1. En los últimos tiempos, los docentes de los últimos cursos de primaria, observan un aumento
de los comportamientos inadaptados o incorrectos en escolares que provienen de la educación
infantil. Alertan sobre los alumnos que van atrasados, que no ven bien las letras o las escriben
al revés, que leen poco y mal, que no tienen recursos para solucionar problemas, que dudan
sobre conceptos como derecha e izquierda, arriba y abajo, dentro y fuera, que se angustian
ante pequeñas dificultades, que gritan cuando hablan, que se distraen mucho, que no
intervienen en clase , que estorban a los compañeros,...
Estos tipos de conflictos en el educando muestran que algunas funciones cerebrales no se han
estimulado suficientemente. La estimulación temprana de las inteligencias es un modelo que
pretende explicar como ha de recibir la información el niño para que emerja el sentido
apropiado que necesita su actuación. En definitiva, hacer trabajar los sentidos del niño con
informaciones ricas y variadas, posibilitar sus actuaciones motoras, exploradoras y accionales,
y dar sentido tanto a las informaciones de entrada como a las actuaciones de salida.
Qué es la estimulación temprana
Las últimas investigaciones en el campo de la neurociencia, insisten en el profundo impacto
que las experiencias tempranas,en los niños pequeños, pueden tener sobre la evolución y la
capacidad del sistema nervioso. El cerebro del niño se cuadruplica en peso entre su nacimiento
y los seis años. Esto depende, entre otros factores funcionales, de la estimulación de la que ha
sido objeto.
La estimulación temprana desarrolla el sistema nervioso dando al cerebro la estructura
necesaria, favoreciendo las conexiones neuronales y la creación de su red, aumentando el
número de sinapsis y estimulando la mielinización de los axones.
La definición pedagógica de estimulación temprana seria:
Aumentar la actividad del sistema nervioso mediante estímulos de cualquier índole
antes del tiempo ordinario, durante las primeras edades del desarrollo infantil.
ESTIMULACIÓN TEMPRANA Y DESARROLLO INFANTIL
Aquí podrás encontrar artículos relacionados con la Estimulación Temprana y el
desarrollo neurológico infantil. Sobre la importancia de que el desarrollo sea el
adecuado y cómo podemos, a través de la Estimulación, ayudar al niño para que así sea.
Cualquier déficit en el desarrollo es susceptible de acarrear desórdenes de atención,
relación y comportamiento.
2. REFLEJOS PRIMITIVOS Y DIFICULTADES DE APRENDIZAJE
Etiquetas: dificultades escolares, déficit de atención, hiperactividad, neurodesarrollo, reflejos,
Terapia de Movimiento Rítmico
Los reflejos primitivos son movimientos
automáticos estereotipados con los que
nacen los niños. Tienen el objetivo de
hacer que se desarrolle adecuadamente
el feto en el útero, ayudarle a atravesar el
canal del parto en el nacimiento y a
sobrevivir y adaptarse a su nuevo
entorno una vez que ha nacido.
Los reflejos primitivos son evaluados por el neonatólogo tras el parto y es deseable que estén
todos presentes como garantía de que el bebé está neurológicamente en condiciones óptimas.
Estos reflejos dejan de estar activos en el primer año de vida dando paso a patrones más
evolucionados del desarrollo. De hecho, tienen el cometido de hacer que el niño pase de un
estadio del desarrollo al siguiente inhibiéndose una vez completada su labor. Cuando no es así,
la presencia de estos reflejos será indicio de que existe una inmadurez del sistema nervioso
central y afectarán al desarrollo y funcionamiento del niño en muchas y diferentes áreas.
Es muy probable que un gran porcentaje de niños con retrasos en su desarrollo y dificultades
de aprendizaje sigan teniendo alguno, o varios, de los reflejos primarios aún activos. Estos
impiden que maduren los reflejos posturales necesarios para poder mantener el equilibrio y una
postura correcta en cada momento (los reflejos posturales existen de por vida y nos permiten
movernos automáticamente). Los reflejos primitivos no inhibidos provocarán en el niño
inquietud motora, malas posturas y cambios en la misma constantes al tener que mantenerse
sentado en el aula, lo que llevará a los adultos a catalogarlo como “hiperactivo”. Esta misma
falta de control postural derivará posiblemente en problemas en su capacidad de atención y en
el rendimiento escolar a todos los niveles.
