El documento agradece el trabajo realizado por los profesores de religión durante el curso y les desea un merecido descanso en el verano. Resalta la importancia de la asignatura de religión para promover el pensamiento crítico y capacitar a los estudiantes para la vida desde una comprensión de la cultura y los valores cristianos. Les pide no olvidar orar por los estudiantes y sus familias.
1. Al terminar este curso 2021-22 quiero compartir con todos voso-
tros, profes de Reli, dos sentimientos:
Por una parte, deseo agradeceros todo el trabajo realizado en el
presente curso: vuestras mejores ilusiones y vuestro empeño por
dar lo mejor de vosotros mismos en la maravillosa tarea docente
y, en especial, en esta asignatura integradora y vertebradora de
todos los saberes, que promueve el pensamiento crítico y capacita
para la vida desde la comprensión de la propia cultura, la adquisi-
ción de una cosmovisión interpretativa de la realidad y la vivencia
de unos valores cristianos que enriquecen a la persona y facilitan el
ser buenos ciudadanos.
Por otra parte, os deseo un merecido descanso en el verano que
estamos a punto de comenzar. Solo descansando con intensidad
estaremos en disposición de afrontar los nuevos retos del próxi-
mo curso. Solemos decir que hasta el descanso lo realizamos pen-
sando en el bien de nuestros
alumnos. En todo ello, no os
olvidéis de seguir orando al
Señor por los alumnos y sus
familias; en vosotros tienen,
lo saben la mayoría, el mejor
de los apoyos para la vida.
¡Feliz verano a todos!
Jesús Miguel Martín Ortega
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Número
10
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DESDE PRIMARIA
Desde el año 2008 soy MAESTRA RURAL, así, con mayúsculas. Maestra apa-
sionada de Religión en el mundo rural dicen mis redes sociales…, y no po-
dría ser de otra forma, me eduqué en centros rurales y ejerzo mi profesión
en centros, diferentes, pero también rurales.
Trabajar, vivir, en el medio rural, no es, por mucho que lo rural esté ahora
de moda, idílico. La escuela rural es una gran olvidada, la despoblación ha-
ce que en nuestras aulas niños y niñas se entremezclen en grupos reducidos
de distintas edades, pero, como leí en alguna parte: una escuela abierta es
un pueblo vivo.
Cuando estudias Magisterio nadie te habla de clases unitarias, por lo que
los comienzos fueron difíciles y complejos, no es lo mismo estar en clase
con un niño de infantil que con uno de sexto, y ya con los dos juntos ni te
cuento. Pero con el paso del tiempo y una buena planificación y organiza-
ción se llega a trabajar muy bien, el tener pocos niños en el aula hace que
las clases sean personalizadas, la atención muy individual y que conozcas a
tus alumnos casi perfectamente. En el día a día, tener un número reducido
de alumnos, de diferentes edades, hace del proceso de enseñanza-apren-
dizaje un medio de enriquecimiento personal, los alumnos colaboran en-
tusiasmados, aprenden unos de los otros, se solidarizan entre ellos, todas
sus dimensiones se ven potenciadas. Y ahora, con las nuevas metodologías,
lejos de ser un problema, la escuela rural representa la oportunidad para
impartir una enseñanza innovadora, cercana y activa… todo ello envuelto
en un privilegiado entorno natural.
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Pero si hay algo que identifica a la escuela rural, más allá de su diversidad y
metodología, es la interacción directa con las familias, que dan a la escue-
la una gran importancia y se implican diariamente con nosotros, dándose
relaciones muy cercanas y respetuosas; con el medio, formando parte de
las costumbres y tradiciones de la zona; con la gente del pueblo, que en
ocasiones colaboran directamente con el centro, permitiendo, por ejemplo,
que los alumnos visiten los negocios familiares; con el Ayuntamiento, siem-
pre atento a las dificultades y necesidades que se le planteen; con la Parro-
quia, colaborando activa y directamente con el párroco y las catequistas;
con la biblioteca, realizando talleres de fomento de lectura; y con la natura-
leza, nuestra casa común:
«Se aprenden muchas más cosas en los bosques que en los libros. Los
árboles y las rocas os enseñarán cosas que no podríais oír en otro sitio»
(San Bernardo, Epístola 106.2)
Y con los niños, el alma de la escuela rural, una relación que, aunque no
quieras, va mucho más allá de lo profesional, les ves y les ayudas a crecer
en estatura, sabiduría y en fe. Y es lo que hace realmente maravilloso el
trabajo en la escuela rural, recibirles con los brazos abiertos a los tres años
y despedirles igual, pero con lágrimas en los ojos, a los doce. “Mis niños”
son y siguen siendo cuando de adolescentes nos volvemos a encontrar y les
preparo, orgullosa de ellos, para recibir su Confirmación. Ser maestra en la
escuela rural es llevar en el corazón a cada uno de ellos hoy y siempre.
M.ª del Camino Arias G.N.
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DESDE SECUNDARIA
Os describo brevemente una ex-
periencia que se ha llevado a cabo
mediante una metodología de acción
participativa. La propuesta se titulaba
“Una Carta a Dios”.
Una actividad donde el alumno am-
plia nuevos horizontes y multiplica así
su capacidad de encontrarse con una
nueva realidad, la transcendente.
El proceso de preparación se organizó en dos espacios diferentes: fase de pre-
paración: se delimitaban los problemas sobre qué pedir a Dios y se preparaba la
posición de cada grupo; fase de redacción y la fase final: donde se dirimían los
resultados y por último se exponía al resto del grupo.
