La cruz vacía

Año 1 Semana 18 Día 1

La cruz vacía
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Jesús maravilla aún más. Marcos 15.21-41

Medita
En el pasaje de hoy, Jesús nos maravilla aún más. Su silencio es más elocuente que todas las palabras del mundo. El evangelista
sólo registra el grito de angustia (34), dirigido al Padre.

1. Nos maravilla que Jesús fue el cumplimiento de las Escrituras (24 y 28). Estas profecías nos recuerdan que Dios tenía un plan y
su fidelidad queda demostrada en la cruz.

2. Nos maravilla que Jesús soportó el dolor (23). Quisieron darle una bebida para calmar su sufrimiento, pero su dolor físico era
insignificante comparado con el dolor del pecado de la humanidad.

3. Nos maravilla que Jesús soportó las burlas (29-32). A medida que pasaba el tiempo, las burlas se volvieron más intensas. Jesús
mantuvo el silencio. Pero la naturaleza se encargó de demostrar que “verdaderamente este hombre era Hijo de Dios.”

4. Nos maravilla que Jesús permitió que su relación con el Padre se interrumpiera para poder restaurar la relación con la humanidad.
(34)

Marcos menciona otro grupo de personas que admiraban la cruz (39-41). Nosotros hoy, también nos unimos a ellos para
maravillarnos al mirar la cruz y su obra a nuestro favor.

Aplica
¿Qué te maravilla de la cruz? Piensa en dos o tres cosas de este relato que te hacen admirar la cruz. Comparte con alguien alguna
de estas ideas. Adora a Jesucristo usando esas ideas. Alaba el nombre de Cristo por su obra por y en ti.

Ora
¡Te alabo Señor! ¡Tu obra es maravillosa! ¡Tu grandeza es incalculable! 1

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La cruz vacía
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¡Jesús venció! Marcos 15.42-16.8

Medita
El corazón de Jesús se rompió por nuestro pecado. La carga por el mundo fue tan grande que su corazón se partió de dolor y
angustia.

Jesús es vencedor de la muerte y del pecado, aunque la figura que nos presentan los versículos 40-47 no parece la de un vencedor:
José de Arimatea tiene que bajar a Jesús de la cruz, envolverlo en una sábana y sepultarlo. Las dos Marías querían saber dónde
estaba Jesús. Y finalmente una piedra protegió el cuerpo de posibles intentos de robo.

Pero qué contraste se produjo unas pocas horas más tarde. ¡Resucitó! Nadie le tuvo que ayudar a levantarse. No hacían falta las
especies aromáticas (16.1). Tampoco hacía falta que alguien sacara la piedra (16.3) ¡No necesitó ayuda! Sólo había un mensajero
(16.5) para anunciarles a las mujeres que Jesús venció el pecado y la muerte, ahora estaba vivo.

Si el Jesús de la cruz mueve nuestros corazones a la compasión y al arrepentimiento, el Jesús del sepulcro vacío nos llena de temor
y espanto (16.8). Jesús se levantó de la tumba para demostrar que su obra en la cruz estaba terminada. “El pecado fue vencido”.

Aplica
Ve a Jesús en la cruz muriendo por tus pecados. Confiésale tus pecados y arrepiéntete de ellos. Canta, alaba, grita de alegría:
“Jesús resucitó”. Saluda a tu familia y a tus hermanos de la iglesia diciendo: “Jesús resucitó”

Ora
¡Te alabo Señor, por la obra de la cruz! Bendito sea tu nombre por la eternidad. 2



La cruz vacía
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Jesús envía a los discípulos. Marcos 16.9-20

Medita
Jesús lleva a los discípulos por un proceso de aprendizaje.

1. Lección de fe. Para cumplir la misión de Jesús, los discípulos necesitarían fe en Dios, más que en su propio pensamiento o en su
personalidad. La lección comienza cuando Jesús se aparece a otras personas antes de aparecerse a los discípulos. El grupo
responsable de la expansión del evangelio no fue el primero en ver al Cristo resucitado. Escucharon acerca de la resurrección de
boca de una mujer, María Magdalena (10-11) y de dos discípulos (12-13). Pero no creyeron. ¿Cómo podía Jesús dejar su reino en
manos de personas que no creían en lo que les había prometido?

