El documento describe las cualidades indispensables de un director según Carlos Ruiz González, profesor del IPADE. Las cinco cualidades principales son la empatía, la pericia, la visión a largo plazo, la capacidad de lograr que las cosas sucedan, y la habilidad de formar un buen equipo. Ruiz González también señala que estas cualidades se pueden desarrollar a través del aprendizaje y la experiencia, pero también se requiere talento innato.
1. Revista Escala de Aeroméxico
Octubre de 2004
CULTURA CORPORATIVA
Cualidades indispensables de un director
La experiencia consiste en "aprender de lo que se hace. Sacarle
jugo. Analizar las vivencias nuevas para enriquecerse. No se
trata de hacer lo mismo siempre. Hay gente que tiene 30 años
de experiencia y gente que tiene 30 años de hacer lo mismo",
aseguró en tono categórico el profesor Carlos Ruiz González,
jefe del Área de Política de Empresa del Instituto Panamericano
de Alta Dirección de Empresa (IPADE).
El papel que desempeñan la experiencia y la instrucción en el
perfil de un director es una cuestión polémica. Algunos
consideran que las maestrías o doctorados suplen la
inexperiencia. Otros sostienen que cuenta más la experiencia
que la escuela. Y Henry Mintzberg, profesor de McGill University,
de Montreal, va más allá. Según el "gurú" de la estrategia, los
estudios no preparan a los jóvenes para la dirección.
"Yo creo que debe buscarse una combinación de ambas,
porque se complementan", señaló Ruiz González, quien también
dirige el Programa Master en Dirección de Empresas para
Ejecutivos con Experiencia (MEDEX) de la misma institución. Son
las dos piernas de un director. Imposible caminar y correr si
falta una. Imposible dirigir una corporación si falta una.
A veces, un alumno brillante y correcto no "da el ancho" como
director. En cambio, un vago, un agitador de clases, sí destaca.
En las escuelas de derecho, señaló, se dice que los primeros
lugares acaban de profesores. Los segundos, de jueces. Y los
grandes abogados salen del tercer nivel. Así pues, se requieren
distintas cualidades para distintas funciones. Bill Gates, por
ejemplo, dejó la carrera de derecho para crear Microsoft. Y no
le va mal.
Lo indispensable
El profesor Ruiz -quien se doctoró en Administración en la École
2. des Hautes Études Commerciales, de Francia- habló de lo que,
en su opinión, son las cinco cualidades indispensables de un director:
En primer lugar, la empatía. "Por empatía -afirma- se entiende
saber escuchar, percibir la realidad tal cual es e interpretarla.
No inventarla ni ajustaría a lo que uno piensa. Saber cómo
piensan los empleados y los clientes. Conocer sus motivaciones
y necesidades. Saber negociar con proveedores y tratar con
banqueros, con gente del gobierno".
En segundo, lo que el doctor Carlos Llano, profesor fundador del
IPADE, llama "pericia" y que consiste en hacer muy bien algo. Lo
que sea. En Harvard, cuando entrevistan a alguien que pretende
cursar una maestría en dirección de empresas se fijan en que
sea muy bueno en algo.
Quien tenga una excelente colección filatélica o haya ganado un
campeonato de voleibol, ha descubierto sin duda que para
alcanzar la excelencia se necesita preparación, lucha,
entereza, coraje, fortaleza, templanza, prudencia, criterio. La
búsqueda de la excelencia dispone a una persona para el reto
de conducir una corporación. "Curiosamente, todos los
directores son muy buenos en algo: golf, paracaidismo, tenis...",
observó el jefe del Área de Política de Empresa del IPADE.
Luego viene la visión de largo plazo. Ver cuáles cosas que ocurren
ahora pueden modificar las tendencias en un futuro lejano.
"Estos ojos de larga vista para saber qué va a pasar después",
dijo, "los tuvo Sam Walton, fundador de Sam's Club, quien con
anticipación se percató de que había numerosos lugares donde
podría funcionar un supermercado grande con buenas marcas y
precios muy competitivos".
En cuarto lugar, la capacidad de "hacer que las cosas ocurran". El directivo
debe conseguir que sus subalternos materialicen los planes y
cumplan los objetivos. Una vez que entendió la realidad, vio a
largo plazo y determinó a dónde desea que llegue la empresa,
le corresponde hacer que llegue allí.
Por último, la capacidad de formar un gran equipo de trabajo. El doctor
Llano dice que los directores de primera tienen colaboradores
3. de primera. Los de segunda, de tercera, y así, sucesivamente.
"En un extremo hay personas muy completas, que nacieron con
todas estas cualidades", señaló el profesor Ruiz. "En otro, gente
a la que de plano le fueron negadas (sin embargo, esto no
significa que sean tontos. Seguramente hay algún premio Nobel
de química muy brillante que no podría vender ni un chicle). La
mayoría se encuentra en medio: las tienen en mayor o menor
grado".
Cuando le preguntamos si son innatas, contestó: "Se requiere
una especie de semilla. Un músico cuenta con buen oído, pero
si pretende sobresalir necesita estudiar mucho. Aprender
técnicas y practicar horas y horas". Cierta mujer le dijo a un
famoso concertista: "Maestro, daría 30 años de mi vida por
tocar como usted". Y él replicó: "Eso es lo que yo he dado,
señora".
El Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresa (IPADE) es la escuela de negocios
de mayor prestigio en México, Por sus aulas han pasado más de 19 mil altos directivos, que
conforman alrededor del 25 por ciento de los CEO y directores generales del país. Con el
apoyo de Harvard, implantó el método del caso como herramienta de aprendizaje basado en
la experiencia. Sus programas de Alta Dirección están entre los 15 mejores del mundo según
el Financial Times de Londres, el cual ubica su MBA como el número uno en América
Latina, Adicionalmente, ha sido reconocido por el Wall Street Journal por su énfasis en
ética, responsabilidad social y visión de dirección general
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Visión y decisión
A fin de cultivar el talento innato, el académico del IPADE
recomendó repetir actos para formar el hábito. Mantenerse en
contacto con la realidad. Ver lo que ocurre fuera de la
compañía, la ciudad o el país. Analizar casos exitosos, leer y
experimentar. Ante todo, forzarse, porque esto se hace siempre
a contrapelo.
Por ejemplo, la empatía se consigue agudizando la capacidad
de observación, teniendo paciencia para descifrar el lenguaje
"no verbal" de las personas y escucharlas. "No resulta nada fácil,
desde luego", aseguró. "Es más cómodo pensar que lo que yo
4. quiero está bien. Pero debo aguantar. A veces escucharé cosas
aburridas, desagradables o incluso agresivas. Es el precio que
me corresponde pagar por desarrollar la empatía".
¿Cómo reconocer en una persona el potencial de dirección?
Aparte de las cualidades mencionadas, debe trabajar en equipo,
tener capacidad de sintetizar, de analizar el todo y las partes, de
tomar decisiones bajo presión y sin tener toda la información, de
correr ciertos riesgos...
Para terminar, el profesor Ruiz advirtió que no es lo mismo
dirigir que administrar. Quien administra ya tiene el rumbo fijado.
A él le dicen: "Tú debes cumplir estos objetivos''. En cambio, el
director debe también determinar esos objetivos, así como el
rumbo y el futuro de la compañía. En eso estriba la diferencia