El documento resume la vinculación de Camilo Torres a la lucha armada del ELN. Explica que Camilo se unió al ELN por sus convicciones políticas y religiosas de luchar por la justicia social a través de la revolución. Describe que aunque se involucró en actividades legales al principio, concluyó que solo un cambio de estructuras a través de medios violentos podría lograr una verdadera justicia. El documento también menciona algunas cartas que mostraban la vinculación de Camilo y otros dirigentes al ELN
1. En cada ciudad también he dejado una o dos personas que sirven para la
clandestinidad, como lo habíamos hablado. Claro que necesitan prueba, pero algo es
algo.
El periódico va a quedar dirigido por mí: Gerente, Israel Arjona; subdirector, Julio
César Cortés; jefe de armada, uno del sindicato de linotipistas.
Sobre... necesito que tú decidas pronto. Yo no veo claro. Él puede acompañarme
constantemente como asesor político. Sería muy bueno que se dedicara a la
administración del periódico para controlar más eso. Sería muy bueno tener
guardaespaldas del ELN. Estoy muy agradecido contigo y con el ELN por la
magnífica colaboración y efectividad en Bucaramanga y gira por Santander. Como
administrador,... me ayudará a conseguir el offset y montar el aparato de
publicaciones para lo cual no cuento con nadie verdaderamente eficaz. Las finanzas
están ya en manos de...
Para el offset ya tenemos la plata. Las finanzas no están muy bien. Creo que para el
periódico tenemos $ 70.000 (fuera de lo del offset). Los contactos clandestinos o
clandestinizables se los dejaré a... Por favor, hazme todas las sugerencias que
consideres necesarias, que siempre las recibiré de un hermano y compañero en la
Liberación en Colombia. Saludos a todos los compañeros. Adviérteles sobre la
esperanza que ustedes significan y la base moral que representan para nosotros. Si
2. Su vinculación al ELN
Estaba decidido. Asumía el compromiso revolucionario en las filas de las guerrillas del ELN
y con su participación directa no sólo daba el primer paso a la larga incorporación de sacerdotes
a la lucha armada, específicamente dentro del ELN; sino que mostraba un camino cierto de
dignidad, de altura, de consecuencia, a los nuevos y viejos dirigentes de masas que
parapetados en sus puestos e importancia, se niegan a reafirmar su compromiso, cuando las
condiciones así lo requieren y optan por acciones heroicas de ser punto de mira de las hordas
sicariales y paramilitares del Estado, en una clara posición de valentía, loable pero innecesaria.
Ayer como hoy, esta decisión sigue generando controversias y polémicas, y argumentos a favor
y en contra seguirán llenando muchas cuartillas sobre el tema.
Para muchos analistas la vinculación de Camilo al ELN obedeció a unas particularidades
históricas concretas sin comparación en otros tiempos; para otros era el camino inexorable de la
intelectualidad revolucionaria en América Latina en aquellos días de efervescencia y calor
insurreccional; para muchos, particularmente de vertientes ajenas a la lucha armada, aquella
decisión era el producto de la concepción foquista del ELN que alejaba a los dirigentes de
masas de todo tipo de acción legal, para, a decir de ellos, rendirles culto al mesianismo y al
guerrillerismo foquista; para no pocos, Camilo se vinculó a la lucha armada por hechos
casuísticos como las caídas de cartas y caletas que lo comprometían ante los militares de
manera directa con el ELN.
3. Para nosotros, las viejas y nuevas generaciones elenas, esta polémica es clara y cerrada
con contundencia por la historia:
Camilo se hizo guerrillero como sociólogo, porque como científico comprendió que no
bastaba diagnosticar sobre los males que aquejan a las sociedades capitalistas en sus siempre
presentes síntomas de insalubridad, hambre, miserias, injusticias, exclusión; sino que era
necesario soluciones radicales y violentas que extirparan de raíz y para siempre todas estas
ausencias juntas. Camilo concluyó que sin un cambio profundo de estructuras, de Estado,
resultaría imposible la verdadera justicia social.
Como sacerdote y cristiano, Camilo se hizo guerrillero por serle fiel a sus convicciones y
creencias en cuanto a que “el deber de todo cristiano es hacer la revolución”. Se
comprometió hasta las últimas consecuencias, renunciando a las posibilidades sociales y
económicas que su extracción de clase le permitía. Fue seguidor de Cristo y precursor de
cientos de hombres y mujeres que al igual que él y en unión del evangelio se alzaron en armas
contra los tiranos en la patria americana.
