El documento describe el sistema de control constitucional en México, el cual consiste en un control concentrado a cargo de los órganos del Poder Judicial de la Federación a través de acciones de inconstitucionalidad y controversias constitucionales, y un control difuso que ejercen el resto de los jueces al resolver casos ordinarios mediante la desaplicación de normas contrarias a la Constitución. Ambos sistemas operan de manera independiente para garantizar que prevalezca la interpretación constitucional de la Suprema Corte.
La scjn explica el sistema de control constitucional
1. Fuente: Los Tribunales Constitucionales
y la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, tercera edición, junio de 2014,
SCJN, México, D.F., páginas 48 a 53
La SCJN explica el sistema
de control constitucional
2. SISTEMA DE CONTROL
CONSTITUCIONAL EN EL
ORDEN JURÍDICO MEXICANO
Tesis Aislada, Sistema de Control Constitucional en el Orden Jurídico
mexicano, Registro No. 160480, Décima Época, Pleno, Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta, Libro III, Diciembre de 2011,
Página: 557, Tesis: P. LXX/2011 (9a.), Materia Constitucional
3. Actualmente existen dos grandes vertientes dentro del
modelo de control de constitucionalidad en el orden
jurídico mexicano, que son acordes con el modelo de
control de convencionalidad ex officio en materia de
derechos humanos a cargo del Poder Judicial.
En primer término, el control concentrado en los órganos
del Poder Judicial de la Federación con vías directas de
control: acciones de inconstitucionalidad, controversias
constitucionales y amparo directo e indirecto;
en segundo término, el control por parte del resto de los
jueces del país en forma incidental durante los procesos
ordinarios en los que son competentes, esto es, sin
necesidad de abrir un expediente por cuerda separada.
4. Ambas vertientes de control se ejercen de manera
independiente y la existencia de este modelo general
de control no requiere que todos los casos sean
revisables e impugnables en ambas.
Es un sistema concentrado en una parte y difuso en
otra, lo que permite que sean los criterios e
interpretaciones constitucionales, ya sea por
declaración de inconstitucionalidad o por
inaplicación, de los que conozca la Suprema Corte
para que determine cuál es la interpretación
constitucional que finalmente debe prevalecer en el
orden jurídico nacional.
5. Finalmente, debe señalarse que todas las demás
autoridades del país en el ámbito de sus
competencias tienen la obligación de aplicar las
normas correspondientes haciendo la interpretación
más favorable a la persona para lograr su protección
más amplia, sin tener la posibilidad de inaplicar o
declarar su incompatibilidad.
Expediente Varios 912/2010. 14 de julio de 2011.
El Tribunal Pleno, el veintiocho de noviembre en curso, aprobó,
con el número LXX/2011(9a.), la tesis aislada que antecede.
México, Distrito Federal, a veintiocho de noviembre de dos mil
once
6. CONTROL DIFUSO DE CONSTITUCIONALIDAD Y DE
CONVENCIONALIDAD. LOS JUZGADORES, AL
EJERCERLO, NO ESTÁN OBLIGADOS A CONTESTAR
LOS CONCEPTOS DE IMPUGNACIÓN QUE AL
RESPECTO FORMULEN LAS PARTES EN LOS
PROCEDIMIENTOS ORDINARIOS RESPECTIVOS,
DIRIGIDOS A CONTROVERTIR LA CONFORMIDAD DE
UNA NORMA CON LOS DERECHOS HUMANOS
RECONOCIDOS POR LA CONSTITUCIÓN FEDERAL Y
LOS TRATADOS INTERNACIONALES
Tesis Aislada, I.7o.A.7 K (10a.), Semanario de la Suprema Corte
de Justicia y su Gaceta, Décima Época, Tribunales Colegiados de
Circuito, Libro XII, Tomo 3, septiembre 2012, pág. 1680
7. De la tesis P. LXX/2011 (9a.), publicada en el Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta, Décima Época,
Libro III, Tomo 1, diciembre de 2011, página 557, de
rubro:
"SISTEMA DE CONTROL CONSTITUCIONAL EN EL
ORDEN JURÍDICO MEXICANO.",
se advierte que el control de la constitucionalidad no
es unitario, pues en nuestro sistema coexisten tanto el
control concentrado como el control difuso de la
Constitución,
8. estableciéndose el primero para las vías directas de
control -acciones de inconstitucionalidad,
controversias constitucionales y amparo directo e
indirecto-, y
el segundo se reserva para los Jueces en forma de
desaplicación durante los procesos ordinarios en los
que son competentes.
Lo anterior determina el alcance y la forma de
conducción de los juzgados en el ejercicio de dichos
controles constitucionales, pues al ser de naturaleza
diversa las vías para materializarse, también lo serán
sus principios y efectos.
