entre
los otros seres humanos. Vacío de sentido, con el tejado de su vieja casa derrumbado
desde dentro, el hombre busca nuevas formas de reaseguramiento, nuevas pólizas, su
habitación se constituye en la prolongación de su piel. Allí vive en el interior de una
burbuja individualista en la que en apariencia no necesita recurrir al otro, creándose la
ilusión de formar pareja consigo mismo.
Sloterdijk analiza así la conexión entre crisis vitales y los intentos fracasados de
conformar espacios habitables; examina las catástrofes, cuando estalla una esfera, como
sucedió con el giro copernicano, que hizo saltar las cubiertas imaginarias del cielo en el
que habían vivido durante siglos los seres humanos. Los ciudadanos de la época
moderna hubieron así de acomodarse a una nueva situación en la que, con la ilusión de la
posición central de su patria en el universo, desapareció también la imagen consoladora
de que la tierra estaba envuelta por bóvedas esféricas a modo de cálidos abrigos
celestes. Desde entonces, los seres humanos de la época moderna tuvieron que
aprender a arreglárselas para existir a la intemperie, expuestos al nuevo aliento frío de
fuera. El ser humano descascarado desarrolla su psicosis epocal respondiendo al
enfriamiento exterior con el desarrollo de curiosas políticas de climatización. Los
ciudadanos de la época moderna hubieron de acomodarse a una situación en la que, con
la ilusión de la posición central de su patria en el universo, desapareció también la imagen
consoladora de que la tierra estaba envuelta por bóvedas esféricas a modo de cálidos
abrigos celestes. Desde entonces los seres humanos de la época tuvieron que aprender a
arreglárselas para existir sin las viejas protecciones, sin los sistemas de inmunidad
desarrollados psicológica y evolutivamente, expuestos a la helada cósmica. Helada y
descentramiento de los cuales ya en el siglo XVI se acusan los primeros vértigos.
VI.- El Duelo Esférico14; Sobre la pérdida del 'nobjeto' y la dificultad de decir lo que
falta.
El destino de todos los sistemas metafísicos de inmunidad se decide frente a la cuestión
de si los seres abiertos al gran mundo, los seres humanos de la época de imperios y
ciudades, consiguen dar plenamente el salto del autocobijo colectivo en comunidades
ciudadanas fortificadas al autoaseguramiento individual, más allá de patrias ocasionales.
Es de interés existencial para ellos saber con claridad si serán capaces de llegar a vivir
una vida plena también en el extranjero más remoto: una cuestión cifrada es la
consideración de si ellos, mortales, que dependen de una familia y están apegados a un
suelo, podrían familiarizarse también con la separación, el abandono y la lejanía.
¿Cuanta nostalgia y cuánta pérdida es capaz de soportar el ser humano? ¿Cuanto
desacostumbramiento de los primeros lugares necesita el alma capaz de pensar para
recogerse en sí misma? ¿Cuanto desarraigo es necesario para hacerse sabio, es decir,
13
MUSIL, R., El hombre sin atributos, Barcelona, Seix Barral, 1988.
14
SLOTERDIJK, Peter, Esferas I, Burbujas, Ediciones, Siruela, Madrid, 2003, Excurso 6.
Dr. Adolfo Vásquez Rocca
11. Conferencia Filosofía 360 Goethe Dr. Adolfo Vásquez Rocca 11
resistente al destino?15
¿Cómo, pues, pueden crecer las esferas? ¿De qué modo aprenden pequeños pueblos,
hordas, familias, parejas, mundos íntimos a sobreponerse a las catástrofes, a sus
escisiones, a las amenazas de ser avasallados por fuerzas explosivas tanto internas como
externas? ¿Cómo es posible que no todos los grupos desafiados y vencidos se
desvanezcan en silencio en lo no-histórico, y que algunos de ellos saquen fuerzas de
flaqueza para asimilar lo que normalmente sólo produce destrucción? ¿Qué clase de
cambio en su modo de vida llevan a cabo las pequeñas comunidades humanas cuando
consiguen soportar lo insoportable más allá de la medida normal? ¿Qué sucede con los
unidos cuando consiguen imponer su supervivencia frente a pérdidas insustituibles?
