La masonería se originó en Ecuador a principios del siglo XIX, cuando ecuatorianos que viajaron a Europa y se unieron a logias masónicas regresaron trayendo nuevas ideas de libertad. La primera logia masónica en Quito data de antes de 1809. Logias masónicas como la Estrella de Guayaquil y la Sociedad del Quiteño Libre jugaron un papel importante en la independencia de Ecuador y en oponerse al gobierno de Juan José Flores. En 1918, varias logias masónicas se unieron para fundar la Gran Logia
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Historia del origen de la masoneria en ecuador
1. HISTORIA DEL ORIGEN DE LA MASONERIA EN ECUADOR
Escribe: VICTOR MANUEL GUZMAN VILLENA
M.·.M.·.
Las persecuciones políticas, la ignorancia, decadencia y
desidia de las instituciones públicas y privadas que no han
podido tener un archivo ágil y eficiente así como los
frecuentes incendios, saqueos y censuras han destruido
importantes documentos relacionados con la historia, me
impide precisar con mayor acuciosidad los inicios de la
masonería en Ecuador, pero a pesar de todos estos obstáculos
tenemos la certeza que antes de 1809 ya existió una Logia
Masónica en Quito, fundada por ecuatorianos que viajaron a
Europa, ávidos de saber y en búsqueda de conocimiento y que al regresar al país
trajeron moderna instrucción conjuntamente con un amor a la libertad y la
decisión de consagrarse a la causa de la independencia, empeño en que fueron
ayudados por notables extranjeros que dedicaron sus energías y vertieron su
sangre en defensa de los derechos de nuestros pueblos. Aquella logia de Quito
dependió de la potencia inglesa. Su Venerable fue Juan Pío Montúfar, que fue
Presidente de la Junta Suprema de Gobierno. Otro de sus miembros fue José
Mejía Lequerica, de destacada actuación en las Cortes de Cádiz.
Juan Pio Montufar
También parece probado por los pocos documentos
existentes que se conoce que en Guayaquil, en 1820,
se planificó y ejecutó la Independencia de Guayaquil
a través de la Logia Estrella de Guayaquil, que José
de Antepara lo calificó como un acto trascendental y
2. definió como Fragua de Vulcano y en forma simultánea forma la división
Protectora de Quito para liberar de España a los territorios de la Audiencia de
Quito, aspiración que se cristaliza el 24 de mayo de 1822.
La Estrella de Guayaquil tiene su origen en las Logias Lautarinas y yendo más
atrás en la historia, en 1800 levantó columnas en Londres una logia llamada Gran
Reunión Americana, cuyos miembros se denominaron Caballeros Regionales,
teniendo como exclusivo objeto unificar esfuerzos por liberar a los pueblos de
América del colonialismo español. A esta logia pertenecieron el precursor de la
independencia Francisco de Miranda, Bernardo O’Higgins, Andrés Bello, Simón
Bolívar, José de San Martín, José Joaquín Olmedo. La logia Estrella de
Guayaquil se fundó el 8 de octubre de 1820.
De allí para adelante, no se han conservado vestigios hasta 1824 en que el H:.
Antonio Valero con poderes suficientes del Supremo Consejo de Bogotá, fundó
en Guayaquil la Logia Ley Natural con los H:. Gral. Pedro Lavayen, Hilario
Indaburu, Narciso Gutiérrez, José Rodríguez, Nicolás Caicedo, J. P. Moreno, F.
Betancourt, J. F. Moréan, Alejandro López, A. Triviño, Miguel Lavayen, Manuel
Lavayen y otros; ignorándose la fecha exacta en que se suspendieron los trabajos.
Es importante anotar que en 1824 para enfrentar al gobierno de Juan José Flores
se organiza en Quito el grupo denominado Sociedad del Quiteño Libre, la misma
que estaba integrada por masones como el Gral. Manuel Matheu, Coronel
Francisco Hall, José María Sáenz, Pedro Moncayo Esparza.
