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T ema 17. sistema inmunitario

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  1. 1. IES. Cañada de la Encina. Dpto Ciencias naturales Curso 2014 - 2015 1 BIOLOGÍA 2º BACHILLERATO UD 16. El Sistema Inmunitario 1. INTRODUCCIÓN: DEFENSA DEL ORGANISMO FRENTE A CUERPOS EXTRAÑOS La inmunidad es la propiedad de los organismos de rechazar cualquier cuerpo extraño que pretenda invadirlo. El sistema inmune constituye, en vertebrados, junto con el sistema nervioso, uno de los más complejos y sofisticados. Su misión principal es repeler los gérmenes patógenos y destruir a los agresores procedentes del exterior, o del interior (por ejemplo células tumorales). Caso excepcional es la autoinmunidad o respuesta defensiva contra un elemento propio. La INMUNIDAD es un complejo mecanismo por el que el organismo reconoce todos sus tipos celulares y establece un equilibrio entre ellos, rechazando aquellos que son ajenos o perturbadores de ese equilibrio. De esta manera el organismo puede hacer frente a cualquier cuerpo extraño y a la aparición de tumores. El SISTEMA INMUNE está formado por conjunto de células (leucocitos) y sustancias químicas (anticuerpos básicamente) que cooperan entre sí formando un complejo entramado. Está presente en animales superiores, no en invertebrados ni en peces, y alcanza su máxima expresión en primates y concretamente en el ser humano. Los principales órganos que participan en el sistema inmune son: la médula ósea roja, las amígdalas, el timo, los ganglios linfáticos, los vasos linfáticos, el bazo, las paredes intestinales y el apéndice. El sistema inmune distingue lo propio de lo extraño, rechazando lo extraño. Aparte de su función defensiva posee otras: Control de la transformación cancerosa y el envejecimiento celular. Rechazo de injertos y trasplantes. Reconocimiento de las propias moléculas del organismo. Posee tres características fundamentales: memoria, especificidad y reconocimiento de lo propio. La INFECCIÓN se define como el estado de anormalidad producido por microorganismos patógenos que acceden al interior del organismo y provocan alteraciones de distinta naturaleza en los órganos del hospedador o en las funciones que éstos desempeñan. Todos los organismos han desarrollado mecanismos de defensa frente a la invasión de agentes patógenos. Estos mecanismos pueden ser inespecíficos, impidiendo su entrada en el organismo o destruyéndolos con rapidez, o muy específicos, lo que se conoce como respuesta inmunitaria.
  2. 2. IES. Cañada de la Encina. Dpto Ciencias naturales Curso 2014 - 2015 2 2. MECANISMOS DE DEFENSA INESPECÍFICOS Los mecanismos de defensa inespecíficos actúan contra cualquier microorganismo o sustancia extraña. Son dos tipos: barreras primarias y barreras secundarias. 2.1. Barreras primarias. Están constituidas por la piel, las secreciones de las superficies mucosas y la presencia de una microflora propia. La piel: constituye, una barrera mecánica infranqueable debido a las siguientes características:  Su grosor y a su estructura, ya que su capa córnea más externa está totalmente queratinizada, es decir, compuesta por células muertas e impermeables que se van desgastando y perdiendo constantemente (descamación) y van siendo sustituidas por otras.
