La traducción e interpretación son estudios universitarios que forman a traductores e intérpretes profesionales. Estos estudios tienen entre 1 y 4 años de duración y se imparten en facultades de traducción e interpretación o facultades de filosofía y letras. Aunque no es un requisito, estos estudios otorgan un título académico en traducción o interpretación. La traducción se refiere a la transmisión escrita mientras que la interpretación es la transmisión oral.
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Estudios Trad. e Interp
1. LA TRADUCCIÓN E INTERPRETACION
Se denomina Traducción e Interpretación (Traductorado en algunas regiones de América Latina) a los estudios
universitarios cuyo fin es formar a mediadores lingüísticos profesionales, es decir, traductores e intérpretes.
La ciencia que rige la teoría, la descripción y la aplicación de estos estudios es la traductología.
Estos estudios tienen una duración de entre uno y cuatro años, según el país y la etapa universitaria (grado o
máster). Los centros que se encargan de su docencia suelen ser las facultades o escuelas universitarias de
Traducción e Interpretación, si bien existen universidades donde estos estudios están adscritos a las
facultades de Filosofía y Letras, Comunicación o incluso de Derecho.
La superación de estos estudios conlleva la obtención de un título académico reconocido de traductor y/o
intérprete, si bien éste no es requisito para poder ejercer, dado que se trata de una profesión aún no regulada
en la mayoría de países. De aquí surgen cuestiones de debate, como es el intrusismo profesional, ya que existe
la idea errónea de que el mero conocimiento y dominio de idiomas es suficiente para poder ejercer como
traductor o intérprete profesional.1 Por ello, en los últimos años se ha venido exigiendo la creación de un
colegio profesional que vele y regule la profesión de traductor e intérprete, máxime si consideramos su marco
jurídico, como es el derecho a contar con un servicio de traducción e interpretación de calidad en los procesos
penales.
Si bien estos estudios se denominan en su
conjunto Traducción e Interpretación,
ambas disciplinas remiten a dos actividades
profesionales diferentes. Aunque el
término traducción puede utilizarse en
sentido amplio, normalmente éste se
reserva únicamente para la transmisión por
escrito, siendo el intérprete quien
transmite un discurso de tipo oral. Como
consecuencia, desde la instauración de
estos estudios universitarios, existe un debate académico sobre si unificar ambas disciplinas representa el
mejor método de formación. Al respecto, se han propuesto diversos modelos, que van desde la separación
temprana de ambas disciplinas hasta la semiunificación o la convivencia de ambas.
El color académico relacionado con estos estudios es el verde azulado, también relacionado con la diplomacia
y los asuntos exteriores.
ESCUELAS MEDIEVALES DE TRADUCTORES
En la Edad Media, los traductores comienzan a destacar su labor, como mensajeros de la cultura en el Oriente.
En 770‐780 se realizan las primeras traducciones de libros de astronomía en sánscrito, llamados originalmente
siddhantas, escritos por el astrónomo Kanka gracias a Muhannad ben Ibrahim al‐Fazari y a Yaqub ben Tariq.
Los iraníes se convirtieron en su generalidad al islam luego de la conquista árabe, pero no dejaron olvidadas
sus raíces, gracias al arduo trabajo de traducción que familias y generaciones enteras decidieron concretar
3.
Juan Hispano: Hispano‐hebreo, trabajó como traductor y compilador‐autor, respaldado por el arzobispo
(1130‐1150). Tradujo tratados sobre astrología, astronomía, medicina y matemáticas. Entre estos, el más
importante fue el de filosofía, ya que permitió difundir el pensamiento de Al‐Farabi, Ibn Gabirol y Al‐Gazzali.
Domingo Gonzalvo: Fue uno de los fundadores de la escuela toledana. Traductor del campo filosófico
únicamente aproximadamente desde 1130 al 1180. Al igual que su colega Juan Hispano, es considerado uno
de los pioneros del Renacimiento literario‐científico formado un siglo después.
Gerardo de Cremona: Nacido en Cremona el 1114, arriba en Toledo en 1167, se beneficia de judíos y
mozárabes para luego finalizar su traducción del Almagesto. Además de ésta, realizó traducciones para el
campo matemático, astronomía griega, física y mecánica, medicina griega y astrología.
Luego de la muerte de Raimundo en 1187 aparece unos años después el reinado de Alfonso X. La escuela de
Toledo se debilita en grandes proporciones; sin embargo, este rango de transición dio al mundo grandes
discípulos, entre los que cabe destacar a Marcos de Toledo (médico hispánico y canónigo), Hernán Alemán
(trabajó para el rey Manfredo). En esta época primarán las traducciones en romance sobre el latín, al igual
que los traductores judíos sobre los cristianos. Los grupos de traducción se amplían, conformándose de un
arabista y un romancista, asistidos por capituladores y glosadores.
