3. Simón Bolívar la figura del principal
catalizador de la emancipación de los
pueblos sudamericanos respecto del poder
colonial español, se engrandece a medida
que se profundiza en la colosal empresa
llevada a cabo con la ayuda de su empeño,
la cual le llevó a recibir el sobrenombre de
El Libertador.
Nace en Caracas (Venezuela) el 24 de julio
de 1783, y muere en la hacienda de San
Pedro Alejandrino, cerca de Santa Marta,
en Colombia, el 17 de diciembre de 1830,
a los cuarenta y siete años de edad.
Sus padres fueron Don Juan Vicente Bolívar
y Doña María de la Concepción Palacios y
Blanco. Entre sus antecesores hubo otros
del mismo nombre, siendo el más
conocido Simón Bolívar, llamado "el Viejo".
La familia pertenecía a la nobleza
peninsular, y los Bolívar venezolanos, eran
dueños de ricas propiedades rurales.
4. La vida de Bolívar es la historia más
apasionante de luchas, esfuerzos, drama,
derrotas y triunfos, gloria y tragedia. Hizo
sus primeros estudios en Caracas, y tuvo
entre sus maestros a Simón Rodríguez,
extraordinario personaje por quien guardó
gran admiración, y a Don Andrés Bello,
joven casi de su misma edad, de temprana
erudición y grandes dotes intelectuales,
que más tarde llenó con su nombre la
historia intelectual de América y actuó en
Chile durante largos años.
Tanto Rodríguez como Bello eran
caraqueños. Dijo el sabio español
Menéndez y Pelayo: "La antigua Capitanía
General de Caracas, hoy República de
Venezuela, tiene la gloria de haber dado a
la América Española, simultáneamente, su
mayor hombre de armas y su mayor
hombre de letras: Simón Bolívar y Andrés
Bello".
5. A los quince años ya era Bolívar huérfano de
padre y madre, y su tío y tutor Don Carlos
Palacios, le hizo trasladar a Madrid para
seguir sus estudios. En 1799 salió para
España, pasando por México. El Virrey de
México pudo apreciar los dotes del joven y
se alarmó cuando le oyó disertar sobre
asuntos políticos y defender, con firmeza, la
idea de la libertad. En la Corte madrileña, y
dedicado a sus estudios, conoció a María
Teresa del Toro, sobrina del Marqués del
Toro, su amigo de Caracas. En 1801
contrajeron matrimonio, después de haber
realizado Bolívar un viaje por Francia y otros
países. Regresó a Venezuela con su mujer, y
se dedicó a la administración de sus
propiedades. En 1803 murió la esposa, de
modo que antes de los veintiún años había
perdido al padre, a la madre y a la esposa.
Desolado empezó a interesarse más
activamente en la vida pública, y a fines de
1803 volvió a Europa. Viajó por diversos
países, especialmente España, Francia e
Italia, y en 1805 hablaba con su antiguo
maestro Don Simón Rodríguez, en el monte
Aventino, en Roma, sobre la libertad de
América. Hizo el voto de libertad a su Patria
de España.
6. Presenció los triunfos de Napoleón, Primer Cónsul.
Estaba en París cuando se estableció el Imperio. En
Milán volvió a encontrar al Emperador coronándose
Rey de Italia. Aunque admiraba al Napoleón guerrero,
tuvo frases de desdén para el Napoleón Emperador y
Rey. En París derrochó dinero como en otras capitales
europeas, pero también estudiaba, se informaba de la
opinión pública y proyectaba su fantasía desbordada
sobre el porvenir de su Patria, atacando las tiranías.
En la vida elegante de París creció su amor por Fanny
du Villars -nacida Trioband de Aristigueta-, lejana
prima suya a quien amó con romántica pasión. La
moda parisién dió su nombre a un sombrero de la
época.
Su temperamento apasionado se volcó sobre todas las
experiencias que la vida le ofrecía, desde los
estudios, las conversaciones con sabios y políticos
hasta la galantería de los salones. Regresó a
Venezuela por la ruta de los Estados Unidos.
Visitó varias ciudades de su costa atlántica, conoció
importantes personalidades y llegó a Caracas a fines
de 1806. Venezuela se inquietaba, como otras
Colonias de la América española, por las disputas de
Carlos IV y su hijo Fernando VII y las actividades de
Napoleón en la política española.
7. Los sucesos de 1808 en España aumentan la
inquietud de los americanos del Sur. La coronación de
José Bonaparte como Rey de España enciende el
ambiente político. Se fundan Juntas en América. La
Junta de Caracas favorece aparentemente la
restauración de Fernando VII, pero en realidad las
opiniones están divididas. Unos abogan por la
autonomía con reconocimiento de Fernando VII y
otros por la libertad absoluta. El 19 de Abril de 1810,
la Junta de Caracas, de la que forman parte Bolívar y
sus amigos, obliga al Capitán General Vicente
Emparan a dimitir y se forma el primer Gobierno
independiente en Sudamérica.