2. Jesús concede autoridad para predicar el evangelio. Finalmente, los discípulos tienen su propia revelación del Cristo resucitado.
Ahora están delante de Jesús y tienen que reconocer su incredulidad. Jesús hace dos cosas importantes: a. Reprende a los
discípulos por no haber creído su promesa, ni el testimonio de quienes le vieron. b. Jesús encarga a estos hombres extender el reino
de Dios a toda la tierra (15). Establece que la condición para estar en el reino es creer (16a). Al que se niega a creer le queda sólo un
destino, ser condenado. (16b)

Aplica
¿Te identificas con los discípulos en su incredulidad? Busca a Dios y pídele que se revele en tu vida. ¿De qué manera predicas el
evangelio? Ora por quienes predican el evangelio y por los ministerios de la UB en las escuelas.

Ora
Señor ayúdame a presentar el evangelio a otros que no te conocen.3



Gracia y paz en Cristo
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Pablo encuentra el gozo en su Señor. Gocémonos con él. Filipenses 1.1-11

Medita
La epístola a los Filipenses es una epístola de gozo. El apóstol Pablo, inconfundiblemente, está ejerciendo en esta epístola el oficio
de pastor y nos presenta a Jesucristo como nuestra vida, nuestro ejemplo, nuestra meta y nuestra suficiencia.

Las primeras palabras constituyen un saludo pastoral (1, 2). Pablo se dirige a la iglesia local de Filipos, en Macedonia (Hch.16.6-40).
La iglesia estaba organizada bajo el liderazgo de obispos (superintendentes) y diáconos. Llama a los creyentes “santos en Cristo
Jesús”. ¡Qué bella expresión! Les desea todas las bendiciones “de Dios Padre y del Señor Jesucristo”, expresadas en la palabras
gracia (todos los favores del Señor inmerecidos) y paz (contentamiento y tranquilidad en medio de las turbulencias de la vida). ¡Qué
grande es recibir todo esto!

Luego les expresa su gozo y deseo pastorales (3-11). Empieza con acción de gracias: “Doy gracias” (3) y les dice la razón: “por
vuestra comunión” que luce permanente, “desde el primer día hasta ahora”. Expresa su deseo: “estando persuadido... que el que
comenzó... la buena obra, la perfeccionará hasta...” (6). El apóstol Pablo había recibido de la iglesia de Filipos ofrendas de amor, lo
que al parecer no había recibido de otras. Les declara que les tiene en el corazón (7) y que son participantes con él, de la gracia “en
la defensa y confirmación del evangelio”, mediante el envío de sus ofrendas.

Aplica
¿Has experimentado la gracia y la paz del Señor? ¿En qué forma esta experiencia te ayuda a vivir gozoso? ¿Te acuerdas de las
necesidades de los siervos del Señor que invierten su vida en la extensión del evangelio?

Ora
Gracias Señor, por la comunión con tus hijos y siervos, y por el privilegio de compartir con ellos los bienes que nos das. .4



Anunciando a Cristo
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Pablo tenía gozo aún en los momentos más difíciles que tuvo que vivir por causa del evangelio. Filipenses 1.12-30

Medita
Pablo se goza estando en prisión. ¿Masoquista? ¡No, por favor! Se goza porque el ser detenido en prisión ha servido “para el
progreso del evangelio” y porque en todo el pretorio y a todos los demás se ha hecho evidente la causa de su prisión: predicar a
Cristo. Se goza también porque su experiencia ha animado a los creyentes a trabajar en la causa del Señor y así “Cristo es
anunciado”.

Si el Apóstol está en la cárcel, no es por algo vergonzoso. “En nada seré avergonzado”, dice; al contrario, “Cristo será magnificado –
engrandecido – en mi cuerpo o por vida o por...” (20) ¡Qué magnífico ejemplo! Luego declara: “porque para mí el vivir es Cristo y...”
(21). El vivir para Cristo evidencia el anhelo y la esperanza de aquellos que viven totalmente seguros de que el Señor cumplirá sus
propósitos en sus vidas y por lo tanto no habrá de qué avergonzarse.

Después de expresar disyuntivas por “beneficio de la obra” (22-26), hace una solemne recomendación a los creyentes de la iglesia
de Filipos y por extensión a nosotros: “Solamente que os comportéis como es digno del evangelio de Cristo, para que... oiga de
vosotros que estáis firmes en un mismo espíritu, combatiendo unánimes por la fe del evangelio, y en nada intimidados... porque a
vosotros es concedido a causa de Cristo no sólo que creáis en él, sino también que padezcáis por él...” (27-29).

