Usos y desusos de la inteligencia artificial en revistas científicas
Experiencia de Vida nº 2
1. LA CAMPANA QUE LLEVO DENTRO
EXPERIENCIAS DE VIDA
PUBLICACIÓN Nº 2 JUNIO 2018 SEP LA CAMPANA
ALUMNADO DE LAS CLASES DE ADULTOS LEYENDO NUESTRO PRIMER EJEMPLAR.
“Pasamos mil veces por el mismo lugar y la fuerza de la costumbre nos pone un velo delan-
te de los ojos; detrás de esa barrera hay un mundo lleno de colores... mira con atención y
verás la belleza que atesora tu entorno”. Alfonso Diez Fernández. RICHARTE.
2. LA POESIA EN ELAULA.
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EXPERIENCIAS DE VIDA
Gracias a sus hijas, que forman parte de nuestro alumnado, hemos podido hacernos
partícipes de las poesías de su padre, Manuel Silva Romero. Hemos seleccionado la
dedicada a la muerte de Camarón, por su referencia a los cantaores andaluces.
En el mes de junio
fue esta noticia
se dio que había muerto en Badalona
José Monje, el Camarón.
Andalucía está triste
porque le dio pena
y nos hizo recordar
del monstruo Pepe Marchena
y Manolo Caracol
y la Niña de Antequera
que le mataron el perro
buena cantaora era.
Repasando mi memoria
y mirando mi recinto
vino a mi imaginación
el cantaor Pepe Pinto,
porque hay un refrán que dice
o lo tomas o lo dejas,
que tampoco se me olvida
el famoso Canalejas.
Este conjunto tan bueno,
brillante como una joya
con fandangos muy cortitos
era el Niño de Aznalcoyar.
Yo sacando poesías
se me ha puesto el pelo
como los fandangos
que cantaba el sevillano.
Esta historia la sabemos
de niños vamos para viejos
pero que no se me olvida
aquel cantaor Vallejo.
Esta es una poesía
su página queda abierta
vamos a Lora del Río
que está el Niño de la Huerta
con Manolo Fregenal
era moreno y finillo
sus fandangos muy bonitos
también el Carbonerillo
Antonio Mairena era
cantaor de aquí te espero
pero que no le temían
los fandangos de Cepero.
Aquellos dos guitarreros
Niño Sabico y Montoya
que ponían su corazón
hacían lo que querían
con la prima y el bordón.
El flamenco no olvidarlo
ni caballeros ni damas
que queda el ruiseñor
que es Juanito Valderrama.
Yo les deseo un descanso
firmado por mi puño y letra
Don Manuel Silva Romero
que es el autor de esta letra.
3. El coraje que me dá
Cuando voy para el colegio y algunas se
ponen a criticar: - ¡Ea! Ya van al colegio
con lo a gusto que se está en el sofá. Y le
contesto yo: - Yo no temo el calor porque
hay que disfrutar. Que nos enseñan de to-
do, a escribir, a leer y a multiplicar… y
hacemos juegos de nombres a ver la que
acierta más. A una le dan diez puntos y a
otra la mitad. Y cuando llegan las cinco y
media la señorita María Jesús nos llama
para bailar, a ver si nos sale bien el cha-
cha-cha. Yo creo que para cuando termine
el curso lo sabremos ya. Así que ¿dónde
está el calor? ¡Qué nos tiene acobardá!
Nosotras no pensamos en el calor porque
venimos a disfrutar. Mejor se está en el
colegio que tendía en el sofá. Así que ya
lo sabéis, si no os habéis enterado dejar
de criticar, que nosotras estamos conten-
tas y disfrutando y cuando vamos al super
no preguntamos a nadie lo que compra-
mos. Así que no critiquéis más y queda-
ros en vuestras casitas, en el sofá sentadi-
tas, que nosotras disfrutamos y no nos
importa “na”.
PENSAMIENTOS DE AMELIA
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PUBLICACIÓN Nº 2 JUNIO 2018 SEP LA CAMPANA
Me levanté esta mañana
sobre las nueve o las diez
y me puse a desayunar
un buen tazón de café,
me arreglé y me fui a la calle,
¡hoy no hago de comer!
Que para eso el día ocho es el
“día de la mujer”
y con una buena amiga
de paseo me marché
y en el paseo del campo
a mi marido me encontré
¿chiquilla? vamos a casa
que tenemos que comer,
hoy tú te metes en la cocina,
yo no hago de comer,
yo me siento en mi sofá
porque no voy ni a barrer,
ni voy a arreglar la casa
ni a limpiar el polvo
¿para qué?
Hoy día ocho se celebra
EL DIA DE LA MUJER
Amelia Ballesteros Aguilar
A MI AMIGO NAZARENO
A mi sobrino José,
con cariño de su tía Amelia
Viernes Santo madrugá
ya salen los nazarenos
sólo se escuchan los quejidos
y los pasos
ya sale Jesús Nazareno.
Él nos mira desde arriba
¡Me falta mi nazareno!
Él lo vivía desde chico
porque vivían en este pueblo,
este año no ha venido
por capricho de la vida,
quizás el año que viene
venga vestido con su hija.
Ya van llegando a la plaza,
las fuerzas le van faltando,
van rezando despacito
para volver al otro año.
Ya están en la puerta del templo,
sólo se escuchan quejidos
y la voz del capataz
¡Muchachos subidlo al cielo!
Se lo vamos a dedicar
“a un amigo nazareno”.
4. En estas fechas se celebra
la fiesta de todos los santos
y todos los difuntos. Hay
costumbre de visitar el
Campo santo para recordar
a nuestros seres queridos,
llevándoles flores y velas.
El día dos se celebra una
misa en el cementerio
dónde acuden muchas per-
sonas. Se cuenta que una
vez al sacar unos restos se
los encontraron boca abajo.
No se sabe si esto es cierto.
LA FIESTA DE TODOS LOS SANTOS
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EXPERIENCIAS DE VIDA
En el día de todos los san-
tos, antiguamente el día 1
de noviembre, se hacían las
visitas al cementerio, inclui-
da la noche. Se iba a encen-
der las velas cuando no
había luz. Se llevaba ropa
muy oscura, porque era co-
sa de muertos. Nos
alumbrábamos con
las linternas por el
camino. Y el día 2
de noviembre se iba
al campo a coger
bellotas, colum-
piarnos en los cha-
parros, vamos un
día de convivencia. Hoy día
se han cambiado los días y
así el día 1 se va al campo y
por la noche se visita el ce-
menterio y el día 2 se va al
cementerio a celebrar la mi-
sa.
Hay tradiciones de las que conversamos con frecuencia y la fiesta de todos los santos es
una de ellas, sobre todo porque el centro educativo está envuelto en un halo de Hallowen.