  3. 3. IES. Cañada de la Encina. Dpto Ciencias naturales Curso 2014 - 2015 3  Presencia de glándulas sebáceas y sudoríparas hacen que posea un pH ligeramente ácido e inadecuado para el desarrollo de muchos microorganismos.  Flora bacteriana de la piel, constituida por microorganismos, que dificultan el desarrollo de otros microorganismos, bien al competir con éstos por los nutrientes, bien liberando sustancias inhibidoras al medio. Secreciones mucosas, que recubren los epitelios en las aberturas naturales de los animales (boca, ano, fosas nasales y las vías respiratorias, urogenitales y digestivas)  Secreciones ácidas, del epitelio vaginal y conductos digestivos.  Mucosas respiratorias (mucus)  Flora bacteriana del tubo digestivo 2.2. Barreras secundarias Se activan si, por alguna causa (herida, quemadura, etc.), los microorganismos patógenos invaden los tejidos. La entrada de un microbio en el interior de un organismo se conoce como infección. La virulencia de los microbios patógenos es la capacidad que poseen de producir trastornos en el organismo invadido y esto sucede porque bien son capaces de destruir a las células que parasitan o bien las envenenan con las toxinas que liberan. Las barreras secundarias son: Respuesta inflamatoria  Las células de los tejidos afectados liberan sustancias, como la histamina, la serotonina, etc  Las sustancias liberadas provocan la dilatación de los vasos sanguíneos, lo que ocasiona un aumento del flujo sanguíneo a la zona (enrojecimiento y calor local), que llega cargado de muchas células fagocitarias.  Dichas sustancias producen, asimismo, un incremento en la permeabilidad de los capilares de la zona, que provoca la salida de plasma sanguíneo hacia el espacio intersticial, de forma que el volumen de líquido intersticial aumenta ocasionando un edema o inflamación. Esta hinchazón provoca dolor local. Células fagocíticas: Neutrófilos y monocitos. Son atraídos quimiotácticamente por las sustancias liberadas por las células. Tanto unos como otros fagocitan y digieren activamente microorganismos patógenos, sustancias extrañas y células muertas.
  4. 4. IES. Cañada de la Encina. Dpto Ciencias naturales Curso 2014 - 2015 4 Después de fagocitar cierta cantidad de bacterias y restos orgánicos, muchos mueren. El conjunto de leucocitos (fagocitos) muertos y los restos de los microorganismos constituyen el pus, que se puede reabsorber o expulsar al exterior. Cuando la infección es extensa se produce fiebre, debido a que aumenta mucho la concentración de determinadas proteínas producidas por los fagocitos (denominadas pirógenas), lo que modifica el «termostato del organismo» situado en el hipotálamo. La temperatura elevada facilita el movimiento de las células defensivas al mismo tiempo que dificulta el desarrollo de las bacterias alejadas de su temperatura óptima de crecimiento. Interferón: Si la infección es producida por un virus, las células afectadas reaccionan secretando glucoproteínas llamadas interferones que estimulan a otras células vecinas sanas para que produzcan proteínas antivirales, cuya función es impedir que los virus puedan proliferar impidiendo la replicación de los mismos. Sistema del complemento: Proteínas presentes en el plasma, de forma inactiva. El sistema se activa cuando los anticuerpos se unen a los antígenos de la superficie del organismo patógeno. Esta unión provoca una serie de reacciones encadenadas cuyo resultado final es la formación de una enzima proteasa activa que destruye las proteínas de la membrana del invasor ocasionando la rotura de la misma y, por ello, la lisis de la célula extraña. Además de lo anterior, algunos componentes de este sistema, potencian tanto la acción de los macrófagos como del proceso de inflamación. Puesto que los glóbulos blancos (leucocitos) de la sangre desempeñan un importante papel en la defensa de un organismo, vamos a recordar las clases existentes:
  5. 5. IES. Cañada de la Encina. Dpto Ciencias naturales Curso 2014 - 2015 5 Linfocitos: Se encuentran en la sangre y en la linfa. Según su respuesta inmunológica se diferencian los linfocitos B y los linfocitos T. Monocitos: Son las células más grandes presentes en la sangre. De ella pasan a los tejidos transformándose en los macrófagos fagocitarios. Neutrófilos: De la sangre pasan a los tejidos dedicándose a fagocitar gérmenes extraños. Conocidos también como micrófagos. Eosinófilos: Con misión fagocitaria de proteínas extrañas y de los complejos antígeno-anticuerpo. Basófilos: Contienen sustancias como la heparina (anticoagulante), histamina (vasodilatador) y serotonina. Intervienen en la inflamación. 3. MECANISMOS ESPECÍFICOS: LA RESPUESTA INMUNITARIA Podemos diferenciar entre dos tipos de respuesta inmune específica: Respuesta inmune celular, mediada por linfocitos T que destruyen microorganismos portadores de dicho antígeno y células propias infectadas. Respuesta inmune humoral, conjunto de mecanismos inmunitarios donde intervienen proteínas específicas llamadas anticuerpos fabricados por linfocitos B, que difunden a la sangre, linfa, líquidos intersticiales y secreciones. En esta acción coopera el llamado sistema de complemento que ayuda a destruir al microorganismo invasor. 3.1. RESPUESTA INMUNITARIA HUMORAL Los linfocitos B son capaces de reconocer a los agresores y de elaborar una defensa humoral (debida a proteínas disueltas) contra ellos: los anticuerpos. 3.1.1. Los Antígenos Denominamos antígeno a cualquier sustancia extraña. Generalmente son proteínas, glucoproteínas y polisacáridos complejos que, introducida en el interior del organismo, provoque una respuesta inmunitaria, estimulando la producción de anticuerpos (raramente su estructura es lipídica). Lo que para un ser vivo puede ser un antígeno, puede no serlo para otro.
