Entrevista al profesor de biología molecular Gilles-Eric Séralini de la Universidad de Caen que publicó un estudio reciente sobre el herbicida Roundup de Monsanto el más vendido en el mundo, en su estudio demuestra que este en dosis infinitesimales (tal como está en los alimentos que se los encuentra en el mercado y aprobado por las agencias de seguridad) penetra y mata a las células humanas.Los nuevos hallazgos intensifican un debate sobre los llamados "inertes" solventes, conservantes, surfactantes y otras sustancias que los fabricantes añaden a los plaguicidas. Cerca de 4.000 ingredientes "inertes" son aprobados para su uso por los EE.UU. Agencia de Protección Ambiental.
EL CENTRO DEL MAL EN EL MUNDO: EL ESTADO EN LA SOMBRA BRITÁNICO
El roundup mata las células humanas
1. El Roundup mata las
células humanas
http://www.youtube.com/watch?v=9To3sJm4aBY
Publicado el 06/05/2013
Entrevista al profesor de biología molecular Gilles-Eric Séralini de la Universidad de Caen que
publicó un estudio reciente sobre el herbicida Roundup de Monsanto el más vendido en el mundo,
en su estudio demuestra que este en dosis infinitesimales (tal como está en los alimentos que se
los encuentra en el mercado y aprobado por las agencias de seguridad) penetra y mata a las
células humanas.Los nuevos hallazgos intensifican un debate sobre los llamados "inertes"
solventes, conservantes, surfactantes y otras sustancias que los fabricantes añaden a los
plaguicidas. Cerca de 4.000 ingredientes "inertes" son aprobados para su uso por los EE.UU.
Agencia de Protección Ambiental.
El término "ingrediente inerte" es a menudo engañoso, de acuerdo con Caroline Cox, directora de
investigación del Centro de Salud Ambiental, una organización ambiental con sede Oakland. La ley
2. federal clasifica a todos los ingredientes de los pesticidas que no dañen a las plagas como
"inertes", dijo. Los compuestos inertes, por lo tanto, no son necesariamente biológica o
toxicológicamente inofensivos simplemente no matan a los insectos o malezas.
Kemery dijo que la EPA tiene en cuenta los ingredientes inertes y cómo se utiliza el producto, cada
vez que un plaguicida es aprobado para su uso. El objetivo, dijo, es asegurar que "si el producto es
utilizado según las indicaciones de la etiqueta, tanto la salud de las personas y el medio ambiente
no se verán perjudicados." Un requisito de la etiqueta de Roundup es que no se debe utilizar en o
cerca de agua dulce para proteger los anfibios y otros animales salvajes.
Pero algunos de los ingredientes inertes se han encontrado que afectan potencialmente a la salud
humana. Muchos amplifican los efectos de los ingredientes activos, ayudándoles a penetrar en la
ropa, equipos de protección y las membranas celulares, o aumentando su toxicidad. Por ejemplo,
un equipo croata ha descubrió recientemente que una formulación de herbicida que contenga
atrazina causa daños en el ADN, que pueden conducir al cáncer, mientras que la atrazina por sí
sola no lo hizo.
POEA fue reconocido como un ingrediente inerte común en los herbicidas en la década de 1980,
cuando los investigadores lo vincularon a un grupo de intoxicaciones en Japón. Los médicos que
examinaron a pacientes que tomaban Roundup, de forma deliberada o accidentalmente, y
determinó que sus enfermedades y las muertes se debieron a POEA, no glifosato.
POEA es un surfactante o detergente, derivadas de grasa animal. Se combina con Roundup y otros
herbicidas para ayudarles a penetrar en las superficies plantas, haciendo que el herbicida sea más
eficaz.Los dos ingredientes trabajan juntos para "limitar la respiración de las células, el estrés ellos
y los conducen hacia un suicidio", dijo Seralini.
Ecos de Romang
3. Entrevista a experto en transgénicos de la UE.
Dr. Gilles-Eric Séralini, experto de la Comisión Europea en transgénicos.
“Los transgénicos son tóxicos
para la salud humana”
LA VANGUARDIA – IMA SANCHÍS – 08/04/2009
Tengo 49 años. Nací en Argelia y vivo en Caen (Francia), donde soy catedrático de Biología
Molecular. Estoy casado y tengo dos hijos. Me preocupan el medio ambiente y la salud a largo
plazo, soy especialista en toxicidad de variedades transgénicas y herbicidas. Soy cristiano
Es usted un radical de lo natural?
