1. PARA VIVIR MAS Y MEJOR - OASIS
PRESENTADO POR
MANUELA AGUIRRE RAMIREZ
COD. 331211015
DOCENTE
JAIME ESPINOZA
MICROECONOMIA
UNIVERSIDAD LIBRE SECCIONAL PEREIRA
MAYO DE 2012
2. CUANTOS AÑOS TENEMOS
En cierta ocasión alguien pregunto a Galileo Galilei: ¿Cuántos años tiene su
señoría? Ocho o diez repuso Galileo en evidente contradicción con su barba
blanca. Y luego explicó: tengo, en efecto, los años que me quedan de vida; los
vividos no los tengo, como no se tienen las monedas que se han gastado.
Crecemos en sabiduría si valoramos el tiempo como Galileo. Decimos con
asombro: ¡Cómo pasa el tiempo! Pero en realidad somos nosotros los que
pasamos. El astrónomo italiano sabía que acá estamos de paso. Somos
peregrinos y es bueno pensar en la meta que nos espera. La certeza de que
nuestro caminar terreno tiene un final, es el mejor recurso para valorar más cada
minuto. Así podemos aprovechar lo único que tenemos: El presente.
Conviene disfrutar cada dio como si fuera el último. El ayer ya se fue y el mañana
no ha llegado; ¡aprovecha el Hoy! Eres realista, cuando aquí y ahora eliges lo
mejor para ti y los demás, sin lastimarte y lastimar.
AÑO NUEVO
Al saludar un nuevo año se suele decir: Veremos qué nos trae…, espero que
traiga esto o aquello…. Son expresiones que acaso dejan traslucir una actitud
pasiva frente a la vida. En realidad un nuevo año no trae nada distinto a lo que
nosotros mismos procuremos.
Un año no trae días aciagos para unos y felices para otros. Cada cual recoge lo
que siembra. La esperanza una virtud dinámica, luchadora, nos pone en camino,
nos mueve a actuar. El dicho “el que espera desespera” es falso. La
desesperación sólo visita al apocado.
A veces la llamada resignación cristiana tiene más de pecado que de virtud. Sólo
es áurea y cristiana si aceptamos lo que no se puede cambiar, mientras luchamos
por mejorar. El nuevo año será lo que tú hagas de él. Siembra generosamente y
no cosecharás con mezquindad.
3. SER LUZ
Quienes conocen a la Madre Teresa de Calcuta dicen que a ella le gusta repetir
este aforismo: “Es mejor encender una luz que maldecir la oscuridad”. El rico
simbolismo de la luz siempre se ha hermanado en las religiones con todo lo
positivo: amor, verdad, fe y vida.
Todos tenemos en el corazón una fuente de luz. Todos podemos esparcir luz o
tinieblas. Si mi familia o mi país están a oscuras, las cosas no mejoran con
maldecir, renegar o criticar. La luz se hace con amor. Quizás es por eso que
cuando nacemos se habla de este hecho maravilloso en términos de luz. La madre
de a luz. Ante los problemas ¿en qué grupo estamos?Ojalá sea en el de aquellos
que encienden una luz y no en el de quienes maldicen la oscuridad.
Es más preocupante y funesto racionar la luz de amor que racionar la luz eléctrica.
En la antigüedad se llamaba lucífero al que portaba la luz, y cristóforo al que
llevaba a Cristo; es lo mismo porque Cristo es la luz. Esfuérzate por iluminar a
muchos con el amor, la justicia y la verdad.
JUEGO DE LA VIDA
En los juegos Olímpicos no ganan las personas que tienen buena suerte, sino las
que tienen buen entrenamiento y buena disciplina. Algunos atletas excusan su
fracaso diciendo que no corrieron con suerte. Buena manera de lavarse las
manos.
Las personas triunfadoras no deben su éxito al destino. Menos a talismanes o
amuletos. Las victorias se alcanzan con entusiasmo, dedicación, esfuerzo y mente
positiva. En el juego de la vida podemos ganar medallas de oro, plata y bronce, al
pensar y actuar con fe, esperanza y amor.
Cada uno traza su propio destino; a toda persona se le puede decir: “tú eres el
resultado de ti mismo”. La que algunos llaman “Buena suerte” no son más que alta
dosis de fe en uno mismo, en Dios y en los demás. Si queremos subir al pódium
de los ganadores no pensemos en la suerte, forjemos nuestro destino con fek
esperanza y amor.
4. GENEROSIDAD
“Moneda que está en la mano, quizá deba guardar. La monedita del alma, se
pierde si no se da”. Versos de Antonio Machado. El mismo poeta de “Cantares”,
musicalizada por Joan Manuel Serrat. Machado es un poeta que siempre tuvo un
horizonte abierto en su poesía para el espíritu. Escribía el corazón.
Las personas espirituales dejan huellas de bondad. Saben que la riqueza no es
para guardarla, sino para compartirla. Los seres humanos somos felices si vivimos
para darnos y dar, no sólo para recibir. Ya lo decía Jesucristo “Hay más alegría en
dar que en recibir”. La monedita del alma no es para atesorarla con egoísmo, sino
para ofrecerla con generosidad.
Quien sabe dar amor, recibe amor y quien sabe ser amigo tiene amigos. Quien da
desinteresadamente experimenta que nunca da sin recibir. Es feliz quien sabe
compartir. Es feliz quien deja el egoísmo y se muestra generoso y solidario.