¿Cómo aprenden a concentrarse así en sí mismos, a superarse, a endurecerse así, a
comprometerse de tal modo con una visión de sí mismos que son ellos mismos los que se
convierten, más bien, en fuerzas del destino para otros, en lugar de soportar el destino
condicionados por circunstancias externas?16
Cualesquiera que sean las respuestas a estas preguntas, han de tener inevitablemente
una implicación morfológica y un sentido inmunológico y esferológico mediado por ella. De
lo que se trata en cada caso es de aclarar cómo los grupos humanos soportan sus crisis
de forma con relación a fuerzas exteriores y tensiones internas17.
En virtud de la fusión anímico-espiritual de las esferas en el microcosmos íntimo dual18, el
quiebre provocado por la partida del “complementador imprescindible”, inexorablemente
provocará un desgarro y una herida insufrible, un sentimiento de desamparo, abandono y
soledad. Sólo comparable al sentimiento del apátrida, del exiliado de su tierra, del
expulsado del paraíso.
Los seres humanos vivimos en un constante estado de movilización, de separación en
separación, además del riesgo continuo de ser separados con violencia o por medio de la
muerte de aquellos que son más cercanos. Por esta razón, nos dice Sloterdijk, el hombre
se encuentra desde siempre en la necesidad de tener que buscar un espacio para su
“tener-que-continuar-viviendo” sin sus complementadores más importantes19. Sólo así se
entiende por qué los cónyuges que han recorrido su vida como pareja no se sobreviven
mucho tiempo, como si la soledad invitará a la muerte a dar un cobijo frío.
En opinión de Sloterdijk “la muerte no se convierte en problema para el individuo –como
sugería la filosofía tardo griega y cristiana– por la perspectiva del propio fin, al cual se
“precipitan” los mortales, (…); [sino más bien] el aguijón de la muerte es experimentado
15
SLOTERDIJK, Peter, Esferas II, Globos, Ediciones, Siruela, Madrid, 2004, p 309.
16
SLOTERDIJK, Peter, Esferas I, Burbujas, Ediciones, Siruela, Madrid, 2003, p 147.
17
Las microesferas crecen hasta convertirse en macroesferas, en la medida en que consiguen incorporar las fuerzas
exteriores estresantes en su propio radio. Se podría describir, por tanto, el crecimiento de las esferas como un
derrotero de estrés en cuyo transcurso se llega a neutralizar lo exterior asimilándolo al interior esférico.
18
Animación hace referencia aquí a aquella fuerza, impulso o energía que da sentido y entusiasmo1 a todo proyecto,
acción o relación humana y que en último término posibilita y alienta todo el despliegue de una vida. Ahora bien,
las relaciones de animación siempre implican un mínimo íntimo, esto es una esfera dual. Es así como, los
microcosmos constituidos “simbiótica, coexistencial o bipolarmente” están conformados siempre en mínimos
duales. Es al interior de los espacios íntimos de coexistencia microesférica donde los humanos “se provocan y
recrean mutuamente”2. Se trata de espacios íntimos de alta resonancia3, espacios en los cuales se produce una
potenciación recíproca de elevado carácter sinérgico.
19
SLOTERDIJK, Peter, Esferas I, Burbujas, Ediciones, Siruela, Madrid, 2003, Excurso 6.
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primero por la necesidad de tener que sobrevivir al otro más íntimo, al hermano gemelo, al
complementador imprescindible”20
Así pues, el melancólico sería, en principio, un doliente como cualquier otro, sólo que la
pérdida que le habría afectado iría más allá de las separaciones usuales entre los seres
humanos. Sería el genio (íntimo) o el dios íntimo el que se habría perdido en un ocaso
(de los dioses) individual, y no sólo un amante o un familiar profano; el duelo por la
perdida de un ser humano querido (un ser amado) sólo adoptaría también rasgos de
melancolía cuando éste hubiera sido a la vez el genio del individuo abandonado, el
partner y receptor de una atención dirigida sólo a él.
