El documento sugiere que no debemos olvidar los días grises, las derrotas, los errores, la soledad, las tristezas ni los planes fracasados porque a través de estas experiencias negativas aprendemos lecciones valiosas, mejoramos y cambiamos el rumbo de nuestras vidas para mejor. En conclusión, aunque sean momentos difíciles, no debemos olvidarlos porque gracias a ellos aprendemos y crecemos.