Taller Si te drogas te dañas, sesión de información escolar
Sindrome de mirizzi
1. Dr. JONATHAN L MOLINA P
CIRUJANO GENERAL / LAPAROSCOPISTA
@CIRUGIAYLAPAROSCOPIA
2. Debe haber cuatro componentes del
síndrome que se produzca:
1. El conducto cístico debe ser paralelo al
conducto hepático común.
2. La impactación de un cálculo en el
conducto cístico o cuello de la vesícula
3. La obstrucción del conducto hepático
común.
4. Ictericia intermitente o constante.
4. Los Síntomas son esencialmente las de colecistitis o coledocolitiasis:
• Dolor en el cuadrante superior derecho o epigástrico.
• Ictericia.
• Elevación de las pruebas de función hepática.
• Se puede presentar síntomas sistémicos como: fiebre, escalofríos,
taquicardia cardias, y anorexia.
• La condición puede ser intermitente y recidivante, o fulminante,
que se presenta como colangitis.
5. Las imágenes es, por lo tanto, esencial para el
diagnóstico preoperatorio
1
6. La prueba más sensible para el SM es la CPRE, lo que ha permitido
100% correcto diagnóstico preoperatorio al grupo de Yeh
Csendes Mirizzi tipo 3, piedra que afecta muestra maS de dos
tercios pared del conducto.
Mirizzi tipo 4 con completa colecisto-colédoco fístula.
7. Los desafíos inherentes a la disección del triángulo de Calot en una zona
inflamada, fibrótica es mejor a cielo abierto en la mayoría de los casos.
8. Figura. Clasificación del síndrome de Mirizzi (panel superior).
Biliares opciones de reconstrucción del conducto se muestra (panel inferior).
9. Si la condición del paciente no es de urgencia, el
cirujano debe decidir si es capaz de hacer
cómodamente, la reparación biliar principal.
Si la experiencia satisfactoria no está presente, debe
considerarse seriamente la posibilidad de un traslado
del paciente a un centro de atención terciaria
familiarizado con anastomosis bilio-entéricas. Esto es
especialmente importante para los tipos Csendes 2 a
4.
10. • El pronóstico del SM es muy bueno para las lesiones de tipo 1, con
simples colecistectomía.
• En el tratamiento de los tipos más graves de destrucción del
conducto fistuloso común, aumenta la morbilidad postoperatoria,
con un 10% o más fístulas biliares, estenosis biliar que requiere
dilatación o reintervención, hepática o abscesos que requieren
drenaje.