Como colombiano porque en su dimensión humana, de pueblo, de patria y por sus
conocimientos de la historia nacional, ve atónito cómo la alternancia en el poder de las nuevas y
viejas momias oligárquicas, se suceden en cadena como en los tronos imperiales o en las
llamadas monarquías constitucionales, y todo en nombre de la democracia, de la libertad, de la
justicia, de la constitución y de la ley. ¡¿Cómo violentar este ciclo monótono, infame e injusto?!
4. Como hombre patriótico, puro, generoso, acepta el reto de toparse con la realidad
concreta en su recorrido por los libros, la geografía nacional y el calor de las pobrecías. Se
decide por el mundo desconocido pero enaltecedor de una guerrilla a la cual no era ajeno ni en
sus convicciones ni en sus amores, ni en sus búsquedas. Los mejores dan su testimonio de cara
a ese pedazo infinito de tierra, mares y soles que llamamos Colombia.
Como dirigente de masas, porque en sus afanes recorrió todos los espacios posibles
rescatando los valores óptimos del pueblo; sudó con él, peleó con él y se alzó y se unió a
aquellas masas llenas de desamparo y de hambre física e intelectual. Luchó de cara al país,
como suele decirse hoy, contra las oligarquías, los altos mandos militares, las jerarquías
eclesiales, los partidos petrificados que ya sabemos y esa izquierda caótica y criticista que
encerrada en sus propios altares, hacía apología a sus propias desdichas. Cerrados todos los
caminos para la acción humana, ¿cuál era el camino para un hombre como Camilo?, ¿El exilio?
Descartado para alguien de su temple. ¿La renuncia? No, porque éste es el camino de los
cobardes, de los timoratos, de los amigos de las corbatas y las buenas chequeras; jamás será
considerada siquiera como una opción para la gente digna y dignidad le sobraba a Camilo.
Su ejemplo era sólo la lógica de su obra y la prolongación de su vida asumiéndola y
entendiéndola de manera integral, sin dicotomías ni falsos dilemas y sin pretender separar de
manera absurda al hombre, al científico, al colombiano, al dirigente popular y menos separarlo
de los momentos históricos en los que actuó y desarrolló su compromiso político, revolucionario
5. y militante. Su desenlace ni fue dramático, ni fue el final. Es el camino elegido para quienes
deciden luchar con la pluma, con el verbo y con el valor de su ejemplo.
Camilo se había vinculado a la Organización desde meses atrás, antes de hacerlo público.
La mayor parte de su tiempo como dirigente del Frente Unido la desarrolló en estrecha
compañía de Julio César Cortés, Hermías Ruiz y Jaime Arenas Reyes como asesores elenos.
Así habían convenido en su primera entrevista con Fabio, realizada en las montañas del Chucurí
una diáfana mañana del 3 de julio de 1965. Allí discuten y acuerdan trabajar por un Frente Unido
como catalizador de la unidad y la lucha popular y se establece oficialmente su militancia y
permanencia en el ELN.
Sin embargo, hechos casuísticos narrados por algunos historiadores son ciertos:
El 9 de agosto de 1965, en Hoyo Ciego, vereda de Hoya Negra, Municipio del Hato
Santander, fue capturado por una patrulla del Ejército el campesino José Dolocio Durán Nova,
auxiliar del ELN, en momentos en que guiaba hacia el grupo guerrillero de Fabio, al médico
Hermías Ruiz. Éste escapó y posteriormente llegó al frente José Antonio Galán, donde lo
esperaban Fabio y Víctor Medina. En la correspondencia incautada a una patrulla del Batallón
de Artillería Nº 5 quedaba clara la vinculación de Camilo y la gran mayoría de los dirigentes del
Frente Unido al ELN. Como consecuencia del golpe, fueron detenidos en Bogotá el día 24 de
agosto José Manuel Martínez Quiroz (Comandante Abraham), abogado de la Universidad
Nacional de Colombia y jefe de la red urbana de Bogotá. También cae Heliodoro Ochoa,
segundo al mando.
6. Éstas son las cartas incautadas por el enemigo:
Martes 6 de Julio de 1965
Estimado compañero Helio:
“Solamente al llegar de Lima supe el deseo que ustedes tenían de que yo viniera
para que coordináramos la acción legal antes de venirme definitivamente. Creo que
debo resistir hasta que me sea posible. Como trabajo inmediatamente estoy
haciendo agitación en todas las ciudades del país, dejando grupos de apoyo urbano,
por ahora estudiando y divulgando la Plataforma de Unión Popular. (Te mando los
ejemplares que editaron en Lima y están distribuyendo en toda América Latina).
Estos mismos grupos establecerán la red de distribución del periódico Revolución
Colombiana que será distribuido en todo el país (500.000 ejemplares), dirigido a
obreros y campesinos. La situación no puede ser mejor.