Si existen reflejos primitivos residuales puede saberse tras una evaluación y puede tratarse con
un programa de estimulación e inhibición de reflejos. Debemos estar atentos a señales de que
existan reflejos primitivos activos para poder actuar cuanto antes.
3. Veamos algunos de los reflejos primitivos más importantes y cómo puede influir en el niño el
que sigan activos…
El reflejo de Moro es el que hace que repentinamente el bebé abra sus brazos mientras inhala
aire y después se abrace llorando ante un movimiento, un ruido o cualquier otro
estímulo inesperado.
Su función es la de alertar y pedir ayuda ante una situación
de peligro y facilita al niño el respirar tras el nacimiento.
Conforme van madurando los sistemas sensoriales en el
niño, el reflejo de Moro debe ir debilitándose. Si este reflejo
sigue presente después de los cuatro meses de edad, más
o menos, puede llevar a que el niño muestre una reacción
de sobresalto desmedida y hará de él un niño siempre en
estado de alerta, hipersensible en alguno o todos los sentidos y por ello mostrándose miedoso
y retraído o por el contrario, hiperactivo y agresivo.
Puede tratarse de un niño muy sensible a la luz y a estímulos visuales, que le asustan. Que
perciba de una forma ampliada los sonidos, lo cual no le permita relajarse en un entorno
ruidoso. Que interprete el tacto o el dolor de una forma distorsionada con reacciones
desmedidas o totalmente ausentes…Podría ser muy impresionable ante el movimiento y no
atreverse con los columpios del parque…
La hipersensibilidad sensorial puede derivar en problemas visuales y auditivos que incidan en
la capacidad de atención y el rendimiento del niño en la escuela. La hipersensorialidad también
puede afectar seriamente la relación del niño con sus iguales y su comportamiento debido a
que la forma que tiene de interpretar lo que le rodea y de reaccionar ante ello es inadecuada.
El estrés es un reconocido enemigo del sistema inmunitario por lo que el niño puede mostrar
infecciones frecuentes y alergias o intolerancias alimentarias.
Otro de los reflejos que más puede afectar al funcionamiento del niño con su presencia es el
reflejo tónico asimétrico cervical (RTAC). Éste hace que el bebé, estando tumbado boca
arriba, extienda el brazo y la pierna del lado hacia el que gira su cabeza. El brazo y la pierna
del lado contrario se mantienen flexionados. También se denomina a este reflejo “de
espadachín” porque la postura del niño lo recuerda.
4. Antes del nacimiento hace que el bebé esté en constante movimiento y es causante de las
“pataditas”. Desarrolla en el feto su tono muscular y su sentido del equilibrio. Ayuda al bebé a
nacer y el parto, a su vez, hace que se refuerce este reflejo y su evolución sea la correcta
(existe riesgo de que no sea así en casos de cesárea o parto asistido por fórceps).
Este reflejo aumenta el tono muscular del recién nacido a través del movimiento que provoca
en éste, y le impide mantener la cabeza hacia el colchón cuando está acostado boca abajo
haciendo que gire la cabeza hacia un lado y pueda siempre respirar fácilmente.
Ofrece las primeras experiencias del bebé en su coordinación óculo-manual puesto que el niño
mira la mano que extiende.
El RTAC hace que el cuerpo actúe en sus dos mitades simétricas, activa un lado del cuerpo o
activa el otro. Esta es la razón principal por la que este reflejo debe madurar e inhibirse a los
seis meses, pues el cuerpo del niño y su cerebro deben empezar a funcionar conjuntamente
como una unidad. Mientras el RTAC esté activo, las dos mitades del cuerpo actuarán por
separado, como si existiese una línea divisoria invisible entre ambas.
Un RTAC activo impedirá, por ejemplo, que el niño se arrastre y gatee en patrón cruzado (el
brazo derecho se mueve a la vez que la pierna izquierda y viceversa), perdiéndose así la
oportunidad que ofrecen estos dos ejercicios de desarrollar la comunicación entre ambos
hemisferios, que tan necesaria resulta posteriormente, entre otras cosas, para poder leer y
escribir con eficacia.
Dificultará en el niño el cruce de la línea media de su cuerpo, por lo que no podrá coger y
manipular objetos con una mano y pasárselos a la otra. A la larga incidirá en una mala
lateralización impidiendo que el niño se desarrolle como totalmente diestro o totalmente zurdo.