Bolívar fue enviado a Inglaterra como agente
diplomático junto con Luis López Méndez y su
antiguo maestro Andrés Bello. En Londres se
encontraron los comisionados con el General
Francisco de Miranda, a quien su actuación en la
Revolución Francesa, sus viajes por toda Europa, sus
trabajos por América y su larga permanencia en
Londres rodeaban de prestigio. Miranda prestó
servicios a los Comisionados presentándolos a los
políticos ingleses, entre los cuales contaba
numerosas relaciones. Miranda regresó a Caracas,
tras largos años de ausencia, poco después que
Bolívar por las gestiones de éste.
8. Miranda prestó servicios a los Comisionados
presentándolos a los políticos ingleses, entre los cuales
contaba numerosas relaciones. Miranda regresó a
Caracas, tras largos años de ausencia, poco después
que Bolívar por las gestiones de éste.
En plena actividad política, Bolívar es de los dirigentes
más apasionados. Así llega el 5 de julio de 1811, y el
Congreso de la Provincia de Venezuela firma el Acta de
la Independencia. Miranda está entre los Miembros del
Congreso. Cuando el Cuerpo Legislativo duda, Bolívar es
de los que desde la Sociedad Patriótica urge por acción
decidida. "Trescientos años de esclavitud ¿no bastan?",
grita cuando el Congreso vacila. Se discute entre la
adopción de un sistema federal o central. Los realistas
de algunas provincias venezolanas se oponen a las
decisiones del Gobierno de Caracas y de las otras seis
provincias venezolanas que han decretado la
independencia. El nuevo Gobierno trata de triunfar por
la persuasión, pero los realistas se lanzan a la revuelta.
Los republicanos dan a Miranda plenos poderes de
Dictador y Generalísimo. Bolívar está a las órdenes del
viejo revolucionario, que obtiene algunos triunfos sobre
los realistas. Ocurren disensiones entre la Junta de
Gobierno y el Generalísimo Miranda.
9. Monteverde, jefe español, con la ayuda del Gobernador de
Coro, se avecina con su ejército. Los negros de las regiones
de Barlovento se levantan. Un terrible terremoto destruye
Caracas y otras ciudades el 23 de marzo de 1812. El
fanatismo y la ignorancia atribuyen esta desgracia a castigo
del cielo. El clero realista amedrenta al pueblo. Bolívar presta
eficaz ayuda a las gentes de su ciudad, y ante las prédicas
frailunas dice su memorable frase: "Si la naturaleza se opone,
lucharemos contra ella y la venceremos".
Mientras Miranda actúa entre Valencia y La Victoria, Bolívar es
el jefe de la importante plaza de Puerto Cabello, baluarte
patriota. Surge la traición en el fuerte y tras breve lucha la
plaza se pierde a pesar de los esfuerzos de Bolívar, sin que
lleguen los refuerzos que ha pedido al Cuartel General.
Monteverde avanza y Bolívar hace viaje por mar a La Guaira y
llega a Caracas. Rinde informe a su General. La situación se
agrava por las disensiones en el Ejército patriota y en el
Gobierno. No falta la influencia de alguna potencia extranjera
que teme que Miranda tome medidas revolucionarias a la
francesa, y se llega a la capitulación del 25 de julio de 1812,
deplorable para el país, pues el jefe español no cumplió los
términos de dicha capitulación, violó los pactos y llegó a
Caracas. Bolívar consideró débil la actuación de Miranda y
denunció la perfidia de Monteverde. Bolívar sale para La
Guaira. Allí llega también Miranda. Los patriotas exaltados,
que no se explican la conducta de Miranda y la reserva de
éste, resuelven apresarle.
10. Bolívar consideró débil la actuación de Miranda y
denunció la perfidia de Monteverde. Bolívar sale para La
Guaira. Allí llega también Miranda. Los patriotas
exaltados, que no se explican la conducta de Miranda y
la reserva de éste, resuelven apresarle. Bolívar está
entre ellos y detiene al viejo General. La acción de los
exaltados es censurable, pues los triunfantes realistas
se aprovechan de ella y se apoderan del prisionero.
Bolívar logra embarcar para Curazao.
Con algunos patriotas siguió a Cartagena, ciudad de la
Nueva Granada (hoy Colombia), que estaba libre del
poder español, y ofreció sus servicios al Gobierno
republicano de aquel país. En Cartagena hizo público el
célebre "Manifiesto de Cartagena", que es uno de sus
más notables documentos. Con los recursos y el mando
que obtiene realiza una rápida campaña por el
Magdalena y llega a Tunja, sede del Gobierno del país
neogranadino, después de haber destruido las fuerzas
españolas que quedaban en el Alto Magdalena,
ocupando Cúcuta y Pamplona, ciudades cercanas a la
frontera venezolana. Convence al Gobierno de Nueva
Granada del peligro en que está si no se destruye a los
españoles de Venezuela, y es autorizado para abrir la
campaña que inicia en mayo de 1813.
