Nota de clase 72 aspectos sobre salario, nomina y parafiscales.pdf
M31 art4
1. RESPONSABILIDAD AMBIENTAL DE LAS EMPRESAS.
UN COMPROMISO ÉTICO CON EL DESARROLLO
SOSTENIBLE.
Andrea Yolima Bernal Pedraza.1
Artículo recibido Junio 15 de 2009 y
arbitrado Junio 30 de 2009
RESUMEN
La responsabilidad ambiental de una organización debe entender-
se como un compromiso ético, asumido desde la dirección, y que
puede implementarse mediante diversos instrumentos, dependien-
do del grado de compromiso de la organización con la preserva-
ción de su entorno natural y los medios a su alcance para cumplir
sus metas ambientales. Toda organización debe ser consciente del
impacto ambiental que genera, y de la necesidad de reducirlo drás-
ticamente en el menor tiempo posible, para propiciar el desarrollo
sostenible.
PALABRAS CLAVE
Responsabilidad Ambiental, Responsabilidad Social Empresarial,
Ética corporativa, sistemas de aseguramiento de la calidad.
1 Abogada – Universidad Externado de Colombia, Magíster en Dirección y Gerencia de Empresas – Uni-
versidad del Rosario. Actualmente labora como Abogada contratista de la Superintendencia Delegada
para Acueducto, Alcantarillado y Aseo, de la Superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios, y
Docente de la asignatura de Derecho Ambiental del programa de Logística y Producción de la Facultad
de Administración de la Universidad del Rosario. Contacto: artenoble@hotmail.com
2. ABSTRACT
Andrea Yolima Bernal Pedraza
The corporative environmental responsibility must be understood
like an ethical commitment, assumed from the direction, and that
can be implemented by diverse instruments, following the degree of
commitment with the preservation of its natural surroundings and the
possibilities to reach its environmental goals. All organizations must
be conscious of their environmental impact, and of the necessity to
drastically reduce it in a short period, to achieve the sustainable de-
velopment.
KEY WORDS
Environmental Responsibility, Social Responsibility, Corporative eth-
ics, quality assurance systems.
INTRODUCCIÓN
Las definiciones sobre responsabilidad social de la empresa (RSE)
aún son objeto de un acalorado debate académico. Las múltiples
denominaciones bajo las cuales puede hallarse el mismo concepto
(responsabilidad social corporativa, responsabilidad de la empresa
en la sociedad, responsabilidad ambiental) 2 dan cuenta de que ha
sido escaso el consenso en cuanto a los elementos constitutivos de
un tema tan contemporáneo como amplio, dada la urgente nece-
sidad de entablar una relación respetuosa y cooperativa entre las
organizaciones y el medio que las rodea. Para efectos de este ar-
tículo, la RSE, debe entenderse como un compromiso esencial de
las organizaciones, con la preservación y desarrollo de su entorno
social y natural, superando la creencia generalizada de que la RSE
es apenas una labor filantrópica para mejorar la imagen corporativa.
Así, a continuación se esbozaran algunos elementos de juicio para
2 Comparto el enfoque de la responsabilidad de la empresa en la sociedad (RES) como compromiso
de toda la organización a largo plazo, asumiendo sus responsabilidades interna (empleados, clientes,
proveedores y accionistas) y externamente (stakeholders y comunidad), sobre el entorno ambiental y
social. (PALADINO, 2004)
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3. participar en el debate académico acerca de los elementos constitu-
Responsabilidad ambiental de las empresas. Un compromiso ético con el desarrollo sostenible.
tivos de la RSE.
Como definición inicial, vale citar la siguiente:
La responsabilidad social empresarial involucra varias áreas de ges-
tión del ente económico. De acuerdo con la CEPAL, la empresa que
aspire a ser socialmente responsable, deberá tener en cuenta las si-
guientes dimensiones: ética, valores y principios de los negocios; de-
rechos humanos, trabajo y empleo; gobernabilidad corporativa; im-
pacto sobre el medio ambiente; relación con proveedores; filantropía
en inversión social; transparencia y rendición de cuentas (TRUJILLO,
2006)
Continuando con el debate académico, debe anotarse que no ha
sido pacifica la discusión acerca de los elementos constitutivos de
la responsabilidad social empresarial, por lo cual, esta definición es
meramente ilustrativa.3 Al concretar las dimensiones de la RSE, se
realiza un valioso aporte al proponer expresamente un catalogo de
acciones para orientar a la organización que desee ser socialmente
responsable. Guédez (2008) realiza un interesante compendio de las
premisas que deben orientar las acciones de responsabilidad social
empresarial. (GUEDEZ, 2008. p. 101 y 102)
a. Las acciones de responsabilidad social empresarial se desa-
rrollan adicionalmente a las pautadas por la ley.