Un hecho que de nuevo, incidirá en la lectoescritura y en cómo concibe y se mueve el niño en
el espacio que le rodea. Éste puede mostrarse torpe y patoso tanto en el movimiento como en
sus tareas escolares.
5. Los movimientos oculares también se verán afectados por la imposibilidad de cruzar la línea
media y no habrá un ojo dominante que dirija estos movimientos para que el seguimiento de un
objeto móvil o la lectura de una línea escrita se realicen con fluidez.
En el aula, al niño con RTAC activo le costará mucho esfuerzo escribir pues cada vez que gire
su cabeza hacia el lado derecho, si es diestro, su brazo derecho tenderá a extenderse y su
mano a abrirse, con lo que es posible que el lápiz se le caiga una y otra vez de la mano. Para
evitarlo tendrá que realizar un esfuerzo adicional, agarrando incorrectamente el lápiz o
realizando una presión excesiva al escribir. Esto supondrá un trabajo de escritura que no
llegará a automatizar y que requerirá gran parte de su energía y atención, por lo que no podrá
centrarse en la comprensión de lo que escribe o en la calidad de una redacción.
Para compensar este reflejo, es probable que gire la hoja 90º cuando escribe, de esta forma
puede hacerlo con el brazo más extendido y además, evita tener que cruzar la línea media
corporal al escribir.
El RTAC afecta de varias maneras las destrezas para leer y escribir, hasta el punto de poder
afirmarse que este reflejo prácticamente nunca está integrado en los niños que padecen
dislexia.
El reflejo tónico simétrico cervical (RTSC) puede tener también serias consecuencias en el
aprendizaje del niño. Este reflejo aparece sobre los seis meses de vida, por lo que no es
exactamente un reflejo primitivo. Tampoco es un reflejo postural pues dura tan sólo unos pocos
meses antes de inhibirse. Hace que el niño se ponga sobre sus cuatro apoyos de manos y
rodillas tras haberse arrastrado. Cuando la cabeza se
flexiona, los brazos también lo hacen y las piernas se
extienden. Por el contrario, al extender la cabeza hacia atrás,
los brazos se estiran y las piernas se doblan. Así el niño
realiza el característico balanceo hacia delante y atrás antes
de soltarse a gatear. Este reflejo tiene el objetivo de preparar
al niño para el gateo y desaparece cuando éste se hace
presente.
Cuando el niño se salta la etapa del gateo, es muy probable que este reflejo siga presente. Y
cuando lo está y no se llega a integrar, al niño le resultará muy difícil gatear. En lugar de
6. hacerlo en patrón cruzado, como sería de desear, es posible que culee, que se desplace sobre
manos y pies en lugar de apoyar sus rodillas, o que pase de estar sentado a ponerse de pie
directamente.
El RTSC tiene una gran incidencia en el desarrollo visual, por lo que los niños con este reflejo
activo suelen sufrir de un deficiente sistema visual con una pobre visión binocular, y problemas
para enfocar a diferentes distancias. Esto dificultará las tareas de lectoescritura.
Serán además, niños torpes, con problemas para coordinar sus movimientos y el trabajo
conjunto del ojo y la mano.
El RTSC está presente en un gran porcentaje de niños con dificultades de aprendizaje y déficit
de atención con o sin hiperactividad.
De nuevo la falta de control postural será evidente en la manera en que el niño se sienta en
clase. El niño con RTSC activo es aquel que se “tumba” en la silla estirando las piernas, o se
tumba sobre el libro, engancha las piernas alrededor de las patas de la silla, se pone de rodillas
sobre la misma o sentado sobre sus piernas dobladas… También puede trabajar de pie… Si
este reflejo sigue presente junto al RTAC, como suele ser frecuente, entonces tenemos más
posibilidades de que a este niño se le diagnostique una hiperactividad.
De los reflejos primarios que quedan aún por mencionar, describiré tan sólo uno más por las
repercusiones que puede tener en el comportamiento del niño dentro del aula. Se trata del
reflejo espinal de Galant.
Cuando el bebé está tumbado boca abajo y estimulamos con el
tacto la parte baja de su espalda, la cadera del lado estimulado
girará hacia ese mismo lado. Esta reacción deberá darse en
ambos lados de la espalda hasta los dos años de edad.