Los sectores sindicales también están listos a apoyar la lucha armada. Lo mismo
ocurre con algunos sectores de la clase media, los universitarios y aun sectores de
clase alta. Hay posibilidades de división en el Ejército. He tenido los primeros
contactos con un general y dos coroneles. Según me informó un capellán militar “de
coroneles para abajo están conmigo”. Claro que esto hay que constatarlo en forma
muy precisa, comprometiéndolos con mucha táctica, pero hasta las últimas
consecuencias. El fervor popular es extraordinario y hay que aprovecharlo en forma
7. realmente revolucionaria. Me parece que lo más importante, salvo lo que ustedes
piensen, es: 1. Dar golpes seguros y seguidos, ampliando cada vez más la base; 2.
Tratar de coordinar acciones con los otros grupos, principalmente con MOEC,
Vanguardia del MRL, Partido Nuevo, ORC, Juventudes de la Democracia Cristiana y
PC. Todos tienen focos preparados; 3. La creación de grupos urbanos; 4. Compra de
una imprenta y clandestinizarla (la financiación está prácticamente completa); 5.
Procurar la división del Ejército; 6. Si lo demás resulta, planear una marcha sobre las
ciudades para tomar el poder. En este último caso yo me uniría a ustedes después
de haber logrado al menos la neutralidad del Ejército. De no conseguir esto, me
uniría cuando el trabajo legal se me comience a dificultar demasiado. Esto depende
de la represión, pero yo calculo de dos a tres meses más.
En el momento actual creo que todo minuto que yo pierda en la lucha legal, es
tiempo que yo pierdo en la revolución. Mañana miércoles, tengo una concentración
en Cali que ya aplacé anteriormente. Por eso, si no viene el enlace, me devolveré a
Bucaramanga. Comprendo que mi viaje a Lima les impidió a los compañeros de
Bogotá coordinar mejor las cosas.
Por intermedio de ellos seguiremos comunicándonos. Quisiera saber tú opinión
sobre mis planes. Ten la seguridad de que con la ayuda de Dios pospondré cualquier
otra consideración al bien de la Revolución en el puesto que ésta me asigne. No
aspiro a ser Jefe, sino a servir hasta las últimas consecuencias. Estuve visitando a tu
8. familia, tratando de explicarles todo el sentido cristiano de nuestra lucha. Ellos están
bien. Muy solidarios. Creo que quedaron bastante consolados. Tú mamá me dijo que
se quedaba rezando por la causa. Si te decides a la coordinación con los otros
grupos armados yo te ofrezco los contactos que tengo con todos ellos que creo que
son bastante buenos. Cuando creas que yo soy más necesario aquí que afuera, te
pido que me lo digas. Yo lo consultaré con los demás y creo que lo que decida
tendrá ante todo presente el triunfo de la Revolución. Dile a todos los compañeros
que tienen a todo el pueblo colombiano y latinoamericano y a los pobres del mundo
entero detrás de ellos y esperando por ellos. Espero tener el honor de poder
encontrarme entre ustedes tan pronto como sea necesario.
Recibe un sincero abrazo de tu hermano y compañero incondicional en la Lucha de
Liberación Nacional,
Alfredo Castro.
PD.: esperamos poder publicar en el periódico las noticias de Insurrección para tener
informada a la opinión pública nacional. El periódico también está prácticamente
financiado.
La segunda carta es del 22 de julio de 1965:
Estimado hermano y compañero Helio:
9. La revolución sigue en marcha en forma verdaderamente estupenda. El sentimiento
popular parece unánime: Cúcuta, Ocaña, Convención, Río de Oro, Bucaramanga. En
todas partes he tratado de explicar los procesos y prever el futuro. En cada sitio (aún
no en Bucaramanga) se ha dejado un comité coordinador del Frente Unido en el que
los alineados en grupos políticos son la minoría. Con los “camaradas”, como siempre
desde el principio, ha habido dificultades por el deseo de control, pero parece que
van comprendiendo poco a poco. Nos han ayudado mucho. He seguido insistiendo
en la necesidad de formar comités de base, primero para difundir y divulgar la
plataforma, después para divulgar el periódico y después para que formen comités
regionales y un comité nacional.
El Comité Nacional dará las consignas del Frente Unido para la toma del poder. Esta
toma del poder yo he tratado de explicarla mostrando que en estado de sitio, por
ejemplo, podemos tomarnos una plaza, una ciudad, con una manifestación. Que el
poder se toma cuando los campesinos puedan tomar una hacienda, un latifundio,
cuando controlen una región, una carretera, una fábrica, una ciudad. Como verás,
todos estos planteamientos yo no los haría si no fuera por saber lo que ustedes
tienen y están haciendo. Lo que yo conocí en la montaña ha sido siempre un
estímulo, un ejemplo y un apoyo seguro en toda esta campaña de agitación.