1. Partidocracia capitalina vs. ciudadanía
Dos millones 567 mil habitantes del DF o no recibe
agua, o la recibe por tandeo diario o semanal, o de
plano la recibe de mala calidad.
Adolfo Orive
En el primer artículo que publiqué en esta columna, destaqué que el eminente científico
social —Joseph Schumpeter—había demostrado en 1942 que el sistema político que
rige en el mundo occidental no es una democracia representativa, sino una oligarquía de
partidos o, dicho de otra manera, una partidocracia. En mis artículos sobre el movimiento
de los indignados en España —el llamado 15-M— he sacado a relucir como sus
consignas no son contra ninguno de los partidos en especial, sino contra el sistema de
partidos que olvida realmente cuáles son los intereses de la ciudadanía; es decir, contra la
partidocracia sostenedora del neoliberalismo.
En estas últimas semanas hemos tenido varias expresiones de partidocracia en la Ciudad
de México que los lectores deben conocer. El día de hoy me voy a referir a dos de ellas.
La primera involucra a un diputado de un partido de oposición; y la segunda a varios
diputados del partido mayoritario en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF).
En diciembre de 2010, conscientes de los problemas que afectaban a los jóvenes
llamados ninis, porque no podían acceder a las instituciones de educación superior en la
medida en que el Gobierno Federal no otorgaba suficientes recursos y los ingresos de los
muchachos no les permitían acceder a las universidades privadas, los cinco grupos
parlamentarios en la ALDF acordamos celebrar —por unanimidad—, un convenio con la
UNAM para becar al mayor número posible de estudiantes para que con la modalidad de
educación a distancia pudieran cursar cualquiera de 14 licenciaturas. Solicitaron la beca
más de siete mil y acabaron inscritos más de dos mil. Para apoyar a un mayor número de
jóvenes decidimos también becar a más de dos mil en universidades privadas —
debidamente incorporadas a instituciones públicas— que estaban dispuestas a
proporcionar la mitad de la beca.
Las declaraciones del diputado del partido de oposición —reproducidas ampliamente por
un medio impreso—, en contra de los apoyos que toda la ALDF está dando a más de
cuatro mil jóvenes para que emprendan carreras universitarias —es decir para que se
hagan ciudadanos más preparados—, muestra como muchos representantes populares
anteponen sus intereses políticos personales y de grupo a los de los ciudadanos.
La segunda expresión tiene que ver con otro problema muy importante que tiene la
ciudad: el del agua. Dos millones 567 mil habitantes del DF (29% de la población) o no
recibe agua, o la recibe por tandeo diario o semanal, o de plano la recibe de mala calidad.
Por otra parte, miles de habitantes de la ciudad pierden cada año, durante la época de
lluvias, sus pertenencias debido a inundaciones. Hay que resolver estos problemas,
además de la sobreexplotación del acuífero y el severo envejecimiento de la
infraestructura que por ejemplo ocasiona fugas hasta por 40% del agua que circula en el
sistema.
El Grupo Parlamentario del Partido del Trabajo decidió, con la participación indispensable
de los ingenieros del Sistema de Aguas de la Ciudad de México, elaborar un Programa
2. Especial de Agua a 2025 que fuera resolviendo lo más pronto posible estos problemas. Se
establecieron objetivos, las acciones a realizar para satisfacer esos objetivos, el
cronograma correspondiente año por año de aquí a 2025, el presupuesto correspondiente
a precios actuales y los diferentes tipos de ingresos —aportaciones federales, tarifas y
subsidios— con los que se iba a cumplimentar este programa.
Los objetivos prioritarios —considerando al agua como un derecho humano indispensable
— son: 1) entregar agua potable en cantidad, calidad y oportunidad a 100% de la
población; 2) eliminar inundaciones y encharcamientos severos; 3) desincentivar el
consumo excesivo de agua; 4) evitar la sobreexplotación del manto acuífero; 5)
aprovechar el agua de lluvia y fomentar la recarga artificial; y 6) disminuir fugas al mínimo
en los 13 mil kms. de tubería.
Para sustentar el Programa Especial de Agua a 2025, el Grupo Parlamentario del Partido
del Trabajo propuso una ley que además liberaba al Sistema de Aguas de la Ciudad de
México del manejo financiero de sus recursos por la Secretaría de Finanzas del Gobierno
del DF con objetivo de que el Sistema los maneje directamente para poder realizar el
programa. Siendo un objetivo tan benéfico para la población capitalina se pensó que la ley
podría ser aprobada rápidamente por el consenso de los cinco grupos parlamentarios; y,
sin embargo, no ha sido ni siquiera formalmente discutida por la Comisión
correspondiente. Resulta que algunos diputados del partido mayoritario están negociando
la ley por posiciones políticas, para ellos y sus grupos, en las elecciones de 2012.
Es decir, en ambas expresiones, integrantes de la partidocracia capitalina —ya sea de los
partidos de oposición o del partido en el poder— colocan sus intereses políticos por arriba
de los intereses de los ciudadanos a los que supuestamente representan. Insisto:
contamos con una república oligárquica no con una democracia que significa poder del
pueblo, poder ciudadano.