Entre otras, su función principal es desarrollar el sentido
vestibular y ayudar al niño a pasar por el canal del parto, pero si
se mantiene activo después de los dos años, cualquier roce en la
zona lumbar hará que el niño gire su cadera en esa dirección.
Puede provocar problemas en el control de esfínteres e impedirá que el niño pueda
permanecer sentado quieto en una silla durante mucho rato. El mismo contacto con la silla
7. puede activar el reflejo dándonos la impresión de que el niño es hiperactivo por no parar quieto
en clase. Es el niño que “baila” constantemente sentado en la silla.
La ropa en la cintura como pantalones o cinturones pueden llegar a ser motivo de irritación. Y la
concentración y atención se verán afectadas por esta situación de constante molestia en el
niño.
Provoca torpeza en la parte inferior del cuerpo y problemas de espalda.
Desarrollar la inteligencia
Hasta los 6 años, tu hijo dispone de un potencial que no volverá a tener en toda su vida.
Y está demostrado que una estimulación contribuye a desarrollar sus capacidades.
Hasta los seis años, tu hijo dispone de un potencial que no volverá a tener en toda su vida.
Y está demostrado que una estimulación adecuada y sistemática, sobre todo durante los tres
primeros años, contribuye a desarrollar sus enormes capacidades.
Por eso se recomienda que el niño crezca rodeado de estímulos sensoriales y psicomotrices.
Es lo que se conoce como “aprendizaje temprano”.
Las vacunas son, tal vez, el mejor representante de la medicina más eficaz: la preventiva.
En educación todavía no hemos encontrado un método tan sencillo de administrar para
potenciar en los niños la capacidad de aprender, y así prevenir el temido fracaso escolar.
La primera idea importante que los padres de un recién nacido debemos tener es que todo niño
llega al mundo con una enorme capacidad para aprender.
Tanto es así que a los 6 años, siguiendo el perfil de desarrollo de Doman-Delacato, un niño ya
ha aprendido:
· A entender el lenguaje oral
· A leer el lenguaje escrito
· A reconocer un objeto mediante el tacto
8. · A caminar erguido en patrón cruzado
· A hablar un lenguaje abstracto, simbólico y convencional
· A escribir este lenguaje
Estas seis funciones, se caracterizan, en primer lugar, porque son exclusivas de la corteza
cerebral humana y ningún otro ser de la tierra las posee.
En segundo lugar, porque son el fundamento y la base de todos los aprendizajes posteriores.
Cuanto más asumidas y automatizadas estén estas funciones cuando nuestro hijo comience la
escuela (primaria), más posibilidades de éxito tendrá.
Igualmente es fundamental comprender que ninguna de estas funciones básicas las puede
ejercer un recién nacido porque, como seres humanos, heredamos enormes potencialidades
para desarrollar a lo largo de nuestra vida, pero muy pocas realidades.
La explicación radica en que el niño ya nace con el número de neuronas del que dispondrá
toda la vida.
Pero una neurona, por sí sola, sirve para muy poco. De hecho, mueren miles de ellas
diariamente y no pasa nada.
Lo verdaderamente poderoso son los circuitos neuronales que se van formando mediante la
estimulación que el cerebro recibe a través de los sentidos y del movimiento.
El conjunto de circuitos constituyen una poderosa red que, junto a la mielina que recubre las
dendritas y los axones para que la información viaje por las vías nerviosas con rapidez, hace
que el cerebro pase de pesar 340 gramos en el recién nacido a 970 a los 12 meses, 1250 a los
6 años.
Es decir, se multiplica su peso casi por cuatro.
Todo esto nos conduce a lo más importante para el aprendizaje temprano: estos circuitos
neurológicos sólo alcanzan la plenitud si, a través de los sentidos y del movimiento, llegan
estímulos al cerebro en esta etapa de la vida de la persona.
9. Y lo más importante: estas funciones humanas superiores sólo pueden llegar a su máximo
potencial, si se conceden al niño oportunidades de aprendizaje, durante estos primeros años de
especial desarrollo neurológico.
Numerosos ejemplos desgraciados ponen de manifiesto esta realidad:
· El más reciente tal vez sea el caso de un niño y una niña encontrados en un bosque de Japón
en 1972, cuando tenían, según las radiografías de sus huesos, entre 5 y 6 años.