NACIMIENTO DE LOS ESTUDIOS UNIVERSITARIOS
Los estudios de traducción e interpretación en el seno de la universidad cuentan con una corta tradición. Se
trata de una carrera relativamente nueva.
La Escuela de Traductores de Moscú, fundada en 1930, se puede considerar el primer centro de enseñanza
universitaria moderna en traducción e interpretación.4
Más tarde, en 1941, se funda la Escuela Internacional de Traductores e Intérpretes de la Universidad de
Ginebra, la cual empieza a ofertar cursos especializados en interpretación, con el objetivo de formar a
intérpretes profesionales que respondieran a una demanda creciente de esta actividad en los organismos
internacionales. Tal es el caso de la celebración de los juicios de Núremberg, que dan lugar al nacimiento de
la interpretación simultánea tal y como la conocemos hoy en día.
Otro centro pionero en la enseñanza universitaria de estos estudios fue la Escuela Superior de Traductores e
Intérpretes de la Sorbona en París (l'É.S.I.T.).
Como casos más destacados pueden mencionarse
universidades de reconocido prestigio como
Heidelberg, Leipzig y Maguncia, en Alemania; Graz,
Innsbruck y Viena, en Austria; Gante, ISTI y Amberes,
en Bélgica; Aarhus y Copenhague, en Dinamarca;
Estrasburgo II y París III, en Francia; Tampere y Turku,
en Finlandia; Bath y Heriot‐Watt, en Reino Unido;
Bologna (Forlì), Trieste y Milán, en Italia, y Granada y
Barcelona, en España.
4. Varias son las razones por las que surge en España la enseñanza universitaria de la traducción y la
interpretación, entre ellas:
El hecho de que la actividad de traducir fuera desarrollada con frecuencia por aficionados que, por disponer
de conocimientos de otra lengua, se sentían capaces de ejercer de profesionales, lo que causó graves daños
al prestigio de esta labor.
El autodidactismo obligado en el que se desenvolvieron durante años los traductores, quienes carecían de
instituciones destinadas a proporcionarles una formación ajustada a sus necesidades. En este sentido, sólo
disponían de escuelas de idiomas que de ningún modo pretendían formar traductores, pues el mero
conocimiento de lenguas no es suficiente para realizar satisfactoriamente esta función.
En este contexto, surgió un movimiento intelectual que desde medios tan diversos como congresos,
periódicos o conferencias despertó la conciencia sobre la necesidad de la creación en España de una
institución académica que se ocupara de la formación de los traductores. Estas iniciativas respondían a la
necesidad de otorgar respaldo institucional a una profesión demandada por una sociedad que iba abriendo el
camino de la globalización.
Fruto de esta tendencia fue la implantación, en la década de los ochenta, de las escuelas universitarias de
traductores e intérpretes (EUTI), destinadas a enseñar a sus alumnos la capacidad de mediar entre lenguas y
culturas. Posteriormente, éstas se transformaron en las actuales facultades para equiparar la titulación de
traducción e interpretación a las titulaciones europeas, que contaban con grado de licenciatura. El constituirse
como titulación de segundo ciclo facilitaba a los diplomados de las antiguas EUTI no sólo la obtención de la
licenciatura, sino también el acceso a una salida profesional, la traducción jurada. Asimismo, permitía la
formación en traducción e interpretación a los licenciados y diplomados de otras titulaciones.
La Universi‐dad Autónoma de Barcelona y la Universi‐dad de Granada fueron las primeras universidades
públicas españolas en ofrecer estudios universitarios de Traducción e Interpretación. La primera lo haría desde
1972 y la segunda desde 1979. Posteriormente, en la década de los noventa, dichas escuelas se integraron en
las facultades de Filosofía y Letras o se instituyeron como facultades de Traducción e Interpretación. En esta
década y la siguiente también se implanta la carrera en otras universidades, la mayoría de nueva creación.
Hoy día goza de gran dinamismo, y es una de las carreras más solicitadas y con mayor nota de corte.
DISEÑO CURRICULAR DE LOS PLANES DE ESTUDIOS
Por lo general, la enseñanza de grado está destinada a la formación de traductores e intérpretes generalistas
que han adquirido los conocimientos mínimos necesarios para el correcto ejercicio de la profesión. En cambio,
los diferentes posgrados o másteres en esta disciplina suelen centrarse en un ámbito específico de la
traducción o interpretación, con vistas a formar a traductores e intérpretes especializados en un área del saber
(traducción jurídica, traducción científica, traducción literaria, interpretación de conferencias, etc.). En ese
sentido, la reforma universitaria de Bolonia ha desempeñado un papel determinante, puesto que ha llevado
a la extinción de las licenciaturas para ser sustituidas por los actuales grados y másteres.