1. POESÍA CON AMOR Y HUMOR Marta Elena Santamarta santos IES MONTE NARANCO
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3. . Soneto del amor oscuro La otra noche, después de la movida, en la mesa de siempre me encontraste y, sin mediar palabra, me quitaste no sé si la cartera o si la vida. Recuerdo la emoción de tu venida y, luego, nada más. ¡Dulce contraste, recordar el amor que me dejaste y olvidar el tamaño de la herida! Muerto o vivo, si quieres más dinero, date una vuelta por la lencería y salpica tu piel de seda oscura. Que voy a regalarte el mundo entero si me asaltas de negro, vida mía, y me invaden tu noche y tu locura. "El otro sueño" 1987 Luis Alberto de Cuenca
4. De tanto amarte y tanto no quererte De tanto amarte y tanto no quererte te has cansado de mí y de mis locuras y le has prendido fuego a nuestra historia. Tu ropa no perfuma ya la casa. No queda una palabra de cariño suspendida en el aire, ni una hebra de azabache en la almohada. Sólo flores secas entre las páginas del libro de nuestro amor, y cálices de angustia, y un delirio de sombras en la calle. * * * De "Por fuertes y fronteras" 1996: Luis Alberto de Cuenca
5. El desayuno Me gustas cuando dices tonterías, cuando metes la pata, cuando mientes, cuando te vas de compras con tu madre y llego tarde al cine por tu culpa. Me gustas más cuando es mi cumpleaños y me cubres de besos y de tartas, o cuando eres feliz y se te nota, o cuando eres genial con una frase que lo resume todo, o cuando ríes (tu risa es una ducha en el infierno), o cuando me perdonas un olvido. Pero aún me gustas más, tanto que casi no puedo resistir lo que me gustas, cuando, llena de vida, te despiertas y lo primero que haces es decirme: «Tengo un hambre feroz esta mañana. Voy a empezar contigo el desayuno De "El hacha y la rosa" 1993 Luis Alberto de Cuenca
6. Bébetela Dile cosas bonitas a tu novia: «Tienes un cuerpo de reloj de arena y un alma de película de Hawks.» Díselo muy bajito, con tus labios pegados a su oreja, sin que nadie pueda escuchar lo que le estás diciendo (a saber, que sus piernas son cohetes dirigidos al centro de la tierra, o que sus senos son la madriguera de un cangrejo de mar, o que su espalda es plata viva) . Y cuando se lo crea y comience a licuarse entre tus brazos, no dudes ni un segundo: bébetela. "El bosque y otros poemas" 1997 Luis Alberto de Cuenca:
7. ESTE HOMBRE QUE AHORA CERCA MI CUELLO. .. Este hombre que ahora cerca mi cuello con su sabia muralla de labios quizá abandone de pronto la almena, quizá desaparezca para siempre. Porque tiene un tacto en la mirada que recuerda las plumas de los pájaros. “ Usted” Almudena Guzmán
8. LA VENTANA ME REMITE A SU COCHE... La ventana me remite a su coche, el coche al beso, el beso a la oreja que anda siempre perdiendo pendientes, la oreja a la boca, la boca a las medias porque las rompe, las medias al... -¿Tienes un bolígrafo de más? -Toma, y a ver si dejas de pedirme cosas, que contigo al lado no hay quien coja un apunte, Mari Carmen. “ Usted” Almudena Guzmán
9. SEÑOR... Señor, usted no lo sabe y sin embargo sus arrugas, tersándome la mañana, me han obligado a iniciar una huelga de novios desde que lo conozco. Y hoy -mientras los dos nos mirábamos de reojo, cada uno en un extremo de la barra-, mi guedeja más anarquista ha optado definitivamente por afiliarse a sus ojos “ Usted” Almudena Guzmán
10. ADVERTENCIA Si alguna vez sufres -y lo harás- por alguien que te amó y que te abandona, no le guardes rencor ni le perdones: deforma su memoria el rencoroso y en amor el perdón es sólo una palabra que no se aviene nunca a un sentimiento. Soporta tu dolor en soledad, porque el merecimiento aun de la adversidad mayor está justificado si fuiste desleal a tu conciencia, no apostando sólo por el amor que te entregaba su esplendor inocente, sus intocados mundos. Así que cuando sufras -y lo harás- por alguien que te amó, procura siempre acusarte a ti mismo de su olvido porque fuiste cobarde o quizá fuiste ingrato. Y aprende que la vida tiene un precio que no puedes pagar continuamente. Y aprende dignidad en tu derrota, agradeciendo a quien te quiso el regalo fugaz de su hermosura. De «Los vanos mundos» Felipe Benítez Reyes
11. ABRAZO Dormitaré en la noche profunda de tu beso, tras haber traspasado los últimos confines, agotadas las horas, quebrados del exceso, ahítos del aroma de todos los jardines... Cayó así entre mis brazos tu piel, tu paz, tu peso, y cogimos estrellas creando balancines: en el fuego quemamos hasta el último hueso como una llamarada de voz y de violines. Te estrellaste en mi carne con ansia süicida, para habitar sin miedo el cálido regazo, llenándome la boca de versos sin medida. Nos hicimos eternos amantes de un abrazo, mordiéndonos la muerte en íntimo arañazo, para anegar, amando, los cauces de la vida. Antonia Álvarez Álvarez
12. EL LUGAR DEL CRIMEN Más allá de la sombra te delatan tus ojos, y te adivino tersa, como un mapa extendido de asombro y de deseo. Date por muerta amor, es un atraco. Tus labios o la vida. Luis García Montero