Biografía de Karen Horney
Karen Danielson nació cerca de Hamburgo, Alemania, el 15 de septiembre de 1885. Fue la segunda hija
en un matrimonio desdichado de un capitán noruego a menudo ausente y su bella esposa de clase alta
Karen conservó un carácter muy independiente considerando las claras actitudes religiosas de su padre
como hipócritas y cuestionando las enseñanzas fundamentalistas de su iglesia. La educación secundaria
tradicional de la que disponían las niñas alemanas excluía una educación universitaria.
. Su padre estuvo de acuerdo que ingresara a la Universidad de Freiburg en 1906, en un grupo de 58
mujeres y 292 hombres. Ahí estudió medicina. Era popular y fue incluida en las fiestas y sesiones de
estudio de sus compañeros. En 1909 se casó con un asiduo compañero, Oskar Horney. Se mudaron a
Berlín donde Karen continuó sus estudios de medicina Horney experimentaba depresión, fatiga e
insatisfacción en su matrimonio, lo cual expresaba teniendo aventuras con un amigo de su esposo. Su
padre murió casi en esa misma época y experimentaba sentimientos ambivalentes hacia él, con los que
tenía que lidiar: enojo por la infelicidad del matrimonio de sus padres, que culminó en separación unos
cuantos años antes
Después de recibir su grado psiquiátrico tradicional en 1915, se atrevió a dar una conferencia sobre la
controvertida teoría freudiana y a defenderla de sus críticos, entre quienes se encontraban, de manera
interesante, Adler y Jung.
Karen y Oskar Horney tuvieron tres hijas (una de ellas, Marianne Horney Eckardt se convirtió
en analista horneyana). Pero la pareja continuó teniendo problemas matrimoniales y
finalmente se separó. Horney se dedicó cada vez más a su carrera. En 1920 se convirtió en
uno de los miembros fundadores del Instituto Psicoanalítico de Berlín y publicó varios trabajos
sobre el desarrollo masculino y femenino, las relaciones y el matrimonio . Sin embargo, la
comunidad psicoanalítica desechó sus argumentos y atacó sus motivaciones. Se informa que
Freud dijo de ella, “Es capaz, pero maliciosa-mezquina” (S. Quinn, 1988, p. 237). La acusaba
de hacer un análisis inadecuado y dijo que no aceptaba su propia envidia del pene
Comenzó a escribir libros en los cuales se refería explícitamente a sus ideas como una nueva
teoría, diferente a la de Freud. Al final, los freudianos ortodoxos no pudieron tolerar más las
opiniones disidentes de Horney Un disidente o grupo disidente, en un término general definido, es
una persona u organización que, por diversas razones, está en desacuerdo con una política, doctrina o
directriz establecida en un estado u organización, sea en lo político, religioso, militar o institucional, que
lleva a desacatarla y hasta desafiarla. ). En 1941 la Sociedad Psicoanalítica de Nueva York votó
por destituirla de su cargo como maestra y supervisora clínica, degradándola a instructora.
.
No sólo se le considera neofreudiana y teórica psicoanalítica social, sino también “una
humanista por su visión holística significa observar o analizar algo o algún área de la vida globalmente, es
decir, como un todo y no de manera fragmentada) y su énfasis en la autorrealización; y una feminista
por su desarrollo de una psicología femenina” Sin embargo, cuestionaba la premisa freudiana
de que el inconsciente consiste en conflictos en relación con la expresión de la libido. De
acuerdo con Horney, no es el conflicto sexual lo que impulsa la personalidad. De hecho,
informaba que algunos de sus pacientes neuróticos experimentaban una vida sexual
orgásmica y plenamente satisfactoria,. Para Horney, los conflictos más importantes no se
basan en fijaciones libidinales sino en problemas interpersonales no resueltos. Horney
coincidía con Freud en que los conflictos fundamentales que perjudican la personalidad se
originan temprano en la niñez y en que esos conflictos se centran en las interacciones entre
los padres y el niño. Afirmaba que las fuerzas culturales afectan fuertemente esos desarrollos
y que las diferencias de personalidad entre los hombres y las mujeres reciben mayor influencia
de las fuerzas sociales que de la anatomía.
ANSIEDAD BÁSICA Y HOSTILIDAD BÁSICA
Los lactantes y los niños pequeños son muy dependientes de sus padres, no sólo para la
supervivencia física sino también en un sentido de seguridad psicológica. En el caso
ideal, el lactante siente que es amado y protegido por los padres y que por consiguiente
está a salvo. En circunstancias menos ideales, el niño se siente intensamente
vulnerable. Este desamparo en la niñez, en la ausencia de una crianza adecuada,
produce un sentimiento de ansiedad básica, al que Horney (1945, p. 41) describió como
“el sentimiento que tiene un niño de estar aislado e indefenso en un mundo
potencialmente hostil”. El descuido y el rechazo de los padres enojan al niño, una
condición que Horney denominó hostilidad básica. Sin embargo, el niño pequeño no
puede expresar la hostilidad porque esto acarrearía castigo o pérdida de amor. Esta
hostilidad reprimida aumenta la ansiedad.