11. Toma Mérida, donde es aclamado por primera vez
con el título de Libertador. Los patriotas de Mérida -
Campo Elías, Rivas Dávila, los Picón y otros- le siguen
y ayudan con nuevas tropas y llega a Trujillo, donde
proclama el 15 de junio del mismo año la guerra a
muerte, en vista de horrores cometidos por los
realistas. Y sigue su marcha triunfal hacia Caracas
después de destruir los ejércitos españoles que le
salieron al paso. Es lo que se llama la Campaña
Admirable, realizada en noventa días. En Caracas es
de nuevo aclamado Libertador y crea, como Jefe
Supremo, la Orden Militar de los Libertadores de
Venezuela. Continúan los riesgos y batallas con
éxitos y fracasos en todo el territorio nacional, y la
batalla de Araure es una de las más notables en este
año para la República. En 1814, Boves, infatigable
con sus soldados, entre los cuales cuenta con los
llaneros, amenaza a los patriotas y comete toda clase
de horrores.
Las dos batallas de San Mateo son victorias de
Bolívar. La primera batalla de Carabobo, también, en
mayo de 1814. En junio, Boves triunfa en La Puerta y
se abre paso hacia Caracas. Ambos bandos combaten
con furia. Es hora funesta para las armas patriotas.
Poco antes, en pleno triunfo, Bolívar había dado
cuenta de sus campañas y ofrecido resignar el mando
ante los representantes del pueblo. Le ratificaron en
sus poderes.
12. Pero había que hacer frente a Boves y sus hordas. Al
avanzar los realistas triunfantes, Bolívar decide salir
hacia oriente. Le siguen grandes masas que huían de
Boves. Es la dolorosa emigración. En Aragua sufrió un
revés ante las fuerzas de Morales, y se retiró a Barcelona,
siguiendo con sus diezmadas tropas a Cumaná.
Continuó a Carúpano y embarcó para Cartagena,
sufriendo las acusaciones de sus compañeros de armas.
Le acompañaba el patriota Mariño. Era el 25 de
septiembre de 1814. Llegó a Tunja, donde el Congreso
le hizo cordial recibimiento, y él pidió que se juzgara su
conducta. El Congreso neogradino le dió poderes para
abrir campaña sobre Santa Fe de Bogotá, en poder de los
realistas. Tomó la ciudad y el Gobierno de Tunja se
trasladó a ella. Luego se le encargó de marchar sobre
Santa Marta, lugar que estaba aún en poder de los
españoles. Se le dió el título de Capitán General del
Ejército y Pacificador.
Las diferencias entre jefes republicanos impidieron el
avance sobre Santa Marta. Los españoles empezaron a
recuperar terreno. Una nueva expedición llegaba de
España a Venezuela. Tras pérdidas de hombres y
aprovisionamientos, Bolívar dimitió, pues no logró evitar
la rivalidad que su renombre levantaba en algunos
oficiales neogranadinos.
13. Embarcó para Jamaica e hizo un llamamiento a
la unión. Desde su exilio escribió la célebre
"Carta de Jamaica", en la cual analiza la
situación y las causas de la derrota, señala las
necesidades y circunstancias de cada país de
América y expresa su fe en el triunfo final de la
Libertad. Es uno de los documentos políticos
más importantes que ha dejado el Libertador.
Política, sociología, historia y filosofía se
encuentran en esas páginas que señalan la
realidad americana y avanzan proféticos
conceptos sobre los destinos del Continente.
Su actividad en Jamaica es múltiple: es la del
intelectual, la del escritor que propaga sus
ideas y busca adeptos para ellas con su estilo
revolucionario y ardiente, y la del hombre
político y guerrero que, sin desmayos, prepara
una nueva expedición militar para el
Continente. Luis Brión, más tarde Almirante de
Colombia, hombre de negocios de Curazao, le
ayuda con verdadero fervor. Se salva del puñal
asesino por casualidad.
14. La Santa Alianza no ve con buenos ojos a Bolívar, y la Gran
Bretaña, por medio de sus autoridades de Kingston, trata de
entorpecer su acción revolucionaria. Marcha a Haití, donde
encuentra la amistad y ayuda franca del Presidente Alejandro
Petión, negro admirable que ha luchado por la Libertad.
Proyecta el regreso a Venezuela. En 1815 salió con la
expedición para Margarita, donde Arismendi evolucionaba
en contra de Morillo después de haberse sometido a él. Allí
reorganizó el Gobierno republicano, siendo reconocido por
Jefe Supremo, y Mariño por su segundo. Pasó a Carúpano,
destacó a Mariño para la campaña de Oriente y siguió a
Ocumare de la Costa. Proclamó la cesación de la guerra a
muerte y el perdón a los que se rindiesen aun cuando fuesen
españoles. Proclamó de nuevo la libertad de los esclavos,
cumpliendo así su promesa hecha a Petión.
Siempre hombre de mirada internacional, destacó a Brión
para que conferenciase con el Gobierno de Washington y con
las patriotas de México. La expedición sólo contaba con 250
hombres, pero con recursos suficientes para muchos más.
Sin embargo, tuvo que regresar a Haití en busca de nuevas
ayudas, y en enero de 1817 volvió a desembarcar en
Venezuela. La intriga cundía en las filas de los patriotas. La
grandeza de Bolívar le hacía nacer enemigos y rivales.
Bolívar siguió impávido trabajando por sus ideas. Algunos
patriotas reconocieron que era indispensable su presencia, y
entre ellos, Arismendi y Brión le llamaron. Volvió a poner pie
en el Continente para no abandonarlo más. La adversidad
había sido excelente maestra.