Ana María Mateo Texto elaborado por las alumnas
Anécdotas contadas so-
bre el cementerio
Carmen Guerra con su
amiga Mari y sus novios
fueron de campo, cerca del
cementerio. Llevaban la
comida y un mantel. Según
cuentan era para poner la
comida en el mantel. Uno
de los novios comentó, -
oye en vez de comer lo que
vamos a hacer es acostar-
nos un poquito. Ellos que
si, ellas que no. Ganaron
las chicas y a comer, cone-
jo en salsa, carne de mem-
brillo de colores y pan de
Con 14 años Asunción iba al
cementerio viejo. Allí había
muchas pitas. Ella charlando
con Nicolás y sus amigas
delante. Salió un amigo de
Nicolás, vestido de
“marimanta” y le pegó tal
susto que se montó encima
de una piedra, chillando.
Pastora, de joven, iba con
sus amigas al cementerio
viejo. Iban riéndose, de gua-
sa y… se metió en una hue-
ca para demostrar que no le
daba miedo.
Cuentan que enfrente del
cementerio había un ban-
co, era un lugar idóneo pa-
ra hacer manitas.
5. NUESTRO AULA CONVERTIDA EN HALLOWEN
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PUBLICACIÓN Nº 2 JUNIO 2018 SEP LA CAMPANA
En los días previos al día 1 de noviembre
nos encontramos el aula convertida en un
escenario propio de una película de terror.
Entramos en ella y… pueden imaginarse
las caras de asombro de las alumnas. En
fin, el cole estaba celebrando Hallowen y
este había sido el sitio elegido para ello.
en su lugar para que al día siguiente el alumna-
do del colegio pudiera disfrutar de las actuacio-
nes que iban a tener lugar en el aula.
Lo tomamos como una experiencia más de este
curso y aprovechamos para dejar constancia
del mismo esta publicación.
Tras la primera impresión, como dice el
refrán, al mal tiempo, buena cara. Pues
nos acomodamos y comenzamos a traba-
jar, pero… de pronto algunos de los col-
gadizos empezaron a moverse e incluso a
dar con sus huesos en el suelo. Chillidos
y… risas. Intentamos volver a ponerlos
6. PINCHANCLÓN es un
charco profundo de agua.
Nos cuenta Pepa Barrios:
“El año pasado fui a Isla
Mágica con mi hija, mi yer-
no y mi nieta. Mi nieta me
dijo que nos montáramos en
los toboganes de agua. Y yo
le dije que no, que me daba
miedo. Al final me tiré con
mi nieta y cómo no sé na-
dar, caí en un pinchanclón y
mi yerno se metió a sacar-
me.___________________
TRIPOTERA es una indi-
gestión.
Nos cuenta Carmela, “la sa-
bia”: “Cuando era pequeña,
mi madre puso un cocido
con un buen trozo de toci-
no. Uno de mis hermanos
se comió el tocino él solo.
Mi madre preguntó: ¿Quién
se ha comido el tocino? Le
voy a dar un purgante de
ricino porque le va a entrar
una buena tripotera. Enton-
ces uno de mis hermanos
dijo: - he sido yo, pero… me
lo comí con pan.
Nos cuenta Pepa Barrios:
“Hace ya bastante tiempo,
cuando yo trabajaba en la
fresa, un día llegando cerca
del Rompido, le dije a mi
hijo: -¡Vuélvete, que me he
dejado los dientes en casa!
Y mi hijo me contestó: -
Pues hoy come fresas. Y así
lo hice. Y… vaya tripotera
que me dio. _____________
REBULLASCA es un re-
vuelo, una aglomeración de
personas.
Nos ha contado una alumna
que con la rebullasca que se
ha formado con lo de Cata-
luña ha ido y ha sacado sus
ahorros del banco …
acordándose de lo que le pa-
LOCALISMOS CAMPANEROS
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EXPERIENCIAS DE VIDA
só a su hermana en una
ocasión con ese banco. __
CHINFARRÁ es una heri-
da, una brecha o una raja.
Mi hijo, con trece o cator-
ce años, las cosas de los
muchachos, en verano, co-
gió la bicicleta y se fue pa-
ra Santa Marina. No lleva-
ba camiseta, iba en baña-
dor. Se cayó en la carretera
y se solló todo el pecho y
la barriga. Se hizo un buen
chinfarrá.
Con seis o siete años fui-
mos al arroyo a tirar la ba-
sura. Fuimos a buscar ri-
piaura. Con el culo de una
garrafa de cristal, al pasar
me herí en la pierna.
¡Hasta puntos de grapa me
dieron! Todavía tengo la
señal. Fue una buena chin-
farrá. _________________
EXCAMONDAR, Dolores Silva nos hace una buena reflexión. Ya esta palabra la gente
nueva no la usa. Consiste en que algo que está muy sucio, quede limpio y reluciente.
Cuando antes lavábamos la ropa, yo hoy, la verdad, no le encuentro sentido a cómo
llamábamos a algunas cosas, porqué decían y decíamos: a la ropa le voy a dar un ojo de
agua. Esto era darle sólo con la clariya. La clariya se hacía con la ceniza, se echaba
agua en una tinaja y se añadía la ceniza dejando que se asentara, quedando así lista para
lavar. Posteriormente se lavaba con jabón, la ropa se soleaba, se regaba y se volvía a la-
var. El olor que se impregnaba en la ropa hoy no lo tiene. _______________________
CALIOSO
¡Qué calioso es este hombre!, Muy trabajador, que no tiene pereza.
El dicho en aquellos tiempos sus madres les decían a las mocitas: “Tú, si te echas un
hombre, que sea calioso, hija mía”
7. LOCALISMOS CAMPANEROS
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PUBLICACIÓN Nº 2 JUNIO 2018 SEP LA CAMPANA
CUCHUFLETA cancioncillas
o poemas populares, improvisa-
das que canta el pueblo y se
transmite de forma oral.
Cuando el aula se convirtió
en la cueva de Hallowen.
Y si esto es cosa seria
y yo me voy a reir
con lo que pasó en el aula
con el hallowen.
María Jesús se puso de portera,
pa no dejá entrar a los niños
pa que no lo vieran.
Estaban los techos tindaos,
las telarañas colgando
y al fondo de la clase,
allá un mono volando.
De momento me asusté
y los dientes me temblaron,
pero nadie se movía
y todos gritaron,
cuando allá en la esquina,
el esqueleto cayó.
Hay que ruina, hay que ruina.
Al día siguiente,
ya nos han quitaron
toos los muertos vivientes
que nos colocaron.
RUILLA, se le dice al trapo de la cocina que se hacía
con la ropa que se desahuciaba, como las sábanas,
toallas, calzoncillos…
EL LEJIO es un espacio de-
dicado antiguamente para
echar la basura. Estaban a las
afueras del pueblo y se llega-
ba desde distintas calles del
pueblo. Se tiraban los excre-
mentos, orines, residuos de
los cerdos, residuos domésti-
cos… porque entonces no
había recogida de basura mu-
nicipal. En el Cerrillo, estaba
saliendo de los Corrales.