TRES ORIENTACIONES INTERPERSONALES
Horney ofreció una categorización de tres tipos de neuróticos, distinguiendo entre ellos por su
énfasis en ir hacia la gente, ir contra la gente o alejarse de la gente. Bernard Paris (1989)
observó que esas tres orientaciones corresponden a “los mecanismos básicos de defensa en
el reino animal —pelea, huida y sumisión”.
La ansiedad y la hostilidad básicas son las emociones fundamentales de la niñez,
ocasionadas por un amor parental inadecuado. Desarrollo adulto Después de la niñez ocurren
pocos cambios importantes en la personalidad. Horney decía que los neuróticos que ponen
énfasis en el ir hacia la gente adoptan la solución de autoanularse frente al conflicto
neurótico, buscan amor y minimizan cualquier necesidad aparentemente egoísta que pudiera
interferir con ser amado. Decía que los neuróticos que ponen énfasis en el ir contra la gente
adoptan la solución expansiva ante el conflicto neurótico, buscan el dominio incluso si éste
dificulta las relaciones cercanas con los demás. Por último, los neuróticos que ponen énfasis
en el alejarse de la gente adoptan la solución de la renuncia, buscando la libertad incluso a
expensas de las relaciones y el logro. Cada una de esas tendencias básicas puede
expresarse de diversas maneras.
Las tres soluciones neuróticas de Horney
1. Solución de autoanularse: El atractivo del amor (“La personalidad complaciente”)
2. Solución expansiva: El atractivo del dominio (“La personalidad agresiva”)
3. Renuncia: El atractivo de la libertad (“La personalidad desapegada”)
Ir contra la gente: La solución expansiva
Alejarse de la gente: La solución de la renuncia
Narcisismo
Las relaciones enfermizas con otros surgen de un sentido patológico de sí mismo. Si una
persona está insegura de su valía personal, puede intentar parecer valiosa a través de las
diversas orientaciones interpersonales poco sanas que Horney describió. Al parecer más
poderosa que los demás, o más amada, o más independiente, una persona puede ocultar una
incertidumbre central acerca del valor personal. El foco en uno mismo y la auto admiración
patológicos constituye en el narcisismo. En menos de una de cien personas, el narcisismo
es grave y afecta tanto a la persona que puede diagnosticarse como un trastorno mental, el
trastorno narcisista de la personalidad (American Psychiatric Association, 1994). Las personas
que sufren este trastorno se centran en sí mismas en un grado extremo; no tienen mucha
empatía por la experiencia de otra gente. Su sentido de ser únicas, de que merecen atención
y admiración especial, las lleva a usar a los demás como admiradores y seguidores y no como
individuos distintos.
El trastorno de personalidad narcisista (uno de varios tipos de trastornos de la personalidad) es un
trastorno mental en el cual las personas tienen un sentido desmesurado de su propia importancia, una
necesidad profunda de atención excesiva y admiración, relaciones conflictivas y una carencia de empatía
por los demás.
AJUSTES PRINCIPALES A LA ANSIEDAD BÁSICA
El individuo adopta mecanismos de defensa para resolver los conflictos sobre la
ansiedad básica. Horney reconoció muchos de los mecanismos de defensa que los
analistas anteriores habían descrito, como la represión. Además, amplió
considerablemente la lista de maniobras defensivas. Todos los neuróticos usan alguna
mezcla de cuatro estrategias principales para resolver el conflicto básico entre el
desamparo y la hostilidad. Esas estrategias no resuelven el conflicto o llevan al
crecimiento, pero pueden permitir que la persona se adapte lo suficiente para afrontar
la vida diaria.
Desaparición del conflicto: Ir hacia o contra los otros
Primero, el neurótico puede “hacer desaparecer parte del conflicto y hacer que predomine
su opuesto” (Horney, 1945, p. 16). Como el conflicto es entre el desamparo y la hostilidad,
una persona que termina con la hostilidad pondrá énfasis en el desamparo y se volverá
dependiente de los otros. Por otro lado, una persona que vence al desamparo acentuará
la hostilidad y se enojará con otra gente. Éstas son dos de las orientaciones
interpersonales básicas: ir hacia e ir
Desapego: Alejarse de los otros
Segundo, los individuos neuróticos pueden desapegarse de los otros. Como los
conflictos son inherentemente interpersonales, el solo hecho de alejarse de la gente
reduce la experiencia de conflicto. Si esta tendencia es mucho más fuerte que la
desaparición, lleva a la tercera orientación interpersonal de Horney, alejarse de la
gente.
El sí mismo idealizado: Alejarse del sí mismo real
La tercera estrategia principal de ajuste de los neuróticos es alejarse del sí mismo real
hacia un sí mismo idealizado aparentemente mejor (menos indefenso, menos enojado).
El sí mismo real es “el centro personal de nosotros mismos, vivo y único” (Horney, 1950,
p. 155). Está involucrado en el crecimiento psicológico sano (al que muchos humanistas
llaman autorrealización).