En absoluto, pero mi profesión es la investigación en biología molecular, cómo se hacen los
organismos genéticamente modificados (OGM) y qué efectos tienen en la salud cuando los
ingerimos.
¿Y?
Sabemos que el cáncer, las enfermedades hormonales, metabólicas, inmunitarias, nerviosas y
reproductivas están relacionadas con los agentes químicos que contienen.
¿Cuántos tipos de transgénicos hay?
Soja, maíz, algodón y colza. Las semillas llevan incorporado el veneno para los insectos. Las de
maíz y soja contienen Roundup, el mayor herbicida del mundo.
¿Hay muchos alimentos que contengan soja o maíz?
Sí, todos los que contienen por ejemplo azúcar de maíz (sodas, bebidas de cola, pastelería, salsas,
bombones, caramelos, chocolate…). Y los animales que nos comemos que han sido alimentados
con maíz transgénico (pollo, vaca, conejo, cerdo, leche, huevos…).
¿En qué dosis son peligrosos?
No lo sabemos, porque no se han hecho los test adecuados; sólo sabemos que nos hacen daño a
largo plazo. En general, impiden que los órganos y las células funcionen bien.
4. Pero se han hecho test con ratas.
Sí, pero los resultados son confidenciales.
¡Pero qué dice!
Anormal, ¿verdad?… Hay que pedir a los gobiernos de Europa que hagan públicos estos análisis; y,
cuando lo hagan, muchos debates ya no tendrán sentido porque serán evidentes los efectos de los
OGM. Yo soy uno de los cuatro expertos que han trabajado para la Unión Europea en el conflicto
que se debate en el marco de la Organización Mundial del Comercio entre Estados Unidos y
Europa para etiquetar los OGM.
¿Europa es reticente a los OGM?
La UE ha pedido los resultados de las pruebas a las compañías para aceptar o no la
comercialización de estos productos, pero las compañías dicen que son confidenciales, cuando
según la ley de la UE deberían ser públicos. Ya hemos ganado algún juicio contra Monsanto
demostrando los efectos nocivos de los OGM que pudimos analizar.
Cuénteme.
Para saber si los OGM son tóxicos, se hacen los mismos test en todo el planeta; se les da a las ratas
dos dosis de maíz transgénico durante tres meses y se les hacen dos análisis de sangre, a las cinco
semanas y a los tres meses. Los resultados fueron: aumento de grasa en sangre (del 20% al 40%),
de azúcar (10%), desajustes urinarios, problemas de riñones y de hígado, precisamente los órganos
de desintoxicación.
Suena fatal.
En España hay 100.000 hectáreas dedicadas al cultivo de maíz transgénico (casi todo en
Catalunya), es la puerta de entrada de los OGM a Europa.
Usted también ha realizado investigaciones recientemente.
Sí, sobre los efectos del Roundup (el mayor pesticida del mundo, utilizado en tres cuartos de los
transgénicos) en células humanas: directamente las mata.
Eso es grave.
Los expertos pedimos dos años de test sobre animales en laboratorio, tal como se hace con los
medicamentos; pero entonces los OGM no son rentables. Hay un gran combate político y
económico sobre este tema, y hay que decírselo a la gente: no nos permiten ver esos análisis de
sangre ni conseguimos hacer el test más allá de tres meses. Esto es un escándalo escondido por las
grandes compañías.
¿Tan poderosas son estas empresas que los gobiernos no puede detenerlas?
5. Es el mayor desafío financiero que jamás ha existido. Hay cuatro plantas que alimentan al mundo a
nivel intensivo: soja, maíz, arroz y trigo. Las compañías registran patentes sobre las plantas de
estos alimentos gracias a los OGM. Quien tenga las patentes y cobre royaltis cada vez que alguien
las coma o cultive en el planeta será el rey del mundo; por eso las grandes empresas
farmacéuticas han empezado a hacer OGM.
Qué miedo.
Las ocho mayores compañías farmacéuticas son las ocho mayores compañías de pesticidas y de
OGM. Monsanto tiene el 80% de la biotecnología del mundo.
¿Y por qué lo permiten los gobiernos?