  6. 6. IES. Cañada de la Encina. Dpto Ciencias naturales Curso 2014 - 2015 6 Las células y los microbios se denominan antígenos particulares, mientras que sustancias químicas, como las proteínas y ciertos glucolípidos o polisacáridos, inyectados o liberados en el interior del organismo (toxinas, por ejemplo), se denominan antígenos solubles. Los antígenos particulares deben su carácter antigénico a la presencia en su superficie de antígenos solubles. La cualidad antigénica de estos últimos reside tan sólo en ciertas partes de la molécula, que se denominan determinantes antigénicos, por ejemplo, algunos aminoácidos en una cadena polipeptídica. 3.1.2. Los Anticuerpos Los anticuerpos son sustancias producidas por los linfocitos B cuando detecta la presencia de un antígeno. Son específicos para cada antígeno y reaccionan con éstos, anulando su carácter tóxico. Químicamente son proteínas globulares (glucoproteínas), denominadas de forma genérica inmunoglobulinas (Ig). La molécula de las inmunoglobulinas, en forma de Y, está constituida por cuatro cadenas polipeptídicas unidas por puentes disulfuro. Estas cadenas son de dos tipos: ligeras (L) y pesadas (H). Los extremos de las cadenas H y L de las inmunoglobulinas constituyen la zona anticuerpo, por donde se unen a los antígenos. Cada molécula de anticuerpo presenta dos zonas por las que puede unirse a dos determinantes antigénicos. Tanto las cadenas H como las cadenas L poseen un sector invariable en la molécula, característico de cada tipo de inmunoglobulina, y un sector variable, específico de cada anticuerpo, son los centros de unión a los antígenos (paratopo).
  7. 7. IES. Cañada de la Encina. Dpto Ciencias naturales Curso 2014 - 2015 7 En seres humanos se diferencian cinco tipos de inmunoglobulinas según la secuencia de aminoácidos de la cadena H: Las Ig G o gammaglobulinas constituyen el 80 por 100 de las inmunoglobulinas de la sangre. A esta clase pertenece la mayor parte de Ig antibacterianas y antivirales. Pueden atravesar la placenta y pasar al feto. Activan al complemento y a los fagocitos. Las Ig A son el 10 por 100 del total de Ig. Se encuentran en la sangre y en diversas secreciones: mucus respiratorio, saliva, lágrimas, leche, etc. Pueden asociarse dos o tres moléculas formando dímeros o trímeros. Las Ig M representan un 6 por 100 de las Ig. Son las primeras que aparecen ante la presencia de antígenos. Están formadas por cinco subunidades Y, unidas por puentes disulfuro. Presentan diez lugares para la unión con antígenos y una gran avidez por antígenos polivalentes, como los virus. Activan al complemento y a los fagocitos. Las Ig E. Se encuentran en los tejidos y participan en los fenómenos alérgicos. Estimulan a las células cebadas conjuntivas y también a los linfocitos basófilos para que liberen histamina. Su concentración en sangre es muy baja. Las Ig D se localizan en las membranas de los linfocitos B y son responsables del reconocimiento de antígenos por parte de estas células.
