Aristóteles concibe el conocimiento como un proceso continuo entre lo sensible y lo intelectual. El conocimiento sensible proviene directamente de los sentidos, mientras que el intelectual requiere abstraer lo universal de lo particular a través de la experiencia y la imaginación. El entendimiento agente abstracta las formas universales de las imágenes, transmitiéndolas al entendimiento pasivo para que conozca lo singular de modo más perfecto. Aristóteles distingue tres tipos de conocimiento: teórico de lo necesario, productivo para crear cosas, y prá
1. ARISTÓTELES: CONOCIMIENTO
De acuerdo con su visión unitaria del ser humano, Aristóteles piensa que existe una
continuidad total entre el conocimiento sensible y el intelectual. Más aún, sólo hay
conocimiento intelectual en la medida que hay conocimiento sensible, ya que el
primero no es sino la actualización de lo inteligible que se encuentra en potencia en lo
sensible, de lo universal que se encuentra en potencia en lo particular.
El conocimiento sensible deriva directamente de la sensación y es inmediato y fugaz,
propio de los animales. En el hombre, sin embargo, al mezclarse con la memoria
sensitiva y con la imaginación puede dar lugar a un tipo de conocimiento más
persistente: la experiencia, que consiste en el conocimiento de lo particular de las
cosas, de los accidentes de la sustancia. Cuando se capta a través de los sentidos un
ser, la imaginación forma una imagen particular y concreta del mismo. Lo universal se
encuentra en ella en potencia. Para obtenerlo es necesario un proceso de abstracción
llevado a cabo por el entendimiento agente, que desmaterializa la imagen y descubre
la forma, llevando a acto la universalidad. Pasa la forma obtenida al entendimiento
pasivo. Así, este retiene la esencia universal, el concepto abstracto que se emplea para
proyectarse después sobre el singular, permitiendo conocer este de un modo más
perfecto, de un modo universal que fundamenta todos los procesos lógicos. Mientras
que el entendimiento paciente es individual y muere con el ser humano, del agente sin
embargo habla en algunos textos como supraindividual e inmortal, dando lugar a
variadas interpretaciones.
Las diferencias son, pues, considerables con Platón, tanto respecto al valor atribuido
al conocimiento sensible, como respecto a la actividad misma del entendimiento que
ha de ser necesariamente discursivo, siendo imposible llegar a conocer los universales
a no ser mediante la inducción; además, Aristóteles rechaza explícitamente el
innatismo del conocimiento, y nos lo presenta como el resultado del aprendizaje.
Coinciden, sin embargo, en la consideración de que el verdadero conocimiento ha de
serlo de lo universal, y no de los objetos singulares.
Desde el punto de vista de su objeto, distingue tres tipos de conocimiento. El primero
es el saber teórico, de lo necesario e inmutable, es el más elevado, propiamente
divino. El conocimiento de lo contingente se puede dirigir hacia la producción de seres
artificiales, saber productivo; o hacia el actuar y dirigir las cosas humanas, individual o
colectivamente (saber práctico). Los tres tipos de saberes proporcionan un tipo de
conocimiento objetivo, por ejemplo, en el caso del teórico, el conocimiento de las
ciencias particulares; y otro subjetivo o hábito que es la disposición adquirida por la
práctica frecuente.