2. Apocalípticos e integrados
Apocalípticos e integrados es un libro de
Umberto Eco, publicado en 1965.
Eco realiza un estudio sobre la cultura popular
y los medios de comunicación. La obra parte de dos
posiciones opuestas ante la cultura: la apocalíptica y
la integrada.
Realiza un estudio sobre la cultura popular y
los medios de comunicación. La obra parte de estas
dos posiciones
3. Son aquellos que miran hacia el pasado y se
aferran a las viejas costumbres, a las antiguas
teologías y a los métodos reaccionarios de
rechazo para hallar la verdad.
Son los que prefieren obedecer a la autoridad
impuesta, en lugar de la guía autoimpuesta del
intelecto iluminado. Siguen a una iglesia y a un
gobierno, se caracterizan por la devoción y el
amor puros.
Pertenecen a la vieja generación.
Apocalípticos
4. Para ellos, la mera idea de una cultura
compartida por todos, producida de
modo que se adapte a todos, y
elaborada a medida de todos, es un
contrasentido monstruoso.
Encuentran en la cultura de masas la
hipérbole de lo que consideran la
“anticultura”, para ellos signo de la
decadencia total.
Condenan todo aquello que tenga que
ver con nueva tecnología y su empleo en
el arte, y rechazan la distribución de
información en abundantes cantidades.
5. Los Integrados
Son aquellos que creen de manera optimista que
experimentamos una magnífica generalización del
marco cultural, y defienden este fenómeno
ciegamente.
Están convencidos de las bondades de las nuevas
tecnologías, y las difunden como parte fundamental
de un futuro más libre y prometedor.
Son aquellos que ven el fenómeno de la industria
cultural y sus múltiples formas de difusión como una
posibilidad sin precedentes para acercar las más
variadas formas de expresión artística a sectores antes
marginados.
6. El apocalíptico, en el fondo, consuela al lector, porque le deja
entrever, sobre el trasfondo de la catástrofe, la existencia de una
comunidad de «superhombres» capaces de elevarse, aunque sólo sea
mediante el rechazo, por encima de la banalidad media.
Los apocalípticos confían que es posible proporcionar una cultura que
evite el condicionamiento industrial.
7. De esta manera los integrados serían los que ven el desarrollo tecnológico como
una prometedora oportunidad de expansión cultural.
Dado que la televisión, los periódicos, la radio, el cine, las historietas, la novela
popular y el Reader's Digest ponen hoy en día los bienes culturales a disposición
de todos,
estamos viviendo una época de ampliación del campo cultural, en que se realiza
finalmente a un nivel extenso, con el concurso de los mejores, la circulación de un
arte y una cultura popular.
8. El autor considera que existen equivocaciones en ambas posturas y propone un
enfoque diferente a este conflicto ideológico. Por una parte, los “integrados”
tienen un descuido grave cuando sostienen que la producción cultural es buena
en sí y por lo tanto no debe ser criticada
Por la otra, los “apocalípticos” fallan al considerar la cultura de masas como
irrelevante sólo porque es industrial, sin ver las aportaciones valiosas que muchas
veces puede generar.
9. Finalmente no es cuestión de calificar si es saludable o nociva la existencia de la
cultura de masas: esto nos volvería forzosamente apocalípticos o integrados.
Hay que aceptar que existe, y sería definitivamente más edificante enfocar
todos estos esfuerzos en torno a la cultura para lograr acciones que den como
fruto verdaderos valores culturales.
10. Finalmente no es cuestión de calificar si es saludable o nociva la existencia de la
cultura de masas: esto nos volvería forzosamente apocalípticos o integrados.
Hay que aceptar que existe, y sería definitivamente más edificante enfocar
todos estos esfuerzos en torno a la cultura para lograr acciones que den como
fruto verdaderos valores culturales.