15. Reorganizó tropas en el Oriente, trató de atacar
a Caracas; pero prefirió salir hacia el Orinoco, y
Guayana fue el escenario de su nueva actividad.
Allí no tiene sólo planes de guerra, sino de
estadista convencido de la necesidad de la
unión americana. Piensa en Nueva Granada. En
Guayana entre sus fieles está el Coronel
Antonio José de Sucre, que habrá de ser su más
leal amigo y colaborador en sus grandiosas
visiones y en las batallas geniales del definitivo
triunfo americano. Será el Mariscal bizarro y
pulcro, y de sus subalternos el que se le puede
calificar de estadista.
Angostura, hoy Ciudad Bolívar, es el caer en
manos de los patriotas la capital del Gobierno
Revolucionario. Se organiza la administración
civil. Bolívar actúa no sólo como guerrero, sino
como constitucionalista, y sus grandes
aspiraciones de conquistador de la libertad y de
fundador de naciones se concretan en su
pensamiento de organizador. Los llaneros están
ahora bajo el mando de José Antonio Páez; es
decir, se han pasado a la República.
16. Bolívar entra en contacto con estas fuerzas valerosas,
establece el Consejo de Estado, hace una exposición
sobre la situación nacional, escribe a los
revolucionarios de la Argentina invitándoles para la
unidad de Sudamérica, y envía un mensaje a Nueva
Granada prometiendo la ayuda de Venezuela. Pero
con todos estos triunfos, tiene también que tomar
amargas decisiones. Uno de sus generales, el bravo
Piar, trata de levantarse contra la autoridad de
Bolívar, fiado en su gran prestigio. No logró nada por
medios persuasivos el Libertador, y para mantener la
disciplina del Ejército se vió forzado a ordenar la
prisión de Piar y su fusilamiento, decisión necesaria
que lamentó Bolívar.
Se ordenó el reparto de la riqueza pública entre los
oficiales y soldados en recompensa a sus servicios y
se abrió la campaña sobre Caracas, contando ya con
la colaboración de Páez y sus aguerridos llaneros,
que antes habían seguido a Boves. Entre derrotas y
victorias se logra al fin tomar Calabozo, derrotando a
Morillo. Bolívar ocupa entonces los valles de Aragua,
sufre una derrota más en La Puerta, lugar nefasto
para los patriotas; pero, indomable y más temible en
la derrota que en la victoria, reaparece Bolívar, pues
la victoria había costado a los realistas muchas
pérdidas. Vuelve a Angostura, reorganiza el Ejército,
nombra su Gabinete y establece un periódico
semanal para la propaganda republicana: "El Correo
del Orinoco".
17. Convoca al célebre Congreso de Angostura, rinde
cuentas de su actividad política, administrativa y militar,
y dirige su proclama a los neogranadinos, convencido de
que ambos países han de unirse para lograr la libertad
definitiva. La Legión Británica aumenta las fuerzas de
Bolívar, quien inicia la gran empresa de libertar a Nueva
Granada. Cruza los Andes, con graves peligros y
sacrificios, después de atravesar las llanuras y las selvas,
y con sus soldados ateridos por el frío, desfallecientes,
se enfrentan a un Ejército enemigo de cerca de 5.000
hombres. Y alcanza la victoria en Boyacà, milagro de su
estrategia, el 7 de agosto de 1819. Allí se revelan todas
sus capacidades de guerrero y su espíritu indomable
para la libertad. Triunfalmente llega a Bogotá. Angostura
fué la base de esta otra campaña admirable, como
también de una actividad diplomática que singulariza la
acción bolivariana.
Desde allí dió uno de sus más célebres manifiestos al
mundo, que se publicó traducido a tres idiomas. Su
"Discurso ante el Congreso de Angostura" es admirable
pieza política, diplomática y llena de energía en su
lenguaje vibrante. Bolívar se despojó de todos sus
mandos militares y civiles; pero el Congreso le confirma
como Jefe Supremo del Ejército y le eligió Presidente de
la República y a Francisco Antonio Zea, Presidente de la
Asamblea, Vicepresidente del nuevo Gobierno.
18. Empieza nuevas negociaciones con
Inglaterra. La reunión del Congreso de
Angostura impresionó favorablemente
dentro y fuera del país. Y luego su marcha
triunfal en Boyacá, que liberó al antiguo
Virreinato, afirmó su prestigio en ambos
países y en el exterior.
Si alguna vez tuvieron Bolívar y sus huestes
que luchar contra la Naturaleza fue en esta
campaña, de setenta y cinco días, de las
llanuras a los páramos andinos. Entre otros
se distinguieron en esta campaña el
venezolano José Antonio Anzoátegui y el
neogranadino Francisco de Paula
Santander, gran figura de su patria. En esta
forma retribuyó Bolívar a Nueva Granada la
ayuda que antes le había prestado para
libertar a Venezuela. Deja a Santander
como Vicepresidente de Nueva Granada y
regresa a Venezuela. Ante el Congreso de
Angostura propone la unión de Nueva
Granada y Venezuela.