Francisca nos relata que el
primer día que fue a la escuela
cuando era niña, la maestra le
castigó la maestra y en el re-
creo cogió por el lejío de la
calle Barrio Seco y se fue a su
casa. Su madre no le preguntó
nada, sino que al día siguiente
la puso a trabajar con la tomi-
za.
PELLEJO utensilio creado por las propias mujeres
para fregar el suelo, realizado de pita y de saco, o de
cualquier cosa que se encartara, que sirviera para re-
fregar como los jerséis de lana, zagalejos. A veces los
cepillos de refregar el suelo eran de tablas y ripiauras
de las palmas y cogollos. El deshollinador también se
hacía con ripia. La escoba de barrer, de palma de dos
cuartos aproximadamente, hecho de palma, de ripia…
Incluso las escobillas de pintar las casas también se
hacían con estos elementos.
FRANGOLLANA
se dice de una mu-
jer que es muy fu-
llera limpiando.
EMBORRULLÁ es acostarse o
recogerse cuando está el día muy
malo y hace mucho frío.
8. Es un pueblo pequeñito,
limpio y acogedor, sus
gentes y de buen talante.
Me remonto a los años de
mi niñez, donde todo es-
caseaba y casi de nada
había. Los niños solía-
mos jugar siempre en la
calle, o en el paseo del
campo. Los juegos eran
el limbo, el salto, que
consistía en tirar la pelota
sobre la pared, y que pa-
sara por entre las piernas
sin que te rozara las pier-
nas. Digo esto porque
muchos no saben lo que
es. Después vinieron los
cromos, bueno que me
olvido de la comba.
Hoy los niños casi todos
tienen móvil para jugar.
Pero volvamos a aquella
época. El agua siempre
escaseaba, en ninguna
casa había un grifo que
echara agua ni un sumi-
dero para tirarla. Había
que acarrearla y después
de su uso tirarla. Bañarse
en una piscina no podía-
mos ni pensar, lo desco-
nocíamos. Los niños se
iban al arroyo y allí se
bañaban en el pin-
chanclón más grande que
encontraban. Cuando de-
jaba de llover el agua se
quedaba estancada, como
si fueran pequeñas lagu-
nas, y a eso decíamos
que era un pinchanclón.
Allí los más arrojados
aprendieron a nadar y tam-
bién algunos perdieron la
vida, allí no había monito-
res.
En el pueblo sólo había una
huerta y había una alberca,
y de verano también nos
bañábamos allí; los niños
más que las niñas. El horte-
lano siempre pendiente de
los niños “Pepe el de la
huerta”. Una bella persona,
nunca estaba triste, lleván-
dose bien con todos, los ni-
ños le encantaban. “Pepe el
de la huerta” y el guarda
del paseo, dos personas que
son muy conocidas en la
historia de nuestro pueblo.
Miremos por el agua, que
es un don de la naturaleza,
pero se puede acabar. Para
mí el oro líquido es el
agua.
LA VIDA EN NUESTRO PUEBLO, LA CAMPANA
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EXPERIENCIAS DE VIDA
Dolores Silva Vargas
Dicho que se recitaba allá
por los años 40.
Al entrar en La Campana
lo primero que se ve
a las mujeres haciendo
espuertas
y las camas sin hacer.
porque lo primero era comer.
Cuando los hombres se iban
a trabajar a Zahariche per-
manecían toda la semana y
este dicho era para las car-
tas que se escribían.
Si me quieres escribir
ya sabes mi paradero
el cortijo de Zahariche
donde se come trigo entero
y algunas habas con coco,
pero tiene una falta
que garbanzos vemos poco.
La plaza del Pilar de Richarte
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PUBLICACIÓN Nº 2 JUNIO 2018 SEP LA CAMPANA
El aceite de oliva
es el más sano
y el que mejor sabor
le da a las comidas
y por eso se lo llevan
los americanos.
El olivo es centenario,
todos los frutos son amargos,
se recolectan maduros y verdes.
Es beneficioso para la salud.
Se recolecta
cuando el invierno va llegando
y en la almazara se va cribando.
EL ACEITE EN NUESTRA AULA
Hay momentos especiales en los que los recuerdos no sólo se manifiestan oralmente, sino
que se presencian y hasta se representan. Y esto fue lo que ocurrió cuando Pastora Bruña
se presentó con un pan de un kilo y su bote de aceite puro de oliva. Organizamos una pe-
queña fiesta al aceite y su correspondiente exposición con algunos utillajes y textos.
Esta romana pesa kilos y
arrobas. La arroba tiene 11
kilos y medio y 25 libras. An-
tiguamente los pesos se hac-
ían según lo que se vendiera,
si eran lechones por libras, si
era trigo por kilos y si eran
cerdos grandes por arrobas.
Tener en cuenta que el gan-
cho de delante es para pesar.
10. NUESTROS MOTES
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EXPERIENCIAS DE VIDA
LA HIJA DE BARDAO
Carmen Velarde nos cuenta
que a su padre cuando pe-
queño le dieron unas calen-
turas martas y se quedó in-
valido. A partir de ahí el
mote de Antonio, el bardao.
Y ella la hija del bardao.
LA LUNA
Antonia Pardillo nos dice
que a su abuela le llama-
ban luna por su pelo
blanco y ya a su hija, le
decían Francisca la luna.
En la familia todos son
lunas.
LA MENEA
Isabel Caro recuerda cómo a
su bisabuela le llamaban Ma-
riquilla, la menea, porque
mecía a sus niños en la mece-
dora continuamente hasta que
se quedaban dormidos. Un
guasón que pasaba por la calle
le puso el mote. Le sacaron
hasta una cancioncilla:
Mariquilla, la menea, y Curri-
llo, el catalán, estaban bailan-
do un tango en el patio de Le-
al.
LA BACALÁ
Antonia Diez nos cuenta que su abuelo era muy delgado
y cuando se acercaba a las muchachas, éstas le decían:
yo te voy a querer a ti, que eres un bacalao.
ADIVINANZASEn el campo verdea
y en la casa hopea
(la escoba)
Verde fue mi nacimiento,
amarillo mi vivir
y en una sábana blanca
me liaron para morir
(el tabaco)
Largo y liso le gusta a las mozas,
por su gusto le rompe la cosa,
le mete lo duro por lo blando
y le deja las pelotas colgando
(los zarcillos)
Tan grande como un queso
y no le puedes dar un beso
(la luna)
En el campo me crié,
chiquitita y avergonzada
y ahora me alzan la saya
para ver si estoy preñada
(la lechuga)
Que si, que es,
te da en la cara
y no lo ves
(el aire)
Redondo, redondo,
de hila en hila,
el que no me lo acierte
mi nombre escriba
(la vida)
Al volver una esquina me encontré un convento abier-
to, todas las monjitas estaban vestidas de blanco y la
superiora de pellejo. Más arriba dos ventanas, más arri-
ba dos balcones y más para arriba la plazoleta donde
pasean los señores.