Se comportaban como animales en el caminar y en el modo de comunicarse. En 1990, con 23
ó 24 años, a pesar de los esfuerzos de numerosos especialistas, no habían conseguido andar
erguidos con habilidad, usar las manos para tareas finas, ni comprender ni expresar lenguaje
hablado o escrito.
· La evolución de los niños que vivían los primeros años en los antiguos orfanatos es otro triste
ejemplo en la misma dirección.
Como dice Doman, algunos niños no están atados porque son disminuidos, sino que son
disminuidos porque han estado atados.
En sentido contrario, los niños con más posibilidades de éxito a lo largo de la historia han sido
aquellos que en su casa han tenido un ambiente culturalmente rico, y sus padres,
especialmente las madres, guiadas por su amor y su sentido común, han valorado la cultura y
han dado oportunidades a sus hijos, desde el primer día, para tocar, ver, oír y moverse.
Si el cerebro funciona así, ¿cómo es posible que todavía haya parvularios que no pongan en
práctica el aprendizaje temprano? Una de las cosas que más cuesta al ser humano es cambiar
sus costumbres.
Una muestra evidente de ello es el fenómeno “Qwerty”. ¿No sabe qué es? Mire el teclado de su
ordenador y fíjese en la primera fila de letras de arriba, la que está debajo de los números.
¿Ya lo ha visto? La primera letra es la “Q”. Todos los teclados del mundo tienen esta
disposición, no porque sea la más ergonómica para alcanzar el mayor número de pulsaciones
posible, sino todo lo contrario para ir más despacio.
Cuando se inventaron las máquinas de escribir, si las letras que más se usaban estaban en los
dedos más hábiles, las barras que golpeaban el carro (¡qué tiempos aquellos!) se agolpaban y
la mecanógrafa perdía mucho tiempo bajándolas a mano.
10. Para evitar esta pérdida de tiempo, se dispuso el teclado de tal manera que no se pudiera
escribir muy rápido y nos colocaron la “a” en el dedo meñique de la mano izquierda.
Ahora, con la electrónica no hay ninguna razón lógica para mantener este teclado pero, ¿quién
es el fabricante que se atreve a cambiarlo?
En educación pasa algo parecido. Cuando, por ejemplo, se lleva muchos años actuando y
defendiendo que los niños no son capaces de aprender a leer antes de los 6 años y que si lo
hacen es nefasto para ellos, cuesta mucho reconocer que, mediante el método de la lengua
materna, un bebé de 2 años puede, no sólo aprender, sino que además le encanta porque se lo
pasa bien.
Afortunadamente, cada vez hay más parvularios, incluso algunas instancias educativas, que se
están dando cuenta de la necesidad de proporcionar a los niños pequeños oportunidades de
aprender.
No se trata de hacer superdotados, ni de pretender que nuestros hijos sean unos genios.
Pero sí se trata de ayudarles a que desarrollen todas las capacidades que llevan dentro para
que sean unas personas equilibradas e inteligentes.
Ignoramos cuáles son las capacidades genéticas y hasta dónde llegarán, pero no nos debe
preocupar este hecho porque sobre ello nada podemos hacer.
Está fuera de nuestro círculo de influencia. En cambio, sí debemos buscar información y
formarnos sobre cómo aprovechar el escaso tiempo de que disponemos los padres para
nuestros hijos en la sociedad actual.
Tenemos la suerte de que las técnicas y métodos de aprendizaje temprano ofrecen a los
padres esta valiosa información para que disfrutemos y nos divirtamos con nuestros hijos y,
además, para que éstos alcancen las herramientas suficientes que les permitan, cuando sean
adultos, elegir aquello que quieran ser.
11. RODAR HACIENDO "CROQUETAS", UN EXCELENTE EJERCICIO PARA FAVORECER EL
DESARROLLO
Junto al arrastre y al gateo, existe otro ejercicio que en los métodos de estimulación, tanto
"temprana" como "terapéutica", se toma del proceso natural de desarrollo del niño para
realizarlo de forma intensiva como una herramienta más para ayudar al niño en su desarrollo
reforzando el mismo. Estamos hablando de las "croquetas" o rodadas en una dirección y otra
estando el niño tumbado en el suelo.