Con ocasión de la pérdida del genio, como con ocasión de la de un compañero íntimo,
ocurren defunciones psicológicamente reales y, en cuanto tal, objetivas, y lejos de poner
en juego la realidad de un caso frente a la irrealidad del otro, la tarea de una psicología
que sepa algo (tenga noticia) de leyes esferológicas (y espacios íntimos de cobijo) es
fundamentar psicodinámicamente la equivalencia entre la pérdida de un genio21. La
psicología sólo puede acreditarse como ciencia de la (repartición) de la subjetividad
mediante su competencia para describir estados de cosas internos bajo sus propias
legalidades. Si ella –aun contando con todas las reservas metodológicas y
cosmovisionales imprescindibles– caracteriza a la melancolía como una forma crónica de
duelo por un genio perdido, determinaría la esencia del desarreglo depresivo-melancólico
como una crisis cuasi individual-atea: en una cultura religiosa el melancólico sería un
individuo que a la doctrina oficial “Dios existe” habría añadido la observación adicional,
subversiva y rebelde, “pero no está en condiciones de reanimarme”22; por ello la idea de
perdida del “animador íntimo” es extensiva en el nivel simbólico del duelo, no sólo a un
otro entrañable, es decir, a otro ser humano, sino también a la pérdida de aquello que
nos anima, aquello que como vocación ha sido atesorado como nuestro puesto en el
mundo, esto sucede, casi indefectiblemente con la perdida del empleo, la desazón y
deriva profesional que también acontece con la jubilación, el alejamiento siempre ingrato
de una institución que nos acogió y a la que entregamos nuestro vigor y ofrendamos
nuestros mejores años, el término marchito de la vida útil y el advenimiento de la
caducidad en el plano de las actividades vitales y productivas, no puede ser vivido, sino
como una pequeña muerte. Allí también tiene lugar un duelo, un des-aliento que nos
repliega en las lúgubres recamaras de la melancolía.
Dioses o compañeros íntimos, el doliente encarna la convicción del “no ser más” de su
genio, abandonándose sin reservas a la creencia de ser abandonado por su promotor. En
una paráfrasis cartesiana diríamos no se piensa más en mí, luego no soy. Pareciera pues
que la disposición depresiva o melancólica es una huella psíquica de un caso individual
de ocaso de los dioses. Ocaso de los dioses propios, es decir, aquellos que soplan sobre
20
SLOTERDIJK, Peter, Esferas I, Burbujas, Ediciones, Siruela, Madrid, 2003, p. 154.
21
Genio es, en un contexto mitológico-animista, el dios bajo cuya tutela vive cada uno tan pronto como nace. Un dios
especializado, cuyo ámbito de atención y protección sólo abarca esa vida particular y concreta. También el concepto
de genio utilizado por Sloterdijk aquí puede ser asimilable al daimonion socrático, aunque en este caso, solía
entendersele como un guía o espíritu protector interiorizado, como un temprano vislumbre del concepto de
conciencia, sin embargo, por decirlo así, pertenece tipológicamente todavía, como figura límite, a la serie de formas
de almas exteriores o suplementarias. Sócrates habla de ese sutil invitado que interviene en su monólogo como si
viniera de un espacio exterior de cercanía.
22
SLOTERDIJK, Peter, Esferas I, Burbujas, Ediciones, Siruela, Madrid, 2003, p. 416
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13. Conferencia Filosofía 360 Goethe Dr. Adolfo Vásquez Rocca 13
nuestra alma infundiendo aliento [de vida], inspiración.
