8. En su país natal, las distribuidoras no se
interesaron por la película, con lo cual rara
vez se proyectaba en los cines
estadounidenses.
Pese a rozar los terrenos marginales,
“Shadows” gozó de gran popularidad en
festivales europeos de cine y junto a otras
películas como “A bout de soufflé” de Jean-
Luc Godard y “Les cuatre-cents coups” de
François Truffaut inició una influyente ola de
cine a contracorriente.
9. Contrariamente a lo esperado y
pese a su escasa distribución,
“Shadows” llamó la atención de los
estudios de Hollywood que
contrataron los servicios del director
para rodar dos películas: “Too late
blues” y “A child is waiting”
10. La experiencia con los estudios no
le deja para nada satisfecho.
La sencillez y la libertad de los
rodajes del Cassavetes
independiente no puede
someterse a los encargos del
Hollywood conservador y
autoritario.
11. De los años que van de 1963 a 1969 (año
de su cuarta película como director), las
ideas fluyen pero necesita dinero para
materializarlas por lo que vuelve a la
actuación en tres filmes excepcionales
como son “La semilla del diablo” de
Polanski, “Doce del patíbulo” de Aldrich y
“Código del hampa” de Siegel.
12. El año 1969 se convertiría en uno de los más
importantes en la carrera del director. Pues
tras un periodo de frustración daría rienda
suelta a su creatividad con el rodaje de una de
sus mejores películas: “Faces”
13. Tras un largo rodaje que se prolongó dos años, y
después de un montaje agotador, sale a la luz “Faces”.
Con una técnica fílmica similar a la de Dreyer,
Cassavetes trata en su película la descomposición del
trdicional matrimonio de clase media norteamericano.
14. “Faces” es respaldada por la crítica e incluso es candidata los
óscar, lo que supone un acercamiento a Hollywood.
Los años ´70 se inician con un enorme optimismo artístico, y
prueba de ello son los dos siguientes proyectos del director.
15. Por un lado está
“Husbands”, un
desmadrado
ensayo sobre la
amistad.
Por otro lado está
“Minnie and
Moskowitz”, una
comedia alocada.
16. Años después alcanzaría una de sus
pocas cimas críticas y comerciales con
“Una mujer bajo la influencia”, que
extrañamente resultó un éxito.
Pues, como en el caso de su primera
película le fue difícil no sólo conseguir
los medios para producirla, sino también
distribuirla.
17. “Una mujer bajo la
influencia” resulta
uno de los
proyectos más
digeribles de
Cassavetes de
cara al público
siendo también
algo personal.
18. Aprovechándo el éxito de “Una mujer bajo
la influencia”, Cassavetes se lanza por un
nuevo proyecto “El asesinato de un
corredor de apuestas chino”.
Argumentalmente parte del thriller típico
de los setenta para luego fluir en corrientes
totalmente distintas. Lo que hizo que el
público despreciase la película.
19. El fracaso de su
anterior película no
mina en absoluto la
tranquilidad del
director que al año
siguiente realizaría
“Opening Night”, su
película menos teatral
y más extraña.
20. Finales de los setenta: Cassavetes necesita dinero, y tras actuar en diversas
películas recibe la propuesta de los estudios para hacerse cargo de un guión
llamado “Gloria”. El papel protagonista estaría interpretado por su mujer y
parece una propuesta interesante para ganar dinero, por lo que acepta.
21. “Gloria” supone la reconciliación del
director con el público
estadounidense, pero el hecho de
tratarse de un trabajo de encargo
hace que la considere él mismo una
película menor.
Tras el éxito de su última película, se
recluye en el teatro mientras su
salud se va deteriorando. Y la
necesidad que siente de volver al
cine cada vez es mayor.
22. Ve en la obra de teatro
“Love streams” un vehículo
con el que volver al cine. El
resultado es una de esas
películas sentimentalmente
realistas y personales que
tanto le gustan. Su última
obra maestra.
23. John Cassavetes realizaría una película
más, la impersonal “Big trouble”. Una
comedia típica de los años ´80 que
resulta innecesaria dentro de la
filmografía del director.
24. A finales de los ochenta, el director se ve inmerso en
frecuentes oleadas de creatividad, planeando nuevos
proyectos, pero ya está muy enfermo.
Desgraciadamente, en 1989 John Nicholas Cassavetes
muere a los 51 años dejando varios guiones sin acabar
pero toda una filmografía para la posteridad.