b. Se trata se decisiones voluntarias que se apoyan en conviccio-
nes y se nutren de compromisos que trascienden al negocio,
aunque sin traicionarlo.
c. Obedecen a una línea de continuidad que no se agota en ac-
ciones puntuales ni en programas coyunturales.
d. Responden a una cobertura que implica la realidad interna y el
contexto de la empresa.
La responsabilidad social empresarial se desarrolla en la relación
entre la empresa y su entorno, social y ambiental. La reducción del
entorno a las relaciones entre la organización y las personas, indi-
3 Un compendio de múltiples definiciones de RSE, puede consultarse en GUEDEZ, 2008 p 98 a 101.
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4. vidualmente consideradas o como parte de un grupo de interés –
Andrea Yolima Bernal Pedraza
stakeholders -4 afirma un carácter antropocéntico de la concepción
de la responsabilidad corporativa, y resta importancia a la relación
entre la empresa y el medio ambiente natural, como conjunto de ele-
mentos que no pueden expresar su interés o afectación.
Así, se presenta un enfoque de responsabilidad empresarial, que
pretende escindir la responsabilidad social de la responsabilidad
ambiental, pues al incluir ambas categorías en un mismo ámbito de
comprensión, la responsabilidad ambiental cede terreno frente a los
escenarios de discusión entre los stakeholders, y se deja de lado el
debate y el consenso sobre temas que no obedecen a una presión
social inmediata, sino a la conciencia interiorizada y permanente del
compromiso ético de las organizaciones con el desarrollo sostenible
y la protección de los elementos de la naturaleza que no cuentan
con voz propia.
El asunto de la protección ambiental surge de la preocupación co-
mún por coexistir con la naturaleza sin depredarla. En este orden
de ideas, la responsabilidad ambiental es un compromiso ético de
todas las organizaciones. En la relación con el medio ambiente, más
que en cualquier otra sistema, podemos hablar de un concepto di-
ferente al de actores, o de grupos de interés, ya que en la posición
de productores/consumidores de recursos naturales renovables y
no renovables que todos ostentamos, afectamos a los ecosistema
y somos afectados por él, en la medida en que hacemos parte del
entorno natural, y no somos sólo el centro, como ha sido concebido
tradicionalmente en la perspectiva antropocéntrica de la RSE. Ahora
bien, cada uno de los stakeholders que rodea a una organización tie-
ne su propia concepción normativa, social y cultural sobre el medio
ambiente, posiciones que pueden entrar en choque al contraponer
los intereses entre ellos.
4 Según puede consultarse en Wikipedia, el término fue utilizado por primera vez por R. E. Freeman en
su obra: “Strategic Management: A Stakeholder Approach”, (Pitman, 1984) para referirse a quienes
pueden afectar o son afectados por las actividades de una empresa. Tomado textualmente de http://
es.wikipedia.org/wiki/Stakeholder
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5. El hecho reiterado de no considerar la responsabilidad ambiental
Responsabilidad ambiental de las empresas. Un compromiso ético con el desarrollo sostenible.
como parte de la estrategia de una organización implica que:
• Las consideraciones ambientales no formarán parte de las es-
trategias, resultados y actividades del proyecto, con el conse-
cuente deterioro progresivo de los ecosistemas de abasteci-
miento.
• No resulta aceptable considerar a los recursos naturales como
un insumo gratuito, inagotable o de fácil desecho, desde el
punto de vista científico y económico atenta contra el desarro-
llo sostenible y el equilibrio de los ecosistemas.
• No considerar la producción, retención, administración o be-
neficio primario de los recursos naturales que se explotarán o
a aprovechan, pone en riesgo la viabilidad del proyecto, toda
vez que al producirse un fallo en la provisión de estos recursos,
el proyecto productivo puede colapsar y la inversión realizada,
puede resultar improductiva o ineficiente.