Así la herida que se acaba de sufrir, un fracaso sentimental, o profesional, tal pena o
duelo que afecta nuestras relaciones con el prójimo son a menudo el desencadenante,
fácilmente identificable de nuestra desesperanza vital.23 Una traición, una enfermedad
fatal, un accidente o cualquier desgracia imprevista que nos abruma en la constante
avería de lo cotidiano- y que nos arrancan repentinamente de esa categoría que nos
parecía lo normal, esto es, lo de gente normal, instalándonos repentinamente en otra
vida.
Una vida insufrible, cargada de penas cotidianas, de tragos amargos, de desconsuelo
solitario, a veces abrasador, otras incoloro y vacío. En suma una existencia sin vigor
aunque en ocasiones exaltada por el esfuerzo realizado para continuarla, dispuesta a
naufragar a cada instante en la muerte. Muerte venganza o muerte redención, será en lo
sucesivo el umbral interno de nuestro agobio, el sentido imposible de esta vida cuyo peso
nos parece a cada momento insostenible, excepto en los momentos en que nos
movilizamos para encarar el desastre. [...]
VII.- Sloterdijk y Heidegger: los universos polisémicos de la espacialidad existencial
Ahora bien, las teorías del hombre al uso tienen en común que se elaboran a partir de una
visión del individuo como constitutivamente aislado. Eso es así hasta el punto de que las
fases de aprendizaje de las psicologías del desarrollo no empiezan normalmente más que
con el ser aislado, individualizado, en estado de independencia fisiológica de la madre,
cuando la disolución de la simbiosis posnatal permite hablar de una efectiva
individualización.
Para la mística, tanto como experiencia espiritual -religiosa como sociológico-política, es
decir como experiencia colectiva, por el contrario, lo típico es atestiguar estados donde no
se sabe absolutamente nada de nacimiento, independencia, singularidad, ni
individualización.
Por eso, parece que la mística coincide en esto con ciertas nociones contemporáneas del
hombre como un ser en apertura, como algo, en definitiva, abierto. Tales son los principios
esbozados por Heidegger24 en su analítica del ser-en, en los parágrafos 12 y 13 de Ser y
Tiempo. Y si esto es así, ¿En qué se funda la acusación de Sloterdijk de que Heidegger
concibe el Dasein como solitario? Heidegger formula sin duda el 'ser-con' (Mit-sein) de la
existencia25, pero cuando tratamos de darle un contenido concreto a esta dimensión que
23
KRISTEVA, Julia, Sol negro; Depresión y melancolía, Monte Avila Editores Latinoamericana, Caracas. 1991.
24
HEIDEGGER, Martin, Ser y Tiempo, parágrafos 12 y 13
25
HEIDEGGER, Martin, Ser y Tiempo (SuZ, 25 – 27). Heidegger, como observa Safranski, aborda directamente los
“estados de ánimo” sin bizquear, asumiéndolos como fundamentales estructuras existenciarias. Heidegger explora,
mora, re-memora y se de-mora especialmente en algunas de estas afecciones como la monótona y pálida
destemplanza, el hastío, el aburrimiento
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aparenta reconocer el ser social del hombre, nos encontramos con que la única instancia
de vida compartida de la existencia es, según Heidegger, el lenguaje inauténtico propio
de la narcotizante “caída en el mundo cotidiano”, el “ser ahí” arrojado a la existencia. Así
cuando Heidegger señala –“hemos sido arrojados al mundo”– esta proposición no tiene
nada de mística ni de metafórica, al contrario, comporta un juicio ontológico fundamental
en torno a la “banalidad primordial”26, como la condición más propia del 'existente'.
El lenguaje es, para Heidegger, el entorno al que somos arrojados, en el que nacemos y
vivimos, la vía por la que el Ser nos es desvelada. De ahí que el poeta sea identificado
como el "hablante auténtico": es aquél que se deja poseer plenamente por el lenguaje y la
tradición, es el mediador entre el Ser y lo humano. Habría una enorme diferencia entre el
Lenguaje del Ser y la cháchara27 de los múltiples juegos de lenguaje que Heidegger
identifica con el diletantismo y Rorty con el ironismo.