Las croquetas suponen una potente estimulación vestibular que favorece la maduración del
sistema nervioso.
El aparato vestibular (también llamado laberinto) es un órgano situado en el oído interno que
sirve principalmente para el control de la postura corporal y el equilibrio, pero también para
regular el tono muscular, los movimientos oculares y la orientación espacial.
Es un ejercicio muy sencillo y con él suelen disfrutar mucho los niños. Sin embargo, puede
ocurrir que un niño sea muy sensible a la estimulación vestibular, en cuyo caso habría que
tener cuidado, haciendo muy poquitas croquetas y muy lentamente. En el supuesto caso de
que al niño le impresionara aún de este modo, sería mejor optar por otro tipo de estimulación
que le ayude a madurar lo suficiente para poder más adelante tolerar las croquetas.
El niño ha de tumbarse en el suelo, con los brazos extendidos por encima de la cabeza, o con
los brazos hacia abajo pegados a lo largo del cuerpo. El cuerpo debe estar en tensión,
totalmente estirado, desde las palmas de las manos hasta la planta del pie.
Hay que girar de un lado a otro, procurando no torcerse. No se debe correr, pues se torcería
uno más.
Para evitar los mareos, se le puede decir que mire un punto fijo siempre que acabe el giro.
Es muy importante que se ruede siempre en ambas direcciones, el mismo número de veces
hacia un lado y hacia el otro. Esto es de vital importancia para que la estimulación de ambos
lados del cuerpo sea la misma, y por lo tanto, también lo sea la de ambos hemisferios
cerebrales.
En el enlace que aparece a continuación podemos ver un vídeo en el que un padre realiza las
croquetas con su hijo como parte de un programa de organización neurológica:
El éxito del desarrollo infantil temprano
Consejos. Es fundamental el respeto a las etapas del desarrollo del niño
El niño es un ser en desarrollo. Al nacer, independiente de los logros durante los nueve meses
de vida intrauterina el bebé no ha completado su dotación de neuronas y cada una de las
existentes aún no ha alcanzado el desarrollo dendrítico y sináptico que caracterizará su
madurez. Apenas se han desarrollado algunos mecanismos reflejos indispensables para la
regulación vegetativa y unos pocos que le permiten una interrelación con la madre y el medio
exterior.
A partir de entonces durante el largo proceso de interacción entre el crecimiento, la maduración
del sistema nervioso y la experiencia, el niño en edades tempranas desarrollará una serie de
12. procesos y funciones orgánicas necesarias para la vida. Sin embargo, no todos los niños y
niñas llegarán a desarrollar sus capacidades de manera inmediata, ni de igual manera.
La maduración del sistema nervioso central, depende en gran medida, de los estímulos que
provienen del medio exterior. Es, a través, de los estímulos adecuados que el niño en el
proceso de experiencias diversas va alcanzando el potencial de desarrollo necesario que
marca la maduración de los procesos y los sistemas básicos que garantizan el alcance
madurativo de las cuatro áreas del desarrollo: motriz, cognoscitiva, lenguaje y social. Yodo
éxito del niño dependerá del acompañamiento que le proporcionemos para el logro de su
autonomía.
Casi instintivamente, la mente, el padre cuando acuna o acurruca al niño, lo baña, lo cambia de
posición, lo voltea, le flexiona y extiende sus extremidades para cambiarle el pañal, por poner
algunos ejemplos, le proporciona a su bebé la estimulación que garantiza el desarrollo
vestibular y propioceptiva y táctil que necesita para el despliegue gradual de sus aptitudes y
capacidades. Si se le facilita al niño variables posibilidades, actividades, ejercicios estimulantes
teniendo en cuenta la edad y la etapa de desarrollo se generan una serie de competencias que
permitirán al niño elaborar estrategias relacionadas con los aprendizajes tempranos.
Si de desarrollo infantil queremos hablar, es importante estar al tanto de las diferentes etapas
del desarrollo del niño y propiciar estímulos adecuados que permitan su potencial de desarrollo.
Una de las habilidades motrices fundamentales a observar no solo por la escuela o el pediatra,
sino por la familia, está determinada por la posición cuadrúpeda y el desplazamiento del niño
reconocida como gateo.
Las explicaciones son del doctor Orlando Terré Camacho, presidente de la Asociación Mundial
de Educación Especial y especialista e investigador en Neurodesarrollo Infantil.
