El documento discute los problemas con el sexo pagado desde la perspectiva de hombres que han recibido tratamiento en la Fundación Espada de David. Señala que el sexo pagado refleja problemas de baja autoestima, valores deficientes y no reconocer la propia enfermedad. También advierte que puede conducir a la recaída en adicciones y no es compatible con el proceso de rehabilitación.
1. Si se puede
Espada de David
TRASCENDENCIA
FELICIDAD
AMOR
AMORFE
Cumaná, Agosto de 2017, Vol 1
“Como hombres nuevos y libres de toda atadura, costumbres y vida
negativa, anteriores a nuestro tratamiento en la Fundación Espada de
David hemos iniciado un proceso de reflexión y discusión sobre el senti-
do y significado para nuestras vidas”.
Sexo Pagado
2. Sexo Pagado
Como hombres nuevos y libres de toda atadura, costumbres y vida negativa, anteri-
ores a nuestro tratamiento en la Fundación Espada de David hemos iniciado un proce-
so de reflexión y discusión sobre el sentido y significado para nuestras vidas del sexo
pagado.
Llamaremos sexo pagado al canje de sexo por dinero, es decir todo acto que implique
pagar o recibir paga a cambio de sexo. Le llamamos así, para evitar una discusión
mayor sobre la prostitución, que es un problema social complejo, que tiene múltiples
caminos para la discusión y el análisis y que, por lo tanto genera conductas antagóni-
cas de aceptación o rechazo, de condena o defensa. No es eso lo que pretendemos,
simplemente vamos a reflexionar sobre lo que significa para nosotros, como adictos,
y también para aquellos que no son adictos, pagar para tener sexo.
En primer lugar, llama la atención lo que traduce el hecho en sí de tener que pagar por
algo que para la gran mayoría de las personas es gratis. En efecto, la mayoría de la
gente tiene acceso sexual gratuito, mientras algunos deben pagar para obtenerlo:
¿Por qué?
Problema de autoestima: la persona que ha vivido en adicción durante mucho
tiempo, que siente el rechazo y el estigma social, termina por creerse inferior a la
mayoría. No se cree capaz de conquistar, subvalora sus aspectos positivos y piensa
que será rechazado. Ser rechazado duele y el instinto natural de todo ser vivo es evitar
el dolor, sobre todo si este dolor es emocional, porque las heridas emocionales suelen
no sanar con la misma rapidez que las físicas. Algunas de las expresiones de nuestros
compañeros de grupo confirman lo que venimos señalando:
“No se sí mi autoestima estaba mal, pero la verdad es que no me sentía capaz de
conseguir una mujer como Dios manda” (LN).
“Me costó mucho tener relaciones con otra persona, entonces una psicóloga me
recomendó sexualizar, contratar una prostituta, lo hice pero después quedaba vacío”
(AM).
3. Entonces, prestemos atención a una cuestión interesante, antes de tomar la decisión
de pagar por sexo hay miedo, temor de ser rechazado por una mujer de bien, y
después de realizar la acción persiste el miedo al rechazo, y además se añade la culpa
y una sensación de vacío emocional. En Venezuela llamamos a eso“Un remedio peor
que la enfermedad”.
Problema de valores: para algunas personas el pagar por sexo es algo “normal”
porque consideran como normal aquello que es“común”o que siempre ha existido:
Toda la vida me han gustado las prostitutas… esa es la profesión más antigua del
mundo”(OB)
Lamentablemente, no toda práctica común y vieja es “normal” o buena. El intercam-
bio de sexo por dinero es un abuso sexual con consentimiento de la otra parte. Parte
vulnerable que no teniendo más nada que ofrecer se ofrece a sí misma como mercan-
cía, como objeto de uso, como mercancía, en una especie de explotación de nuevo
cuño donde no se vende la fuerza de trabajo física, ni intelectual, sino sexual. Tal vez
ello explica porque se les denomina engañosamente TRABAJADOR SEXUAL. Sin
embargo a la luz de la moral de occidente, permeada por el cristianismo, el sexo
pagado es un pecado contra la mujer que comete aquel que la utiliza, el agresor es el
que usa a la persona para satisfacer sus necesidades y su vació emocional.
Un segundo aspecto a considerar se refiere a las implicaciones que sobre el sujeto
reeducado tiene el acudir al sexo pagado:
Significa que el reeducado se mantiene anclado al pasado negativo. Su sexualidad se
sigue expresando por la mismas vías y usando los mismos recursos de la vida negativa
anterior.