(la cabeza)
En la puerta está y no quiere entrar (el tronco)
Es verde y no es perejil,
pajizo y no es azafrán,
tiene corona y no es rey,
espinas y no es de la mar
(el higo chumbo)
Hay quien bebe por la boca
que es la forma de beber.
Pero sé de alguien que bebe
solamente por los pies
(la planta)
11. ANÉCDOTA QUE NOS RELATA JOSEFA BARRIOS
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PUBLICACIÓN Nº 2 JUNIO 2018 SEP LA CAMPANA
Al pasar por los Torneos, pasé por la morería. Había una jo-
ven lavando al pie de una fuente fría y le preguntó él:
- ¿Qué haces mora linda, qué haces mora bella?
- Lavando la ropa
- ¿Te quieres venir a España en mi caballo subida?
- La ropa que estoy lavando ¿dónde yo la dejaría?
- Tú, la mejor la cogieras y la otra la tiraría
- Y mi honra caballero ¿dónde yo la dejaría?
- Yo te juro por mi espada de no mirarte, ni hablarte hasta
llegar a los Montes de Hungría.
Al llegar, la mora salió llorando y le preguntó él:
- ¿Por qué lloras tanto, mora bella?
- Porque por estos montes mi padre a cazar venía y tam-
bién mi hermano Alberto con toda su compañía.
Al llegar al pueblo, dice el muchacho:
- Abrir puertas y balcones, asómate madre mía, que en vez
de traer una esposa, te traigo una hermana mía.
Mientras el padre la abrazaba, la madre le decía:
- Hija de mi corazón ¿Dónde has estado tantos días?
- En el castillo del moro, allí he estado años y días, lavan-
do una ropita de los moros que había.
Remedios: me he comprado medio kilo de pestiños y los tengo en la mesa de la salita.
Me como uno detrás de otro.
Asunción: prima, ten cuidado con el azúcar.
Remedios: Eso no tiene azúcar, tiene miel. Y yo tengo entendido que con la miel no te
entra azúcar.
REMEDIOS CON EL AZÚCAR Y LA MIEL
PAN, SAL, AZÚCAR, PIMIENTA, CANELA CAFÉ
Y… os exponemos una de las estrategias que utilizamos de vez en cuando para la memo-
rización, el diálogo escenificado entre las alumnas tras crear el texto previamente.
PAN, ¡ Écheme la levadura, señora harina!
SAL, ¡Qué buen sabor le doy a las comidas!
AZÚCAR, ¡Comerme que estoy muy rica!
PIMIENTA, ¡Ten cuidado que pico mucho!
CANELA, ¡Espurréame o ponme en rama!
CAFÉ, ¡Échame leche condensada, que estoy muy negro!
12. Página 12
EXPERIENCIAS DE VIDA
LAS MURGAS EN NUESTRA AULAS. EL CARNAVAL EN LA CALLE
Carnaval del ayer Antonia
Diez
Los tres días de carnaval
de gitana me vestí
y me sacaron al baile
que estaba mi novio allí.
Él me dijo resalada,
resalada, ven acá,
dime la buenaventura
que te la voy a acertar.
Eres un chico muy guapo
y de buena condición
pero tienes una falta
que eres un acamelador.
Tu camelas dos mujeres,
dime niño cuáles son
una es alta y morena
otra rubia como el sol.
Si te casas con la rubia
vas a ser un desgraciao,
cásate con la morena
y serás afortunao.
Adiós Pepe, que me voy
porque en mi casa me espe-
ran,
si quieres saber quien soy,
soy tu novia la morena,
la que te roba el amor
y tu cómo eres tan pillo
El otro día en la escuela
ya verán lo que pasó
estando en la merienda
casí nos inundamos toooss.
Nos mojamos los zapatos,
calcetines y chaqueta
porque allí salió un tsunami
por debajo de la puerta.
Estábamos asustaos,
salimos a rebujón
acabamos el chocolate
en mitad del salón.
Al ruido de la gente,
Paco allí se asomó
y él allí daba más vueltas
que unas migas en un perol.
Pero ha llegado la Mari
y lo arregló de momento,
porque con el móvil en mano
ha llamao al Ayuntamiento.
El director de esta escuela,
vueltas y vueltas dá,
como un burro en un pajar,
para explicar,
¿qué?, ¿qué?
Nuestra aula en cocina quedará.
¿para qué?, ¿para qué?
Para que los niños puedan cocinar,
master chef, master chef,
rosquitos y pestiños yo me comeré,
qué satisfecha yo me quedaré.
13. Página 13
PUBLICACIÓN Nº 2 JUNIO 2018 SEP LA CAMPANA
Ahora vamos a la escuela
con mayoría de edad
porque cuando éramos niños
teníamos que trabajar.
Y ahora vamos muuuu contentos
porque nuestros profesores,
ellos nos tratan muy bien,
para mí son los mejores.
Vicente y María Jesús,
de los bueno lo mejor
de Lora del Río vienen
pa enseñarnos un montón.
Por eso los alumnos
estamos todos muuu contentos
porque estamos deseando
de que nos llegue el momento.
Los alumnos de esta escuela
los queremos de verdad
como nuestros profesores
nadie los puede igualar.
Amigos para siempre
Si te gusta el carnaval
Vente conmigo y vamos a disfrutar
Cantando cuchufletas por aquí y por allá
Amigos para siempre.
Yo, si necesito estudiar
Estoy harta de limpiar y cocinar
Siempre ha sido así, siempre.
Ven, yo tengo hoy que decidir,
Si ir al cole o quedarme aquí
Pues decido que sí, que voy a ir,
Amigos para siempre
Si te gusta el carnaval
Vente conmigo y vamos a disfrutar
Cantando cuchufletas por aquí y por allá
Amigos para siempre.
Si, el cole siempre me gustó
Cuando pequeña no pude aprender yo
Pero ahora sí que puedo.
Yo, ya sé que quiero ser de mayor
Quiero saber leer y comprender
Para ser una persona culta.
Amigos para siempre...
14. Página 14
EXPERIENCIAS DE VIDA
UN VIAJECITO A SANTIPONCE.
Para mí fue muy importante,
pues me gusta la historia para
saber de dónde vengo, quien
soy y quien puedo ser. Me
imagino en ese momento a
eso señores allí presentes
cómo vivían y se morían en
aquel entorno. Yo lo viví co-
mo un romano o como un gla-
diador, que es persona o una
fiera, un hombre que me ata-
caba y yo vencía.
