El documento describe la situación de los pilotos españoles en la Fórmula 1. Habla de Fernando Alonso como el único piloto español titular, y de los pilotos probadores Marc Gené y Pedro de la Rosa. Aunque su trabajo es valioso para los equipos, para pilotos de su talla ser probador tiene ribetes de condena ya que deben esperar una lesión de otro piloto para tener la oportunidad de competir.
1. Fernando Alonso, un piloto que ha acreditado su
sello de autenticidad y ha exhibido su buena
estrella en numerosas ocasiones.
Pocas cosas parecen oponerse a su afán de vic-toria,
como no sean ruedas rotas, averías, impon-derables,
o rivales con mecánicas manifiestamen-te
superiores. Muchos veían incluso síntomas de
un cierto gafe en los resultados de Fernando
Alonso, pero para la mayoría de aficionados todos
estos incidentes, y la respuesta personal de
Fernando frente a ellos, no son sino una demostra-ción
complementaria de que el de Oviedo es el
futuro. Porque un día tendrá el mejor monoplaza, el
mejor equipo, toda la suerte a su favor y entonces
será Fernando solo frente a las vicisitudes y las
decisiones que un campeón debe adoptar con pun-tería
hambre de
correr
y rapidez en el desarrollo de un Gran Premio.
REPORTAJE Españoles en la Fórmula 1
Una parrilla de salida de Gran Premio de
Fórmula 1 admite un total de 24 monoplazas.
Eso concede espacio para 24 pilotos, ni uno más:
lo que se pretende es que sean los mejores del
mundo en cada momento. Una legión de pilotos
de reserva –al menos dos por equipo– espera su
oportunidad, que sólo llegará por enfermedad o
lesión de uno de los primeros espadas. Claro que
una oportunidad como la que ha tenido Marc
Gené, tras el accidente de Ralf Schumacher en
Indianápolis y su posterior convalecencia, es tan
poco frecuente como indeseable.
Entre esos 24 elegidos con plaza fija en la parrilla
de salida del próximo Gran Premio se encuentra
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2. Españoles en la Fórmula 1 REPORTAJE
La anunciada marcha de Jarno Trulli a Toyota podría despejar
algo el camino de Fernando en esta última parte de la tempo-rada.
Dada la posición de Trulli y Alonso en la clasificación
provisional, Renault haría mal perjudicando los intereses del
italiano, pero haría aún peor desaprovechando la oportunidad
de poner los mejores medios posibles a disposición de quien
–si no media sorpresa en contra– parece destinado a seguir
siendo piloto Renault la próxima temporada.
Para Fernando el año que viene puede ser duro, teniendo al
lado a un peso pesado como Giancarlo Fisichella: rápido, ita-liano,
talentoso, resistente, de formación análoga a la de Trulli
y Alonso, pero mucho más experimentado que ninguno de
ellos, pues no sólo es el mayor de los tres, sino que además
ha estado en toda suerte de equipos. Decimos que puede ser
un año duro, pero también puede ser excelente, y por qué no
el de su definitiva consagración, si Fernando tiene su primer
contacto con el coche de 2005 en franca posición de líder
dentro del equipo.
En lo que llevamos de temporada, nuestro español en las
parrillas de salida –aunque tenemos dos más– se ha hecho
notar con sus salidas fulgurantes, ha peleado siempre por lo
imposible, ha trastocado la tranquilidad de Ferrari y por lo
tanto ha ocupado una importante cuota de pantalla. En la
RTL, por no hablar de Tele 5, no lo siguen con más cariño que
cualquiera de nosotros, pero lo cierto es que las cadenas de
televisión de todo el mundo siguen sus pasos como si de un
nuevo Ayrton Senna se tratara.
Podemos esperar todo de Fernando Alonso, cuya tasa de efi-cacia
le lleva a estar en el podio cada vez que eso es técnica-mente
posible, y eso que no siempre es posible desplazar de
su sitio natural al Ferrari de Rubens Barrichello. De Michael
Schumacher no es preciso hablar. Fernando está siempre en
disposición de aprovechar el cien por cien del potencial de su
coche, de la suerte, del tráfico en la pista y de las condicio-nes
que se den en carrera.
Detrás de él hay un equipo de pruebas que solventa sobre la
Marc Gené saliendo de un
repostaje en uno de los dos
grandes premios que ha
disputado esta temporada.
Arriba, de izquierda a derecha,
Alonso, De la Rosa, y Gené.
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3. organización paralela encargada de probar coches,
soluciones técnicas, configuraciones aerodinámicas
y pilotos. En dos de estos “equipos B” trabajan pilo-tos
españoles al servicio de sus particulares
Fernando Alonso. En su caso el titular no se llama
Fernando, sino Kimi, David, Ralf o Juan Pablo.
