2. Es como despedir un
viejo y buen amigo; el
verano se ha ido
llevándose mas de lo
que soy capaz de
reconocer.lom miro
con nostalgia partir
desde mi ventana, su
estela puede aletear
todavía en mi
corazón unos días
mas, pero la realidad
de su ausencia enfría
mis manos el paso
cansino del
calendario.
3. Siento que el cambio de estación
me pesa y condiciona como el paso
de una habitación caldeada y
confortable a otra húmeda y fría.
Hace diez días que he atravesado
el mapa, dejando mi otro mar
para venir a este, el que me
corresponde por derecho- ley, y no
ha habido día en el que no haya
venido la lluvia a recordarme que,
el otoño en la ciudad, trae la
tristeza de la mano.
4. Calles grises, suelo gris ladrillo y adoquín,
hojas pisoteadas, sucias mojadas. No hay
vida bajo su manto, tan solo la espera
paciente al servicio de limpieza, no es este
el bosque de cemento el que late dentro
de mi, sino el otro, el mas lejano y soñado,
ese que vibra de vida con la lluvia que
emerge cada nuevo otoño recogiendo los
frutos del sol y el calor a la espera del
descanso invernal. Este bosque de
edificios, ruidos y automóviles no me
inspira ninguna poesía. Me hace soñar
con mirar a otro lado , escapar quizás,
soñar todavía.
5. El otoño en la ciudad me obliga
a mirar con el corazón porque
lo que veo con los ojos me dejan
indiferente y es ese trabajo de
metamorfosear lo feo en lo
bello, lo frio en cálido, lo
antipático en acogedor el que
me tiene atada a estas paredes.
Paredes puertas, ventanas,
cerraduras …
6. Siento wau voy poco a poco
perdiendo parte de mi esencia
“salvaje”, esa que me acorrala dentro
de un cubo de hormigón y hierro;
caliente y confortable, pero cada vez
mas alejado de lo natural. Me aferro
a las plantas de mi balcón; las miro
con autentica pena. Ni ellas ni yo
vivimos donde deberíamos vivir
tantos años de confinamiento no han
conseguido mata el instinto que
habita en mi, el que me lleva a mira
la ciudad cayendo en el otoño y llena
mi boca de un viejo sabor amargo.
7. No quiero vivir en esta jaula
y sigo viviendo en ella. La
puerta esta abierta y no hay
nada que me impida dejarla
atrás. Tan solo la certeza de
no saber adonde ir.
8. Segurame3nte hare como he hecho toda mi
vida; vuelos cortos con billetes de ida y vuelta.
Siempre regresando al sitio que alguien,
alguna vez ideo para mi. Y del que no he sido
capaz todavía de desprenderme.
9. El otoño en la ciudad lo siento igual que
el otoño en mi vida: con una poesía
inventada.
08/04/14
10. El otoño en la ciudad lo siento igual que
el otoño en mi vida: con una poesía
inventada.
08/04/14