  8. 8. IES. Cañada de la Encina. Dpto Ciencias naturales Curso 2014 - 2015 8 3.1.3. Origen de los Anticuerpos Los anticuerpos se originan a partir de los linfocitos B. Cuando un antígeno se pone en contacto con un linfocito B, éste se activa y se transforma en una célula llamada plasmocito o célula plasmática que se especializa en fabricar anticuerpos específicos contra ese antígeno. El proceso de transformación afecta al retículo endoplasmático rugoso, que se desarrolla mucho en los plasmocitos. En los ribosomas asociados al retículo tiene lugar la síntesis proteica de las cadenas H y L de las inmunoglobulinas que, tras su ensamblaje en el aparato de Golgi, son transportadas y secretadas al exterior. Linfocitos B: se originan y maduran en la propia médula ósea. Ésta fabrica millones de linfocitos B genéticamente diferentes, cada una de los cuales fabrica un solo tipo de anticuerpo específico para combatir un antígeno. Se calcula que se pueden formar hasta mil millones de tipos de anticuerpos distintos. Estos grupos se denominan clones y cada clon está formado por células idénticas. Cuando un antígeno se introduce en el cuerpo, se produce la respuesta del clon correspondiente, que, en un primer momento, multiplica el número de sus células integrantes por mitosis (proliferación), para más tarde transformarse en células plasmáticas (diferenciación). Algunos linfocitos B activados por el antígeno no se transforman en células plasmáticas, sino que se quedan como linfocitos B de memoria durante toda la vida del organismo. El antígeno que activa a los linfocitos B puede llegar hasta la membrana de éstos de forma directa al ir disuelto en el plasma sanguíneo o linfático (no es lo normal), aunque lo más frecuente es que intervengan unas células colaboradoras (macrófagos), que fagocitan a los componentes antigénicos (bacterias, virus…) y tras digerirlos, sitúan algunos fragmentos de éstos en su membrana, tras unirlos a unas proteínas propias que se conocen como complejo principal de histocompatibilidad (MHC). Después viajan hasta los órganos linfoides para mostrarlos a los linfocitos, son las “células presentadoras de antígenos (CPA). 3.1.4. Reacción Antígeno - Anticuerpo La unión antígeno-anticuerpo es específica: cada anticuerpo reconoce y se une con determinado antígeno, por medio de uniones intermoleculares (fuerzas hidrofóbicas o iónicas) entre el determinante antigénico y la zona anticuerpo, formándose el complejo antígeno-anticuerpo. Hay varios tipos de reacción antígeno-anticuerpo o reacciones serológicas:
  9. 9. IES. Cañada de la Encina. Dpto Ciencias naturales Curso 2014 - 2015 9 Neutralización. de las toxinas o de los virus, tiene lugar cuando el anticuerpo se une a los determinantes antigénicos de éstos, impidiéndoles que se fijen sobre las membranas celulares y dificultándoles, por tanto, su entrada en las células. Precipitación. se produce cuando el antígeno se encuentra disuelto. El complejo antígeno-anticuerpo forma un entramado insoluble y precipita Aglutinación. tiene lugar con ciertos antígenos particulares (glóbulos rojos, por ejemplo o bacterias). Un anticuerpo puede unirse a dos antígenos. Asimismo, un antígeno puede presentar varios determinantes antigénicos, pudiendo unirse a otras tantas moléculas de anticuerpo. El resultado es un agregado de complejos antígeno- anticuerpo, que se aprecia como aglutinación Tanto la precipitación como la aglutinación y la neutralización facilitan la fagocitosis. Opsonización. es producida por ciertas sustancias, las opsoninas, entre las que figuran algunos anticuerpos (Ig G y M), que se fijan sobre la superficie del antígeno estimulando y favoreciendo la acción de los fagocitos (“señalan lo que hay que comer”), ya que éstos fagocitan con más avidez a las bacterias opsonizadas. 3.2. RESPUESTA INMUNITARIA CELULAR 3.2.1. Células implicadas en la respuesta inmunitaria celular.  Linfocitos T: no producen anticuerpos que luego liberen al plasma sanguíneo, aunque sí poseen en su membrana unos receptores de antígenos, similares a los anticuerpos, que les permiten identificar sustancias antigénicas. Hay varios tipos de linfocitos T:  Linfocitos T colaboradores (células helper, linfocitos T4 o linfocitos CD4). Se encargan de activar a los linfocitos B y a los linfocitos T citotóxicos mediante unas moléculas por ellos segregadas llamadas interleucinas.  Linfocitos T citotóxicos. Destruyen a las células extrañas y a las células infectadas por virus o bacterias patógenas mediante la liberación de sustancias que provocan la lisis celular (perforinas). Necesitan ser activados por los linfocitos T colaboradores.  Linfocitos T supresores. Evitan una respuesta inmunitaria excesiva o desproporcionada. También parecen estar implicados en la inmunotolerancia a las estructuras celulares propias para evitar el ataque a sus mismas células.
