El pie equino varo congénito es una deformidad presente al nacer que implica una posición alterada del pie, con el talón elevado y el pie en ángulo agudo con el tobillo. Puede ser causado por factores genéticos, mecánicos o un detención prematura del crecimiento óseo. Se trata colocando yesos correctivos en los primeros días para aprovechar la plasticidad ósea o usando férulas de abducción.
Pie equino varo congénito: causas, síntomas y tratamiento con yesos
1. PIE EQUINO VARO.
El pie equino varo congénito es una alteración
displásica (mal constituida), caracterizada por
una combinación de diversas deformidades que
están presentes al nacimiento y que consisten
en una posición alterada y fija de cada una de
las partes del pie del recién nacido, que hacen
que se vea torcido y fuera de la posición normal.
El término “pie equino varo” se refiere a la
posición que toma el pie en ángulo agudo con el
tobillo y el talón elevado. El pie equino varo
puede presentarse en un pie o en ambos y
generalmente es un problema aislado en un
bebé sano.
2. Se puede decir que un pie equino varo no es una
deformidad embrionaria. Un pie que se está
desarrollando normalmente, se vuelve zambo en
el segundo trimestre del embarazo.
3. CAUSAS:
Su causa es aún desconocida y si bien existen numerosas
teorías que pretenden explicar su origen, ninguna está
totalmente probada. Algunas de estas teorías hablan de una
causa genética (durante el desarrollo del bebé en los 3
primeros meses del embarazo) o familiar (puede repetirse en
las familias y esta posibilidad se aumenta cuando hay varios
familiares directos que tienen este padecimiento).
Otra de las teorías habla, de una causa mecánica, por falta
de espacio o compresión para la formación del feto durante
el embarazo (posiblemente causada por oligohidramniosdisminución de la cantidad de líquido amniótico- o bandas
amnióticas )
Otras, hablan de una detención precoz en el crecimiento del
pie que hace que sus huesos no lleguen a ocupar su posición
y forma correcta. La incidencia es mayor en hombres que en
mujeres.
6. SIGNOS Y SINTOMAS:
El borde interno del pie está elevado y acortado y está
extraordinariamente aumentada su concavidad natural.
El arco longitudinal está generalmente exagerado.
La piel de estas regiones está engrosada y se forman
callosidades y bolsas.
Estas bolsas pueden inflamarse o incluso llegar a
supurar.
El talón es de pequeño tamaño y no se desarrolla a
medida que el paciente crece. La piel permanece
delgada ya que nunca ha sido sometida a presión.
7.
En los casos no tratados, todo el pie no llega a
alcanzar su tamaño apropiado, aunque el antepie
aparece ensanchado.
En los casos unilaterales, el pie afectado es más
pequeño que el opuesto y, en algunos casos, la
pierna suele ser más corta que la otra.
La marcha es insegura y bamboleante si la
deformidad es bilateral. El paciente anda con los
bordes externos de sus pies y, en los casos graves
tiene que levantar un pie sobre el otro durante la
de ambulación.
8. TRATAMIENTO:
Lo más recomendado es empezar a tratar
en los primeros días de vida, colocando
unos yesos correctivos. Cuando el niño es
tan pequeño sus huesos tienen mucha
plasticidad y capacidad de remodelación,
por lo que, tras la colocación de varios
yesos aplicando una corrección progresiva
podremos llegar a obtener un pie
prácticamente normal.
9.
Es fundamental la correcta limpieza y
conservación de dichos yesos para
que el bebé esté lo más cómodo
posible.
10.
Tambien existen otros tratamientos como Férulas
de abducción con botas que debe llevarse durante
todo el día durante 3 meses y después en las
siestas y por la noche hasta la edad de 3-4 años.