Pedro Moncayo Esparza
La Sociedad del Quiteño Libre fue en sí una logia y su cabeza principal fue el
coronel Hall, de origen inglés y el ibarreño Pedro Moncayo y Esparza. Esta
Logia del Quiteño Libre lanzó la candidatura presidencial de Vicente Rocafuerte
a la diputación de Pichincha y lograron su elección. Rocafuerte fue masón,
miembro fundador de las Logias Lautarinas de Chile y de los Caballeros
Racionales de Cádiz-España. También fue miembro de la Logia Unida de
Inglaterra y del Centro Filantrópico de Guayaquil y de la Gran Logia Unión y
Orden de Lima. Rocafuerte con el apoyo de la masonería luego fue nombrado el
segundo Presidente Constitucional de la vida república del país.
3. Rocafuerte
Después vino el predominio de los jesuitas en la política
ecuatoriana con García Moreno, en cuya época no es
dudoso que existiera algún taller masónico en el
territorio, pues hasta se afirma en la tradición popular
que el mismo mandatario pretendió hacerse iniciar para
conocer lo que de otro modo le estaba vedado; pero que
fue severamente rechazado y de allí nació la persecución
desembozada y tenaz de que fue víctima la masonería
contra la que nunca pudieron ni el tiempo ni las tiranías.
Por 1859 estaba establecida en Guayaquil la Logia
Filantrópica dependiente del Gran Oriente del Perú, que
luego dejó de trabajar. A ella pertenecieron entro otros
distinguidas personalidades como José de Villamil, José María Molestina,
Bartolomé Fuentes, Juan Puig, Juan José Allende, Juan Destruge, Antonio
Neumane y otros.
Al iniciarse 1878 la transformación liberal solicita carta del Gran Oriente del
Perú y funda un taller que se llamó Redención y que al retornar el dominio
conservador desapareció.
Quedo entonces vacante el territorio ecuatoriano y que fue ocupado en abril de
1897 por la Gran Logia de los Antiguos, Libres y Aceptados Masones del Perú,
quienes establecieron en Guayaquil la logia “Luz del Guayas”.
Eloy Alfaro
En diciembre de 1901 el coronel Alonso Plaza con
poderes del Supremo Consejo Grado XXXIII del
Perú instaló en Guayaquil una nueva logia bajo en
nombre de Sucre, a la que siguió luego la Filantropía
del Guayas, inaugurada en junio de 1905, en pleno
apogeo de la revolución liberal comandada por el H:.
Eloy Alfaro que trajo al país un régimen de libertad
de culto e implantó el laicismo en la educación, entre
otras innovaciones para integrar a los habitantes a
mejores perspectivas de vida.
4. Convencidos muchos maestros masones de que hasta los intereses de la
fraternidad, como la legislación generalmente admitida exigían imperiosamente
que las logias se desprendieran de la obediencia del Supremo Consejo para
fundar una Gran Logia Ecuatoriana, iniciaron trabajos encaminados a este fin,
pero la disidencia e intereses personales hicieron fracasar la empresa; mas, en
1910 se obtuvo la creación del Supremo Consejo Grado XXXIII del Ecuador, al
cual se allanaron las dos logias del Rito Escocés Antiguo y Aceptado existentes
en Guayaquil y eran la logia Ley Natural dependiente del Gran Oriente de
España y Simón Bolívar auspiciada por el Supremo Consejo del Perú, centro
establecido en Quito.
En 1913 varios miembros de la Logia Sucre de Guayaquil de nacionalidad
italiana se retiraron para fundar la logia Aurelio Santti de la obediencia del
Supremo Consejo Grado XXXIII de Italia, pero no pudieron continuar sus
labores por lo que sus miembros resolvieron devolver la carta y reintegrarse a su
madre logia Sucre.
Desde esa fecha se suscitaron nuevas agitaciones en pro de la fundación de la
Gran Logia del Ecuador, sin que por múltiples causas, el empeño haya tenido
éxito; y, más bien se temió por un momento que llegase a decaer la masonería
ecuatoriana, pues de las 5 logias que al establecimiento del Supremo Consejo del
Ecuador existían en el país, apenas trabajaban con regularidad la Sucre y la Ley
del Guayas. Las tres restantes no daban señales de vida, no obstante que algunos
de sus miembros hicieron tentativas para emprender en su labor activa que
demanda el ideal masónico.