  10. 10. IES. Cañada de la Encina. Dpto Ciencias naturales Curso 2014 - 2015 10  Células asesinas o células NK (natural killer). Se encargan de destruir células cancerosas o células infectadas por virus. Se activan gracias a los interferones fundamentalmente. 3.2.2. Actuación del sistema inmunitario La entrada en el organismo de un agente extraño (virus, bacteria,…) supone la presencia de antígenos proteicos no reconocidos como propios. Los macrófagos los fagocitan y en su interior los modifican hasta reducirlos a pequeños fragmentos peptídicos que unen a un conjunto de proteínas de membrana que se conoce como complejo principal de histocompatibilidad (MHC). El conjunto así formado, viaja hasta la membrana, quedando los antígenos expuestos “presentados” en la superficie celular externa, donde pueden ser reconocidos por los linfocitos T (ver dibujo anterior). El macrófago viaja hasta los órganos linfáticos y allí presenta los antígenos a los linfocitos T colaboradores, que, gracias a ciertas sustancias por ellos segregadas (interleucinas), facilitan el desarrollo de los linfocitos B (ver su forma de actuación), de los linfocitos T citotóxicos (que pueden destruir directamente a las células infectadas o extrañas) y de otros macrófagos. Los linfocitos T citotóxicos presentan en su superficie unas moléculas receptoras semejantes a los anticuerpos, mediante las cuales se unen específicamente a los antígenos de la membrana de las células infectadas o extrañas (trasplante). El linfocito inyecta enzimas en el interior de la célula infectada provocando su degradación. Este tipo de linfocitos es el responsable del rechazo en los trasplantes de tejidos (reconocen como extrañas a las proteínas del MHC del donante en caso de que no coincidan con las suyas) y órganos humanos y de la eliminación de células infectadas por virus o bacterias. Los restos de las células destruidas son fagocitas por las células fagocitarias del organismo. Las propias células infectadas por virus liberan interferones que activan a las células NK, contribuyendo éstas a destruir a las células dañadas, que luego son fagocitadas. Es también posible que los agentes invasores liberen a los líquidos orgánicos sustancias capaces de actuar como antígenos. En este caso, los linfocitos B podrían activarse de forma directa. Durante todo este proceso, los linfocitos T supresores se encargan de modular la respuesta inmunitaria. Lo hacen de manera no totalmente conocida. Finalmente, superada la infección, se encargan de detener las reacciones inmunitarias. Algunos linfocitos B y T para el antígeno combatido perduran durante largo tiempo en el organismo (años), son la células con memoria, que aceleran la respuesta del sistema inmunitario en caso de que el patógeno pretenda entrar de nuevo.