- No superación de los rituales de consumo
- Facilismo e inmediatez
- Machismo
- Poca seguridad en sí mismo
- Miedo al compromiso
Como un ejercicio reflexivo, la FED recomienda la lectura de la posición de la iglesia
en torno a este tema:
La explotación sexual, la prostitución y el tráfico de seres humanos son actos de
violencia contra las mujeres y, en cuanto tales, constituyen una ofensa a la dignidad
de la mujer y son una grave violación de los derechos humanos fundamentales. El
número de mujeres de la calle ha aumentado notablemente en el mundo por muy
distintos y complejos motivos de orden económico, social y cultural. En algunos
casos, las mujeres implicadas han sido víctimas de una violencia patológica o de
abusos sexuales desde la niñez. Otras han sido llevadas a prostituirse con el fin de
tener lo suficiente para vivir ellas mismas y sus familias. Algunas buscan una figura
paterna o una relación amorosa con un hombre. Otras tratan de amortizar deudas
excesivas. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) estima que actualmente
12,3 millones de personas se encuentran esclavizadas en trabajos forzosos y obliga-
dos, y que alrededor de 2,4 millones de ellas son víctimas de un tráfico cuyas
ganancias anuales ascienden – se dice – a 10 mil millones de dólares USA.
(Encuentro pastoral, junio del 2005, nums 1-2. Texto en vatican.va/ pontifical_councils/migrants).
4. Expresa no conciencia de enfermedad: la prostitución es una actividad de alto riesgo
para las adicciones. Quienes ejercen la prostitución suelen ser adictos, por ello cuando
se está en relación con esas personas se corre el riesgo de quedar expuesto a la
sustancia; por lo tanto, el solo hecho de preferir este tipo de comportamiento sexual
implica fallar a conciencia por aproximarse a factores de riesgo. Un adicto debe recon-
ocerse débil frente a la sustancia, quien secretamente abriga pensamientos de que ya
es inmune a la droga ya está andando por los caminos de la recaída.
El sexo pagado es una sustitución, un cambio de hábito negativo por otro. En el
consumo activo se compraba el placer que trae la sustancia, luego se obtenía el vacío
que deja la resaca, ahora si como reeducado compras placer, debes revisarte porque
estás repitiendo viejos patrones conductuales. Por otra parte, la facilidad del sexo
pagado puede conducir a la sustitución de la adicción a la sustancia por la adicción al
sexo. La adicción al sexo se produce, como toda adicción al irse incrementando la
frecuencia de consumo (de ocurrencia en este caso) lo cual aumenta la tolerancia y
por ende la necesidad de mayor consumo para obtener el mismo placer; así aumen-
tan los gastos, los problemas familiares, sociales, laborales y de toda índole y vuelve a
entrarse a la espiral adictiva que tarde o temprano lleva de regreso a la sustancias de
mayor impacto. Ejemplos tenemos muchos de reeducados que manifestaban “vine
aquí a dejar la sustancia, más nada”, sin excepciones ellos recayeron uno a uno porque
no entendieron nunca que cambiar es matar al hombre viejo para que renazca un
nuevo hombre en todos los aspectos; de allí el lema:“dejar la droga es fácil, lo difícil es
cambiar de estilo de vida, porque el cambio cuando es de verdad es total.”
A pesar de todo lo anterior, existen terapeutas y comunidades terapéuticas que consi-
enten que las personas en tratamiento tengan sexo pagado, algunos hasta lo estimu-
lan, bajo la justificación de que el ejercicio de la función sexual actúa como una válvu-
la de escape que sirve para disminuir la presión de los individuos cuando están
estresados por el tratamiento. Nosotros creemos que el sexo pagado es anti-terapéu-
tico porque nada que lesione a otro ser humano, puede ayudarme a sanar, y el sexo
pagado lesiona la dignidad del otro; además de impedir el desarrollo de una sana
autoestima al reforzar una falsa percepción de que no se sabe, no se es capaz o se ha
perdido la capacidad de cortejar, de enamorar.
Finalmente, para concluir le dejamos estas frases para que reflexionemos sobre el
sexo pagado y la vida en general:
“No se llega al cielo cavando un hoyo, sino batiendo las alas”
“El amor no es una mercancía que se compra sino la conquista de otro corazón”
“Cuando en lugar de tener sexo hagas el amor habrás crecido”
Equipo Clinico de la Fundación Espada de David - Reeducados de Fundación Espada
de David, Hogares Claret de Venezuela y UTAF.
Sexo Pagado