1. Contrato Dreyfus
Portada del volumen legal sobre el Contrato Dreyfus.
El Contrato Dreyfus fue un acuerdo comercial firmado durante el gobierno del coronel EP José Balta,
cuando Nicolás de Piérola Villena era ministro de Hacienda.
Índice
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1 Contexto histórico
2 Intentos de Balta y Piérola para salir de la crisis: el Contrato Dreyfus & Hnos
3 ¿El Contrato Dreyfus fue un alivio para la economía peruana?
4 Cambios en el contrato
o 4.1 Octubre de 1872
o 4.2 Marzo de 1873
o 4.3 Abril de 1874
5 Véase también
Contexto histórico[editar]
2. El mariscal Ramón Castilla y Marquezado, muere en Tiviliche en pleno desierto el 30 de mayo de 1866;
mientras tanto, el general de división EP Mariano Ignacio Prado en comicios fraudulentos, ya que se
realizaron sólo en Lima y Callao, fue elegido presidente del Perú. Ante tal hecho, se produjo
una revolución en Arequipa, «invocando el cumplimiento de la Constitución de 1860».
Prado, al mando de su ejército, acudió a develarla pero fue rechazado por las tropas rebeldes. Regresó
a Lima y renunció el 7 de enero de 1868.
El general de división Pedro Díez-Canseco que había dirigido la revolución de Arequipa, entró con su
ejército a Lima, tomó el poder político y convocó al Congreso. Se llamaron a elecciones populares y
salió elegido como nuevo presidente de la República, el coronel José Balta, el 2 de agosto de 1868.
Durante el gobierno de Balta se construyeron los ferrocarriles de Chancay, Moquegua, Puno, Pisco y
Pacasmayo. Se terminó el de Mollendo–Arequipa. Se iniciaron los trabajos del ferrocarril Lima–La
Oroya y el de Chimbote–Huallanca.
Los exorbitantes gastos en la construcción de ferrocarriles empezaron a mellar la débil economía del
Perú. Para tratar de aumentar los ingresos y salvar el estancamiento económico del país, se tomaron las
siguientes medidas:
a) Se echó mano a la explotación y venta del salitre de Tarapacá. Ese producto tenía buen
mercado porque, por ejemplo, comparándolo con el producido en Chile, resultaba de mejor
calidad.
b) Se reactivó la política de empréstitos; es decir, se volvió a acudir al fácil expediente de traer
bienes de capital del extranjero, endeudarse, y cumplir con los compromisos internos con dinero
ajeno.
La política del endeudamiento externo, a través de toda la historia, ha sido un negocio redondo
para las entidades o los países acreedores. En cambio, ese dinero para los países deudores
siempre ha producido una sobrecarga financiera, porque tiene dos componentes:
1) La deuda principal, que se debe amortizar mediante un cronograma; y,
2) El interés, que es un porcentaje del capital principal y pagadero también mediante un
cronograma.
Genera también, una dependencia del deudor frente al acreedor, por lo que los países
más endeudados son los más dependientes.
Como la venta del guano peruano empezó a declinar, primero, por depredación,
segundo, por sustitutos que iban apareciendo usándose en el mercado
rural europeo y, tercero, por deficiente administración, los presupuestos de la
3. República, basados principalmente en los ingresos gracias a la venta de este abono
natural, terminaban siempre con saldos negativos.
Se agravó el problema porque, al incumplir el Perú sus compromisos con acreedores
extranjeros, los gobiernos de turno empezaron a utilizar otro mecanismo. Acudieron a
los mismos consignatarios para que presten plata al tesoro público. Cuanto más
decreciente se hizo la morosidad peruana en el extranjero, mayor cantidad de dinero
prestaban los consignatarios, hasta que ese conjunto de compradores de guano
también se convirtió en principal acreedor de la economía peruana.
Tan fuerte fue la crisis económica que el Gobierno no tenía caja para pagar sus
compromisos internos y externos, motivo por el cual con más frecuencia se usó el
endeudamiento con los consignatarios. Éstos aprovecharon la situación y como
condición para prestar dinero, usaron la artimaña de pedir prórrogas de sus contratos,
obteniendo mayor cantidad de años en calidad de consignatarios. De este modo Perú
entró en la órbita de los países que empezaron a vivir de onerosos empréstitos.
Intentos de Balta y Piérola para salir de la crisis: el
Contrato Dreyfus & Hnos[editar]
Balta para salir de la crisis, nombró como ministro a Nicolás de Piérola, político
conservador–demócrata, de apenas 30 años de edad. Había estudiado instrucción
media, Teología y Derecho en el Seminario de Santo Toribio de Mogrovejo de
Arequipa. Se separó del Seminario en 1860 y se graduó en la Facultad de Derecho de
Lima.