  11. 11. IES. Cañada de la Encina. Dpto Ciencias naturales Curso 2014 - 2015 11
  12. 12. IES. Cañada de la Encina. Dpto Ciencias naturales Curso 2014 - 2015 12 3.2.3. Memoria inmunológica natural La inducción de la respuesta inmune depende de la naturaleza del antígeno, la dosis y la forma de administración. Tras una primera inoculación antigénica la tasa de producción de anticuerpos aumenta lentamente (1-2 semanas) hasta un máximo para luego descender. Esto se denomina respuesta primaria y es mediada por la inmunoglobulina M (IgM). Si antes de que desaparezca por completo volvemos a inocular el mismo antígeno, la respuesta será más rápida y la tasa de producción de anticuerpos mayor, lo que se conoce como respuesta secundaria y es mediada por inmunoglobulina G (IgG). Esto se debe a que una parte de los linfocitos B diferenciados después del primer contacto con el antígeno se transforman en linfocitos B de memoria que guardan el recuerdo del antígeno. Así, ante un segundo contagio, son capaces de intervenir más rápidamente y con más intensidad. Son los responsables del estado de inmunidad del individuo que puede durar más o menos en función del tiempo de vida de estos linfocitos de memoria, desde meses o años hasta toda la vida, como en el caso de la viruela o sarampión. Señalar finalmente que en ocasiones cantidades muy pequeñas de antígeno sólo inducen respuesta inmune celular y no humoral, y que determinados antígenos como el bacilo de la tuberculosis y células animales extrañas sólo inducen la formación de linfocitos T y no de anticuerpos humorales. Si por una mutación, los antígenos causantes de la enfermedad cambian, el sistema inmunitario es incapaz de reconocer a los “nuevos” antígenos y la inmunidad adquirida se pierde (eso pasa con el virus de la gripe: muta y es ligeramente diferente cada año). 4. INMUNIDAD ARTIFICIAL: VACUNAS Y SUEROS La inmunidad puede ser: Congénita: la poseen algunas especies o individuos desde su nacimiento por su propia naturaleza. Puede ser de especie, de raza y de individuo. Adquirida: se adquiere en algún momento de la vida como consecuencia de la formación de anticuerpos. Se divide en:  Natural:  Activa: como consecuencia de haber padecido la enfermedad y haber creado anticuerpos los cuales pueden permanecer en la sangre toda la vida (sarampión) o durante cierto tiempo (tifus).
  13. 13. IES. Cañada de la Encina. Dpto Ciencias naturales Curso 2014 - 2015 13  Pasiva: por haber tomado anticuerpos, por ejemplo de la leche materna.  Artificial: mediante una técnica médica.  Activa: vacunación.  Pasiva: sueroterapia. La vacunación es una medida preventiva de inmunización activa consistente en suministrar gérmenes atenuados (vacunas atenuadas) o muertos (vacunas inactivadas), o sus macromoléculas: toxoides, antígenos aislados… (vacunas acelulares) para que el organismo desarrolle inmunidad, que en unos casos es permanente (sarampión, tos ferina), en otros dura años y en ocasiones debe ser mantenida con dosis de recuerdo, dependiendo de la naturaleza de la infección. La sueroterapia es un método de inmunización pasiva consistente en suministrar anticuerpos ya fabricados frente a un agente infeccioso. Pueden ser de origen animal (heterólogos) o humano (homólogos). Estos últimos pueden ser reemplazados ante situaciones de inmunodeficiencia con gammaglobulinas estándar y específicas. Las vacunas se utilizan como medida preventiva contra una enfermedad: se suministran cuando se prevé que un individuo puede contraerla, siendo inútil su administración una vez contraída. La duración de su acción es prolongada. Los sueros, en cambio, pueden utilizarse preventivamente, aunque la duración de su acción es limitada, o curativamente, una vez contraída la enfermedad. En la actualidad se dispone de vacunas y de sueros de muchas enfermedades, empezándose la vacunación a los 3 meses de edad.
