Recuperando el Rumbo Hasta la Transformación Parte #4.pptx
Presenza FMA Mision de La Merced_ESP
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CAMINANDO HACIA EL SÍNODO PANAMAZÓNICO
“Amazonía: nuevos caminos para la Iglesia y para una ecología integral”
LA PRESENCIA DE LAS FMA EN LA MERCED
Inspectoría “Santa Rosa de Lima”
PERÚ
Escuela inicial, elemental, media y superior estatal - Oratorio en periferia - Catequesis - ADMA -
Unión de Exalumnas - Salesianos Cooperadores.
La presencia de las Hijas María Auxiliadora en La merced - Perú, data desde el año 1917, a
pedido del presidente de la Republica entonces don José Pardo y del Obispo Vicario Apostólico de
San Ramón, Monseñor Irazola, en los campos de salud y educación. La expedición misionera estaba
formada por: Sor Teresa Taparello, Sor Honoria O’toole, Sor María Luisa Hermosa. Las
acompañaban la Superiora Sor Decima Roca y Sor Hortensia Muga. Al año siguiente de la
fundación, Sor Honoria O’toole es atacada por la fiebre amarilla por lo cual se vio obligada a
abandonar la misión. En su lugar llegó sor Teresita Priswerk, quien fue una hermana de caridad
heroica, siempre de pie a lado de sus enfermos, pasaba días y noches enteras como verdadera madre
prodigando alivio y consuelo, no tardó también en ser atacada por el terrible mal del paludismo, el
que trató de ocultar en seguida desde sus primeras manifestaciones a fin de no ser trasladada a otro
lugar.
A su compañera de trabajo Sor Josefina Recagno pocos días antes de morir le dijo: “Quiero
morir junto a mis queridos chunchos (como cariñosamente los llamaba a sus enfermos) y como
ellos ser sepultada al lado del río y a la sombra de las palmeras”… Como un ángel voló al cielo las
vísperas de la fiesta de la Inmaculada. Diremos que efectivamente con gran maravilla de todos
después de la muerte de la querida hermana había cesado completamente el flagelo de la fiebre
amarilla y por muchísimos años no se registraron más en el hospital de La Merced casos de
defunciones por esta enfermedad la que tanto estrago había hecho en el valle de Chanchamayo. El
Señor había aceptado el sacrificio heroico de la generosa hermana. Desde su muerte la misión
empezó a florecer de tal manera que nadie podía creerlo. También esta tierra está bendita por los
restos de Sor Hortensia Muga a quien los pobladores la tienen por santa y la llaman “la madre del
pueblo”
Presencia de las Hermanas… Camino al Cielo.
En La Merced había una cárcel, para criminales muy peligrosos llamada SEPA.
Un día llegan al hospital tres policías
escoltando a un criminal muy herido. Quien lo veía,
huía pues su apariencia era realmente malvada.
Salió una hermana enfermera a atenderlo
(desgraciadamente la Crónica no menciona el
nombre de esta santa mujer). Ella lo atiende con
mucha amabilidad, a pesar de la operación
quirúrgica, se pierden todas las esperanzas de vida
para este hombre de más o menos cuarenta años.
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La hermana lo acompaña en todo momento y le habla del amor de Dios, de ese Padre que
siempre perdona.
Después de dos días de agonía el malhechor confiesa a la hermana que había asesinado a su
esposa, a su suegra y a su cuñada y las había enterrado debajo de la cocina… llorando pide un
sacerdote, quiere reconciliarse con Dios. Después de recibir el perdón, comulga y muere abrazado a
un crucifijo.
En el año de 1942 se añadió el Jardín de Infancia
como obra anexa a la escuela María Auxiliadora. Desde
entonces, funcionó como escuela prevocacional de mujeres
en la que impartía enseñanza técnica, además, de los cursos
comunes que se llevaban entonces en la escuela primaria.
Hoy, el Jardín de infancia
cuenta con 175 niños y
niñas y el colegio atiende
220 niñas en el nivel
primario y 204 en el nivel
secundario.
Desde 1975 la comunidad de Pampa Michi acoge con
cariño y mucha gratitud a las hermanas, porque ellas les
trasmitieron la FE y hasta el día de hoy, sus habitantes
reciben la catequesis y participan en la Santa Misa.
Hoy en Pampa Michi, se atienden a 125 indígenas, más o
menos 42 familias. Tienen puestos o quioscos donde venden
artesanía de los campas, su etnia. Las ganancias son divididas entre
todos los participantes.
Madre Inspectora Angélica Sorbone, Sor María
Bertolo y Sor María Fernández con una familia
Campa en el territorio de Pampa Michi, a los
inicios de la presencia FMA.
Conversando con Nuria (hija del fallecido jefe de la etnia de los Campas Capurro)
Sor Eliana Velapatiño (a la derecha), hermana
directora de la Comunidad de La Merced, junto a Sor
Catalina Campoverde y Sor Doris Gonzales, por el ámbito
de misiones, se reúnen para conversar con algunas nativas;
entre ellas está Nuria.
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Todos somos católicos porque el “VIENTO” (el Espíritu Santo) así lo quiere…
Nos cuenta Nuria, que, en una ocasión, ya hace muchos años, llegaron
personas de una secta religiosa y sin pedir permiso instalaron su choza muy
bien equipada con bancas, parlantes, micrófonos… etc. Invitaron a todos los
indígenas a participar en su celebración. Cuando, sin saber de dónde se formó
un viento tan fuerte que hasta los parlantes se llevó. Desde esa ocasión las
sectas se alejan de su territorio. Nuria concluye “nosotros somos de María
Auxiliadora”.
El 24 de Marzo, la campería de Pampa Michi se vio
honrada, por primera vez en su historia, por la presencia de
un Nuncio Apostólico en la persona del Monseñor Nicola
Girasoli, quien celebró la Eucaristía y bendijo el nuevo
templo construido gracias a la colaboración de la Iglesia de
Bélgica en la persona del diácono Beltran, quien viene
evangelizando la zona por tres años.
Ahora nos toca agradecer al Señor, a nuestra querida
madre Auxiliadora, a sor Teresita Priswerk, a sor Hortensia
Muga y a tantas hermanas misioneras de corazón, que con sus
vidas han sabido poner bases sólidas de amor en las almas de
este grupo de nativos pertenecientes a nuestra selva peruana.
Ha colaborado sor Doris Gonzales
Julio - 2019