Hace quince años, todos los gobiernos de los países industrializados apostaron en el desarrollo de
la industria de la biotecnología, donde se ha invertido mucho dinero público. Los gobiernos saben
que hay problemas con los OGM, pero si consiguen y publican los resultados de los análisis,
resultará que todo lo autorizado hasta el momento ha sido un error de graves consecuencias.
… Lo que hundiría cualquier gobierno.
Exacto. Aun así, jamás un OGM ha sido autorizado por los ministros de Medio Ambiente de
Europa.
¿Por qué los científicos no presionan?
Ni siquiera uno de cada 10.000 tiene acceso a los datos. Yo hace nueve años que leo todos los
informes europeos y americanos de controles sanitarios de OGM, y los únicos que hacen test son
las propias compañías.
Usted los hace.
Pocos, son carísimos. Se debería exigir a las compañías que los análisis los realizaran universidades
públicas en lugar de las empresas privadas a sueldo de las compañías.
PS.
http://www.lavanguardia.es/free/edicionimpresa/20090408/53676085632.html
Otra entrevista a Gilles Eric Seralini, en Mayo de 2010 por El Semanal:
GILLES-ÉRIC SÉRALINI, BIÓLOGO MOLECULAR.
«El cáncer y la infertilidad están
6. relacionados con los productos químicos
que ingerimos con la comida»
Es uno de los mayores expertos en transgénicos y asesor de la Unión Europea sobre el tema. Es
también una pesadilla para la industria por exigir que se hagan con ellos las mismas pruebas que
con los fármacos. En su laboratorio de Caen, Francia, nos explica por qué deberíamos prestar más
atención a lo que comemos.
En 1980, la Corte Suprema de Estados Unidos aprobó por cinco votos contra cuatro el derecho a
patentar «un microorganismo vivo hecho por el ser humano». La decisión respondía a una
solicitud de General Electric para explotar comercialmente una bacteria y abrió la puerta a una de
las mayores revoluciones alimentarias y económicas de todos los tiempos: la patente de semillas.
De hecho, sentó las bases para que ocho corporaciones de la industria farmacéutica y química
iniciasen la conquista del suministro mundial de alimentos. Al margen de las consideraciones
éticas sobre la manipulación de la naturaleza, esta actividad plantea una cuestión de salud. Y aquí
es donde ‘desembarca’ el biólogo molecular Gilles-Eric Séralini, 49 años y director del Comité de
Investigación e Información sobre Ingeniería Genética (Criigen). Nos recibe en la Universidad de
Caen, Normandía, donde es profesor. Sus estudios sobre OMG (organismos modificados
genéticamente) vienen avalados por las tres revistas científicas más prestigiosas de Estados Unidos
que los han publicado y por ser uno de los cuatro consultores de la Unión Europea sobre
transgénicos. Habla en un tono didáctico, de maestro, pero también con la vehemencia de quien
está acostumbrado a las críticas. Empieza la clase.
XLSemanal. Por ubicarnos: si yo le digo que acabo de desayunar café con leche, tostadas, jamon de
york y fruta, ¿he comido ya algún alimento transgénico?
7. Gilles Séralini. No directamente. En Europa, hasta ahora, se han evitado los transgénicos en la
comida humana. El OMG más extendido es la soja importada del continente americano
(especialmente de Estados Unidos, Argentina y Brasil) para alimentar el ganado: terneros, cerdos y
pollos. No es que el jamón o la leche sean transgénicos, sino que los animales de donde salen son
alimentados con pienso transgénico. La soja representa el 65 por ciento de los cultivos
transgénicos (y me gustaría aclarar que no tiene nada que ver con la soja de los restaurantes
chinos) y, además de para pienso, se usa para hacer lecitina, un emulgente de las grasas que se
encuentra en el 80 por ciento de la comida ‘industrial’, como la bollería, las salsas, las harinas…
Luego está el maíz, que sirve para alimentar animales y para extraer un azúcar que puede ser
utilizado como edulcorante en bebidas gaseosas. Es decir, estamos ingiriendo residuos de
transgénicos.
XL. Visto así, parece que es un peligro menor, que nos afecta ‘relativamente’…
G.S. Pues no es así. Todo lo contrario. Mire, es la primera vez en la historia de la humanidad que
somos capaces de modificar el patrimonio hereditario, genético, de las especies vivas. Y esto se ha
producido en un escenario industrial a una velocidad industrial. El problema con los transgénicos y
la razón de que no sea un mal menor es que el salto que se ha dado del laboratorio al
supermercado se ha hecho sin los plazos ni las pruebas adecuadas.
