2. El temperamento es innato.
Resulta interesante para padres y maestros
conocer y centrarse en las cualidades del
temperamento del niño porque la manera de
interactuar del niño con los educadores parece
tener un gran efecto en el modo en que estas
tendencias innatas se desarrollan.
No hay un temperamento mejor que otro,
simplemente son distintos y presentan
diferentes retos para padres y maestros.
3. Nivel de actividad
Nivel de actividad motora del niño y la proporción de periodos activos e inactivos.
Un preescolar muy activo puede deleitarse con juegos de enérgica carrera, mientras que otro de bajo nivel de
actividad opta por algo tranquilo como dibujar u hojear un cuento.
Un niño activo “no es malo”; no se mueve sin cesar para agotar a los padres, solo está ocupado siendo la
persona que es.
La clave para vivir en paz con un niño activo es hallar la manera de satisfacer sus necesidades sin abandonar
las propias.
• Planifica por adelantado con las necesidades de tu chico en mente.
• Programa tiempo para ti. No se trata de egoísmo, se trata de sentido común.
• Aprende a quererle tal como es. Goza de sus cualidades, en el futuro podrá conseguir muchas cosas con su
abundante energía.
4. Ritmo o regularidad:
Hace referencia a la
previsibilidad o imprevisibilidad
de las funciones biológicas,
como el hambre, el sueño o el
control de esfínteres.
Comprender la regularidad
puede ayudarte a planificar el
horario del niño con el fin de
minimizar el conflicto y el estrés
para todos.
5. Reacción inicial:
Este factor describe la manera
de reaccionar del niño ante una
nueva situación o estímulo,
como un nuevo alimento,
juguete, persona o lugar.
Aprender a educar al niño con
sus singularidades significa
reaccionar de manera alentadora
y afable. Por ejemplo, ofrece
aceptación y ánimo en lugar de
pedir que supere su timidez.
6. Adaptabilidad:
La manera del niño de
reaccionar ante una
situación nueva a lo largo
del tiempo, su capacidad
de ajuste y cambio.
La urgencia del adulto
suele ser una carga añadida
para el niño, en lugar de
premura da tiempo para
adaptarse al cambio.
7. Umbral de respuesta sensorial:
El nivel de sensibilidad a los estímulos sensoriales
varía de un niño a otro y afecta a su manera de
comportarse y ver el mundo ¿Le gusta el ruido, la
música, le pica la ropa, toca alimentos nuevos, se
escabulle para evitar el contacto o le encanta que
le acaricien y abracen?
Un niño “menos sensible” puede estar más
dispuesto a experiencias nuevas.
Saber que existen diferentes temperamentos nos
ayuda a comprender por qué con unos niños
sirven unos métodos y con otros no.
8. Cualidad del humor:
¿Te has fijado que algunos niños
reaccionan a la vida con placer y
aceptación mientras otros encuentran
inconvenientes en todo?
Recuerda que los ceños fruncidos no
se dirigen a ti como padre/madre, ni a
tus habilidades educativas.
Muéstrate sensible ante el mal humor,
abraza y comparte tu alegría es la
manera de ayudarle a sentirse mejor y
enfrentarse a la vida de un modo más
positivo.
9. Intensidad
de la
reacción:
Los niños reaccionan a los acontecimientos de su entorno de distinta manera.
Por ejemplo, las rabietas de un niño muy intenso pueden oírse en todo el bloque, mientras
que el hijo del vecino se retrae en silencio cuando se siente frustrado.
Comprender que los niños reaccionan ante los estímulos con diferentes grados de intensidad
puede ayudar a gestionar su comportamiento con más calma.
10. Facilidad de distracción:
La manera en que los estímulos
externos interfieren en el
comportamiento presente del
niño y su voluntad para
distraerse.
Recuerda que cada
temperamento tiene sus puntos
fuertes y sus puntos débiles.
11. Persistencia y
capacidad de atención:
La persistencia es la voluntad del
niño de insistir en una actividad
a pesar de los obstáculos o
dificultades que entrañe; la
capacidad de atención describe
el tiempo que el niño se dedica
a una actividad sin interrupción.
Las dos características suelen
estar relacionadas.
12. No hay temperamentos buenos
ni malos.
La comparación y los juicios
pueden generar
desánimo y desilusión.
Una buena educación ayuda al
niño a explotar sus puntos
fuertes y mejorar los débiles
Fuente: “Disciplina Positiva para
preescolares” Jane Nelsen
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