1. Lectura: Mateo 6:25-34 Mirad las aves del cielo... Mateo 6:26
2. Rama a rama, el cardenal construyó un hogar en forma de tazón en el arbusto fuera de la ventana de mi oficina. Pronto puso un huevo y lo mantuvo abrigado hasta que éste empolló. A la avecita le puse el nombre de Miguel. Aunque era diminuto, tenía un apetito enorme. Sus padres trabajaban duro para mantenerlo alimentado y a salvo. En unos cuantos meses, Miguel estaba listo para dejar el nido, y yo estuve allí para presenciar el asombroso evento. Cuando Miguel partió, lo mismo hicieron mamá y papá. El nido se mantuvo vacío hasta la primavera siguiente. Cuando mamá cardenal regresó, me sentí feliz de volver a verla, pero al mismo tiempo me estremecí. Habíamos vendido nuestra casa y me preocupaba que los nuevos dueños pudieran cortar el arbusto. Pero mi preocupación pronto se convirtió en asombro. Mientras desmantelaba mi oficina, mamá cardenal desmantelaba su nido. Para cuando nos fuimos, también lo hizo la familia cardenal. Los instintos que Dios le había dado a mamá cardenal le habían dicho que se mudara. Esto trajo a mi mente otra lección de la naturaleza. Usando a las aves y a los lirios como ejemplos, Jesús instó a las personas a que no se preocuparan. Si Dios cuida de las aves, con toda seguridad cuidará de Su pueblo (Mateo 6:26-30). Cuando la preocupación por nuestro propio bienestar nos trae sentimientos de ansiedad, podemos observar a las aves y tener la seguridad de nuestro valor para Dios y de Su cuidado por nosotros.
3. No tenemos que temer los peligros a nuestro alrededor porque los ojos del Señor siempre están sobre nosotros.
4. Lectura Bíblica: Mateo 6:25 al 33 25 Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? 26 Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas? 27 ¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo? 28 Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan; 29 pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria g se vistió así como uno de ellos. 30 Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe? 31 No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? 32 Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. 33 Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. Reina Valera Revisada (1960) . 1998 (electrónica ed.) . Sociedades Bíblicas Unidas: Miami
5. Biblia del diario vivir . 6.33 «Buscar el reino de Dios y su justicia» significa buscar su ayuda en primer lugar, saturar nuestros pensamientos con sus deseos, tomar su carácter como modelo y servirle y obedecerle en todo. ¿Qué es lo más importante para usted? Habrá personas, objetos, metas y otros deseos que compitan en cuanto a prioridad. Cualquiera de estos puede sacar a Dios del primer lugar si usted no decide enfáticamente darle el primer lugar en todos los aspectos de su vida.