LA TIRANÍA DE LOS “DEBERÍA”
Cada persona desarrolla formas de fortalecer el sí mismo idealizado y evitar
confrontación dolorosas con el sí mismo real reprimido. “Debería ser amable con todos”
o “Debería poder hacer el trabajo mejor que cualquier otro” o “No debería depender de
otra persona”. Ésos son el tipo de demandas, a menudo no del todo conscientes, que la
gente se hace a sí misma. Horney llamó a esas demandas la tiranía de los “debería”.
Nos impulsan aún más cerca del sí mismo idealizado, pero a expensas de un mayor si
mismo real.
En la cuarta estrategia principal de ajuste, el neurótico proyecta los conflictos internos
en el mundo exterior, un proceso que Horney llamó externalización. Esto no cura el
conflicto original entre el individuo y el mundo exterior, sino que lo incrementa. Aunque
no produce crecimiento, reduce la ansiedad, al menos por un tiempo. La externalización
se refiere a “la tendencia a experimentar los procesos internos como si ocurrieran fuera
de uno mismo y, como regla, hacer a esos factores externos responsables delas
dificultades” estanciamiento del sí mismo real.
TÉCNICAS SECUNDARIAS DE AJUSTE
Puntos ciegos
La gente a menudo no está consciente de algunos aspectos de su conducta que son ostensiblemente
incompatibles con su autoimagen idealizada. Horney (1945) mencionaba el ejemplo de un paciente que
“tenía todas las características del tipo complaciente y que pensaba de sí mismo como una especie de
Cristo” pero que ciegamente no reconocía la agresión expresada por los asesinatos simbólicos de sus
colaboradores. “En las reuniones de personal a menudo le pegaba un tiro a un colega tras otro con un
pequeño movimiento del pulgar” (p. 132). Esos puntos ciegos impiden tener conciencia del conflicto
entre la conducta y nuestra autoimagen.
Compartimentalización
Otra forma de impedir el reconocimiento del conflicto es la compartimentalización, que permite que las
conductas incompatibles sean conscientemente reconocidas, pero no al mismo tiempo. Cada una
puede ser experimentada en un “compartimento” separado de la vida: familia o extraños, amigos o
enemigos, trabajo o vida personal, etc. Por ejemplo, una persona puede ser cariñosa dentro de la
familia mientras que al exterior es un implacable competidor de negocios.
Racionalización
Horney (1945, p. 135) llamó racionalización al “autoengaño por razonamiento”. Al usar la
racionalización explicamos nuestras conductas de forma que parezcan congruentes con lo que es
socialmente aceptable y con las cualidades deseables que hemos aceptado como parte de nuestra
personalidad. Horney proporcionó los siguientes ejemplos: un tipo complaciente que es amable
racionalizará que esta acción se debe a sentimientos de simpatía (ignorando u tendencia a dominar,
que también puede estar presente); un tipo agresivo explicará su amabilidad como una conducta
conveniente. En ambos casos, la racionalización reafirma la autoimagen idealizada.
Autocontrol excesivo
El autocontrol excesivo impide que la gente se vea abrumada por una variedad de
emociones,incluidos “el entusiasmo, la excitación sexual, la autocompasión o la ira” (Horney, 1945,p.
136). La ira es particularmente peligrosa y más activamente controlada. La gente que usa este
mecanismo de defensa por lo general evita el alcohol porque puede ser desinhibidor. En la
psicoterapia tiene dificultades particulares con la asociación libre. Cuando las emociones amenazan
con presentarse, estas personas pueden temer que se están volviendo locas.
Rectitud arbitraria
La rectitud arbitraria “constituye un intento por resolver los conflictos de una vez y para siempre
declarando arbitraria y dogmáticamente que se tiene invariablemente razón” (Horney,
CONDUCTA PARENTAL Y DESARROLLO DE LA PERSONALIDAD
El ambiente familiar ideal proporciona calidez, buena voluntad y “una fricción sana con los deseos e
inclinaciones de los otros” (Horney, 1950, p. 18). Dicho ambiente permite que el niño desarrolle un
sentimiento seguro de pertenencia en lugar de ansiedad básica. La crianza sana requiere que los
padres sean capaces de amar genuinamente al niño y eso no es posible si ellos mismos tienen
problemas emocionales. Muchos padres no consiguen este ideal. Una de las metas que Horney
describió para el psicoanálisis era aconsejar a los padres cómo criar jóvenes sanos, rompiendo así el
ciclo de neurosis a través de cada generación.
Apego infantil
Los psicólogos del desarrollo han estudiado un importante desarrollo en la infancia que nos ayuda a
entender los orígenes de las relaciones interpersonales perturbadas. Los niños desarrollan lazos de
afecto con su madre denominados apego (Ainsworth y otros, 1978; Bowlby, 1988a). Este apego
funciona, en un sentido evolutivo, para asegurar la supervivencia de los niños al mantenerlos cerca de
sus padres, de quienes dependen para sobrevivir. John Bowlby, un pionero de los trabajos sobre el
apego, compara la función de los padres con la de un comandante en el ejército que envía una fuerza
expedicionaria. Si todo marcha bien, la expedición realiza la tarea, pero, si hay problemas, la base
proporciona un lugar seguro al cual retirarse.