Qué bonito lo viví,
que alegría yo sentí,
porque en esa época,
yo pensé que estaba allí.
Con imaginación lo viví
que pensaba de verdad
creí que lo veía,
para mí era la realidad.
Vivía la historia señores,
es pura realidad,
viva mi tierra señores
que la amo de verdad
Juan Caballero Tirado
Para mí el mejor día de mi vida después del nacimiento
de mis hijos. Vimos un santuario que era muy bonito y
antiguo. Llevábamos un guía espectacular, nos explicó
muchas cosas que no sabíamos. Me gustó mucho y lo
pasamos muy bien. La comida buenísima también, tuvi-
mos unos compañeros en la mesa buenísimo, que nos
alegró la comida con su cante. Así que lo pasamos muy
bien, Yo creo que un viaje como aquel hay que repetir y
sin son todos como este vengan viajes aquí y con la mis-
ma alegría. Amelia Ballestero
El viaje que hicimos a Itálica y al monasterio de San Isi-
doro días pasados, Fue precioso, uno de los más bonitos
que pudiéramos ver. Yo no me imaginaba que aquí tan
cerca pudiera estar eso tan bonito, qué cuadros, qué imá-
genes, qué manera de pintar suelos y paredes, qué labor
más grande. No me puedo imaginar cómo sin maquina-
ria u otros objetos pudieran hacer eso. Darles las gracias
a nuestros profesores por lo atento que estuvieron con
todos y a la señorita María Jesús por las explicaciones
que nos dio de todo. Lo pasamos genial, que pronto
hagamos otro. Ana María Mateo
Visita a San Isidoro del Campo y a Itálica
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PUBLICACIÓN Nº 2 JUNIO 2018 SEP LA CAMPANA
Salimos de nuestro pue-
blo a las nueve de la
mañana con dirección
Sevilla y después a
Santiponce. Nos dirigi-
mos primero a visitar el
monasterio de San Isi-
doro, que resultó una
joya de la Antigüedad,
con los retablos muy
bonitos y un coro pre-
cioso. Conserva algu-
nas pinturas deterioradas por el paso
de los años. Después nos dirigimos a
Itálica, preciosa. Visitamos todo el
recinto, destacando los mosaicos que
había en las casas romanas. Me gustó
mucho el anfiteatro romano, que está
muy bien conservado y el enclave es
justo el lugar que se merece, todo
acompañado de vegetación, el verdor
de los árboles… A mí particularmente
me gustó todo lo que vi. Y tuvimos
una guía excepcional. Todo nos lo ex-
plicó muy bien. Gracias María Jesús.
Dolores Silva
16. Algunas cosillas de Nicolás Diez López, Nicolas, “el
del palo” que ha querido compartir con todos.
Página 16
EXPERIENCIAS DE VIDA
Cuando yo tenía ocho años estaba mi pa-
dre en la atalaya con vacas. A mí me llevó
de zagal con los toros, de trabajo. Se me
metieron en el trigo y yo como era tan chi-
co no los podía echar del trigo, así que me
vine para el pueblo con mi madre, que es-
taba embarazada. Mi padre no sabía nada
y se tuvo que venir al pueblo para ver si
yo estaba en casa. Mi madre le dijo que yo
estaba allí, y que los toros estaban en el
trigal. Pero yo estaba en la plaza jugando a
los bolos. Mi padre llegó, me dio una pata-
da en el culo y yo cogí el camino y me fui
con él.
Aquí ya estábamos en el Cortijo del Palo
en una “enrramá” que hizo mi padre en un
melonar que sembramos. Mi madre vino al
pueblo por mandados y mi hermano y yo
vinimos con ella. De vuelta al campo vi un
cementerio que estaba rodeado de olivos.
Uno de los olivos estaba pegado a la pared
y por él nos montamos al tejado para co-
ger gorriones. Vimos al enterrador y sali-
mos patinando hacia abajo. Mi hermano
como era mayor que yo, se tiró abajo de la
pared y yo como era más chico tuve que
coger la pared hacia adelante hasta llegar
al olivo y allí me estaba esperando el ente-
rrador. Me cogió y me dijo que me iba a
llevar a la cárcel. Mi hermano le dijo -
suéltelo usted que ya no nos montamos
más, es que mi madre no sabe nada y se ha
ido al campo. Entonces el enterrador nos
dijo – ustedes no os vais a montar más y
nosotros le dijimos que no. Por fin me
soltó y nos fuimos al Palo corriendo en
busca de mi madre.
Estuve de zagal con cochinos cuando yo
tenía diez años. Nos juntábamos “el rubio
las castañuelas”. Me dijeron que este pilló a
un zagal en lo alto de un junco, le pegó un
palo y lo tiró abajo. Aquello se me quedó
grabado. Yo estaba con el hijo de “el rubio
las castañuelas”. Resulta que su padre tenía
trigo sembrado, que estaba pegado a la ca-
silla, y claro, cosas de chiquillos, nos met-
íamos jugando en el trigo, revolcándonos.
Vino el padre y al ver los revolcones le
llamó la atención al hijo. Yo estaba con los
cochinos allí cerca de la casilla y me estaba
enterando de lo que le estaba diciendo al
hijo de los revolcones y cómo ya estaba
cerca de la casilla, me llamó el hijo y yo le
dije que iba, porque por lo que me habían
dicho… Viendo que yo no llegaba el padre
se fue para su casilla y entonces yo encerré
a los cochinos. Y… entonces estaba allí el
hijo y me preguntó si habíamos jugado en
el trigo y yo le dije que sí. Me miró y me
dijo –en qué lío te has metido. El día que te
pille mi padre te vas a enterar. Yo le dije –
pues le voy a decir a usted una cosa, que su
padre a mí no me hace nada, porque yo ya
me voy a mi casa. Y pillé y me fui a mi ca-
sa. Claro que el hombre con la edad que yo
tenía y casi de noche que ya era, cogió una
yegua y vino al pueblo en busca mía. Cuan-
do estaba hablando con mi padre contándo-
le el caso, me monté en la yegua y me fui a
una distancia de 6-7 kilómetros.
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PUBLICACIÓN Nº 2 JUNIO 2018 SEP LA CAMPANA
Cuando yo tenía 9-10 años, con mi primo
que estaba de zagal en la “rablilla” con co-
chinos y un tío que estaba en la “mejía” cog-
íamos cogollos. Un día me dijo mi primo
que si íbamos a coger paloduz y nos fuimos
por el camino de Guadalora, a unos 7-8 kiló-
metros. Cogimos de todo, nos metimos en
un huerto y cogimos manzanas, granadas y
naranjas. Nos cogió la guardia y nos lleva-
ron a la casilla, nos preguntaron que de don-
de éramos y se lo dijimos. Nos quitaron lo
que habíamos cogido y nos dieron larga di-
ciéndonos – ya estáis en vuestra casa o os
vamos a pegar un tiro.
