2. Los cartujos de “Marienau” reciben visitas de la familia dos días al año. En esta ocasión
la familia del padre Ignacio me incluyo en su visita y así tuve el privilegio que ahora
comparto. Privilegio, porque el padre Ignacio no asistió ni al reciente funeral de su
madre, ni al de su padre hace más de 35 años; tampoco ha participado en algún evento
importante de su familia; ademas la cartuja no aceptan visitas ni da entrevistas, sin
embargo después de celebrar la eucaristía y oficiar las vísperas, el padre Ignacio nos
sorprendió a los varones, con una detallada visita por la cartuja, respondiendo a todas
nuestras inquietudes con sencillez y claridad.
3. Los cartujos no salen del monasterio. Se
dedican a alabar a Dios y a orar por sus
semejantes son muy concientes que su
utilidad consiste en el grado de unión que
puedan alcanzar con el Señor y no en las
actividades que puedan realizar entre los
hombres. Renuncian a todo lo material y
adoptan vidas eremítico-cenobíticas de
pobreza y silencio que les facilita alcanzar
un estado de contemplación.
4. "BadWurzach" es un pueblito
sereno, rustico y medieval al sur de
Baviera; reconocido por su clima
agradable, tierras fértiles y aguas
termales. En previas épocas dio
refugio a comunidades religiosas y
al último sanatorio de lepra en
Alemania. A comienzos de los 60’s
los cartujos encontraron en sus
alrededores un enclave ideal para
establecer la Cartuja Marienau
pues la expansión del aeropuerto
en Düsseldorf los obligo a
abandonar su morada de más de
un siglo en María Hain.
5. Pasan la mayor parte de sus vidas
solos en celdas humildes que
funcionan como oratorio,
comedor, dormitorio y estudio;
están equipadas con servicios
higiénicos básicos y un banco de
trabajo. Una imagen de la virgen
María preside la celda y siempre
que el cartujo entra o sale reza un
ave maría..
6. Las celdas cuentan con puerta de acceso a
la parcela, donde el cartujo cultiva sus
vegetales, y por el lado opuesto, con un
torno hacia el corredor interior para recibir
los alimentos
7. Comen dos veces al día, no
consumen carnes rojas ni
productos lácteos gastan
únicamente lo que producen,
excepto por el pescado que
pueden recibir cada otro
domingo. Calientan las celdas
con hornos de cerámica a leña
para los que cada uno prepara
su combustible. Ayunan con
frecuencia los viernes solo
consumen pan y agua.
8.
9. Con excepción de una caminata
semanal los cartujos no hablan entre sí
y solo intercambian rezos
conventuales en la Iglesia, donde cada
uno tiene su reclinatorio. La vida de
soledad es perspicazmente suplida de
ritos comunitarios; por la mañana
celebran la eucaristía; por la tarde las
vísperas y a medianoche los maitines
y laudes. Los domingos y días festivos
son especialmente comunitarios; se
cantan todos los oficios y las dos
comidas se realizan en el refectorio
mientras un cartujo recita las
invocatorias en Latín.
10. Me sorprendí porque para alcanzar el
estado de contemplación los cartujos se
atienen a estrictas disciplinas que
exigen muchos sacrificios, así como
renuncias a la radio, televisión, internet,
periódicos y viajes. Cabe mencionar
que en Marienau los cartujos disponen
de una biblioteca de libros religiosos
que coleccionan desde su fundación y
además reciben mensualmente la
revista "El Vaticano".
11. La conexión fuera del
perímetro del
monasterio la hacen a
través del Prior quien
semanalmente les hace
un breve resumen de lo
que acontece en el
mundo.
12.
13. El cartujo inicia el ‘día’ a las 10:45 p.m.
con el oficio de maitines a la virgen en
su celda; continúa en la iglesia de 11:30
a 0:30 concluyendo con el oficio de
laudes de 2:00 a 3:00 a.m. en la celda.
De 6:00 a 7:00 es la hora dedicada a los
oficios de Prima en soledad.
14. Los sacrificios, renuncias y estilo de vida de
los cartujos son la forma práctica de
distanciarse de lo efímero y acercarse más a
Dios. El padre Ignacio ha logrado separarse
totalmente de todo lo material y con su
espiritualidad y conciencia universal
cumple una misión de inspiración.
15. El padre Ignacio me
impresiono por su sencillez,
sensatez y sentido del
humor; aun mas, me
sorprendió con su
capacidad intelectual y
profundo análisis teológico
de los desafíos a los que la
iglesia se enfrenta.
El Padre Ignacio con su sobrino
Padre Fabián.
16.
17.
18. Una característica vital de la vida
dentro de la cartuja es el silencio;
algo que tomo sentido a medida
que entendí el enfoque de vida de
los cartujos. El silencio no es una
simple meta ni ausencia de
comunicación; es el don que les
permite a los cartujos ignorar hasta
los murmullos del corazón, para así
enfocar todas sus energías, en
escuchar el espíritu y hasta dialogar
con el creador. El silencio
purificador se convierte en oración
19. La vida eremítica espartana y de sacrificio
hace del cartujo una persona más sencilla,
más humilde, que solo espera de esta vida
encontrar a Dios, de la misma manera que el
sabio nos exhorta a cerrar los ojos para
descubrir todos los colores del universo.
El cartujo nos da testimonio que cerrando
los labios estamos en armonía con nuestros
semejantes, y podemos hablar con la
elocuencia del alma; si también cerramos los
oídos, encontramos la forma de orar en
armonía con el infinito. El estilo de vida
cartujo nos confirma que la pobreza es la
riqueza de lo que no nos hace falta y un
tributo a la sensatez.
20. Desea despojarse de su peso profano y
regresar al vientre de la tierra de la forma
más directa y humilde, desiste de féretros
mármoles u otros empaques superfluos.
Reclinado en una madera tosca alcanzan su
última morada, cubierto por su fiel hábito al
que sus compañeros le cierran la capucha
21. Al finalizar su
travesía el cartujo
cierra los ojos para
quedar en comunión
con el padre eterno.
22. Una cruz de madera sencilla
señala que ahí regreso a su origen
de polvo un siervo de Jesús.