Piérola como ministro de Hacienda, pidió autorización al Congreso de la
República para negociar directamente (sin consignatarios) la venta del guano al
extranjero, en un volumen que bordeaba las dos millones de toneladas métricas.
Lanzada la propuesta, la casa judío francesa “Dreyfus & Hnos.” la aceptó.
El contrato entre el Gobierno peruano y Dreyfus & Hnos. se firmó el 17 de
agosto de 1869 y fue aprobado por el Congreso el 11 de noviembre de 1870. El
contrato se llevó adelante a pesar de las protestas de los capitalistas peruanos o
consignatarios.
El contrato entre Dreyfus & Hnos. y el Estado establecía:
1º “Dreyfus & Hnos.” se compromete a adquirir la mercadería establecida al término de los
contratos con los consignatarios.
4. 2º Mientras tanto, adelantaría al Gobierno la suma de 2 millones de soles en dos
mensualidades (esta suma fue, luego, elevada a 3 millones).
3º En los meses sucesivos, daría 700 mil soles cada mes hasta el año 1871.
4º Se encargaría de cubrir los pagos de la deuda externa hasta los 5 millones de soles que se
necesitaban cada año.
5º Para todos los casos de pagos e inversiones se establecían los intereses y primas del caso.
6º “Dreyfus & Hnos.” tendría el comercio del guano para los mercados de Mauricio, Europa y
sus colonias (a excepción de Cuba y Puerto Rico).
¿El Contrato Dreyfus fue un alivio para
la economía peruana?[editar]
El Perú iba a recibir casi un total de 73 millones de soles
de dinero fresco. Dice el doctor César Antonio Ugarte:
“En nuestro concepto, el contrato Dreyfus
representaba un gran progreso en el manejo de
las rentas del guano. Las dificultades
sobrevivientes tuvieron origen, más que en el
contrato mismo, en los empréstitos levantados por
mediación de la citada casa y en los excesivos
adelantos que de ella pidió el Gobierno, para los
gastos interiores, desvirtuando la idea que había
inspirado el plan”.
Pero Balta y de Piérola ¿cómo emplearon esos dineros
frescos? En Europa de ese tiempo imperaba el “boom” de
los ferrocarriles. Balta como hemos dicho, sin medir las
consecuencias para el Perú, inició un agresivo plan
ferrocarrilero en el Perú. Como las arcas eran deficitarias,
acudió al fácil recurso financiero del préstamo extranjero. Y
en París donde estaba la matriz de la casa Dreyfus &
Hnos., otorgaron el primer préstamo por 76 millones de
soles, con lo que sobrepasó largamente el rendimiento
financiero del guano, el principal recurso de entonces para
captar capitales vía exportación.
Todo ese dinero se usó en construcción de ferrocarriles;
así los datos: en el año 1861, el Perú contaba con una red
5. ferrocarrilera de 90 kilómetros. Se llegó al año 1874, con
947 kilómetros. Entre 1861 y 1874, en 13 años, se había
construido una red ferrocarrilera que tenía 10 veces más
de extensión. Incuestionablemente un logro impresionante.
Pero la fiebre de la construcción continuó. En 1879, el
Perú, contaba con 1,963 kilómetros de vía férrea. Se
duplicó en 5 años la capacidad ferrocarrilera instalada.
La bonanza del dinero prestado con el que se construían
los ferrocarriles, como se supone, fue pasajera. Como al
Gobierno le faltaba dinero para pagar a los contratistas de
la construcción de ferrocarriles recurrió a pedir adelantos a
Dreyfus & Hnos., ocasionando que a la cuantiosa deuda
pública, ahora se agregara el consumo por adelantado de
la renta producida por al contrato Dreyfus.
Esta fue la política “salvadora” que usó, tanto, José Balta,
fue diseñada por Nicolás de Piérola. Mientras los
funcionarios gubernamentales estaban ocupados en la
danza del guano, los empréstitos y los ferrocarriles, la
población peruana estaba mucho más que desprotegida;
estaba abandonada sobre todo la población de los estratos
más pobres. La falta de servicios elementales de higiene,
de salud y educación eran notables.
La “política salvadora” de Balta y de Piérola como ministro
hizo que el hombre pobre tuviera que lidiar con graves
problemas de malnutrición, la que se convirtió en caldo de
cultivo de diversas enfermedades y de una mortal
epidemia. Entre los gobiernos de Mariano Ignacio Prado y
del de José Balta, se presentó una epidemia de fiebre
amarilla. Fue detectada en marzo de 1868,
cuando Lima tenía aproximadamente 100,000 habitantes.
