La criminalística estudia el crimen examinando cómo, dónde, cuándo y quién lo cometió. Nació de la mano de la medicina forense en el siglo XVII y ha evolucionado de una etapa empírica a una etapa científica. Se compone de disciplinas como la medicina legal, química legal, asfixiología, identificación y dactiloscopia. En la actualidad, la criminalística debe integrarse con la tecnología para ser utilizada por las entidades policiales.