Roberto Rodríguez Ramírez, conocido como "Roberto el de las tres erres", trabaja en un cementerio de objetos en desuso donde recicla y reutiliza los objetos. Aunque su nombre le ha causado problemas, se siente feliz en su trabajo aplicando las tres erres: reciclar, reutilizar y reducir. Sin embargo, empieza a sentirse abrumado por la gran cantidad de objetos. Su amigo Emilio inventa una máquina llamada Septentimel que convierte los sentimientos negativos en positivos, lo que le ayuda a Roberto
1. ROBERTO EL DE LAS TRES ERRES
Al final del camino, estaba el cementerio de los objetos en desuso, donde habían muchas,
muchas cosas, que la gente había ido dejando allí. Objetos inservibles, porque ya no se necesitaban,
porque se habían roto, o simplemente resultaban aburridos para el propietario.
Roberto Rodríguez Ramírez era el encargado del cementerio, separaba los objetos por
categorías, plástico, metal, vidrio, papel, etc., después los agrupaba en rotos, casi rotos, en buen uso,
etc., y sobre todo se fijaban en aquellos que podían volver a ser utilizados o reciclados.
Pero a Roberto, que era un chico normal, su nombre le había condicionado la vida. Aunque
parezca que el nombre de Roberto es un nombre habitual, bonito y sonoro, que lo es y que hay
muchos Robertos, para él tenía un significado especial y había hecho que su vida fuera diferente,
porque en el caso de Roberto, todos le conocían por Roberto el de las tres erres ( es decir, las
iniciales de su nombre y sus apellidos), siglas que también representan Reciclar, Reutilizar y
Reducir. Por eso Roberto, cuando se convocó la plaza para trabajar en el cementerio de los objetos
en desuso, decidió estudiar mucho y presentarse a la convocatoria. ¡¡¡Ese trabajo estaba hecho para
él!!!
Y cuando aprobó la oposición fue el chico más feliz del mundo, se había cumplido su sueño,
tenía a su alcance un paraíso de objetos para reciclar y reutilizar. Y para reducir pensó en hacer
carteles para concienciar a sus familiares, amigos y resto de sus vecinos, para que redujeran el uso
de envases, objetos y controlaran el consumismo en general.
Pero Roberto el de las tres erres, aunque tenia mucha imaginación, y con los objetos que
tenía a su alcance hizo muchos inventos como: La bota del Hero, una bota con propulsores que te
permiten correr muy rápido y hasta volar; el Robonet, un robot de materiales reciclados que conecta
un motor central con unos brazos articulados provistos de escobas, cepillos, etc. y el
monopatín volador, con el poder desplazarte rápidamente; estaba empezando a perder la ilusión.
El cementerio seguía teniendo muchos, muchísimos objetos con los que no sabía qué hacer y
que no estaba dispuesto a desperdiciar. Así que llamó a sus amigos y entre todos crearon nuevos
inventos como: el Lápiz trabajador, que iba cargado con una batería para hacer deberes sin apenas
enterarte, el Rejuvenecedor, para mantener tu pelo y tu piel joven y el Recordamentor 3000, un
eficaz invento para recuperar la memoria y sobre todo para encontrar cosas que no recuerdas donde
las dejaste. Pero Roberto, seguía deprimido porque le sobrepasaba la cantidad de objetos que
dejaban en el cementerio y éste estaba a rebosar y fue cuando su amigo Emilio Calatayud Ortega, al
que todos llamaban por sus iniciales el ECO(logista), inventó una máquina para transformar los
sentimientos negativos en positivos el Septentimel.
Gracias al Septentimel, Roberto introdujo sus sentimientos negativos y los convirtió en
sentimientos positivos, y empezó a ver las cosas de otro modo. Creó unas plantas de reciclaje donde
2. los objetos eran reconvertidos a nuevas materias primas; montó un mercadillo de segunda mano,
para los objetos que aún podía ser útiles y creó una beca de estudios para aquellas personas que
ayudaban al entorno a reducir el consumismo. Y siguió trabajando muchos años en el cementerio de
los objetos en desuso.
Así pues, Roberto el de las tres erres, se convirtió en un gran hombre, comprometido con su
entorno y con el medio ambiente y ayudando a otros a convertir sus sentimientos negativos en
positivos patentando junto con su amigo el ECO(logista) el invento que les sacó de la depresión: el
Septentimel.
No dudéis vosotros en utilizarlo si os hace falta y por supuesto no olvidéis las tres erres.