Sus efectos fueron impresionantes: hubo días que morían
86; en otros 48 personas (una de las víctimas fue José
Toribio Pacheco, 1828–1868, distinguido jurista
y diplomático). Recién en junio la epidemia desapareció.
6. Entre marzo y junio de 1868 habían muerto, por fiebre
amarilla, 4.222 personas; de otras enfermedades habían
fallecido, 1.522. Del total de muertos, 779 eran de la
misma Lima; 3.170 de otros lugares del país; y 1.134 “sin
definición de procedencia”. Murieron, asimismo,
130 italianos, 89 franceses, 76 chilenos y 23 ingleses.
Cambios en el contrato[editar]
Se hicieron cambios al contrato durante el gobierno
de Manuel Pardo y Lavalle.
Octubre de 1872[editar]
El primer cambio en el contrato vino en relación a las
mensualidades de 700 mil soles que debía entregar
Dreyfus. En esta entrega, Dreyfus hacía descuentos por
adelantos y comisiones de la gestión de empresitos, y al
final, la entrega líquida era de 300 a 400 mil soles.
Se firmó con Dreyfus un nuevo convenio en el cual, este
entregaba una mensualidad por un año de 500 mil soles (6
millones al año) y luego una mensualidad de 200 mil soles
por el año siguiente (2.4 millones).
Marzo de 1873[editar]
Otro cambio del contrato fue en relación al millón de libras
esterlinas, equivalentes a 5 millones de soles, que Dreyfus
tenía que aportar cada año hasta amortizar los bonos del
emprésito de 1865.
En enero de 1872, el gobierno de Balta hizo un contrato
con Dreyfus para la emisón de bonos por 36.8 millones
de libras esterlinas, equivalentes a 184 millones de soles
de plata, además de que Dreyfus debería de rescatar
todos los bonos de 1865 y cobrarse con lo obtenido de ese
emprésito. Pero resultó que por la crisis económica
mundial de ese año, solo se pudo colocar 4 millones de
libras esterlinas en bonos.
7. En marzo de 1873, el Estado pactó con Dreyfus la
suspensión de la entrega del millón de libras esterlinas de
la deuda externa, pues ya todos los bonos habían sido
rescatados por Dreyfus; la entrega de dos millones de
libras esterlinas ese año, para atender los trabajos
públicos (ferrocarriles), la entrega de un millón de libras
esterlinas anuales, y postergar la colocación de bonos que
Dreyfus debía hacer del emprésito de 1872 hasta que los
bonos peruanos suban en su cotización.
Abril de 1874[editar]
A fines de 1873, Dreyfus tenía por exportar un millón de
toneladas de guano de las dos que había comprado.
Podía, mientras no las vendiese, impedir que el gobierno
consignase o negociara el abono de los mercados
europeos. Es que el contrato no específicaba hasta
cuando Dreyfus tenía tiempo para retirar sus dos toneladas
de guano, quedando indefinidamente en posición de
monopolio. Dreyfus tampoco había cumplido con entregar
el millón de libras esterlinas para el fondo de obras
públicas, de acuerdo a la modificación de marzo de 1873.
Además, Dreyfus pasaba por una terrible falta de liquidez
que podía llevarlo a la quiebra, agudizado por al caída de
demanda del guano en el mercado europeo.
El 15 de abril de 1874 se acordaron nuevas modificaciones
al contrato:
El gobierno obtuvo el derecho de exportar guano
desde el 1 de julio de 1875 y de venderlo en todos los
mercados del mundo desde el 1 de noviembre de
1876, aún cuando Dreyfus no haya concluido de
exportar el guano comprado.
Dreyfus entregaría 7 millones de soles por
mensualidades para atender los gastos públicos.
8. Dreyfus pagaría los intereses y amortizaría la deuda
externa en los semestres de 1 de julio de 1874, 1 de
enero y 1 de julio de 1875.
Dreyfus recibió el derecho de beneficiar el guano
mediante el procedimento del ácido sulfúrico para
aumentar su proporción de materias fertilizantes.
Se redujo el precio de venta de 13 libras esterlinas a
12 libras 10 chelines, pues el gobierno pensaba que el
alto precio había ocasionado la caída de la demanda.
Al final, llegó noviembre de 1876 y Dreyfus estaba muy
lejos de haber vendido sus dos toneladas de guano y entró
en vigencia un contrato de consignación entre el Estado y
la Peruvian Guano Company.