19. El 17 de diciembre de 1819 decretó el
Congreso la creación de Colombia por la unión
de Venezuela, Nueva Granada y Quito, de la
cual fue nombrado Presidente Bolívar; Zea,
Vicepresidente para Venezuela, y Santander,
Vicepresidente para Nueva Granada. La
designación del Vicepresidente para Quito se
aplazó para cuando entraran en la ciudad las
armas libertadoras. Las previsiones y sueños
del gran Visionario empezaban a cumplirse.
En enero de 1820, Bolívar proclamaba en
Bogotá la creación de la República de Colombia,
que se conoce en la historia con el nombre de
La Gran Colombia. Meses después, Morillo es
autorizado para abrir negociaciones de paz.
Bolívar organiza otro ejército, sin embargo, con
la mirada puesta en el Sur. Los sucesos de
España modifican la posición de los
contendientes en América. La Junta Pacificadora
presidida por Morillo propone la suspensión de
operaciones militares. En las comunicaciones se
da a Bolívar el título de Presidente. Este acepta
las proposiciones, pero siempre sobre una base
indispensable: independencia absoluta.
20. Empiezan a cundir ideas monárquicas en
América. Bolívar habla de Presidencia vitalicia y
Senado hereditario. Afirma también su
diplomacia en Europa y opina por la
regularización de la guerra. Negociado el
armisticio, en el cual triunfan los conceptos de
Bolívar, de acuerdo con el derecho de gentes, el
Libertador y Morillo se encuentran en la villa de
Santa Ana, del Estado Trujillo, y esta memorable
conferencia pone de relieve la valía humana de
ambos adversarios. Morillo comprendió que la
independencia estaba ganada por Venezuela, se
retiró a España y dejó al General La Torre como
jefe del Ejército español, en diciembre de 1820.
Maracaibo, baluarte de realistas, se adhiere a la
revolución de independencia, y La Torre cree
roto el armisticio, suponiendo que Bolívar ha
trabajado para lograr esa adhesión. Bolívar
niega tal suposición y ofrece arbitraje, que no
es aceptado por el español. Los sucesos se
desarrollan rápidamente, y los dos Ejércitos van
a encontrarse en la llanura de Carabobo, por
segunda vez. Pero en esta ocasión la batalla
será decisiva, fulgurante e iluminará como un
relámpago.
21. El 24 de junio de 1821, a las once de la mañana, Bolívar, tras
magnífica organización, ataca al enemigo. Los llaneros, con
Páez y el Negro Primero, Cedeño y Plaza y todos los
patriotas y la Legión Británica, realizan el prodigio dirigidos
por el Libertador. En una hora queda destruido el poderío
español en Venezuela, después de diez años de lucha. Es
una hora estelar.
Carabobo fué para la independencia de Venezuela lo que
Boyacá fuè para la de Nueva Granada. Bolívar no se queda en
sus triunfos de guerrero. Político y diplomático, se basa en
éstos para otras conquistas de paz, para actuar como
estadista. Reúne el Congreso de Cúcuta y propone Tratados
con otros países de Sudamérica, para arreglo de límites,
mantenimiento de la soberanía, asambleas de
plenipotenciarios que aconsejen y sirvan de puntos de
contacto, a la vez que actúen como árbitros en caso de
disputas y diferencias. Todo lo concibe bajo el signo de la
unión americana. Despacha a Sucre, que ya ha ganado
prestigios sobresalientes, hacia el Sur: Guayaquil es la meta,
que no está incluido en el armisticio, y proyecta la liberación
absoluta del Ecuador. En viaje hacia Quito, recibe la noticia
de la liberación de Panamá, la última provincia de Nueva
Granada que quedaba en poder de España. (Panamá
independiente de España, forma parte de Nueva Granada;
luego, de Colombia la grande, y más tarde, de la actual
República de Colombia, hasta que se separa de ésta muchos
años después, siendo la última República que se forma de la
gran unión bolivariana, del macizo político que la historia
conoce como La Gran Colombia).
22. Surge el problema de Guayaquil. San Martín,
que ha libertado a Argentina y Chile, y domina
parcialmente el Perú con el título de Protector,
desea que la provincia de Quito se anexione a
éste. Bolívar, por su parte, insiste que la
provincia de Quito se anexione a éste. Bolívar,
por su parte, insiste en que Quito y Guayaquil
formen parte de Colombia. Misión delicada es la
de Sucre. No sólo militar, sino diplomática.
Bolívar, a su vez, trata de que Fernando VII
reconozca a la República, y mantiene
correspondencia con España y sus Generales en
América. Pero continúa sus preparativos
militares. Nuevas luchas en territorio
colombiano, porque Pasto es baluarte realista.
Y un nuevo triunfo afirma las armas
republicanas: la batalla de Bomboná, el 7 de
abril de 1822. A ésta sigue un triunfo de Sucre
en territorio ecuatoriano sobre los españoles: la
magnífica batalla de Pichincha, el 24 de mayo
de 1822.
Luego de estos dos triunfos que obtienen
Bolívar y Sucre, y que son parte del sur de
Colombia y para el Ecuador lo que Carabobo
para Venezuela, ambos Generales se
encuentran en Quito. Y el 02 de julio parte para
Guayaquil, donde la situación es delicada.
