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UN ESTADIO PARA UN PUEBLO QUE PIENSA EN GRANDE
Óscar Arias Sánchez
Presidente de la República
Primera piedra del Estadio Nacional
La Sabana, San José
10 de marzo de 2009
Amigas y amigos:
Imaginen por un instante el pitazo del árbitro que da comienzo a un partido de
fútbol, y el saque inicial del equipo visitante que eleva el balón alto, muy alto, por encima
del público en la gradería, por encima del estadio, hacia el cielo azul de una mañana de
verano en Costa Rica. Imaginen que ese balón sobrevuela nuestras vidas, y en cada
provincia encuentra ejemplos de un pueblo aficionado.
En San José nos muestra a un hombre que trabaja desde las 6 de la mañana, y
mientras sacude una oficina escucha en su radio un programa deportivo. En Heredia nos
muestra a una señora que tiende ropa en el jardín de su casa, y el tendedero es una hilera
de medias y camisetas, que le lava al equipo de fútbol 5 en el que juega su hijo. En Alajuela
nos muestra a un par de adultos mayores discutiendo eternamente, en un pollito del
parque, la mejor alineación para la Selección Nacional. En Cartago nos muestra a una
anciana encendiendo una vela a la Negrita, para que su equipo sea campeón al terminar la
temporada. En Limón, Guanacaste o Puntarenas nos muestra imágenes de niños y niñas
mejengueando en las plazas, en los parques y en las calles de sus barrios; jóvenes planeando
dónde se reunirán para la eliminatoria al mundial; mujeres y hombres leyendo las últimas
páginas del periódico, donde viene la sección deportiva. Eso es Costa Rica. No sé si
existirá en el mundo algún pueblo que merezca como el nuestro un estadio de verdad.
Gracias a la inmensa generosidad del pueblo chino, ese sueño será posible en unos
meses. Hoy colocamos la primera piedra de un estadio proporcional a la pasión de nuestro
pueblo; un estadio que será el corazón de un país, en medio del pulmón de una ciudad.
Aquí gritaremos “gol” desde las graderías. Aquí vestiremos la camiseta roja. Aquí
inundaremos la cancha al final de una victoria. Y no sólo seguiremos los eventos del
fútbol. Muchas otras disciplinas también encontrarán en este estadio su hogar. Desde el
atletismo hasta el rugby, desde el lanzamiento de bala y jabalina, hasta el salto largo y con
garrocha. Nunca más el deporte se sentirá relegado a espacios incómodos e inapropiados.
Nunca más los atletas nacionales tendrán que preocuparse más por la condición de sus
instalaciones que por su condición física. Nunca más los aficionados tendrán que ver en
fotografías los estadios de ciudades lejanas, porque en cualquier momento podrán tomar
la Periférica y venir aquí a contemplar el nuevo Estado Nacional.
Quiero agradecer a la República Popular China, el equipo visitante de este partido,
por darnos su apoyo y acompañarnos en cada paso del camino. Y quiero agradecer
también al equipo costarricense, a las autoridades deportivas y administrativas que han
luchado contra viento y marea porque este proyecto se concluya a tiempo. Tal vez algunos
han notado que, en los diseños y planos, este estadio parece un grano de café, ese
producto que ha marcado el curso de nuestra historia. Quizás este momento represente
una nueva etapa de esa historia, un nuevo momento en que logremos desafiar el
derrotismo y la mediocridad, y seamos un solo pueblo capaz de pensar en grande. Alguna
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vez dije que yo no soy culpable de mis sueños. Tampoco lo serán los 35.000 aficionados
que desde las graderías gritarán “gracias por hacer nuestro sueño realidad”.
Muchas gracias.