1. Poniéndoos en el lugar de vuestro familiar con Discapacidad os pedimos que
reflexionaseis sobre cuantas veces al día toma decisiones, algunos de vosotros
las habéis escrito,
1. Escuchar música en la cadena de radio que ella decide,
2. Ver un programa de tv concreto
3. A que jugar
4. Que merendar
5. A qué hora ducharse
6. A qué hora acostarse
Pensando en estas decisiones personales ¿en cuántas de ellas necesita
apoyo? ¿Crees que se le permite elegir lo suficiente sobre su propia vida?
Aunque pueden elegir en todo lo posible el apoyo y la supervisión que
necesitan es constante, además la realidad es que las acciones que llevan a
cabo son, en la mayoría de los casos, rutinarias, por lo que las valoraciones
que deben hacer son mínimas y si las hay suelen relacionarse con el ocio
personal.
A ello se le suma la realidad es que la propia rutina de la persona con
discapacidad, en muchos casos, es que decidan por ella, por lo que aunque le
diésemos la opción de elegir tendía que motivársela mucho para conseguirlo, y
aunque lo haría sería algo excepcional.
En todos los casos que habéis expuesto el apoyo
familiar es imprescindible para propiciar la toma de
decisiones, ya que aunque sean decisiones
habituales van a requerir una cierta supervisión. Por
ello es importante que no permitáis que la rutina y la
falta de tiempo impidan que esa ayuda vaya
disminuyendo en aquellas actividades en las que
valoréis que esto puede ser así, aumentar lo
máximo posible la toma de decisiones y elecciones
es aumentar la autonomía e independencia de la
persona,
La conclusión que hemos recogido de vuestro
trabajo es esta:
“Debemos apoyar siempre sin sustituir nunca”
2. A modo de reflexión os añadimos estas definiciones:
Decisiones programadas
Son aquellas que se toman frecuentemente, es decir son repetitivas y se
convierte en una rutina tomarlas; como el tipo de problemas que resuelve y se
presentan con cierta regularidad ya que se tiene un método bien establecido de
solución y por lo tanto ya se conocen los pasos para abordar este tipo de
problemas, por esta razón, también se las llama decisiones estructuradas. La
persona que toma este tipo de decisión no tiene la necesidad de diseñar
ninguna solución, sino que simplemente se rige por la que se ha seguido
anteriormente.
En cierta medida, las decisiones programadas limitan nuestra libertad, porque
la persona tiene menos espacio para decidir qué hacer. No obstante, el
propósito real de las decisiones programadas es liberarnos.
Decisiones no programadas
También denominadas no estructuradas, son decisiones que se toman ante
problemas o situaciones que se presentan con poca frecuencia, o aquellas que
necesitan de un modelo o proceso específico de solución.