Marc Gené es un personaje único. Su entereza y
constancia han sido puestas a prueba durante años,
desde que ganó su primer Campeonato de España
de Karting en 1988, y sobre todo desde que asom-bró
a todos quedando segundo en la Copa del
Mundo de Fórmula Ford (1993). A sus extraordina-rios
resultados en Minardi ha añadido miles de kiló-metros
y algunas carreras para Williams Grand Prix,
con escasísimos errores y un trabajo consistente,
además de alguna que otra victoria en carreras que
fue autorizado a disputar fuera de la disciplina de su
trabajo en Williams.
La confirmación de Jenson Button como piloto ofi-cial
de Williams apaga la luz que quedaba encendi-da
para Marc en el equipo de Grove, para el que
lleva trabajando más de tres años y con el que ha
llegado a disputar algunas carreras: una impecable
en Monza el año pasado (5º en la parrilla, 5º al final)
y otras dos este año, con saldo menos esperanza-dor:
décimo en Magny-Cours, donde no brillaron los
Williams, y 12º en Silverstone, tras una carrera sen-tenciada
ya en los mismos entrenamientos oficiales.
REPORTAJE Españoles en la Fórmula 1
marcha los problemas y desarrolla nuevas evolucio-nes
en el monoplaza, con vistas a pulir el resultado
del conjunto. Es el equipo de test, que desarrolla
una incansable actividad paralela por los circuitos de
todo el mundo y cuya única diferencia con el equipo
Renault de Fórmula 1 es que aquí los resultados
nunca se saldan con champán ni con trofeos, sino
con fríos datos de cronómetro y telemetría. Todos
los equipos que disputan la Fórmula 1 tienen una
Arriba, Pedro en pleno trabajo
“anónimo” al volante de su
McLaren-Mercedes. Abajo,
Marc con uno de sus ingenieros
en el box de Williams-BMW.
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4. Pizzonia, con menor mérito, ha sacado provecho de
todo ello. Dice el de Sabadell de que el trabajo en la
trastienda le permite mucho contacto con el coche,
pero muy poco con el verdadero ritmo de carrera,
ese “pulso” que sólo consiguen mantener vivo quie-nes
saben que van a correr el domingo.
Pedro de la Rosa es uno de esos pocos pilotos que
puede presumir de haberlo ganado todo en su carre-ra.
Ganó en karting, en Fórmula Ford, en Fórmula
Renault y después conquistó la Fórmula Renault
europea con el motor menos potente de la parrilla.
Más tarde la Fórmula 3 y hasta la F3000 japonesa,
un certamen que derrumba a cualquier extranjero
por simple cansancio y aislamiento. Como Pedro
estaba dispuesto a lo que fuera preciso, permaneció
en Japón, completamente solo y sin una tortilla de
patata que llevarse al cuerpo, para ganar el campeo-nato
nacional de GT. Eso le dio excelentes contactos
en Toyota, aunque no han sido suficientes para
hacerle un sitio el año que viene junto a Ralf
Schumacher... Tras su paso por Jordan, Arrows y
Jaguar, donde malversaron su talento, Pedro recaló
el año pasado en McLaren-Mercedes, donde se
reconoció su trabajo como probador.
Igual que Marc, Pedro declara su satisfacción por
trabajar en un gran equipo, donde recibe respeto,
excelente material, medios abundantes para trabajar,
un contacto permanente con los mejores técnicos y
sus últimas ideas y, cómo no, la posibilidad de pilo-tar
cada año durante varios miles de kilómetros uno
de los mejores monoplazas del mundo, un ganador
potencial cuya versión laboratorio tiene el privilegio
de probar y validar antes de que lleguen a hacerlo
los titulares del equipo. No en vano Pedro Martínez
de la Rosa ha contribuido decisivamente en el desa-rrollo
de esa nueva versión del McLaren MP4-19 que
parece haber dado alas a Raikkonen y una nueva
oportunidad a Coulthard.
¿Es suficiente? Cientos de pilotos de los que hoy
compiten en fórmulas avanzadas de promoción fir-marían
su renuncia a subirse jamás al podio de un
Gran Premio, con tal de trabajar como probadores
en la nómina de Williams o McLaren. Muchos acep-tarían
también ese pacto para trabajar en Jordan o
Minardi.
En cambio, para pilotos de la talla de Marc Gené y
Pedro de la Rosa, este empleo, con ser honorable,
de muy generosa remuneración y hasta envidiado,
Españoles en la Fórmula 1 REPORTAJE
tiene ribetes de condena. Si es difícil estar atento,
a punto, en forma, con moral triunfadora y sin
cometer errores, que es lo que hoy le toca a
Fernando Alonso, cuánto más puede serlo esperar
al cien por cien, conteniendo el talento y a sabien-das
de que sólo una lamentable baja en tu propio
equipo puede abrirte la puerta de la parrilla de
salida. Si de pronto tal oportunidad se produce,
como le ha ocurrido a Marc, acosado por la candi-datura
de Pizzonia, el aspirante estará en el punto
de mira de muchos, lo que le pondrá en mayor
riesgo de sucumbir a errores. Y en la Fórmula 1 el
más mínimo puede ser decisivo.
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La diferencia con los pilotos titulares es que los resultados de
los probadores nunca se saldan con champán y con trofeos, sino
con fríos datos de cronómetro y telemetría