6. Raúl Barón Biza Cordobés de Villa María, había nacido en 1899. Su padre, Vilfrid, había amasado una fortuna con el comercio de cereales a fines del siglo XIX, y había sido uno de los colonizadores de La Pampa, donde un busto lo recuerda todavía en uno de los pueblos que fundó: Colonia Barón. Catalina Biza, la esposa de Vilfrid, era una tucumana hija de españoles que había puesto su fortuna al servicio de la ayuda social, y tenía raíces en una familia tradicional y católica de la alta burguesía. Por privilegios de cuna, además de méritos propios, había recibido la Orden Franciscana, la Cruz Pontificia y la nominación de Comendador del Santo Sepulcro. Como correspondía a su condición social, Raúl fue llevado a Europa para su educación y pasó su juventud entre viajes y una vida cómoda en el despreocupado París de la belle epoque. A comienzos de los años ’20 estaba en la Unión Soviética observando la nueva situación surgida tras la revolución, y para 1928 ya había recalado repetidamente en los puertos más exóticos. Eran los años siguientes a la Gran Guerra, y los empobrecidos europeos miraban envidiosos y atónitos a esos argentinos ricos que daban la vuelta al mundo en sus propios barcos, con sus vacas a bordo para tener leche fresca, derrochando los pesos fuertes que parecían inagotables.
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9. Ubicación: ruta provincial Nº 5, entre Córdoba y Alta Gracia, en el paraje llamado Los Cerrillos. Construcción: 1935. Autor: Fausto Newton, a pedido de RaúlBarón Biza.
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20. Contradictorio y fascinante, depresivo, violento y pasional, Raúl Barón Biza fue un hombre polifacético con un aura de escritor maldito que habría de sobrevivirlo. A más de 40 años de su muerte, sigue envuelto en una bruma de misterio.