El poema describe los sentimientos del autor hacia una amada mientras sueña con ella. En la mañana, se da cuenta de que solo fue un sueño y que ella ya no está. Aunque se ha ido, él espera poder volver a soñar con ella y encontrar su rastro en sus recuerdos.
2. Amada, Aún no es tarde para mirar tus ojos y adivinar tus sueños divagantes. Tomar uno a uno tus cabellos e ir deshojándolos como esas margaritas que anunciaban amores en mis años mozos .
3. Allí donde habitan tus sueños está mi recreo, mi mente ociosa te imagina dibujada en el viento, tu cintura como una palmera y tu boca, Ah! Tu boca como un oasis del desierto. Tu sonrisa como un océano de perlas vírgenes
4. Pero el lucero matutino no tarda en despertarnos. A mí, de mi locura indómita y a ti, tristemente de mi sueño. Una lluvia mansa, desalentada golpea la ventana y la realidad se me va penetrando por los poros
5. En mis manos ya no están tus ojos, se han desvanecido con la luz de la alborada. Me miro y veo mi desnudes; busco entre las sábanas tu desnudes y no las encuentro. Debajo de mi rostro aún yace escondida la esperanza
6. Hay un tenue perfume que se derrama como una salutación de despedida. Un pájaro se apoya en un rayo del sol y avisa con su trino el despertar de un nuevo dia.
7. Te busco; tu rastro ha desaparecido como un viento apacible que se respira a solas. No sé dónde he dejado tus ojos, tu cabello, tus manos, tu sonrisa. Toda tu, dónde me encontraste para desandarme!
8. Dónde ha quedado todo lo que fue mío en esta interminable noche, que termina con el atrevido lucero que penetró subrepticiamente como un faro para iluminar mi alma
9. En la aurora has grabado un último mensaje, se que volverás mañana, si es que tengo un mañana, cuando brille una estrella; entonces buscaré tu rastro
10. y podré encontrarte en mi memoria y así sentirte y perdonarte por dejarme soñar, por dejarme ser mar y luna y todo el universo.
11. Así sabré que te escapaste llevándote contigo una tarjeta de rocíos con todos mis recuerdos y añoranzas