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Pensando en los medios de comunicación
1. Pensando en los Medios de Comunicación
Por Paulo Contreras
Los medios masivos de comunicación son “artefactos” culturales creados por las sociedades
modernas y que tienen como una de sus tareas difuminar hacia la opinión pública lo que
entendemos como “la realidad”.
La importancia e influencia de los medios fue creciendo con el tránsito del siglo XX
abarcando un espacio geográfico mayor en el planeta a través de la tv por cable, tv satelital,
hasta la Internet como plataforma. Se tornaron omnipresentes y ubicuos, y las sociedades
occidentales fueron delegando la conversación pública a estos espacios virtuales (porque
materiales no son).
No obstante, parece ser que debemos tensionar aquella función de los medios masivos,
porque, adicionalmente a la característica antes descrita, existe esa que coloquial,
presuntuosa e ingenuamente los periodistas... “El Quinto Poder”, o ese mandato social de
cautelar y denunciar si se cometen abusos sobre la ciudadanía y representar en consecuencia la
diversidad de puntos de vista existentes en la sociedad.
¿Y por qué deberíamos tensionar eso? Se preguntará usted, amable lector. El problema es
que en el Chile actual tenemos antecedentes suficientes para dudar del modo en que los
medios de comunicación no están “contando” esta realidad... o más bien, habría que
preguntarse el por qué los medios en nuestro país no están transmitiendo una
heterogeneidad de visiones acerca de las diferentes realidades que podrían estarse
dando.
#pirómanosmodeon
Siguiendo con esta lógica de interrogantes, muchas veces me pregunto por qué se muestran
solo desmanes en las movilizaciones sociales que cuentan con un altísimo porcentaje de
adhesión ciudadana. Pasan los días, pasan los noticieros, y esa “simpatía” de la gente con
las demandas de la calle se mantiene. ¿Nos gusta la violencia? Nos gustan
(#pirómanomodeon) las micros quemadas? ¿O será que las movilizaciones sociales son
sustancial y mayoritariamente otra cosa, y en la calle no sucede lo que sucede en las
pantallas?
A mi juicio, y puedo estar equivocado claro (#humildadmodeon) el asunto se explica, en
parte, por la muy comentada concentración de la propiedad de los medios de comunicación
que se viene dando en nuestro país desde los 90 y que redunda en una homogeneidad de
discursos. Pasa que estamos escuchando y viendo en las horarios prime lo que un grupo
muy determinado de ejecutivos de medios de comunicación decide, con criterios que tienen
que ver casi exclusivamente con el mercado (l os medios le venden sus productos -la
información propiamente tal- a una audiencia y transan adicionalmente el acceso por parte de
avisadores a esa audiencia a través la publicidad) y con las líneas editoriales de esos medios,
prácticamente todos de una corriente de pensamiento ligada al modelo económico que
muchos llaman neoliberalismo.
2. ¿La alegría ya viene?
En los 70, el espectro mediático en Chile era distinto al actual, Chile lo era. Al momento del
golpe militar, se empezó a sufrir informativamente los rigores de la censura propia de un
control político e ideológico centralizado en la Junta que comandaba Augusto Pinochet. Así
pues, las dos empresas más importantes en la difusión de información, COPESA y El
Mercurio tuvieron de ahí en más la cancha despejada para consolidar esa supremacía que
gozan hoy. Hubo dictadura política desde 1973 a 1990, pero leí por ahí... seguramente en
twitter, que la dictadura no se acabó, hoy la dictadura es de otro tipo, una dictadura del
mercado. Vaya que esto queda patente cuando se trata de enunciar la dinámica que
tomaron los medios de comunicación post Pinochet. Paradojal e irónicamente el fin de la
dictadura supuso el golpe de gracia en este tránsito de agonía y muerte de varios medios de
comunicación, algunos muy importantes en la historia reciente de este país, como los diarios
Fortín Mapocho y La Época, las revistas Análisis, Cauce, y Hoy, por nombrar las más
conocidas. ¿Por qué? No pudieron adaptarse a las nuevas condiciones, que exigían
estrategias de mercadeo, empresariales, que le dotaran de un marco de sustentabilidad
económica que compense el fin de las ayudas externas que recibían cuando la lucha era
contra la censura impuesta por el gobierno militar. Sin embargo, esta agonía en parte
también podría deberse (y escribo en condicional solamente con el afán de no parecer
autoritario en mi idea, ya que desde mi punto de vista es evidente) a que la Concertación de
Partidos por la Democracia, la coalición gobernante desde 1990 al 2010 no generó política
alguna de estímulo de una pluralidad informativa, uno de los pilares de cualquier sistema
democrático sano. ¿Por qué esta ausencia de políticas públicas? Por su creencia religiosa
en el mercado, por su creencia dogmática y administrativa del modelo impuesto en que sería
ese mismo mercado quien regularía el nacimiento de medios, produciendo un sector
competitivo y plural. La concertación estimuló la concentración. Hasta suena a cacofonía!.
El resultado de esto es que hoy, 2012, por lejos, las empresas periodísticas que marcan
agenda en Chile son el grupo de empresas de El Mercurio y la Sociedad Periodística de
Chile (copesa), con una gran cadena medios escritos, radiales y electrónicos pues no sólo
contralan el tiraje, sino que fueron poblando el discurso público a través de lo que se
denomina la Convergencia de medios, es decir, la configuración de megaconglomerados
que utilizan los distintos formatos (radio, prensa escrita, tv, web) para instalar sus productos
informativos.
Para otra conversación dejaremos el tema de la irrupción de las empresas internacionales
que poseen uno o varios medios de comunicación en Chile, (como los dueños Chilevisión o
Radios Futuro y ADN) o las radios comunitarias.
En fin, desde la universidad podemos hacer mucho para aportar a este necesario diálogo
puesto que un indicio de lo grave de este problema es la breve investigación realizada por
los centros de estudios que directamente han asumido el análisis, destacando el más actual
(2009) y detallado que es el libro de María Olivia Mönckeberg “ Los Magnates de la Prensa:
Concentración de los Medios de Comunicación”.
De esto les propongo conversar rescatando sin duda experiencias alternativas que han
surgido, como diarios electrónicos.