  14. 14. IES. Cañada de la Encina. Dpto Ciencias naturales Curso 2014 - 2015 14 5. DISFUNCIONES Y DEFICIENCIAS DEL SISTEMA INMUNITARIO En ocasiones las respuestas inmunológicas pueden llegar a ser perjudiciales para el organismo, ya que inducen daños en diferentes tejidos. Si el sistema inmunitario presenta defectos en el mecanismo inmunológico, se producen enfermedades de autoinmunidad. Si actúa de manera excesiva ante sustancias inocuas, conducen a la llamada hipersensibilidad. 5.1. ENFERMEDADES AUTOINMUNES En un organismo existe inmunotolerancia cuando no se producen anticuerpos tras la aplicación de antígenos. Como hemos visto, las células de un organismo poseen antígenos (MHC-HLA) capaces de desencadenar la respuesta inmunitaria en otros organismos. Un organismo posee inmunotolerancia natural frente a sus propios tejidos y sustancias, de modo que sus linfocitos no actúan contra los antígenos propios (autoantígenos). En ciertas enfermedades, las defensas inmunitarias reconocen como extraños a sus autoantígenos: son las enfermedades autoinmunes. En esos casos se producen autoanticuerpos que rompen la tolerancia. En ocasiones el sistema inmune puede no desarrollar autotolerancia a sus propias proteínas debido a dos causas: Algunos antígenos corporales están secuestrados por lo que no están expuestos al sistema inmune en las primeras etapas de la vida que es cuando son reconocidos como propios. Al liberarse tardíamente pueden desencadenar respuesta inmune. Por la similitud de las propias proteínas con un antígeno que ha penetrado en alguna ocasión. Se produce pues una reacción cruzada. Como ejemplos de enfermedades autoinmunes tenemos: esclerosis múltiple (imagen), psoriasis, artritis reumatoide, lupus eritromatoso, etc.
  15. 15. IES. Cañada de la Encina. Dpto Ciencias naturales Curso 2014 - 2015 15 5.2. HIPERSENSIBILIDAD: ALERGIAS La hipersensibilidad es una respuesta inmunitaria excesiva ante un antígeno que provoca lesiones en los tejidos del propio organismo. La alergia es una reacción alterada y anormal del organismo frente a determinados antígenos, denominados alérgenos. Las reacciones de hipersensibilidad pueden producirse inmediatamente, tras el segundo contacto con el alérgeno o al cabo de varios días. De acuerdo con ello, se distinguen dos tipos de reacciones de hipersensibilidad: las inmediatas y las tardías o retardadas. 5.2.1. Reacciones de hipersensibilidad inmediata o anafiláctica Denominada comúnmente alergia, se manifiesta como una reacción inflamatoria. La llegada de un antígeno (denominado alérgeno) estimula a los linfocitos T que a su vez activan a los linfocitos B para que fabriquen Ig E, un anticuerpo que posee la particularidad de unirse a células cebadas o mastocitos y a los basófilos, sensibilizándolos. Cuando el antígeno llega por segunda vez y se une a Ig E, los mastocitos liberan histamina, prostaglandinas, factor quimiotáctico eosinófilo, etc. desencadenándose los síntomas: lacrimeo, secreción nasal (rinitis alérgica), picor, inflamación de tejidos a nivel local, enrojecimiento debido a vasodilatación, urticarias… En ocasiones se presentan dificultades respiratorias, asma y, si la vasodilatación es acusada puede sobrevenir la muerte por asfixia y disminución de la presión sanguínea (shock anafiláctico). El polen, las heces de ácaros, el veneno de abejas, el pelo de animales, ciertos medicamentos (penicilina), algunos alimentos (mariscos) etc. son alérgenos.