La crisis ambiental desatada en las dos últimas centurias ha des-
pertado una conciencia global que para muchos, constituye una re-
volución. Revolución que surge de un constructo social en el que
la demanda y la oferta no son los únicos factores relevantes, y que
plantea un cambio de paradigma, en el que la dominación de la na-
turaleza como meta última de la civilización occidental debe ceder
ante la urgente necesidad de reducir nuestra huella de carbono. La
imagen catastrófica sobre los efectos del calentamiento global, pare-
ce llevarnos a una premisa común, para toda la humanidad: Estamos
obligados a modificar nuestros hábitos de consumo y de producción
si deseamos que la especie humana pueda continuar habitando el
planeta. Y así, el creciente interés acerca de la responsabilidad am-
biental de las organizaciones ha generado movimientos sociales en
defensa del ambiente.
Senge (2008, p. 31) resalta la importancia de esta Revolución, y
plantea tres premisas para abordar el compromiso con la protección
ambiental.
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6. 1. No hay un camino viable hacia delante que no tenga en
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cuenta las necesidades de las futuras generaciones. La
sostenibilidad debe ser un valor absoluto para todas las orga-
nizaciones que deseen perdurar.
2. Las instituciones importan. El mundo actual está lleno de
redes. Las instituciones públicas que tienen funciones asig-
nadas sobre la protección ambiental, como entes dotados de
autoridad, están llamadas a convocar a las fuerzas sociales
para fomentar la preservación del medio ambiente exigiendo
una actitud más preventiva que correctiva y velando por la
oportuna y eficiente asignación de los recursos públicos. La
instituciones privadas, agremiaciones y organismos no gu-
bernamentales adquieren creciente importancia en la canali-
zación y visibilidad de los esfuerzos individuales por el medio
ambiente
3. Todo cambio real está asentado en nuevas formas de pen-
sar y percibir. La disminución en el impacto ambiental puede
lograrse a través de nuevas tecnologías de producción más
limpia y de aprovechamiento de residuos, pero el mayor im-
pacto se logrará con un cambio cultural, dentro y fuera de la
organización.
Responsabilidad ambiental: ¿ley o ética?
Al tomar conciencia de la importancia de la preservación ambiental,
la siguiente pregunta es ¿Cómo se adquiere el compromiso de ser
ambientalmente responsable?
La ética es expresión de lo legal y lo moral. La ética, como reflexión
filosófica de la moral se identifica con la búsqueda de la virtud, y
como saber aplicado, orienta la acción humana hacia la consecu-
ción de lo bueno.5 En este sentido, el comportamiento ético no re-
5 Retomando los postulados de KANT, el imperativo categórico señala además, cual es DEBER: “Obra de
tal forma que la máxima de tu voluntad pueda valer en todo momento, simultáneamente, como principio
de una legislación general”, y “Obra de tal forma que consideres a la humanidad tanto en tu persona,
como en la de los demás en todo tiempo, simultáneamente un fin, jamás solo un medio” Estos principios
se asumen como absolutos y vinculantes, válidos a priori, incondicionalmente, para todos los hombres.
Sin embargo, ya que la ética se manifiesta en el comportamiento humano, no puede fundarse en princi-
pios tan inmutables y objetivos, pues toda decisión esta influenciada por las circunstancias del entorno
en que se inscribe, así como por las motivaciones subjetivas que quien decide.
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7. queriría ser constreñido pues las motivaciones éticas lograrían por
Responsabilidad ambiental de las empresas. Un compromiso ético con el desarrollo sostenible.
si mismas la exaltación de la humanidad. Así, la Ley y la ética son
indistinguibles y complementarias como propuesta para detener la
erosión de la confianza social y la destrucción del entorno natural
que amenaza la supervivencia de las organizaciones.
La responsabilidad empresarial es la operacionalización de la ética en
una organización. Implica la armonización de los intereses de la orga-
nización con sus grupos de interés. Como presupuesto ético, desbor-
da las demandas normativas, pues la organización, en ejercicio de su
poder de decisión e intervención, debe prepararse para propiciar la
mejora de su entorno. (BERNAL, 2009, p. 61)
El escenario competitivo y desigual en el que subsisten las empre-
sas colombianas pone en tela de juicio su comportamiento ético.
Las discusiones en torno a la ética y su aplicación están a la orden
del día en todos los aspectos de la vida nacional, en la cual la ho-
nestidad y el correcto proceder parecen hacerse más escasos cada
día. Muchas organizaciones consideran que la RSE consiste en el
cumplimiento estricto de las obligaciones legales que corresponden
a su objeto social.