Cuando tenía doce años estuve de zagal con
vacas suizas y cabritillos. Me iba con el trac-
torista y me enseñé a andar con los tractores
de cadena que pertenecían al ejército con el
dueño del Palo, que era militar y se los traía
a su finca. A los dieciséis años mandaron un
tractor que pertenecía a artillería y me man-
daron allí detrás del cuartel a un terreno que
pertenecía al ejército donde había vacas sui-
zas. Iban por la leche para el cuartel. Allí pa-
raba yo con dos soldados y un sargento que
estaba al cuidado de aquello. Allí había una
carretera pegada a la nave y yo cogía el trac-
tor para llenarlo de gasolina.
El sargento venía conmigo para firmar el
vale en el surtidor que estaba a la vera del
campo del Betis. Salíamos a una carreteri-
lla que iba a la pista militar. A mí me ten-
ían como si fuera un soldado, hasta comía
con ellos. Allí estuve un mes o más. La
primera vez que yo fui al cuartel vi una
candela encendida con caldera en lo alto
llena de agua y un saco amarrado por la
boca lleno de café molido. Lo metían de-
ntro de la caldera y lo tenían un tiempo de-
ntro y lo sacaban tirando y lo dejaban que
escurriera. Ese era el café de la mili.
Estando yo arando las tierras se partió el
eje del arado. Para quitar el eje que había
que levantarlo, yo le dije al sargento que
había que buscar un gato. Y me dijo el sar-
gento que no buscase, que cogiese a unos
pocos de soldados y lo levantasen y quité
el eje. Lo llevaron en un carro a Camas, a
una ferretería para soldarlo y fuimos va-
rios días a Cama a ver si lo habían arregla-
do. Cogíamos desde el cuartel de Artillería
andando por el río adelante hasta Camas
hasta que lo arreglaron. Y pude terminar
de arar el terreno. Y ya me fui al cortijo
“El Palo” hasta que me jubile. Mi padre
trabajaba allí, como manigero. Ya me des-
pido.
18. EL TEATRO QUE NOS ALIENTA A SEGUIR SIENDO NOSOTRAS MISMAS
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EXPERIENCIAS DE VIDA
COMO NOSOTRAS MISMAS
ESCENA I
(En la escena dos puertas, una a cada lado. A
la izquierda una mesa y varias sillas. Un
jarrón de flores en la mesa. Entra Juani pri-
mero seguida de varias amigas, Carmen, Isa-
bel, Pastora y Francisca)
JUANI.- ¡Ea!, Ya estamos de vuelta.
FRANCISCA.- Pues si, que está la tarde
muy buena y nosotras a casita ya.
(Llaman a la puerta, entra María)
PASTORA.- ¿Qué haces aquí? ¡Qué estoy
impaciente!
PEPA.- Hola, os he seguido desde la calle.
Tengo que hablar con Carmen.
CARMEN.- Pues aquí estoy. Dime, lo qué
quieres.
PEPA.- usted me perdonará pero… yo… es
que quería hablarle a solas.
JUANI.- Ah! De eso nada, Esta es mi casa y
lo que aquí se dice que lo escuchen todas.
PEPA.- Pues… bueno entonces… La cues-
tión es que necesito saber… (le enseña una
carta).
CARMEN.- (toma la carta y ve el nombre
de su hija) Esta carta pertenece a mi hija.
¿Cómo la tienes tú?
PEPA.- Eso es lo que quiero… ya sabes,
hablar con usted. La he encontrado en… la
habitación de mi hijo.
JUANI.- Huy, huy, que esto promete. Vamos
a ver lo que dice, (mirando para otro las dos
y dirigiéndose a Isabel) Aquí hay tema.
ISABEL.- Eso parece. Un buen chisme, ¡con
lo que nos gusta!
PASTORA.- Venga, léela que estoy impa-
ciente.
CARMEN.- No hay tu tía. No ni ná. Esto es
algo personal entre dos jóvenes. (coge la
carta y la guarda en su bolso)
PEPA.- Pero es algo que debemos hablar.
CARMEN.- Le repito que está usted en un
error. No hay nada que hablar señora.
(Aquí acaba la escena I, todas salen del
escenario)
(Entra Antonia y mira a todos los lados y
dice)
ANTONIA.- Madre mía la que se va a liar.
Ja, Ja, ¡Ay Dios mío, que esto se compli-
ca! ¡Basta ya de palique!
ESCENA II
(En la escena están en el paseo, una arbo-
leda y bancos. Una reunión de mujeres,
Vela, Delis, Dolores, Remedios y Dolo).
(Hablan entre ellas, unas sentadas y otras
de pie)
DELIS.- ¡Vaya lo que se ha liado en casa
de la Juani!
VELA.- No me he enterado de nada.
Cuenta, cuenta.
REMEDIOS.- A mí me han contado algo,
pero dí, dí
DELIS.- Pues, por lo visto que el hijo de
la Pepa y la hija de Carmen son parejas.
DOLO.- Por lo visto, hay una carta de por
medio.
(Todas miran a Dolo, y con las manos le
dicen cuenta, cuenta)
DOLORES.- Si, se conocen desde peque-
ños. Yo me he criado con ellos ¿Qué pasa?
DOLO.- Na, no pasa na, que… verá en esa
carta se habla de… hum, hum…
VELA.- Di, que estoy en ascuas.
DOLORES.- Estos niños se quieren desde
pequeños, que yo lo sé. Si soy vecina.
REMEDIOS.- Se habla de que se van a ir
a vivir juntos a La Lusiana.
DOLO.- Allí es donde trabaja él.
DELIS.- Si, ella le ha escrito una carta di-
ciéndole que acepta y está muy contenta.
¡Vamos que se van!
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PUBLICACIÓN Nº 2 JUNIO 2018 SEP LA CAMPANA
EL TEATRO QUE NOS ALIENTA A SEGUIR SIENDO NOSOTRAS MISMAS
DOLO.- Por lo visto es que no piensan
casarse.
(Todas miran a Dolo y se ponen las manos
en la cabeza, cómo algo inverosímil)
DOLORES.- Si siempre han estado juntos
desde pequeños.
REMEDIOS.- Eso hoy en día está a la
última. ¡Qué más da!
VELA.- aquí hablando y yo sin hacer la
cena. Hasta luego.
(Se van despidiendo una a una, saliendo
por distintos sitios) (Sale Antonia, miran-
do para todos los lados)
ANTONIA.- No te digo yo, qué de pali-
que, qué de palique. To esto para na. Uste-
des verán cómo se arregla.
ESCENA III
(En la puerta de la casa de Juani están Pe-
pa y Carmen)
PEPA.- ¡Madre mía cómo está el pueblo!
