3. Filaríasis
• La filariasis constituye un grupo de
enfermedades parasitarias en el
humano y otros animales, y por lo
general tropicales, causada por la
infección de «filarias», nematodos del
orden Spirurida, superfamilia
Filarioidea, que son transmitidos en
forma de larva o microfilaria a los
vertebrados por un artrópodo,
generalmente mosquitos de las familias
Culicidae o Phlebotomidae o moscas de
la familia Tabanidae, luego de lo cual las
larvas se localizan adecuadamente para
convertirse en adultos. Afecta a 120
millones de personas en todo el mundo
y está reconocida como la segunda
principal causa de discapacidad
permanente.
4. Historia
• La filariasis linfática ha afectado a humanos desde aproximadamente 1.500 a 4.000
años atrás. La primera clara referencia de la enfermedad ocurrió en la literatura
griega antigua, cuando los especialistas discutían el diagnóstico de la filariasis
linfática en comparación con el diagnóstico de síntomas similares resultantes de la
lepra.
• La primera documentación de los síntomas ocurrió en el siglo XVI, cuando Jan
Huygen Linschoten escribió sobre la enfermedad. Poco después, la exploración de
otras áreas de Asia y África resultaron en reportes sintomáticos adicionales. No fue
sino hasta siglos siguientes que se desarrolló un mejor entendimiento de el ciclo
de la enfermedad.
• En 1866, Timothy Lewis, trabajando sobre la obra de Jean-Nicolas Demarquay y
Otto Henry Wucherer, hizo la conexión entre microfilaria y elefantiasis,
estableciendo el curso investigativo que por último llevó a la explicación de la
parasitosis. Poco después, en 1876, Joseph Bancroft descubrió la forma adulta del
gusano, y finalmente en 1877, el ciclo de vida, incluyendo el artrópodo vector, el
cual fue teorizado por Patrick Manson, quien procedió a demostrar la presencia
del gusano en los mosquitos. Manson, incorrectamente hipotetizó que la
enfermedad se transmitía por contacto con la piel y el agua en donde los
mosquitos depositaban sus huevos. En el año 1900, George Carmichael Low
determinó que el método de transmisión real al descubrir la presencia del gusano
en el probóscide del mosquito vector.
5. Epidemiología
• La filariasis es endémica en regiones tropicales de Asia, África, América Central y del Sur,
poniendo a riesgo a más de 1,1 mil millones de personas, con 120 millones de personas
afectadas en 83 países, más del 60% de los cuales residen en el sureste de Asia. En estas áreas
endémicas del mundo, por ejemplo, Malaipea en Indonesia, hasta un 54% de la población puede
que tenga microfilarias en su sangre. El hombre es el reservorio o fuente de infección primaria
para todas las filariasis humanas, por lo que es una antroponosis. El mecanismo de transmisión
se efectúa exclusivamente por medio de hospedadores intermediarios, los cuales varían
dependiendo del parásito.
6. Patogenia
• La patogenicidad de las filarias está estrechamente
vinculada a diversos factores peculiares de estos
gusanos. Están constituidas por moléculas y
sustancias corporales que conforman un rico
repertorio de sustancias alergenizantes, origen de la
reacción inflamatoria que las caracteriza. La
cercanía a los tejidos y mucosas habilita la
instalación de los adultos y la relativa facilidad de
reacciones adversas. Las microfilarias, más que los
adultos, son migratorios, permitiendo acceso a
diversas áreas y tejidos del cuerpo del hospedador,
incluyendo el ojo, como es el caso de la
oncocercosis. El vagar por la sangre es una
característica que difiere levemente entre una
especie y la otra. Paulatinamente, la reacción
inflamatoria localizada alrededor del gusano adulto
se vuelve fibrótico, envolviendo a los vermes en una
cápsula cicatrizante. Este tejido esclerosante tiene
particular importancia en la filariasis linfática,
causando obstrucción que conlleva a los síntomas y
signos de la elefantiasis.
7. Cuadro Clínico
• La forma sintomática más peculiar se ve en la filariasis linfática, denominada elefantiasis—un
engrosamiento de la piel y tejido subyacentes—el cual resultó ser la primera enfermedad
infecciosa que se descubrió transmitida por insectos. La elefantiasis es causada cuando el
parásito obstaculiza el sistema linfático.
• La elefantiasis afecta principalmente las extremidades inferiores, mientras que las oreja y
membranas mucosas rara vez se ven afectados; sin embargo, la extensión de los síntomas
depende de la especie de filaria involucrada. W. bancrofti puede afectar las piernas, brazos,
vulva y mamas, mientras que la Brugia timori raramente afecta los genitales. Las infecciones
por Onchocerca volvulus y la migración de sus microfilaria a través de la córnea es la causa
principal de ceguera.
8. Diagnóstico y especies
• El diagnóstico de la filariasis se basa en la identificación de las microfilarias en la
sangre o en la piel. Se han identificado los siguientes nemátodos causantes de la
filariasis, separados en tres grupos principales, según el hábitat del verme adulto:
o Grupo linfático
• Wuchereria bancrofti
• Brugia malayi
o Grupo cutáneo
• Loa loa
• Onchocerca volvulus
• Mansonella streptocerca
o Grupo visceral
• Mansonella ozzardi Loa loa
• Mansonella perstans
• Dirofilaria immitis
9. Tratamiento
• El tratamiento de la filariasis se hace con un antihelmíntico como
Albendazol®, que para conseguir la curación debe ser administrado
simultáneamente con Ivermectina® o con dietilcarbamazina para eliminar
las microfilarias o larvas, en las patologías en que éstas se presentan.[] El
medicamento y la dosis precisa deben ser determinados por prescripción
médica para cada caso específico. La extirpación quirúrgica de los nódulos
oncocercomas (nodulectomía) es una medida usada para el tratamiento y
control específica de la oncocercosis.
Prevención
• La profilaxis se fundamenta principalmente en el control del reservorio (el
hombre infectado). El control de los vectores es posible, aunque por lo
general, difícil. El control de sus criaderos y el rociamiento de insecticidas
y plaguicidas continúan siendo la principal metodología para combatir las
enfermedades transmitidas por mosquitos, como la filariasis y la malaria.