23. José de San Martín llega el 26 de julio. Los dos grandes
capitanes están frente a frente. Ambos han luchado por
una misma idea: la Independencia americana, pero
conciben en forma diferente la organización de los
pueblos liberados. Guayaquil y Quito, liberados por las
armas de Bolívar y Sucre, no podían pasar al Perú, que
aún no había completado su independencia bajo el
protectorado de San Martín. Los comisionados de Bolívar
andan por diversos países, de México a la Argentina.
Habla de la necesidad de una gran Asamblea de Estados
americanos, de Tratados sobre dos grandes principios: el
del uti possidetis y el de arbitraje. El es quien los
proclama por primera vez en América. Entusiasmado con
la liberación de Panamá, habla del istmo como de "la
gran vía del universo". Su espíritu continental prefigura la
grandeza de América unida. Su actividad diplomática, sus
triunfos militares y los de sus Tenientes, ejercen
influencia en la opinión mundial.
En 1822, el Congreso de los Estados Unidos reconoce la
independencia de los Estados libertados, pues es también
providente organizador. Y tampoco olvida la divulgación
de sus ideas y proyectos por medio de la Prensa. Escritor
por naturaleza, hombre extravertido y elocuente, su
pluma sirve a maravilla para expresar sus ideas.
24. Bolívar, como Miranda, carga junto con los pertrechos
una imprenta; organiza periódicos a todo lo largo de
los territorios; influye a sus Oficiales para que ayuden
a la Prensa; él mismo escribe no sólo sus cartas y
documentos oficiales para que sean publicados en las
gacetas, sino que lleva a las páginas de éstas sus ideas
en forma periodística. A los periodistas les instruye
para que den modernidad a sus publicaciones. Es,
pues, escritor, periodista y civilizador. No olvida jamás
la instrucción pública, y no sólo la organiza con los
dineros del Estado, sino aún con su peculio particular,
y hace llegar a América educadores europeos.
Su oratoria es tan vigorosa como su acción. Su
lenguaje es el de la época: vigoroso, romántico,
apasionado. No se le podía pedir cierta mesura de
profesional de las letras, porque era mucho más: era el
volcán de la Libertad alimentado por el fuego de sus
ideas. Este es el hombre que con prodigiosa obra
cumplida va a encontrarse en Guayaquil con otro gran
capitán de América que viene del Sur. San Martín es
reservado, introvertido. Bolívar, expresivo,
extravertido. En muchos aspectos personales son
opuestos. Ambos son perseverantes. En Guayaquil hay
tres corrientes de opinión: una quiere la independencia
de la provincia; otra, la unión con el Perú: la tercera, la
unión con Colombia. Era necesario, por otra parte,
concluir la guerra de Independencia contra España.
Sucre, al llamar la atención de los españoles y alcanzar
la victoria de Pichincha, ha contribuido al triunfo del
Libertador en Pasto.
25. También contribuye con su tacto al triunfo
diplomático. Bolívar envía sus mensajes a la
Junta de Guayaquil, en los cuales pedía el
reconocimiento de la unión de Guayaquil a
Colombia. La llegada de Bolívar a Quito y su
reconocimiento triunfal son factor importante a
favor de su tesis, a la cual dan suprema razón los
triunfos de Bomboná y Pichincha. Confidenciales
y largas entrevistas ocurrieron entre los dos
capitanes. Es evidente que se discutió la suerte
de Guayaquil, aun cuando el secreto se
mantuviera en muchos aspectos. Las ideas
opuestas de ambos se cruzaron allí, y por algo
San Martín, cuarenta horas después de haber
llegado a Guayaquil, abandonó la ciudad rumbo
al Perú y al llegar a Lima renunció a su cargo,
para seguir a Chile y Argentina. Que el desinterés
suyo y los razonamientos de Bolívar lo llevaron a
esta decisión es algo indiscutible. Sin duda, San
Martín dió pruebas de comprensión y patriotismo
americano, pues Bolívar no sólo contaba con sus
razones políticas, sino con sus brillantes triunfos
militares y la franca adhesión de los pueblos
entusiasmados. Una discordia armada entre los
dos jefes hubiera sido desastrosa para la causa
que ambos sostenían.
26. El interés de América estaba por sobre todo, y Bolívar
podía defenderlo mejor en aquel punto y momento. Es
honorable y patriótica la actitud de San Martín. Buen
militar, debió comprender la superioridad militar de las
fuerzas grancolombianas dirigidas por Bolívar y Sucre.
Sobre esta conferencia han surgido deplorables
discusiones, hasta el extremo de que se han utilizado
documentos apócrifos, sin ningún valor. Muchos
defensores de San Martín han reconocido la insensatez de
tales papeles. Así lo declararon, aun cuando más tarde les
quisieran dar de nuevo valor, por las razones de la sin
razón, de la historia dirigida por decreto, que quieren
establecer ciertos gobernantes. Pero la notable obra del
historiador venezolano Vicente Lecuna ha dicho, hasta
ahora, la última palabra, acabando con la leyenda que se
ha querido entronizar sobre la base de esos documentos
apócrifos. Y los hechos históricos demuestran que Bolívar
y sus tenientes realizaron lo que otros no pudieron
realizar. San Martín inició la campaña libertadora del Perú;
pero cuando se separó del país, los realistas españoles
dominaban aún importantes territorios y aumentaron su
poder. Bolívar continuó aquella iniciativa que se había
perdido en las dificultades, y libertó al Perú.