XL. ¿Pero se puede afirmar que los transgénicos son un riesgo para la salud?
G.S. Yo creo que sí y voy a explicarle por qué, pero la pregunta no es si son un riesgo, sino ¿por
qué se modifican las semillas? ¿Por qué hacemos soja transgénica? Y la respuesta es que se
modifican para contener pesticidas.
XL. Querrá decir para resistir a los pesticidas.
G.S. No. Digo «para contener pesticidas». Está probado que los pesticidas son malos para la salud
porque inhiben la comunicación entre las células y pueden provocar enfermedades nerviosas y
hormonales. Entonces, ¿por qué los transgénicos son diseñados para contenerlos? Porque lo que
buscan es absorberlo sin morir o, incluso, fabricar ellas mismas el pesticida. El 80 por ciento de los
transgénicos se hacen para absorber un herbicida en concreto, el Roundup, que fabrica Monsanto,
que a su vez es el mayor productor mundial de OMG.
XL. ¿Qué riesgos para la salud derivados de los pesticidas están demostrados?
G.S. Depende de la cantidad de pesticida que ingiera el organismo. No se trata de un infarto ni de
un virus que te hace enfermar en 15 días. Es un riesgo a largo plazo. Nosotros hemos probado que
los residuos de pesticidas pueden matar células embrionarias humanas y si sobreviven, disminuye
la cantidad de hormonas sexuales que fabrican. Todos los países desarrollados están llenos de las
llamadas `enfermedades crónicas´: nerviosas; de la sangre, como leucemias; reproductivas y
sexuales, como el cáncer de próstata y de mama, esterilidad, descenso en la calidad y cantidad de
esperma; enfermedades de carácter inmume, como las alergias… y no es porque ahora se
detecten mejor. Esto no se explica por virus o bacterias, no se debe a problemas hereditarios (sólo
8. un cinco por ciento del cáncer de mama tiene relación hereditaria). Se debe en su mayoría al
medio ambiente. Y, ahí, los productos químicos son determinantes. Así que si los transgénicos
están diseñados para absorber químicos, algo tendrán que ver con esas enfermedades.
XL. ¿Afirma usted que el aumento del cáncer de mama, de la infertilidad y de las alergias está
relacionado con los productos químicos que ingerimos a través de la comida?
G.S. Sí, por supuesto. En la comida, el agua y el aire… Hay muchos químicos en la atmósfera, pero,
si además comemos algo que contiene un pesticida, aumentamos el efecto. No digo que los
pesticidas sean la única explicación, pero estoy seguro de que los químicos están relacionados con
el cáncer de pecho y la infertilidad. Ahora bien, es un efecto a largo plazo. Es importante entender
esto. No estamos habituados a luchar contra los químicos. La Organización Mundial de la Salud y
las autoridades esperan una epidemia y esto no funciona así.
XL. Pero es comprensible que necesiten pruebas…
G.S. Hay pruebas. Está probado que el Roundup es tóxico en células embrionarias, lo hemos
demostrado en el laboratorio, y lo que decimos es que hay que seguir probando: primero, en
animales de laboratorio; luego, en los de granja, y más tarde, en humanos, como con cualquier
fármaco. La industria ha admitido que no se ha hecho ningún test sanguíneo de más de tres meses
para comprobar cómo afectan los transgénicos a los animales. Esto es un crimen porque todas las
enfermedades crónicas aparecen después de ese periodo. Cuando se prueba un fármaco, antes de
dárselo a los pacientes, se exige que esa droga se administre a ratas en laboratorios durante dos
años, lo que representa su ciclo vital total.
XL. ¿Nadie ha hecho en ningún país pruebas con los transgénicos similares a las de un fármaco?
G.S. No sólo no se han hecho, sino que no quieren que se hagan. Sólo lo han hecho con ratas
durante tres meses y los resultados se declararon secretos por todas las industrias y todos los
gobiernos. Es un gran escándalo.
XL. Pero suena tan ‘escandaloso’ que resulta extraño, casi una de esas teorías de la conspiración.
¿Por qué `todos´ aceptan esa falta de análisis y ese secretismo?