9. Así, en tratándose del control difuso, el juzgador no realiza
el estudio conducente por el hecho de que forme parte del
problema jurídico que le presentan las partes en
observancia a los principios de exhaustividad y congruencia
que deben regir toda resolución jurisdiccional, sino que,
la inaplicación de una disposición legislativa por parte de
los Jueces deriva del contraste entre ésta y los derechos
fundamentales, considerando siempre la afectación que
produciría la norma en el caso particular sometido a su
decisión, ya que al resolver están obligados a atender las
normas inferiores, dando preferencia a los contenidos de la
Constitución y los tratados internacionales en la materia de
derechos humanos, de conformidad con el artículo 1o. de la
Carta Magna.
10. En ese sentido, si las partes en los procedimientos
ordinarios respectivos formulan conceptos de
impugnación dirigidos a controvertir la conformidad de
una norma con los derechos humanos reconocidos por
los citados ordenamientos fundamentales,
los juzgadores, al ejercer el control difuso de
constitucionalidad y de convencionalidad, no están
obligados a contestarlos para resolver el asunto, pues
tal situación implicaría que esa vía se equipare al
control concentrado que corresponde en exclusiva a los
órganos del Poder Judicial de la Federación mediante las
citadas vías directas de control, desvirtuándose el
modelo principal de control concentrado establecido
constitucionalmente en los artículos 103 y 107;
11. por tanto, el silencio del juzgador respecto a sus defensas
únicamente será indicativo de que consideró que la
norma cuestionada se ajusta a los derechos humanos que
reconocen la Constitución Federal y los tratados
internacionales de los que México sea parte, sin perjuicio
de que dichas argumentaciones sean atendidas, vía
conceptos de violación, cuando se promueva el juicio de
amparo contra el fallo definitivo.
12. CONTROL CONCENTRADO Y CONTROL
DIFUSO DE LA CONSTITUCIÓN. SUS
DIFERENCIAS Y FINALIDAD DENTRO DEL
PROCESO ORDINARIO.
Tesis Aislada. Registro 2001605. I.7o.A.8 K (10a.). Tribunales
Colegiados de Circuito. Décima Época. Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta. Libro XII, Septiembre de 2012, Pág. 1679.
13. La Suprema Corte de Justicia de la Nación estableció en
la tesis P. LXX/2011 (9a.), publicada en el Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta, Décima Época,
Libro III, Tomo 1, diciembre de 2011, página 557, de
rubro: "SISTEMA DE CONTROL CONSTITUCIONAL EN EL
ORDEN JURÍDICO MEXICANO.", que actualmente
existen dos grandes vertientes dentro del modelo de
control constitucional en el orden jurídico mexicano
que son acordes con el modelo de control de
convencionalidad ex officio en materia de derechos
humanos.
14. 1. El control concentrado en los órganos del Poder
Judicial de la Federación con vías directas de control y,
2. El del resto de los Jueces del país en vía de
desaplicación al resolver los procesos ordinarios en los
que son competentes (difuso).
Ambos determinan el alcance y forma de conducción
de los juzgadores en el ejercicio de dichos controles
constitucionales, pues al ser de naturaleza diversa las
vías para materializarse, también lo serán sus
principios y efectos.
15. Así, tratándose del control concentrado que reside en
los órganos del Poder Judicial de la Federación con las
vías directas de control -acciones de
inconstitucionalidad, controversias constitucionales y
amparo directo e indirecto-, la pretensión elevada ante
sus juzgadores es eminentemente constitucional, pues
la finalidad de dichos procedimientos estriba en
dilucidar si conforme al planteamiento jurídico que le
es propuesto, la actuación de una autoridad o el
contenido de un precepto se ajusta o no con las
disposiciones que consagra la Carta Magna, en aras de
la preservación del principio de supremacía
constitucional.
16. En cambio, el control que ejercen el resto de los Jueces del
país, en los procesos ordinarios se constriñe a dilucidar el
conflicto con base en los hechos, argumentaciones,
pruebas y alegatos de las partes, dando cumplimiento a las
garantías de audiencia, legalidad, debido proceso y acceso
a la impartición de justicia.
Es ahí donde el juzgador ordinario, al aplicar la norma,
realiza el contraste entre la disposición regulatoria y los
derechos humanos que reconoce el orden jurídico
nacional, por lo cual dicha reflexión no forma parte de la
disputa entre las partes contendientes, sino que surge y
obedece a la obligación que impone el control de
constitucionalidad y de convencionalidad que consagra el
artículo 1o. de la Carta Magna.
17. Esto es así, porque los mandatos contenidos en el citado
artículo deben entenderse en armonía con el diverso 133
constitucional para determinar el marco dentro del que
debe realizarse dicho cometido, el cual resulta
esencialmente diferente al control concentrado que
tradicionalmente operó en nuestro sistema jurídico, y
explica que en las vías indirectas de control, la pretensión
o litis no puede consistir en aspectos de
constitucionalidad, pues ello sería tanto como equiparar
los procedimientos ordinarios que buscan impartir justicia
entre los contendientes, a los diversos que fueron creados
por el Poder Constituyente y el Poder Revisor de la
Constitución con el propósito fundamental de resguardar
el citado principio de supremacía constitucional.