Está claro que las posibilidades de generar un conocimiento compartido es uno
de los pilares sobre los que se apuntala el éxito de este tipo de experiencias. En
este sentido fueron varios los objetivos. El primero fue contribuir a un conoci-
miento más cercano de la Religión y de la figura de Jesús a través de un apren-
dizaje cooperativo, en grupos flexibles, que reforzara valores como la iniciativa,
la autonomía crítica o el desarrollo de habilidades creativas. Se hizo previamente
una encuesta inicial que vino a elucidar hasta qué punto los alumnos de religión,
ignoraban la profundidad de la misma en “la vida social” y más aún su repercu-
sión inevitable en “la vida cotidiana” de la gente.
Los resultados, por tanto, fueron muy positivos, incluso mucho mayores que los
esperados al principio. El estudiantado había sobrepasado las expectativas; había
asimilado con creces los fundamentos básicos de la religión, pese a su renuencia
de partida a conocerla.
La experiencia nos ha ayudado a comprender más la tierra y al hombre. Se ha
abierto una nueva puerta, la de nuestro corazón hacia Dios. Le hemos pregunta-
do nuestras inquietudes y dado las gracias por todo lo recibido (una vida, familia,
amigos, hobbies, un dulce hogar, etc.) por lo que todos nos hemos dado cuenta
de su desbordante gratuidad y de lo bello que es vivir acompañado.
Podemos concluir que este aprendizaje y experiencia religiosa ha proporcionado
al alumnado un “enfoque emocional positivo” para una necesaria comprensión de
nuestra cultura religiosa, y de la importancia que el mensaje de Jesús contrae para
el desarrollo de nuestras acciones en el mundo. Y, por ende, ha podido abrirse a
otra dimensión donde todos sus sentidos se han despertado para acceder al cami-
no de “la Verdad”.
Os invito a una experiencia inolvidable.
Raúl Seco M.
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DESDE LA DELEGACIÓN: Área de
Juventud, Universidad y diálogo
Fe-Cultura
El Área de Juventud, Universidad y diá-
logo Fe-Cultura se inserta dentro de la
Delegación de Evangelización Misio-
nera y es, ante todo, un servicio para
todas las realidades de pastoral juvenil
y universitaria de nuestra Diócesis de
León.
Todos los esfuerzos de esta área se re-
sumen en el deseo de que los jóvenes
conozcan, se acerquen y comprome-
tan con Dios y su Iglesia. Se trata de
un campo esencial en la pastoral y por
ello no puede ser descuidado. El Papa
Francisco decía en un mensaje a res-
ponsables de este sector: “Los jóve-
nes nos hablan y nos interpelan, nos
hacen caer en la cuenta de las luces
y sombras de nuestra comunidad, y con su entusiasmo nos animan a dar res-
puestas acordes a nuestro tiempo. Ellos son el terreno fértil y nuevo que Dios regala a
las comunidades cristianas”.
Todos los jóvenes y miembros de la comunidad universitaria son, por tanto, los desti-
natarios de nuestras actividades, encuentros, oraciones… que han de ser apoyo para
el desarrollo y crecimiento personal desde sus propios grupos de fe: parroquias, mo-
vimientos, hermandades, etc.
Las tres áreas desde las que trabajamos son:
1. Espiritualidad: oraciones, vigilias, lectio divina… una amplia propuesta de mo-
mentos para el encuentro íntimo y personal con el Señor.
2. Formación: para nuestros jóvenes, en temas concretos de interés y actualidad
(cuestiones de bioética, doctrina social de la Iglesia, teología, etc.) que les ayuden
en la maduración de la fe. Pero no solo para ellos; la comunidad universitaria está
compuesta también por profesores, investigadores, personal de administración y
servicios que también tienen su espacio donde se les ofrecen encuentros forma-
tivos para reflexionar acerca de los principios cristianos que constituyen una base
sólida a la hora de asumir y afrontar los nuevos desafíos de nuestro tiempo. Algu-
nos de estos encuentros se ofertan en el marco universitario (Jornadas de Lideraz-
go Humanista o el curso de verano sobre Historia de la Educación e Instituciones
Religiosas), fomentando así el diálogo fe y cultura en un marco académico.
3. Experiencia de Fe: encuentros y actividades que permitan la experiencia de la vi-
vencia de la fe y de la grandeza de la Iglesia. Peregrinaciones, como las realizadas
al castillo de Javier (Navarra), Camino de Santiago, JMJ, etc.
Jorge de Juan Fernández
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PACTO EDUCATIVO GLOBAL
Un reto, una luz, un camino a seguir…
Cualquier cambio requiere un itinerario educativo para construir nuevos paradigmas
capaces de responder a los desafíos y emergencias del mundo contemporáneo, para
comprender y encontrar soluciones a las exigencias de cada generación y hacer flo-
recer la humanidad de hoy y de mañana.
(Papa Francisco en el lanzamiento del Pacto Educativo, 12/09/19)
Con el objetivo de educar a los jóvenes en la fraternidad, para aprender a supe-
rar divisiones y conflictos, promover la aceptación, la justicia y la paz, el Papa
Francisco nos invita a firmar un Pacto educativo global a todos aquellos que
nos preocupamos por la educación de las generaciones más jóvenes. Se trata de
generar un cambio de mentalidad a escala planetaria a través de la educación.
Nos pide comprometernos personalmente con estas siete vías:
✔ Poner a la persona en el centro.
✔ Escuchar a las jóvenes generaciones.
✔ Promover a la mujer.
✔ Responsabilizar a la familia.
✔ Abrirse a la acogida.
✔ Renovar la economía y la política.
✔ Cuidar la casa común.