  16. 16. IES. Cañada de la Encina. Dpto Ciencias naturales Curso 2014 - 2015 16 5.2.2. Reacciones de hipersensibilidad retarda Se manifiesta incluso semanas después de la exposición al antígeno. Se denomina hipersensibilidad mediada por células pues, a diferencia de los casos anteriores, es mediada por linfocitos T sensibilizados tras una primera exposición al antígeno y no por anticuerpos. Ante un nuevo contacto con el antígeno, los linfocitos T sensibilizados segregan linfocinas que estimulan a los macrófagos y producen reacción inflamatoria. Los síntomas son similares a los de la alergia y en ocasiones se le denomina alergia de contacto. Ejemplos son las dermatitis de contacto, algunos procesos de rechazo de órganos o injertos, sensibilidad a ciertos fármacos, cosméticos, tejidos, etc. 6. INMUNODEFICIENCIA La inmunodeficiencia es la capacidad del sistema inmunitario de actuar contra las infecciones microbianas. Las causas pueden ser diversas, como trastornos genéticos (y por tanto, hereditarios), fallos en el desarrollo normal de los órganos linfoides o bien infecciones víricas. Las inmunodeficiencias pueden ser de dos clases: La inmunodeficiencia primaria o congénita es una anomalía de tipo genético. Suele aparecer en el momento del nacimiento o a los pocos meses de vida. La inmunodeficiencia se manifiesta de diversas maneras. Una de ellas es la debida a defectos en los linfocitos B que, o no son capaces de fabricar anticuerpos normales o no los producen en la cantidad necesaria. También son frecuentes las inmunodeficiencias debidas a un desarrollo incorrecto de las funciones de los linfocitos T. Dado que los microbios no encuentran resistencia a la hora de penetrar en el organismo, la forma de tratar estas enfermedades se basan en el uso de agentes antimicrobianos específicos, inyecciones de gammaglobulinas, aislamiento de los pacientes en habitaciones estériles (niños burbuja) y trasplantes de la médula ósea. Últimamente se han puesto en práctica técnicas de terapia génica intentando introducir en los pacientes, genes sanos para que fabriquen las inmunoglobulinas que sus genes defectuosos no pueden sintetizar La inmunodeficiencia secundaria o adquirida se alcanza con posterioridad al nacimiento, “no se tiene en el momento de nacer y se “adquiere” con posterioridad”. Puede contraerse tras una infección por microorganismos (virus del SIDA: Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida) o después de padecer una enfermedad autoinmune. Algunos tipos de cáncer como linfomas y leucemias también guardan relación con este síndrome.
  17. 17. IES. Cañada de la Encina. Dpto Ciencias naturales Curso 2014 - 2015 17 7. SISTEMA INMUNOLÓGICO Y CÁNCER Cuando una célula empieza a reproducirse (por mitosis) de forma anárquica y descontrolada, se produce una agrupación de células que originan un núcleo (grupo) de células anómalas; nos encontramos ante un tumor benigno si las células no se desprenden y extienden por otros tejidos y órganos o ante un cáncer, en caso de que sí lo hagan a través de los vasos sanguíneos o linfáticos. En este último caso se ha producido una metástasis. El debilitamiento del organismo y la alteración de sus funciones pueden traer consecuencias fatales. Las células sanas pueden transformarse en células cancerosas cuando los protooncogenes (genes inactivos del cáncer, presentes en nuestras células) se transforman en oncogenes (genes del cáncer activos) debido a: Mutación de su material genético debido a sustancias químicas (del tabaco, contaminación industrial, etc.) o debido a cierto tipo de radiaciones (ultravioleta, rayos X, radiaciones nucleares, etc.). Todos estos agentes se conocen como agentes cancerígenos. Acción de ciertos virus, como puede ser el virus del papiloma humano (VPH). Este virus puede producir cáncer de cuello de útero, aunque, afortunadamente, hay una vacuna contra él.
  18. 18. IES. Cañada de la Encina. Dpto Ciencias naturales Curso 2014 - 2015 18 La respuesta inmunitaria contra el cáncer se produce debido a que las células cancerosas poseen en sus membranas antígenos tumorales, que son específicos de cada tipo de cáncer. La respuesta se fundamenta en la producción de anticuerpos por parte de los linfocitos B, en la actividad lítica debida a los linfocitos T citotóxicos y células NK y a la actividad fagocitaria de los macrófagos. Muchas veces la respuesta inmunitaria es ineficaz (sin que se sepa exactamente porqué) y el cáncer prolifera. Podemos entonces ayudar a combatir la enfermedad mediante cirugía, radioterapia y quimioterapia, aunque las maneras más eficaces de combatir el cáncer se basan en la prevención, no rodeándonos de los factores de riesgo y en la realización de revisiones periódicas.

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