Desde una perspectiva normativa, el cumplimiento de la ley resul-
taría suficiente. La ley se aplica sobre la persona, natural o jurídica,
como sujeto de derecho en condiciones de igualdad. La ley, supo-
ne en sí misma la inclusión del propósito moral, como orientador
del actuar público. La legalidad, (entendida como la observancia
de la ley) es entonces, en consecuencia, una manera de actuar
bien. La norma jurídica es avalada y publicada por el Estado, y
por ende, el derecho entendido como ETICA SOCIAL COERCITI-
VA encuentra su definitiva expresión en la facultad sancionatoria
del estado, cuando administra justicia e imparte castigo a quienes
no se allanan al cumplimiento del pacto social consagrado en el
ordenamiento jurídico. Es la sanción, previo juicio ante el estado,
la que pretende alcanzar la reparación del daño causado, la ejem-
plarización del comportamiento inadecuado y la rehabilitación del
ciudadano incumplido.
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8. Actuar “conforme a derecho” garantiza a los individuos y a las
Andrea Yolima Bernal Pedraza
organizaciones que la potestad sancionatoria del estado no será
ejercida sobre ellos. Si bien esto es necesario para la superviven-
cia de la organización, no es suficiente para garantizar su per-
durabilidad. La Ley obedece al “mínimo ético” que no alcanza a
satisfacer las demandas de la conciencia individual y la vida de
relación en sociedad. De tal manera, desde una perspectiva ética,
el cumplimiento de la ley no es suficiente para garantizar la pro-
tección ambiental.
En una sociedad en la que el peso moral de las acciones es casi
irrelevante, y el reproche social ha perdido su fuerza coercitiva,
se opta por aplicar el peso de la ley, acudiendo a la facultad
sancionatoria legítima del estado. Quien contamina paga, es el
principio de acción del Estado, y la reparación, su respuesta. Sin
embargo, en cuanto a la protección ambiental, estas soluciones
suelen ser tardías e inoperantes, pues entran en vigor cuando
el daño ya ha sido causado y es frecuentemente irreparable. La
protección ambiental reclama una actuación ex ante, surgida de
la intima convicción de la organización de sus principios de no
contaminar,
La ley, como imperativo impersonal, no responde a las cir-
cunstancias particulares que rodean a cada persona, a cada
organización. La construcción de la cadena de valor de una or-
ganización es lo que la hace irrepetible, y las acciones de res-
ponsabilidad ambiental deben ceñirse a esa cadena de valor.
A través de la ética se interpreta cual es el bien que la organi-
zación en conjunto pretende alcanzar, y si dentro de su filoso-
fía fundante se halla la protección del entorno natural, ésta se
preocupará por entregar procesos y productos que minimicen
su impacto ambiental. 6
6 La ecología industrial es una disciplina en pleno desarrollo, que a través de modelos como el Análisis
de Ciclo de Vida del Producto – ACV - desarrolla mecanismos para reducir la huella de carbono de
los productos industriales, con manuales de proceso y procedimientos ajustados a las necesidades
de cada industria y de cada producto, tan particulares que serían imposibles de establecer por la vía
normativa como obligación de carácter general. (GOLEMAN, 2008)
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9. ¿Cómo implementar la responsabilidad ambiental.
Responsabilidad ambiental de las empresas. Un compromiso ético con el desarrollo sostenible.
Misión, Código o Sistema?
La misión organizacional que reconoce el valor de la responsa-
bilidad ambiental.
La planeación estratégica de una organización se estructura confor-
me a la misión, visión, valores y objetivos de la organización. Este
“credo fundacional” de las empresas, usualmente obra como refe-
rente para sus acciones en el mediano y largo plazo y da fé de sus
compromisos éticos en materia social y ambiental.
El establecimiento de unos principios de acción en la misión de la
empresa es valioso para no pasar por alto el horizonte de influencia
para el que fue pensada la organización, desde la perspectiva de sus
directivos. Pero no debe olvidarse que la protección ambiental es un
compromiso que debe traducirse en hechos tangibles y no sólo en
buenas intenciones.
Lo que se plantea, es que la responsabilidad ambiental debe ha-
cer parte de las decisiones de la organización, tanto en la dirección,
como en la coordinación y en la operación. Debe hacer parte de las
estrategias, metas y tareas diarias, y debe ser objeto de medición y
de cálculo de indicadores.
Conforme a lo expuesto, la responsabilidad empresarial en materia
ambiental comporta un esfuerzo coordinado desde la dirección, que
se expresa en la gestión ambiental responsable. La sinergia entre
la naturaleza y grupos humanos, debe ser canalizada a través de
intervenciones planeadas en todos los ámbitos de la organización.
