Alimentación y Nutrición durante el Embarazo (2).pptx
Los cambios fisiológicos durante el embarazo
1. Los cambios fisiológicos durante el embarazo
El embarazo implica algunos cambios fisiológicos en el organismo que
explican los cambios en el estado físico y anímico. Te contamos todo
para que esperes la llegada de tu bebé con energía y de la maera más
saludable posible.
Esta nueva etapa de la vida de la mujer implica algunos cambios
fisiológicos en el organismo que explican, en parte, los cambios en el
estado físico y anímico. La gestación es un período en el que
aumentan notablemente las necesidades nutritivas. Este incremento
se debe a las demandas requeridas para el crecimiento y desarrollo
del feto y para la formación de nuevas estructuras maternas
necesarias para la gestación como son la placenta, el útero, las
glándulas mamarias, sangre; así como para la constitución de
2. depósitos de energía para el tiempo de la lactancia.
Entre los
cambios físicos, encontramos el retiro de la menstruación, aumento
de peso, aumento del tamaño de los pechos y del útero (donde se
alojarán el feto, la placenta y el líquido amniótico), mareos, fatiga,
somnolencia, aumento en la frecuencia de las micciones. Entrelos
cambios psicológicos son frecuentes, sobre todo en el primer
embarazo, los estados depresivos, el llanto fácil e irritabilidad. Todos
estos cambios son provocados por las hormonas que aumentan
durante el embarazo. Se segregan cantidades importantes de
estrógeno, progesterona, gonadotropina coriónica, entre otras.
- Aumento de peso. Es aconsejable que, antes del embarazo, la
mujer no tenga sobrepeso, porque durante la gestación es normal
engordar de 9 a 12 Kg: 1,5 a 1,8 Kg durante el primer trimestre; unos
3,5 Kg suplementarios en el segundo y el resto en el tercero (0,4
Kg/semana). Ese incremento de peso se debe a: crecimiento del feto
(3 - 3,5 kg), placenta (0,7 kg), líquido amniótico (0,9 kg), aumento del
útero (0,9 kg), aumento de las mamas (0,7 kg), aumento del volumen
de sangre (1,8 kg), tejido adiposo materno (3,5 kg), aproximadamente.
3. En las primeras semanas, a veces, incluso se adelgaza un poco (1-2-
kilos) como consecuencia de los problemas digestivos, náuseas y
vómitos que se presentan. No debe preocuparnos ya que dicha
pérdida se recupera en las siguientes semanas.
Es más difícil controlar el aumento de peso en fases más avanzadas
del embarazo, por lo que es imprescindible no concentrar el
incremento del peso total durante los primeros meses. En ocasiones,
la simple retención de líquidos provoca un aumento de peso, que se
perderá a la semana siguiente al parto. Los pesos máximos
aceptables y compatibles con embarazos y partos normales son muy
variables y será el médico quien mejor orientará y aconsejará a la
embarazada.
Lo mejor será mantener una dieta saludable rica en vitaminas, ácido
fólico, hierro y proteínas para estar sanas y que el bebé se desarrolle
bien. no debemos seguir los consejos caseros como: "comer por
dos", tomar dos litros de leche por día o comer pan con jamón todos
los días porque la embarazada engordará rápidamente y de manera
excesiva. Recordemos que el parto de una mujer con sobrepeso es
más riesgoso.
4. - Cambios en
el metabolismo. El organismo de la mujer embarazada desarrolla un
mecanismo compensador orientando al aumento del peso inicial hacia
la reserva de grasa que la mujer podrá utilizar cuando aumenta la
demanda energética del feto a medida que avanza el embarazo. Ello
es posible porque al principio del embarazo se reduce el metabolismo
basal.
Algunas veces, se altera la tolerancia a la glucosa produciéndose
la diabetes gestacional. La hormona placentaria que aparece en el
transcurso del embarazo tiende a elevar la glucemia. Este hecho se
produce especialmente en embarazadas con antecedentes de
diabetes y en mujeres obesas. Al haber en circulación más glucosa
que pasa al feto a través de la placenta, se estimula la secreción de
insulina fetal que es un importante factor de crecimiento. Los niños de
estas madres, si no han seguido un control adecuado de la glucemia,
al momento de nacer su peso es mayor de 4 Kg.
- El sistema cardiovascular. Aumenta la frecuencia y el gasto
cardíacos y disminuye la tensión arterial, especialmente durante los
5. primeros dos trimestres. Luego se normaliza en el tercer trimestre.
- Los cambios en el metabolismo del calcio facilitan la movilización
de éste para la formación del esqueleto fetal. Por acción de ciertas
hormonas, se absorbe más cantidad de calcio en el tracto
gastrointestinal y disminuye su eliminación.
- Aumento del volumen de sangre. Esto provoca una disminución en
las concentraciones de hemoglobina y se traduce en anemia
fisiológica de la embarazada. No hay que confundir con anemia por
deficiencia de hierro (ferropénica), tan frecuente durante el embarazo.
El riesgo de anemia se presenta sobre todo al final del embarazo y
durante el parto en el que hay pérdida de sangre y la recuperación es
más lenta. Normalmente, después del parto se indica a la mujer tomar
suplementos de hierro para recuperarse antes.
