2. Había una vez un niño que
vivía feliz en el campo. Se
llamaba Renato. Su casa
estaba sobre una colina muy
verde, llena de flores, árboles y
animalitos que eran sus
amigos.
3. Pero la mamá de Renato estaba muy
preocupada: su hijo no quería comer su
comida. No importaba que delicia le
preparara, siempre se negaba a comer
porque, según decía, quería jugar con su
pelota, o porque la comida estaba fría, o
porque no le gustaba su color. Renato
siempre encontraba un pretexto para no
comer.
4. Con el tiempo Renato adelgazó cada
vez más y más. Mamá tuvo que ponerle
tirantes a todos sus pantalones porque
se les caían de las caderas y cada vez
que se vestía con el uniforme de su
colegio, parecía una bandera al salir al
camino para ir a la escuela. Se puso tan
delgado que en su salón todos sus
amigos le decían Alambrito.
5. Un día que amaneció con
mucho viento, Alambrito se
levantó, vistió y salió al
colegio. El viento arreciaba en
el camino. Alambrito se
aferraba fuertemente a
sumochila, pero tropezó y
cayó. Entonces el
viento empujó su ropa, que se
abrió como una vela de bote,
y como si Alambrito fuera
una cometa lo elevo alto, muy
alto.
6. -Mamá, mamá! -gritaba Alambrito-.
Mamá, que estaba en la cocina, salió a
ver por la ventana. Grande fue su
asombro al ver a su hijo volando como
una cometa, cada vez más lejos.
-Alambrito! Allá voy hijo, no te asustes!
7. Mamá salió corriendo de la
casa. Con gran destreza, cogió
una piedra del camino, le ató
una cuerda y la lanzó al aire. La
piedra se enredó en la pierna
de alambrito y mamá lo
bajó poco a poco, como quien
baja una cometa.
8. Desde ese día
Alambrito empezó a
comer muy bien. Poco a poco
sus mejillasvolvieron a ser
rosaditas y bonitas, sus brazos y
piernas ya no se
veían flacascomo cañas y el
viento nunca más lo hizo volar.