Santa Agostina Pietrantoni, sierva italiana de los pobres en la tradición de san Vicente de Paúl y santa Juana Antida Thouret. En la presentación siguiente puede conocer más sobre su vida y su dedicación al cuidado de los enfermos.
1. S A N T A A G O S T I N A
P I E T R A N T O N I
2. Santa Agostina Livia Pietrantoni nació el 27 de marzo de 1864
en una zona de Italia delimitada por Rieti, Orvinio y Tivoli. Era
la segunda de once hijos de agricultores. Creció con los
valores de una familia honesta, trabajadora y religiosa.
3. Trabajaba en el campo y cuidaba de los animales, e iba a la escuela de
forma muy irregular. A los 7 años fue a trabajar con otros niños,
transportando sacos de piedras y arena para la construcción de una
carretera de Orvinio a Poggio Moiano. A los 12 años se fue con otros
"temporeros" que iban a Tivoli durante los meses de invierno para la
recogida de la aceituna. Era muy madura y sabia para su edad, y asumía
la responsabilidad moral y religiosa de sus jóvenes compañeras.
4. Livia, una joven atractiva, eligió sin embargo a Cristo como su Esposo.
Algunos decían que se hacía religiosa para huir del trabajo duro. Ella
respondió que no: “Quiero elegir una congregación en la que se trabaje
de día y de noche”. Después de ser rechazada por una Compañía, la
superiora general de las Hermanas de la Caridad de Santa Juana Antida
Thouret le hizo saber que podía unirse a ellas.
5. Livia tenía 22 años cuando llegó a Roma. Unos meses de
postulante y novicia bastaron para constatar que la joven tenía
madera de Hermana de la Caridad, es decir, de “sierva de los
pobres” en la tradición de san Vicente de Paúl y santa Juana
Antida. Se le dio el nombre de sor Agostina.
6. Sor Agostina fue destinada
al Hospital del Santo
Espíritu, que después de 700
años de gloriosa historia se
conocía “la escuela de la
caridad cristiana”. Siguiendo
a los santos que la
precedieron, como Carlos
Borromeo, José Calasancio,
Juan Bosco y Camilo de
Lellis, sor Agostina hizo su
personal contribución en
este lugar de sufrimiento.
7. El ambiente en el hospital era hostil a la religión. Los frailes
capuchinos fueron expulsados, el crucifijo y todos los demás signos
religiosos prohibidos. El hospital quería incluso expulsar a las
Hermanas, pero temían hacerse impopulares entre la población
local.
8. Primero en el pabellón de
niños y después en el de
tuberculosos, un lugar de
desesperación y muerte, sor
Agostina mostró una
extraordinaria dedicación a
cada enfermo. Mientras
trabajaba en el pabellón de
tuberculosos, la hermana
contrajo la enfermedad.
Recibió el viático, pero se
recuperó milagrosamente.
9. En el pabellón había
algunos hombres
indisciplinados, algunos
de ellos convictos.
Blasfemaban y
vomitaban vulgaridades.
Ella nunca dejó de ser
paciente y alegre, incluso
con el más violento,
Giuseppe Romanelli.
10. ¡Cuántas veces le presentó a la
Virgen a Romanelli! Era el peor
de todos, el más vulgar e
insolente, sobre todo con sor
Agostina. Finalmente, el director
lo expulsó del hospital, porque
no dejaba de provocar a las
mujeres que trabajaban en la
lavandería. Quería culpar a
alguien y la pobre sor Agostina
fue la víctima. “Te mataré con
mis propias manos. Sor
Agostina, sólo le queda un mes
de vida”, fueron las amenazas
que le envió en pequeñas notas.
11. Romanelli no bromeaba. La sorprendió el 13 de noviembre de
1894 y la apuñaló cruelmente antes de que pudiera escapar. Sus
labios no pronunciaron más que invocaciones a la Virgen María y
palabras de perdón.