Los proyectos ambientales, no implican solo aprovechamiento de re-
cursos y construcción de infraestructura. Estas son sólo soluciones
parciales que (GUHL, 1998) deben acompañarse de un manejo inte-
grado del ecosistema circundante en relación con la oferta ambiental
y local y la disposición de vertimientos, emisiones y residuos sólidos
y de educación ambiental y concientización a la comunidad, para
alcanzar la eficiencia y la eficacia deseada (p 116).
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10. El código de ética que establece la responsabilidad ambiental
Andrea Yolima Bernal Pedraza
como pauta de conducta.
La palabra “código” nos hace suponer la existencia de un ordena-
miento, de una jerarquía normativa en la que se encuentre inscrito.
En aras de preservar el carácter de la ética como generadora de
valor, los códigos de ética, de buen gobierno y toda acción tendiente
a condicionar el proceder de las personas vinculadas a las organiza-
ciones, deberían fundarse en los valores y principios que encarnan
lo bueno y lo deseable de la sociedad.
La inadecuada prescripción y codificación de las normas éticas des-
virtúa los efectos que se persiguen con la recopilación de las mismas.
Cuando las organizaciones construyen sus normas éticas según la
preceptiva jurídica desnaturalizan la esencia de los principios éticos,
que dejan de entenderse como un postulado de valor, como referente
a seguir en la orientación de las decisiones y por ende en la formula-
ción de estrategias flexibles y adaptables. Así, algunas organizaciones
redactan sus códigos de ética en los términos de un “código de con-
ducta” como disposiciones disciplinarias que a partir de una conducta
asignan un premio o castigo. El mecanismo utilizado es presentar la
guía ética como extensión del reglamento de trabajo. Como resultado,
el código ético resulta en detrimento de las acciones responsables y
creativas sustentadas en el criterio moral de los individuos.
Una codificación de obligaciones ambientales de la empresa, ciertamen-
te no resulta muy útil como estrategia para hacerla ambientalmente res-
ponsable, pero si logra la suma de esfuerzos individuales de sus colabo-
radores para reducir el impacto ambiental. Veamos una empresa que por
norma obligue a sus dependientes a usar papel reciclable, a consumir
menos agua en el lavabo o que disminuya el tiempo de trabajo en horas
nocturnas, de hecho está disminuyendo de manera ostensible su huella
de carbono, pero esto, por sí solo, no puede leerse como responsabili-
dad ambiental. La empresa ambientalmente responsable no establece
acciones aisladas por vía normativa sólo para los problemas presentes,
sino que se prepara para los futuros modos de producción, usando me-
canismos, como el teletrabajo, la teleconferencia o los medios virtuales,
100 Management, issn 0122-6681, Vol. xviii, n.° 31, enero-junio 2009, p. 91-103
11. que representan transformaciones sustanciales en la cultura de la empre-
Responsabilidad ambiental de las empresas. Un compromiso ético con el desarrollo sostenible.
sa y por ende, en la reducción de la contaminación generada.
El sistema de aseguramiento de la calidad como instrumento de
implementación de la responsabilidad empresarial.
Dentro del Sistema Nacional Ambiental (SINA) y el Plan Nacional de
Desarrollo 2007, se dispuso lo siguiente:
El proceso de desarrollo de Colombia deberá sustentarse en una arti-
culación adecuada de las dimensiones económica, social y ambiental,
que permita sentar las bases para avanzar hacia el desarrollo sostenible.
Esto exige la integración de consideraciones ambientales en los pro-
cesos de planificación del desarrollo, de manera que se promuevan
modalidades sostenibles de producción y consumo, se prevenga la
degradación ambiental y sus costos y se aseguren oportunidades de
desarrollo a las generaciones futuras7.
Un sistema de gestión de la calidad proporciona el marco de referen-
cia para la mejora continua con objeto de incrementar la probabilidad
de aumentar la satisfacción del cliente y de otras partes interesadas, y
crea confianza para la organización y para sus clientes sobre su capa-
cidad para entregar productos idóneos. Ahora bien, si la gestión de la
calidad se desarrolla a través de un sistema de gestión, este debe ser
compatible y convergente con el Sistema Nacional de Calidad, y debe
conducir a la acreditación institucional como incentivo para el mejora-
miento continuo, bajo la premisa del desarrollo sostenible.