- Disminución de la movilidad gastrointestinal. Los problemas
gastrointestinales aparecen casi al comienzo de la gestación y se
deben en gran parte al incremento de las cifras de la hormona
progesterona. Se relaja el músculo del útero para permitir su
expansión por el crecimiento fetal y a la vez disminuye la movilidad
gastrointestinal, para permitir una mejor absorción de los nutrientes.
Esto suele ocasionar estreñimiento. Así mismo, la relajación del
cardias produce regurgitación y acidez, síntomas tan comunes en las
embarazadas. Se recomienda tomar alimentos ricos en fibras para
sobrellevar este problema. El salvado, las ciruelas, las semillas son
muy buenos para aliviar el estreñimiento.
6. Cambios en la anatomía y fisiología de la embarazada
LOS ÓRGANOS DE LA EMBARAZADA SE DESPLAZAN POR EL CRECIMIENTO DEL
ÚTERO
El embarazo por sí solo produce cambios en la anatomía y fisiología de la mujer, que
suponen una adaptación continua para permitir el adecuado desarrollo del feto,
preparación al parto y la lactancia.
Por todo esto, la práctica de ejercicio físico afectará de manera distinta a la gestante y se
debe adecuar a estos cambios.
Cambios cardiovasculares
Durante el embarazo se producen dos importantes hechos:
• Aumento de los requerimientos debido al continuo desarrollo del feto
• El desplazamiento de determinadas estructuras por el aumento de tamaño del útero.
El gasto cardiaco de la mujer embarazada aumenta entre un 30% y un 40% desde el inicio
al final de la gestación debido al incremento de la frecuencia cardiaca de 70
latidos/minuto a 85 latidos/minuto (al final del embarazo). También se produce se
produce un 45% de aumento del volumen sanguíneo materno que permite un adecuado
flujo en útero y placenta.
Estas modificaciones cardiovasculares no suponen ningun riesgo pa
mujer embarazada sana.
Durante la práctica del ejercicio físico se produce una redistribución
sanguínea en el organismo de la gestante hacia los músculos en
movimiento, pulmones y corazón, lo que supone una disminución de
25% en el flujo sanguíneo de la zona útero-placentaria.
Para evitar posibles riesgos derivados de esta redistribución sanguíne
existen mecanismos materno-fetales que lo compensan y permiten
asegurar el bienestar fetal durante la práctica de ejercicio moderado.
Cambios respiratorios
7. Según avanza el embarazo se produce un incremento en la necesidad de volumen
respiratorio y de cantidad de oxígeno.
El crecimiento del útero provoca que el diafragma se eleve y que la respiración se realice
con los músculos del tórax sin la ayuda de los músculos abdominales, provocando una
sensación de mayor dificultad al respirar junto a un aumento en la frecuencia respiratoria.
Debido a este aumento en la necesidad de oxigeno y al mayor esfuerzo para respirar
debido al crecimiento uterino se produce una menor disponibilidad de oxigeno para la
práctica de ejercicio aeróbico durante el embarazo.
Cambios metabólicos y endocrinos
En el embarazo se producen muchos cambios en la actividad y los niveles hormonales.
Se produce un incremento en los niveles de estrógenos, progesterona y otras hormonas,
así como cambios en el metabolismo de los carbohidratos.
Estos cambios son necesarios para cubrir los requerimientos metabólicos de la madre y
del crecimiento del feto, cuya principal fuente de alimento es la glucosa que se halla
presente en la sangre materna.
La práctica de ejercicio físico durante la gestación es beneficiosa para la
adaptación a los cambios en la resistencia a la insulina que se produce
en la segunda mitad del embarazo.
Si la realización del ejercicio físico no supera la intensidad recomendada, es decir, una
intensidad moderada, no hay razón para que existan riesgos o problemas para cubrir los
requerimientos energéticos del feto.
Cambios en el aparato locomotor
Durante la gestación, la mujer experimenta numerosos cambios destinados a adaptar su
organismo al embarazo. Se produce un aumento en el volumen y peso de los pechos, un
aumento del volumen uterino, la parte baja de la espalda se curva y el centro de gravedad
se desplaza, aumenta el peso corporal, las articulaciones ganan elasticidad y existe un
menor retorno venoso en las piernas debido al aumento de tamaño del útero.
Por todos estos cambios es necesario, a la hora de la práctica de una actividad física, tener
en cuenta:
• Evitar aquellos ejercicios que requieran la realización de movimientos bruscos y que
puedan aumentar el riesgo de lesión.
8. • Evitar ejercicios que fuercen las articulaciones.
• Es recomendable practicar deportes denominados de bajo impacto, como la natación,
la marcha o pilates.
• En las mujeres deportistas, con partos prematuros o riesgo de parto prematuro es
recomendable una reducción de la actividad física en el segundo o tercer trimestre.
Temperatura corporal
En el embarazo y el ejercicio físico se produce un aumento de la temperatura corporal
materna.
La mujer embarazada posee un sistema de regulación de la temperatura mucho más
eficiente que la mujer no gestante. Este sistema es un sistema de protección frente las
elevaciones de temperatura que puedan ser perjudiciales para el feto. Algunos estudios
indican que elevar la temperatura materna en 1,5ºC o más de manera continuada puede
suponer un grave riesgo para el desarrollo embrionario y fetal, especialmente si ocurre
durante el primer trimestre.
Es importante que la mujer gestante no realice una actividad deportiva que produzca un
sobrecalentamiento corporal y siempre mantener un adecuado estado de hidratación y una
buena reposición de líquidos durante y después del ejercicio físico.