Luego de la descripción peyorativa del intercambio verbal entre individuo, ¿ qué
significado o alcance puede tener el trato con otros para un Dasein ocupado consigo
mismo y preocupado con el fin último de su propio “ser para la muerte”. No hay lugar en
esta analítica de la existencia, sostiene Sloterdijk, ni para la intimidad, ni para la
colaboración28. Ni para la solidaridad. Sloterdijk recuerda a propósito de su crítica el título
del más importante conjunto de lecciones dictadas por Heidegger en Friburgo durante el
invierno de 1929 – 1930: “Conceptos fundamentales de la metafísica: Mundo – finitud –
soledad (Einsamkeit)”. Un aviso universitario para anunciar esas lecciones reemplaza
“soledad” por “aislamiento” (Vereinzelung –– NG 162; asimismo cf. 401, N. II) 29
Es así que Sloterdijk critica a Heidegger su concepto de mundo y particularmente el modo
de concebir la entrada del hombre en él. Según Heidegger somos arrojados en el mundo,
cosa ominosa que tiene el acento de un un oscuro castigo; de este modo el mundo
moderno, hogar largamente preparado por la historia de lo monstruoso violento y arbitrario
26
HEIDEGGER, Martin, Ser y Tiempo, Parágrafo: El “ser-en-el-mundo” y el “ser a la mano”.
27
La concepción pragmática del lenguaje se aproxima peligrosamente a lo que Heidegger
identifica como "técnica" y "discurso inauténtico". La "conversación de la humanidad", se
remiten a una multiplicidad e irreductibilidad que surge de la diversidad y pluralidad de
intereses humanos. De esta manera, la poesía, la ciencia o la comunicación interpersonal son
discursos ontológicamente neutrales y axiológicamente igualados desde una perspectiva
antropológica y existencial.
Esa es precisamente la razón por la que Heidegger sitúa al lenguaje poético por encima de
otras formas de discurso, por la proximidad de la poesía al pulso del Sprache originario, a los
orígenes del Lenguaje y el Ser, condensados en el famoso verso de Hölderlin. El lenguaje
científico u objetivo es derivativo, secundario, al construir una distinción sujeto-objeto que
pervierte la conexión primordial del lenguaje y pensamiento y modifica nuestra relación primaria
con el mundo.
28
CORDUA, Carla, Sloterdijk y Heidegger; la recepción filosófica, Ediciones Universidad Diego
Portales, Santiago, 2008.
29
Hay traducción al español de esta obra de Sloterdijk: SLOTERDIJK, Peter, Sin salvación: Tras las huellas de
Heidegger, AKAL , 2011.
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(das Ungeheure), es el lugar en el que luchan los gigantes poderes impersonales ligados
a la técnica apocalíptica.
La crítica de sloterdijkiana del 'ser-con' (Mit-sein) heideggeriano, sólo resulta comprensible
y apreciable si se la relaciona con esta idea de una comunidad en la que dos seres están
compenetrados hasta la indistinción. No que Sloterdijk niegue la singularidad y la soledad;
lo que hace es derivarla de la comunidad del 'estar-consigo-y-con los suyos', declararla
secundaria respecto del dúo primordial y sus posteriores enriquecimientos. Para Sloterdijk
es fundamental y constitutivo de lo humano – la representación del alma gemela -el
íntimo complementador, la figura del doble, sobre los sueños de presencias íntimas, con
testigos invisibles que vendrían a ser representaciones arcaicas de la “experiencia” de
compartir un espacio íntimo con otro antes de que ambos salgan a los mundos
multipolares de agitados espaciamientos.
Aquí cabe una puntualización importante: comenzamos diciendo que Sloterdijk es un
pensador espacial, y como tal no pude evitar criticar a Heidegger ante la ceguera para el
espacio existencial que pudo haber dado a su pensamiento otro alcance y designio
hermenéutico. Sloterdijk sostiene que Heidegger se apresura – y no repara en el análisis
del 'dónde' existencial, sino que pasa bruscamente y sin explicaciones a un análisis del
'quién' (Wer-Analyse). En opinión de Sloterdijk, si Heidegger hubiese seguido la senda
iniciada habría develado necesariamente “los universos polisémicos de la espacialidad
existencial”, que son los temas de Esferas, la obra del propio Sloterdijk. El habitar esferas'
no puede ser bien explicado, prosigue, mientras el Dasein sea concebido principalmente a
partir de que su supuesto rasgo esencial es la soledad o el aislamiento.