Aplica
¿Te sientes motivado a anunciar a Jesucristo, cualquiera sea la circunstancia? ¿En qué formas contribuyes al progreso del
evangelio? ¿Qué significa para ti vivir para Cristo? ¿Tu conducta evidencia que vives para Cristo?

Ora
Gracias, Señor, por el ejemplo de tu siervo, el apóstol Pablo, porque se valió de todas las circunstancias para proclamar el evangelio.
5



Exaltando a Cristo
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Nuestro Señor Jesucristo nos invitó a seguir su ejemplo. En ese espíritu leamos. Filipenses 2.1-11

Medita
Los estudiosos de la Palabra de Dios nos dicen que parte del texto (6-11) se trata de un himno. Puede ser. Pero el pasaje en sí
constituye una pieza sublime de demostración de perfecta humildad de nuestro Salvador, el Señor Jesucristo.

Obviando los versículos 1 y 2, que deben leerse con mucha atención, vamos al grano del asunto: “Nada hagáis por contienda o por
vanidad; antes bien, con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo. No busquéis vuestro propio
provecho, sino el de los demás” (3, 4). ¿Cuál es la lección? La humildad, solamente la humildad y nada más que la humildad ¿En
qué sentido?

Jesucristo, nuestro Señor, era y es Dios. La palabra “forma”, significa esencia, sustancia, no configuración externa. Bien se podría
traducir: “El cual siendo la misma esencia, (naturaleza) de Dios, no estimó esto y el ser igual a Dios – como cosa a que aferrarse;
sino que se despojó a sí mismo...” (6, 7). No es que dejó de ser Dos al hacerse hombre; retuvo en sí todo su carácter de Dios, sólo
que lo retuvo en forma latente. “Y así siendo Dios, y sin dejar de ser Dios, se hizo hombre: “... se humilló a sí mismo...” ¡Humildad
inefable!

Por ésta actitud, Dios “... lo exaltó hasta o sumo (sobre todas las cosas)...” (9). Estas son palabras de nuestro Señor Jesucristo. “... el
que se humilla será enaltecido” (Mt. 23.12). Así se cumple en él lo que él mismo enseñó.

Aplica
Aprendamos de nuestro Señor los ejemplos de su vida y conducta. Pidamos que el Señor quite la soberbia de nuestros corazones y
nos haga genuinos y sinceramente humildes. “Nada hagáis... antes bien, con (toda) humildad...” (3, 4).

Ora
Gracias, Señor, por darnos tan magistral lección. Ayúdanos a aprender de ti de corazón. 6



Lumbrera de Cristo
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“Vosotros sois la luz del mundo... así alumbre vuestra luz delante de los hombres...” (Mt. 5.14-16). Filipenses 2.12-18

Medita
Pablo insta a los creyentes de Filipos a ocuparse de su salvación “con temor y temblor” (12). Es muy probable que muchos de los
que nos ven, y observan nuestra vida y conducta, nunca lleguen a leer la Palabra de Dios o jamás asistan a un templo; pues
entonces que lean la Biblia en nuestras vidas y que por nuestro testimonio sean ganados “sin palabra...” (1 P. 3.1).

El consejo del siervo de Dios está expresado en modo imperativo: “Haced todo sin murmuraciones... para que seáis irreprensibles...
hijos de Dios sin mancha en medio de una generación... en medio de la cual resplandecéis como lumbreras en el mundo...” (14, 15).
Luego señala la única manera de practicar este imperativo: “...asidos de la palabra de vida...” (16). Todo esto nos debe llevar a
meditar en lo que dijo el autor a los Hebreos: “...la Palabra de Dios es viva (viviente), eficaz y... penetra hasta partir... y discierne
(juzga) los pensamientos y las intenciones del corazón”. (4.12)

Cuando el apóstol Pablo instó así a los creyentes de Filipos, ya estaba condenado a la muerte; por eso dijo: “... y aunque sea
derramado en libación... me gozo...” (17). Fueron muchos los momentos dramáticos que el Apóstol tuvo que experimentar en su vida,
sin embargo, eso no hizo disminuir su gozo por el testimonio de los creyentes.

Aplica
Piensa en formas prácticas de “ocuparte de tu salvación con temor y temblor”. Los que te rodean, ¿pueden ver las evidencias de tu
salvación en Cristo? ¿En que formas usas la Palabra de modo que ésta te ayuda a ser una lumbrera de Cristo?

Ora
Señor, haz de mí una fuente de bendición para que resplandezca Cristo en mí y luego en otros.7


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