G.S. Pregúnteselo a los ministros de Agricultura y de Sanidad de su país. Pídales los análisis de
sangre hechos en ratas con el MON-810, el maíz transgénico que ustedes cultivan y que produce
un insecticida. Insisto, que lo produce, no que lo resiste. Yo no he visto esos resultados, pero sí los
del MON-863 [el número varía según la toxina, son ligeramente diferentes], y no son muy
positivos…
XL. ¿Qué decían esos análisis?
G.S. Un aumento del 20 al 40 por ciento de triglicéridos, grasa, en la sangre de las hembras; un
diez por ciento de aumento del azúcar; un siete por ciento de aumento de peso del hígado; del
9. tres al cinco por ciento de aumento de peso corporal y disfunciones en los riñones. Y para los
machos, alteraciones en los parámetros del hígado y del riñón, aunque ligeramente inferiores.
Éstos son claros signos de toxicidad. Vale, la enfermedad todavía no está ahí. No podemos decir
que es diabetes, pero es un perfil prediabético. Si alguien va a su médico con estos datos, le diría
que ingresase en el hospital para hacerse más pruebas y saber exactamente qué tiene, porque
apunta mal… Así que pedimos más tiempo. No se nos permitió.
XL. ¿Qué explicación da el fabricante?
G.S. En primer lugar, se resistieron por todos los medios a que los estudios se hicieran públicos. Y
cuando lo logramos, dijeron que ellos ya habían reparado en los efectos en las ratas, por supuesto,
ya que ellos hicieron los estudios, pero pensaron que no era importante porque los efectos no son
iguales en machos que en hembras. ¿Le parece eso una razón?
XL. ¿Por qué no hace usted, el Criigen, los test?
G.S. Porque necesito dos millones de euros para empezar. Las pruebas científicas bien hechas son
muy caras. Colocar un nuevo fármaco en el mercado pasa por unas pruebas que cuestan unos 150
millones de euros.
XL. Admitamos que hay un riesgo en los transgénicos, pero también en los teléfonos móviles, en la
tecnología láser, en la cirugía estética…
G.S. ¡Pero por lo menos ves los beneficios! No hay beneficio en los transgénicos. ¿Cuál es?
XL. Parece evidente: cereales más fuertes y en mayor cantidad, con menos trabajo para los
agricultores, que ganan más dinero y alimentarán a más gente.
G.S. Ése es un argumento estúpido, créame. Las patentes de las semillas sólo llevarán hambre al
mundo. En primer lugar, los transgénicos no alimentan a los pobres, sino el estómago de los
cerdos. Segundo, las semillas patentadas pertenecen a compañías que ya, hoy, no dejan sus
patentes para luchar contra la malaria o el sida en los países pobres. ¿Por qué iban a cederlas para
alimentarlos si no las dejan para algo que los está matando? Son farmacéuticas reconvertidas en
industria alimentaria. Y, en tercer lugar, nosotros comemos en todo el planeta sólo cuatro plantas:
trigo, arroz, soja y maíz. Hay 30.000 plantas conocidas y comestibles en el planeta y sólo nos
alimentamos de cuatro. ¿No le parece anormal?
XL. Sin duda es curioso, pero es posible que tenga que ver con que cada vez hay más bocas que
alimentar y esas cuatro plantas son las más productivas.
G.S. No. Es el resultado de haber industrializado la agricultura. Lo que deberíamos hacer es
potenciar la agricultura local, comer 30 plantas en vez de cuatro. La cuestión no es hacer
transgénicos con pesticidas porque no están hechos para hacer más plantas, sino para hacer más
10. negocio con los pesticidas. La forma de alimentar a más gente es diversificar los cultivos y comer
menos carne.
XL. Pero reconocerá que en los años 40 la introducción de técnicas de explotación modernas, el
monocultivo y la selección genética, la llamada `Revolución Verde´ ayudaron al desarrollo y al
Tercer Mundo.
G.S. No. Hay mucha gente hambrienta en el mundo y ya hubo esa `revolución verde´, cuyo
resultado fue que los países industrializados tuvieran más carne para comer. Lo cual, recién
terminada la Segunda Guerra Mundial, estuvo bien, estoy de acuerdo. Pero ya no. Comer carne
dos veces al día es malo. Hay estadísticas en 65 países que prueban que el cáncer de mama y el de
intestino están relacionados con el consumo de grasa animal. Dentro de un animal hay más
pesticidas que en un campo de maíz o de soja, porque se necesitan muchos campos para
alimentar a una vaca; es una concentración de pesticidas.