Así, desde la perspectiva de Sloterdijk, el yo mismo, como individualidad, como isla, es el
producto de un proceso de diferenciación y atrofia: "originalmente el yo lo incluía todo;
luego, desprende de sí un mundo exterior. Nuestro actual sentido yoico no es, por
consiguiente, más que el residuo atrofiado de un sentimiento más amplio [...] que
correspondía a una comunión más íntima entre el yo y el mundo circundante".
De modo que la conciencia no formaría parte estrictamente hablando, de la existencia
individual, sino más bien de lo que pertenece, en cada individuo, a la sociedad y al rebaño.
Hemos aprendido a fijar y a determinar las impresiones de nuestros sentidos en el
lenguaje, en la gesticulación, a medida que aumentaba la necesidad de comunicarlas a
otras personas por medio de signos. Este hombre inventor de signos es el hombre
consciente de sí. Por tanto si la conciencia se ha desarrollado a partir de esta necesidad
de comunicación, su trasfondo no está constituido por el núcleo de la individualidad, sino
al contrario, por aquello que en el individuo hay de pre-individual, de social.
Ahora bien, si el yo del hombre primitivo suele estar oculto por la vida de la colectividad
-en los niveles primarios del desarrollo de las sociedades, éstas se sirven de los
individuos como instrumentos, de tal manera que ellos no piensan, ni sienten, ni deciden
sino conforme a la voluntad de la colectividad- ahora en el yo del hombre civilizado se
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oculta la colectividad como consecuencia de aquel largo pasado.
Prof. Dr. Adolfo Vásquez Rocca
Doctor en Filosofía por la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso; Postgrado Universidad
Complutense de Madrid, Departamento de Filosofía IV. Profesor de Postgrado del Instituto de
Filosofía de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso; Profesor de Antropología y Estética
en el Departamento de Artes y Humanidades de la Universidad Andrés Bello UNAB. Profesor de la
Escuela de Periodismo y Arquitectura UNAB Santiago. – En octubre de 2006 y 2007 es invitado
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por la 'Fundación Hombre y Mundo' y la UNAM a dictar un Ciclo de Conferencias en México. –
Miembro del Consejo Editorial Internacional de la 'Fundación Ética Mundial' de México. Director
del Consejo Consultivo Internacional de 'Konvergencias', Revista de Filosofía y Culturas en
Diálogo, Argentina. Miembro del Conselho Editorial da Humanidades em Revista, Universidade
Regional do Noroeste do Estado do Rio Grande do Sul, Brasil y del Cuerpo Editorial de Sophia –
Revista de Filosofía de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador– . Director de Revista
Observaciones Filosóficas. Profesor visitante en la Maestría en Filosofía de la Benemérita
Universidad Autónoma de Puebla. – Profesor visitante Florida Christian University USA y Profesor
Asociado al Grupo Theoria –Proyecto europeo de Investigaciones de Postgrado– UCM.
Académico Investigador de la Vicerrectoría de Investigación y Postgrado, Universidad Andrés
Bello. Artista conceptual. Ha publicado el Libro: Peter Sloterdijk; Esferas, helada cósmica y
políticas de climatización, Colección Novatores, Nº 28, Editorial de la Institución Alfons el
Magnànim (IAM), Valencia, España, 2008. Invitado especial a la International Conference de la
Trienal de Arquitectura de Lisboa | Lisbon Architecture Triennale 2011
Pontificia Universidad Católica de Valparaíso
Universidad Andrés Bello UNAB
Universidad Complutense de Madrid
| E-mail: adolfovrocca@gmail.com
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