Por fin en 1917, dos grupos del H:.de la logia Sucre se propusieron conseguir el
establecimiento de la Gran Logia del Ecuador. Al enterarse de las ideas
fusionaron sus esfuerzos y acordaron dar un fuerte impulso a la actividad
masónica. Y en esta tarea se unieron prominentes miembros de la Filantropía del
Guayas y de la Simón Bolívar de Quito, para recomenzar sus labores y después
para reunir en su entorno a elementos dispersos fundaron en Guayaquil las logias
Luz de América y Eloy Alfaro.
El 11 de enero de 1918 la logia Sucre de Guayaquil tuvo una reunión especial y
después de que el plan fue expuesto cruzaron ideas entre los concurrentes y se
aprobó un acuerdo convocando a las logias ecuatorianas a un congreso masónico
que se ocupara de las cuestiones previas a la instalación y reconstitución de la
Gran Logia del Ecuador.
En sesión especial convocada para este objeto fue conocida la invitación cursada
5. por las logias Filantropía del Guayas, Simón Bolívar, Eloy Alfaro, Luz de
América y Luz del Guayas. Las 4 primeras aceptaron la convocatoria al congreso
masónico y rompieron los lazos de subordinación que hasta entonces les unía al
Supremo Consejo del Ecuador y nombraron sus representantes con plenos
poderes para que a su nombre concurrieran al mencionado congreso. La Luz del
Guayas aceptó bajo ciertos condicionamientos.
El día fijado, 20 de febrero de 1918, se instaló solemnemente el congreso con la
concurrencia de todas las logias del Ecuador, presentes a través de diputaciones y
ante un gran número de maestros masones. Las sesiones se encaminaron a
elaborar el proyecto de constitución y después de un amplio estudio fue aprobado
definitivamente.
El 3 de marzo de 1918 el congreso masónico declaró terminado sus sesiones y
citó a la Gran Logia para su primera asamblea para el día siguiente, en cuya fecha
se verificó la instalación de la Gran Logia del Ecuador, se promulgó la
Constitución y se prestó solemne juramento de obediencia al nuevo código.
Posteriormente y con pocos días de intervalo, las Logias de la Obediencia
hicieron igual promesa. La instalación del Vice Gran Maestro se verificó el 11 de
marzo y la del Gran Maestro el 1 de junio. Estas ceremonias fueron solemnes y
se efectuaron en presencia de más de 200 maestros masones de todo el territorio
ecuatoriano. Fue elegido vicepresidente Ismael Pérez Pazmiño y Presidente de la
Gran Logia del Ecuador el doctor Miguel E. Castro, que viene hacer los primeros
dignatarios de este Gran Oriente masónico.
Para formular la Constitución se hizo un estudio comparativo y detenido de
cuantas constituciones pudieran existir y se adoptó todo aquello que sin salirse de
la tradición y adoptaba de mejor manera a la cultura e idiosincrasia de la
masonería ecuatoriana. Así, pues, y con el fin de no dividir fuerzas la Gran Logia
auspició a las logias de todos los ritos regulares, con el objeto de facilitar la
administración y eligieron el sistema de gobierno de la masonería argentina que
dividía el poder supremo del subordinado en las secciones legislativa, ejecutiva y
judicial, reuniendo la suma de poderes en el cuerpo legislativo formado por
representantes de las logias libres, especialmente por los talleres.
Este esbozo tiene la finalidad de preservar el desarrollo de la masonería
ecuatoriana y sobre todo tener en cuenta que ha sido un centro de discusión y de
trabajo en beneficio del país, ya que sus miembros y talleres han jugado papeles
decisivos en la historia política, cultural, económica y social, siendo los
6. personajes más destacados de la vida ecuatoriana masones y su presencia ha
perdurado y constituye guía y ejemplo a nuestras futuras generaciones.
Es preciso señalar que la masonería ecuatoriana pese a sus altibajos siempre
tiende ha desarrollarse y proyectarse en la sociedad.