En cualquier reunión de mujeres somos el
tema del critiqueo.
CARMEN.- Pues algo tenemos que hacer.
Mi marido sigue empeñado en que no
puede ser.
PEPA.- Y el mío, chiquilla. Que no hay
quien le haga entrar en razón.
(Se acercan Isabel y Francisca que vienen
de la compra y se paran con ellas)
ISABEL.- Hola, buenas tardes.
FRANCISCA.- Buenas tardes.
(Llega Pastora y se acerca a Isabel y Fran-
cisca)
PASTORA.- Hola, aquí estáis.
(Llega Juani andando muy deprisa)
JUANI.- ¡Eh! Que falto yo para estar to-
das.
PEPA.- Pues toca hablar y …
CARMEN.- El problema tenemos que so-
lucionarlo nosotras. Nuestros maridos no
están por la labor.
PEPA.- Ya he hablado con mi hijo y él me ha
dicho que si nos hace feliz hacer una celebra-
ción, pues que la prepare.
CARMEN.- Mi hija está de acuerdo con eso,
pero … es que sin estar casados… No sé, no
sé.
PEPA.- Yo les he abierto una cartilla para los
gastos
(Le entrega una cartilla de banco a Carmen)
CARMEN.- Bueno, en este caso, que digo
yo que… que…
PEPA.- Total por un papel. Vamos a disfrutar
de este acontecimiento y Dios dirá.
CARMEN.- Pues sí, Dios dirá.
JUANI.- Pues si ya está todo arreglado. Yo
os dejo mi patio para la celebración.
ISABEL.- y yo esas mantelerías que bordo.
FRANCISCA.- Me apunto. Os regalo el
jamón.
DOLO.- Y yo las flores
CARMEN.- ¡Ea, mira que bien! Ya sólo que-
da invitar a los amigos y a brindar por la pa-
reja.
(Se acercan Vela, Remedios, Dolo, Dolores y
Delis)
ANTONIA.- Y con esta celebración todos
contentos. ¡Qué bien se ven las cosas con
una copita y un buen jamón! Y… hasta aquí
nuestra representación.
20. De vez en cuando, ante un comentario o texto presentado, nuestro alumnado nos recuer-
dan esas coplillas versadas o crean unos versos rimados. Hay que declamarlo y si se
puede, darle una musicalidad y ritmo o representación.
LA ORALIDAD EN NUESTRAS AULAS.
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EXPERIENCIAS DE VIDA
En este camino de espinas
por el cual tengo que pasar
ayúdame tu DIOS MIO,
ayúdame a caminar,
porque camino descalza
y me las puedo clavar,
y no tengo medicinas
que me las puedan curar.
Soy pobre en el dinero,
pero rica en corazón,
por eso quiero DIOS MIO
que me des tu bendición.
Creación de Carmen Guerra
En este mundo cagón
nadie de cagar se escapa
caga el hombre por valiente
y caga la mujer por guapa.
Caga el rico, caga el pobre,
caga el obispo y el Papa.
Ayer me puse a cagar
Y cagué un montón de mierda
que eso si que era cagar.
No esos cagones de mier-
da,
que se ponen a cagar
Tengo más hambre que
Dios
Ahora mismo me comía
Una vaca, un becerro,
una borrica preñá,
Cien millares de cogollos
y todavía me comía más.
Ya hemos comido
y hartos no estamos
Dios les dé salud
a nuestros amos.
Y los ponga a ellos por mo-
zos
Y a nosotros por amos.
Que los metan en un zarzal
Donde ellos no puedan salir,
ni nosotros entrar.
Y POR FIN NOS COMIMOS LA TORTILLA DE LA PORRILLA
Tras dos años hablando en el aula de cómo hace
la tortilla, de sacarle una coplilla, por fin, una
tarde de mayo, probamos la tortilla internacional
de Carmen, la Porrilla, acompañada por pan,
morcilla, café, dulces…
“Le puesto su cebollita, pimiento rojo, pimiento
verde, sus guisantitos, su zanahoria, con sus hue-
vitos, sus patatitas, con su aceitito. To a rebujón.
To al perol.” Vaya tortilla que he hecho yo.
21. Este año para conmemorar el día del libro nos acompañó Carlos Jurado, para interactuar
con nuestro alumnado en el arte de contar y crear los cuentos. Basó su intervención di-
recta en técnicas del autor Rodari, experto en la creación de textos creativos.
LA VISITA Y CONFERENCIA DE CARLOS JURADO
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PUBLICACIÓN Nº 2 JUNIO 2018 SEP LA CAMPANA
1926. Se propone el 23 de
abril como día del libro. Co-
mienza en Cataluña y es apro-
bado por el rey Alfonso XIII.
Este día se conmemora la
muerte de Miguel de Cervan-
tes, Garcilaso de la Vega y
William Shakespeare.
Cuando regalo un libro, re-
galo un sueño. Cuando se
plantean preguntas sobre un
libro, es cuando volcamos
nuestra experiencia depen-
diendo de la interpretación.
Hay que leer el tacto, oler el
sentido, escuchar los rui-
dos… porque lo relaciona-
mos con nuestra vida.
Un libro abierto suena, cerrado no. Cuando
leemos un libro ponemos en funcionamiento
todos los sentidos.
Los libros son experiencias de vida y nos de-
jan mensajes con valores.
Los libros almacenan mensajes, vivencias,
motivan la comunicación y lo más importante
es que se pueden compartir.
Cuando inventamos cuentos estamos creando
activamente.
22. Ya en mi nacimiento estuviste pre-
sente. Si, cuando vi la luz por primera
vez, lo hice en un lugar donde habitaban
muchos de tus hermanos. Toda una pre-
monición, pues siempre has estado a mi
lado. Has compartido mis alegrías y frus-
traciones, así como mis anhelos, deseos,
triunfos y fracasos. Y por si fuera poco,
has influido en más de una de mis accio-
nes, actuaciones, conversaciones, comuni-
caciones…
Nuestra relación comienza en casa
de mis padres como fruto de un regalo de
Reyes Magos. Ahí estabas, te cogí, te abrí
y a leer, leer, leer. Era emocionante como
despertaste mi creatividad, imaginación,
mis ansias de aventuras, mis deseos de
escribir. Porque tú, no sólo deleitas, infor-
mas o formas, sino que creas inquietudes,
invitas a reflexionar, eres capaz de extraer
los más escondidos sentimientos… reír,
llorar, sonreír, emocionar…
Estas palabras quieren ser el agra-
decimiento que quiero manifestarte, pues
naces de la mente de un escritor, vas des-
arrollándote y llegas a la madurez en una
editorial. Obtienes la inmortalidad en ma-
nos del lector. Tienes como guarida una
estantería en… y en tus entrañas das vida
a la imaginación
tanto de tu crea-
dor como de tu
lector.