27. Los peruanos nunca llamaron a San Martín
su libertador. Le dieron el magnífico título
de "Protector del Perú", porque les protegió
en la iniciativa de independencia. El título de
Libertador del Perú lo dió a Simón Bolívar el
Congreso peruano. La mejor prueba de que
San Martín conservó gran recuerdo de Bolívar
es que en su casa mantenía un retrato del
Libertador hecho por la hija de San Martín. Y
en su documento a los peruanos, en que
anuncia que el Libertador de Colombia va a
auxiliar al Perú para terminar la guerra en
América, pide a todos tributo de
"reconocimiento eterno al inmortal Bolívar".
La Batalla de Junín, el 6 de agosto de 1824,
sin un solo disparo, pues fué un terrible
combate a sable y lanza realizado por la
Caballería, es la victoria de Bolívar y Sucre,
que hace cambiar la situación del Perú.
Costó grandes pérdidas a ambos
contendientes, pero dio la supremacía a los
patriotas. Bolívar parte para Lima a organizar
el Gobierno civil y a preparar nuevas fuerzas
para la batalla decisiva.
28. Encarga a Sucre del mando del Ejército, y este
hombre admirable alcanza la victoria de
Ayacucho, el 9 de diciembre de 1824, sellando la
independencia del Perú. Ya había alcanzado el
rango de Mariscal de Campo por sus grandes
servicios en las campañas de la libertad. Ahora
es el glorioso Mariscal de Ayacucho, el más leal y
a la vez el más altivo teniente del Libertador.
Bolívar reconoce los grandes méritos de Sucre en
documentos generosos y justicieros después de
la memorable batalla. Y convoca una Convención
nacional. Renuncia una vez más al supremo
Poder, tanto en Colombia como en el Perú;
rehusa el obsequio de un millón de soles que le
ofrece el país, y acepta sólo la espada de oro y
ricas pedrerías, y sigue al Alto Perú (hoy Bolivia),
cuya liberación proclamó el 16 de mayo de 1825.
Bolívar organiza el Gobierno en Bolivia, que
recibe este nombre en honor de su Libertador y
Fundador, y se ocupa en establecer escuelas,
redactar la Constitución de la Nueva República,
distribuir tierras, estudiar su irrigación y el
desarrollo y administración de las minas
riquísimas.
29. Aquí, como en los demás países liberados,
demuestra Bolívar su gran capacidad de
constitucionalista, de legislador, de
administrador, de político y diplomático, y
sigue abogando por la unión americana. Los
indios merecen especial atención de su
genio. En 1826, después de la apoteosis del
Potosí, rinde cuentas al Congreso del Perú y
regresa a Colombia. Las intrigas y las
ambiciones cunden en el norte de
Sudamérica. Sólo la presencia de Bolívar
podrá mantener las conquistas realizadas.
Llega a Bogotá, donde permanece dos días,
y en tan corto tiempo dicta medidas de gran
trascendencia. Sigue a Venezuela, y en el
camino, incansable y previsor, ofrece
convocar una Convención nacional. Se ha
dirigido también a todos los Gobiernos para
realizar un Congreso de plenipotenciarios
de América, su sueño de gran futuro.
30. Escuelas, hospitales, caminos,
tribunales, iba dejando el Libertador,
porque era, ante todo, un civilizador. El
único reducto español que quedaba en
el Perú era El Callao. El venezolano
Bartolomé Salom lo ganó para la
República. Terminaba la obra
gigantesca, Bolívar empieza a recibir
proposiciones para fundar una gran
Monarquía. Bolívar rechaza tales
proposiciones con espíritu admirable y
palabras llenas de elevación. Otros le
proponían la Dictadura, que él ejerció
cuando fue necesario, pero de la cual se
despojó en muchas ocasiones. Las
intrigas continúan y las desavenencias
entre Páez y Santander levantan graves
peligros. Hay rivalidad también entre los
Generales venezolanos que actúan en su
país. Páez quiere iniciar la revuelta.
Bolívar llega a Maracaibo, se dirige
severamente a Páez y le hace ofertas
amistosas si abandona sus
procedimientos.
31. El Libertador entra triunfalmente en
Caracas, en 1827, después de haber
dictado amnistía y hecho reconocer de
los revoltosos su autoridad de
Presidente de Colombia. Regresa a
Bogotá en 1828, y convoca la
Convención de Ocaña para abril del año
siguiente. La división continúa su obra
después de la renuncia de Bolívar, y éste
ha tenido que regresar a Bogotá para
asumir el Poder Supremo.
Algunas ciudades de Nueva Granada,
Guayaquil y Venezuela piden a Bolívar su
continuación en el Poder. Las
circunstancias se agravan, y el 25 de
septiembre de 1828 los conjurados
atentan contra la vida del Libertador en
su propia residencia. Algunos de sus
fieles resultan heridos y muertos.
