1. El cuento de “Katrina la brujita caprichosa”
KATRINA, la brujita caprichosa
Katrina era la brujita más caprichosa
y pidona que tú te puedas imaginar. Todo
lo quería en el momento y sin esfuerzo y no dudaba
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2. El cuento de “Katrina la brujita caprichosa”
en gritar y patalear para conseguirlo. De vez en cuando
su papá agitaba su varita mágica para concederle
alguno de sus deseos. Un día su padre
trabajaba tan concentrado en una pócima que salió
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3. El cuento de “Katrina la brujita caprichosa”
a toda prisa y olvidó su varita mágica sobre
la mesa. Katrina quiso conocer sin permiso
cómo funciona la varita de su padre. Katrina
pensaba que era un sueño porque era feliz usando
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4. El cuento de “Katrina la brujita caprichosa”
la varita sin descanso, y aparecieron vestidos
de princesa, príncipes encantados, duendes, animales
y objetos mágicos y maravillosos, Todo
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lo que dio tiempo a desear en un día.
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5. El cuento de “Katrina la brujita caprichosa”
A la mañana siguiente Katrina se despertó
al oír murmullos de quejas y lamentos.
Se asomó a la ventana de su cuarto y vio a cientos
de criaturas mágicas enfadadas frente a la puerta
de su casa. Katrina les abrió la puerta y les preguntó
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6. El cuento de “Katrina la brujita caprichosa”
qué deseaban. -¡Has secuestrado a mi amigo!
- Dijo un duende. - Devuélveme mi dragón
- protestaba un ogro. - Ahí está mi corona
- decía una dulce princesa. Todos
los que estaban en casa De Katrina habían ido
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7. El cuento de “Katrina la brujita caprichosa”
para pedir les devolvieran todas las cosas que había hecho aparecer
en su casa el día anterior, pues todo les había desaparecido
a sus propietarios. Katrina se sintió fatal
por haber causado tantos problemas. Hicieron una gran hilera
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y uno a uno Katrina comenzó a devolverles todo
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8. El cuento de “Katrina la brujita caprichosa”
pidiendo disculpas por no haber pensado en que iba a causar tantos problemas.
por ser caprichosa. Prometió arreglar Todo lo que
había estropeado. Al anochecer Katrina vio
con miedo que el último de la fila era su padre para pedirle
su varita mágica. Su padre no estaba enfadado porque era listo
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9. El cuento de “Katrina la brujita caprichosa”
y comprendió que Katrina había aprendido que las cosas
hay que conseguirlas con esfuerzo porque nunca aparecen
por arte de magia, sino que salen por el trabajo duro
de alguien. Y Colorín colorado Este cuento Se ha acabado.
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10. El cuento de “Katrina la brujita caprichosa”
KATRINA, LA BRUJITA CAPRICHOSA
Katrina era la brujita más caprichosa y pedigüeña que se podía imaginar. Todo lo quería
al momento y sin esfuerzo, y no dudaba en gritar y patalear para conseguir lo que fuera.
Tanto, que de vez en cuando su papá agitaba la varita para concederle alguno de sus
deseos. Hubo un día en que su papá estuvo tan concentrado en una de sus pociones que
salió a toda prisa y olvidó la varita sobre la mesa. Así que la pequeña bruja no tardó en
poner a prueba su magia.
Aquello era como un sueño para Katrina. La brujita no dejó de usar la varita mágica ni
un solo momento, y ante ella aparecieron vestidos de princesa, príncipes encantados,
duendes, animales y todo tipo de objetos mágicos y maravillosos, tantos como le dio
tiempo a desear en un solo día.
A la mañana siguiente, un murmullo de quejas y lamentos despertó a Katrina.
Adormilada, se asomó a la ventana, y apenas podía creer lo que veía: cientos de seres y
criaturas del bosque protestaban enfadadísimos ante su casa. Caminó hasta la puerta y
les preguntó qué deseaban.
- ¡Has secuestrado a mi tío! - gritaba un duende.
- Devuélveme mi dragón- protestaba un ogro.
-¡Ahí está mi corona!- Decía una dulce princesa.
Y así, todos cuantos se agolpaban a su puerta habían acudido allí para que Katrina les
devolviera aquellas cosas que había hecho aparecer en su casa el día anterior, pues todas
les habían desaparecido a sus propietarios. Algunos habían sufrido problemas muy
gordos, y Katrina se sintió fatal por haber causado aquel estropicio.
Así, formaron una gran hilera, y uno a uno, les fue devolviendo todo lo que había hecho
aparecer el día anterior, pidiendo disculpas por no haber pensado en las consecuencias
de sus caprichos, y prometiendo su ayuda para reparar todos los daños que hubiera
causado. Cuando, bien entrada la noche, le llegó el turno al último de la fila, Katrina
descubrió con miedo que era su padre, quien venía a recuperar su varita.
Pero ya no estaba enfadado, porque gracias a aquella travesura, Katrina había aprendido
que las cosas hay que conseguirlas con esfuerzo, porque nunca aparecen como por arte
de magia, sino que siempre salen del trabajo y dedicación de alguien
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