XL. Usted promueve lo ‘natural’, pero quizá la producción biológica es un lujo que no podemos
permitirnos.
G.S. La producción natural ha alimentado al mundo durante miles de años y sin ayuda del
Gobierno. Porque, déjeme decirle una cosa, la agricultura industrializada no es rentable. Está
sostenida por fondos públicos. Los agricultores no sobrevivirían sin las ayudas gubernamentales.
XL. Pero los transgénicos podrían beneficiar a la agricultura en África, en zonas donde los cultivos
son difíciles.
G.S. No usemos a los pobres como excusa. La ONU dijo hace 15 años que con 50 billones de
dólares se acabaría con el hambre en el mundo y no encontraron el dinero. En tres meses, todos
los países industrializados han encontrado el doble de esa cantidad para ‘alimentar’ a los bancos y
las grandes compañías. Durante los últimos 30 años se ha puesto en el mercado una gran cantidad
de productos químicos y transgénicos sin testar, convenientemente amparados en la
confidencialidad de las empresas y sus negocios. Prima el beneficio económico sobre la salud a
largo plazo de la gente.
XL. Algún tipo de control habrá, ¿no?
G.S. ¡No hay ningún control! ¿Por qué cree que hay esta crisis financiera? Porque no hay
transparencia. Y si no la hay en las finanzas, ¿cree que la hay en la alimentación?
XL. ¿Vamos a tener un caso Madoff en la industria alimentaria?
G.S. Y será mucho más importante porque la comida es vital, afecta a nuestra vida diaria.
XL. ¿Quien controle las semillas controlará el mundo?
G.S. Por supuesto. Es el mayor objetivo financiero del mundo. Hay sólo ocho compañías haciendo
11. patentes de semillas. O para ser más precisos, patentando genes artificiales en semillas. Es sutil.
No se pueden patentar las semillas, se pueden patentar los genes introducidos en ellas. Y si usas la
semilla, tienes que pagar a la compañía que tiene la patente. Y como sólo tienes cuatro plantas
para alimentar el mundo… La soja y el maíz ya son transgénicos y quieren hacer lo mismo con el
trigo y el arroz.
XL. Entiendo, además, que las semillas transgénicas se pueden expander sin que lo puedas evitar
por el viento, los insectos… ¿Hay alguna forma de controlar esto?
G.S. No, no la hay. Cuando en un territorio hay un diez por ciento de campo cultivado con
transgénicos, ya no lo puedes detener. Una vez que sueltas algo en el medio ambiente, por
definición no puedes confinarlo. No puedes poner puertas al campo. Y no son sólo los insectos. Es
suficiente con que se mezclen las semillas en los silos, con la maquinaria… Por eso es muy
importante no hacer farmacia en el campo. Es incontrolable.
XL. Suena pesimista…
G.S. Pues no lo soy. Y le diré por qué. En 1996, todas las compañías nos decían a los científicos en
los congresos que, hiciésemos lo que hiciésemos, en 2000 tendríamos la mitad de los campos en
Europa cultivados con transgénicos. Estamos en 2009 y tenemos el 0,05 por ciento con OMG. Esto,
de momento, ya lo llevan perdido.
XL. ¿Han intentado sobornarle alguna vez para que deje de criticar los transgénicos?
G.S. ¿Puedo pasar de esta pregunta?
XL. Después de lo que ha dicho, yo creo que no.
G.S. Digamos que me iría mejor si respaldase los transgénicos, pero no podría dormir tranquilo.
Cuando digo lo que digo, recibo llamadas de mi universidad o del Gobierno que me recuerdan lo
que ya sé; que si quiero ir a los congresos y tener fondos para investigar, es mejor trabajar con la
industria. Así que siempre hay presiones. Pero no quiero dar la impresión equivocada. No estoy en
contra de la ingeniería genética. Se pueden hacer grandes cosas con ella. La mayoría de los
científicos piensa en desarrollo, no en negocio. Pero me temo que lo que está sucediendo con las
semillas es la conclusión natural del mundo liberal: patentar la vida. Al final, todo pertenece a
alguien.
FUENTE: http://semillasysalud.wordpress.com/entrevista-dr-gilles-eric-seralini-experto-de-la-
comision-europea-en-transgenicos/
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