32. Manuelita Sáenz, bella quiteña, que
desde hace algunos años es la amante
del Libertador y defensora de sus glorias,
asume aquella noche un papel histórico.
Con sangre fría detiene a los enemigos
mientras Bolívar salta por una ventana
para buscar a sus fieles y restablecer su
autoridad. Algunos de sus Generales
fieles al grande hombre despliegan su
actividad aquella noche. Santander
resulta acusado entre los que han
organizado el complot.
Tomadas las medidas de seguridad,
Bolívar ejerce su clemencia. En 1829, las
intrigas hacen que el Perú marche contra
Colombia, y la victoria de Tarqui, ganada
por Sucre, restablece la situación. El
Libertador se encuentra con Sucre en
Guayaquil y, domina la situación, regresa
a Colombia luego de sufrir grave
enfermedad en Guayaquil.
33. En 1830 de nuevo en Bogotá, se reunió el
Congreso presidido por el Mariscal Sucre.
Dirigió su mensaje al Congreso y supo de
las ingratitudes de Páez y sus amigos de
Venezuela, como también de las de los
neogranadinos. En Venezuela, los
seguidores de Páez pidieron se
desterrase al Libertador, no
permitiéndole su regreso al país.
Páez insistía en la separación de
Venezuela y Nueva Granada. Bolívar envió
una Misión a Venezuela, presidida por
Sucre. Páez no permitió la entrada de la
Misión. El 27 de abril de 1830 renunció
de nuevo el Libertador al mando, no sin
saber antes que Páez no sólo trataba de
separar a Venezuela de Nueva Granada,
sino que pretendía llevar a cabo una
expedición sobre ésta para salvarla del
"tirano" Bolívar. La ambición de Páez
había crecido.
34. El estado de salud de Bolívar se agravaba.
Entregó el Poder al General Caicedo y se
retiró al campo. Se le pidió que
reasumiese el Poder en vista de la
situación política, pero no lo aceptó
después de oír a sus Ministros, sin
olvidar que su energía empezaba a
apagarse. Emprende su viaje hacia
Cartagena con intención de pasar a
Europa. Sus amigos le aclaman; sus
enemigos le vituperan. En Cartagena
recibe la noticia que le hiere más
profundamente: el asesinato del Mariscal
Sucre, su gran colaborador y amigo. Aún
se le llama para que reasuma el Poder
"No", es su respuesta y condena los
motines cuartelarios. Sólo volvería al
Poder, según dice, por la elección de los
pueblos.
Viaja a Santa Marta donde los mèdicos le
aconsejan irse al campo.
35. Se instala en la Quinta de San Pedro Alejandrino,
cerca de Santa Marta. El hombre que todo lo tuvo
está en dificultades económicas para seguir su
viaje. Los habitantes de Quito, agradecidos, le
llaman para que viva en su ciudad y reciba su
homenaje. El Gobierno de Bolivia quiere nombrarle
su Embajador ante la Santa Sede. Al último
llamamiento de sus amigos para que vuelvan al
Poder, contesta: "La fuente de la legitimidad es el
sufragio libre de los pueblos, no el eco de un
motín ni la expresión de unos amigos". El 10 de
diciembre se agrava su salud. Habla de nuevo a
los pueblos en su proclama final, para predicar la
unión.
El 17 de diciembre de 1830 murió, atendido por el
médico francés Próspero Reverend y por sus
amigos devotos, en la casa de un español, amigo
generoso: Francisco Martín. Once años antes, el
17 de diciembre de 1819, había nacido Colombia
en Angostura. Cuando le vió salir de Bogotá poco
antes, el Coronel Patricio Campbell, representante
de la Gran Bretaña, que iba en la comitiva que le
despedía, dijo: "Se ha ido el Caballero de
Colombia".
36. Fue el Hombre de América en el momento
estelar de su revolución. El mejor pedestal
para su gloria lo deberían formar los pueblos
que libertó, pero todavía él es más grande
que ellos. En el año 1842, sus restos fueron
trasladados a Caracas, donde reposaron en la
Catedral, en el panteón familiar, al lado de
los de sus padres y su esposa. Más tarde
fueron llevados al Panteón Nacional de la
capital venezolana, donde su estatua, en el
mármol tallado por Tenerani, preside el
reposo de los héroes.
En ese mismo año 1842, la ciudad de Mérida,
gobernada por Gabriel Picón, héroe de los
Horcones, erigió el primer monumento a su
memoria. La generosidad y la constancia, el
desinterés y la energía en la adversidad,
estuvieron entre sus cualidades
sobresalientes. Morillo, su adversario, decía
que era más temible vencido que vencedor.
37. Mientras otros se valen de las
revoluciones para enriquecerse,
Bolívar perdió su fortuna personal y
sus haberes por el logro de su ideal
revolucionario. Sus cartas, proclamas
y discursos son la mejor lectura que
se puede recomendar para conocer al
grande hombre.
Han sido recopilados en diferentes
ediciones, preparadas por el
historiador venezolano Vicente
Lecuna, gran bolivariano. En la
biblioteca Bolivariana de la Academia
Nacional de la Historia, de Caracas,
sección de su biblioteca general, se
encuentran más de 1600 obras
escritas sobre Bolívar.