De hecho, el Artículo 5° del Decreto 1011 de 2006. Establece que
El Sistema Nacional de Calidad (Sistema Nacional de Normalización,
Certificación y Metrología) es un instrumento que contribuye a mejo-
rar la competitividad de las empresas colombianas, ofrecer al con-
sumidor garantías e información sobre los productos que adquiere,
proteger la vida, la salud y el medio ambiente, y promover el mayor
desarrollo de la ciencia y la tecnología.
7 LEY 1151 DE 2007(julio 24) “Por la cual se expide el Plan Nacional de Desarrollo 2006-2010” Diario
Oficial No. 46.700 de 25 de julio de 2007 Congreso de la República “Por la cual se expide el Plan Na-
cional de Desarrollo 2006-2010”
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12. Los sistemas de acreditación y control de la calidad avalan la ido-
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neidad y/o pertinencia de un proceso, en un marco de mejoramien-
to continuo8. La acreditación implica una valoración subjetiva de los
procesos y procedimientos al interior de una organización, por com-
paración con unos estándares previstos en guías y manuales preesta-
blecidos que permiten respaldar el producto de tales procesos como
garantizado en cuanto a su calidad. En Colombia, (BERNAL, 2009) la
reglamentación de los sistemas de gestión de la calidad se encuentra
a cargo del Instituto Colombiano de Normas Técnicas y Certificación.
La aplicación de normas ICONTEC, permite obtener la acreditación
de los procesos y productos elaborados por una organización. (p. 63)
Así puede decirse que las organizaciones que han obtenido o se
encuentran en procesos de acreditación bajo las normas de acredi-
tación (p. ej. ISO 9000, GP 1000, ISO 14000 u OSHAS 18000) ya han
recorrido parte del esfuerzo necesario para la estandarización de sus
procesos y la optimización de su gestión ambiental, con fundamento
en las referencias normativas obligatorias y voluntarias.
Ha resultado provechosa la creación de guías de gestión de la ca-
lidad, como conjunto de instituciones, normas, requisitos, mecanis-
mos y procesos, deliberados y sistemáticos, desarrollados de ma-
nera específica para un sector económico, con indicadores para su
verificación. Por otra parte, los modelos de gestión, son la concep-
tualización administrativa y de ingeniería, que una determinada orga-
nización diseña, para garantizar la sostenibilidad de las soluciones
elegidas, esto es que operen de manera correcta y eficiente. Dentro
del proceso de generación del modelo y su aplicación, supuesta-
mente se han considerado todos los elementos del sistema, y del
8 El mejoramiento continuo es un postulado de los sistemas de gestión de la calidad, que se orienta a la
mejora de los procesos y productos, en busca de la satisfacción de los grupos de interés relacionados
con la organización. Busca identificar fallas reales o potenciales que generen acciones correctivas o
preventivas, es decir, identificar problemas y formular soluciones, a partir de la concepción del proce-
so/producto como resultado de la interacción de diversas variables dentro de un sistema, variables
que se establecen sobre procesos susceptibles de ser intervenidos. En suma, los procesos de mejo-
ramiento continuo son esfuerzos inacabados y en permanente desarrollo con el fin de modificar el es-
tado actual del sistema, por uno futuro de mejor calidad, conservando las fortalezas. (BERNAL, 2009 p
34) La definición es elaboración de la autora, con sustento en la Resolución Orgánica No. 5872 del 11
de junio de 2007, de la CGR, “Por la cual se reglamenta la metodología de los Planes de Mejoramiento
que presentan los sujetos de control a la Contraloría General de la República”.
102 Management, issn 0122-6681, Vol. xviii, n.° 31, enero-junio 2009, p. 91-103
13. procesamiento de ellos, resultan unas variables estimadas con sus
Responsabilidad ambiental de las empresas. Un compromiso ético con el desarrollo sostenible.
respectivos indicadores.
Por otra parte, se debe reconocer que la acreditación en normas
ICONTEC, o bajo un modelo de gestión de la calidad, es un compro-
miso con la excelencia, que requiere continuidad, conocimientos y
recursos cuantiosos que muchas organizaciones no pretenden asu-
mir en el corto plazo.
Ello no es óbice para que todas las empresas asuman su responsa-
bilidad ambiental de manera inmediata, implementando las medidas
que se hallen a su alcance para disminuir su impacto ambiental. La
crisis ambiental no da espera ni admite excepciones. Todos estamos
obligados a proteger los ecosistemas locales, para que esto redun-
de en la preservación del medioambiente global.
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