Rafael Argullol y Eugenio Trías debaten sobre el estado actual de Occidente, diagnosticando que se encuentra "cansado" debido a su exceso de privilegios técnicos y económicos. Argue que la democracia occidental se ha vuelto vacía y las sociedades han perdido su riqueza espiritual, convirtiéndose los individuos en masas pasivas manipuladas. Proponen recuperar la apertura cultural del Renacimiento y reafirmar valores como la sabiduría frente al nihilismo tecnocrático.