1. Primera narración, palabras claves.
Había una vez un lindo pueblo colmado de grandes árboles y muchos animales, rodeado por un
riachuelo que proveía su vitalidad a todos sus lugareños, en él vivía un gran hombre capaz de
convertir tristeza en esperanza y amor con solo ver a esa persona, por tal razón se sentía una esfera
de alegría, un día como cualquiera con las carcajadas y risas de los niños jugando, el intenso sol que
daba apertura a una linda vista sobre la montaña, mientras en la plaza la vecina de ese gran hombre
daba la desafortunada noticia de su desaparición, ella era una carismática niña de ojos azules y
cabello rubio ondulado largo, quien había entablado una amistosa relación gracias a los misterios
del hombre y su extraño poder.
Una inesperada búsqueda que se contempló durante días, pero el hombre nunca apareció. Meses,
años, y todo quedo en el olvido, la felicidad que irradiaba el pequeño pueblo desapareció, entro en
la desesperanza, pero esa pequeña niña que se convirtió en mujer adquirió no el poder si no la
sabiduría de lidiar y afrontar las discusiones diarias que acontecían.
Una especie de ente lidiador que con sus aptitudes ofrecía una posibilidad de reconciliación en los
demandantes conflictos llevando al pequeño pueblo de nuevo a su armonía ya que la tristeza y la
falta de confianza llevaban a innumerables riñas.
Los habitantes notaron que no es necesario tener aptitudes sobrenaturales para ejercer un bien
comen con solo tener la iniciativa de afrontar o estimular una solución o alternativa fura de la del
conflicto y cambiar el estado de animo de una persona con solo sonreír, o un buenos días o dar las
gracias, Normas principales de una buena convivencia.