Así que,
amigo libro, lo
que a continua-
ción voy a rela-
tar no es más
que tu historia
unida a la mía,
tu y yo, siempre.
Cuando llegaste a casa tú estabas
nuevecito, recién salido de la editorial,
pues eras una primera edición. Y yo esta-
ba empezando a tener conciencia de lo
que significaba aprender a leer. ¡Y tenerte
en mis manos me iluminó la mente! Con-
tigo entraba en un mundo lleno de sorpre-
sas.
Pronto nos acostumbramos a estar
juntos y no podía conciliar el sueño sino
te leía y releía, incluso en esos días entra-
ñables de fiestas, o de viajes en que el
cansancio me abrumaba. Y pronto tam-
bién aprendimos a estar con tus hermanos
en las bibliotecas, en las librerías incluso
en las casas de mis amigos. ¡Tengo que
agradecerte que no seas celoso!
Siempre que me preguntaban ¿cuál
era mi hobby? Contestaba la lectura.
¿Qué era lo que más me gustaba hacer?
Respondía leer. ¿Cuál era mi obra favori-
ta? Te nombraba a ti… Si, es cierto, que
poco a poco compartiste tu estancia con
bastantes hermanos, que entre vosotros se
inició una buena amistad y me consta que
entablabais más de una conversación a
costa mía. Pero siempre fuiste mi preferi-
do.
TU Y YO, SIEMPRE.
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EXPERIENCIAS DE VIDA
María Jesús Naranjo Infante
23. En mi adolescencia pude dejarte a
un lado, pues otros intereses ocupaban mi
vida y sin embargo encontré en ti a ese
amigo que siempre está ahí cuando lo ne-
cesitas. En más de una ocasión te conté
los sucesos acaecidos con mis compañe-
ros, o con mis profesores, o esos hechos
que forman parte del conflicto generacio-
nal entre los padres e hijos. Y siempre me
dabas la respuesta o el consejo que nece-
sitaba en esos momentos.
Conforme yo iba creciendo, tú ibas
deteriorándote en tu cubierta, tus hojas se
iban volviendo amarillentas, algunas
arrugándose, incluso tu olor se acrecenta-
ba (he de confesarte que siempre me
gustó y que a veces se confundía con el
olor a chocolate, otras a natillas, otras a
colonia, y pasado el tiempo incluso a ta-
baco).
Llegó el tiempo en el que tuve que
cambiar de domicilio, por los estudios, y
te viniste a la Universidad. ¡Qué impor-
tante te sentías! Ahí estabas acompañán-
dome en las noches de estudio, en algu-
nas conferencias interesantes… Siempre
había en el día un ratito para acercarme a
ti y releer alguna que otra página. Pues,
sabes, tu texto era para mí un lugar donde
buscar esa frase adecuada, esa situación
ejemplificante, que con el
tiempo llegué a saber de
memoria.
Tu vida cambió junto a la
mía cuando decidimos dar
el paso de la independen-
cia familiar. El trabajo, los
nuevos amigos y la pareja
con la que comparto ahora
mi vida. Todo un cambio
en nuestras vidas a la que
nos fuimos adaptando con
sigilo. Nuevo domicilio,
nueva estantería, muy grande por cierto, ya
parecía una biblioteca digna, y muchos más
hermanos, algunos muy raros, como los
DVD y… un chico nuevo que su portada
brillaba como un espejo, e_book.
Sin darnos cuenta y muy lentamente,
un día fui consciente que tenías un amigui-
to nuevo, que te empezaba a querer como
yo, te sacaba de tu sitio habitual y en la es-
calera se sentaba a leerte, con esfuerzo,
pues aún estaba iniciándose en esos menes-
teres. Me alegró que tú comenzarás a for-
mar parte de su vida y claro no pude menos
que contarle nuestra historia. Sabes, le he
pedido que te cuide, que formes parte de su
existencia y que no te extravíe. De todas
formas, aún creo que nos quedan muchas
aventuras que pasar juntos.
Y… llegados a este punto de nuestras
vidas, cuando ya la madurez va dejando pa-
so a la ancianidad, nuestros cuerpos están
cansados y deteriorados. Tú seguirás ahí, al
cuidado del fruto de mi existencia, pero yo
pronto pasaré a otro status. Así que conclu-
yo aquí mi versión de nuestra relación, que
por otra parte, ¿no sería interesante conocer
la tuya? Espero que algún día ello pueda ser
una realidad, ¡quién sabe, con tantas inves-
tigaciones hay muchas cosas posibles!
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PUBLICACIÓN Nº 2 JUNIO 2018 SEP LA CAMPANA
24. LA CREATIVIDAD
MANUAL EN
NUESTRAS AULAS
Este curso hemos dedicado unas horas de nuestro
tiempo al aprendizaje de técnicas pictóricas en di-
versos materiales como el papel, barro, cristal y
tela y con distintos utensilios como el lápiz, el pin-
cel y el rotulador para tela.
26. Mi experiencia del viaje es
muy positiva. Me gustó muchí-
simo y la viví con sentimiento.
Cuando vi la primera sala, se
me vino al pensamiento cuando
mi padre me contaba todo lo
que ocurrió y yo no entendía
nada porque era chica, y hasta
me parecía un cuento. Ahora
viendo esta casa no he podido
remediar emocionarme y hasta
llorar un poquito porque he
comprendido lo que pasarían
esa madre y esa mujer sin dejar
de pensar si lo volvería a ver.
Yo a esos monstruos les diría
que pensasen lo que hacen
porque si les pasase a sus fa-
milias les dolería igual. Lo
hemos pasado muy bien to-
dos mis compañeros y hemos
aprendido mucho. Ha sido un
viaje muy bonito. Amelia
Ballestero Aguilar
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EXPERIENCIAS DE VIDA
VIAJE AL MUSEO DE LA AUTONOMÍA
Y CASA DE BLAS INFANTE
27. LLUVIA DE IDEAS SOBRE LA VISITA
- Fue muy emocionante ver al personaje
en los distintos videos y hologramas.
- Impresionante la decoración de la casa,
chimeneas, ventanas, pinturas, artesona-
dos y azulejería.
- El comedor de las columnas con esa am-
plitud, esas ventanas cortijeras, fue todo
un placer contemplarlo.
- Los jardines tan bien cuidados, con sus
rótulos. Había flores, setos, árboles de to-
das clases. Un paseo muy
bonito al que nos acom-
pañó el sol.
- En el Museo me llamó
la atención el camino
blanco hacia la libertad.
- Una experiencia muy
positiva, donde pudimos
aprender sobre nuestra
historia.
- Darle las gracias a nues-
tros maestros.
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PUBLICACIÓN Nº 2 JUNIO 2018 SEP LA CAMPANA