Movimientos
El gateo garantiza en el niño un sinfín de posibilidades que permitirán un desafío en su propio
desarrollo.
13. Desarrollo neuromotriz
- Conexión de hemisferios cerebrales y sistemas funcionales. El gateo propicia la elaboración
de conexiones neurológicas entre los dos hemisferios que garantizan la coordinación.
- Desarrollo del patrón cruzado.
- Propicia la función neurológica que hace posible el desplazamiento coordinado del cuerpo.
(Ejes cruzados: pie izquierdo con brazos izquierdo, pie derecho con brazo derecho).
- Desarrollo de la oposición cortical del pulgar y la presión palmar. Fortalece la lateralización.
Desarrollo neurosensorial
- Desarrollo del sistema vestibular, del sistema propioceptiva, coclear y organización especial,
orientación corporal e información táctil y de convergencia y coordinación visual.
Desarrollo intelectual
- Favorece la organización del lenguaje infantil y el área cerebral.
EJERCICIOS DE MOVIMIENTO RÍTMICO
EN TRASTORNOS AUTISTAS
TMR en el centro de psicopedagogía
ECORA
Harald Blomberg es doctor en medicina y
especialista en psiquiatría. Cuenta con más
de quince años de experiencia ayudando a
14. niños y adultos con problemas locomotores, déficit de atención, problemas de aprendizaje y
autismo. Harald Blomberg enseña la terapia del movimiento rítmico (TMR) y la integración de
reflejos en Suecia y en el resto del mundo.
Los ejercicios de movimiento rítmico han demostrado ser bastante efectivos en trastornos
autistas.
Los ejercicios se hacen en decúbito supino o prono o a cuatro patas. Están compuestos en
parte por movimientos de balanceo pasivos y en movimientos de balanceo activos, que el niño
hace por sí mismo. Los ejercicios se hacen durante diez o quince minutos cada día, y algunas
veces más.
A la mayoría de los niños autistas les gustan los ejercicios rítmicos. Ciertamente, los niños
autistas, sin embargo, se oponen al principio de los ejercicios. Se evaden y huyen. Esto puede
deberse a una hipersensibilidad al sentido del tacto y equilibrio debido a un reflejo de Moro
activo. Con paciencia tales dificultades son a menudo superadas y después de algún tiempo
estos niños disfrutan con los ejercicios.
Si los ejercicios se hacen cada día se puede notar un desarrollo positivo en un mes. Los niños
están más calmados y más interesados por el mundo a su alrededor, están más en contacto y
tienen respuestas emocionales. Los ataques de rabia disminuyen y los síntomas impulsivos
como rituales y dependencia de las rutinas llegan a ser menos pronunciadas.
La mejora puede ser explicada por el hecho de que los ejercicios de movimiento rítmico
estimulan el crecimiento de las células nerviosas en diferentes partes del cerebro que están
dañadas o que no funcionan bien en el autismo, p.ej. el brainstem , el cerebelo, el sistema
límbico y el cortex prefrontal. Además, los ejercicios desarrollan las redes nerviosas entre estas
estructuras y ayudan al cerebro a funcionar de una manera más unificada. Debido a que esto
es un proceso lento los ejercicios tienen que hacerse durante mucho tiempo, preferiblemente
durante un año o más. Para disminuir la hipersensibilidad a los estímulos sensoriales el reflejo
de Moro debería ser integrado (lo cual puede lograrse a través de la TMR o terapia de
movimiento rítmico).
Cursos de ejercicios de movimiento rítmico e integración de reflejos para los trastornos de
autismo:
1. Nivel básico: ejercicios de movimiento rítmico y reflejos primitivos.
15. En este curso de dos días los participantes aprenderán los ejercicios básicos de movimiento
rítmico: cómo los ejercicios rítmicos pueden ser utilizados para regular el tono muscular,
estimular el cerebelo y el neocortex, especialmente los lóbulos frontales para mejorar la
atención y el control de los impulsos. El curso también incluye una visión general de los reflejos
primitivos más importantes y cómo integrarlos con ejercicios rítmicos.
No se requieren conocimientos previos.
2. Nivel 2: movimientos rítmicos, reflejos y emociones.
Este curso de dos días trata de cómo los ejercicios de movimiento rítmico afectan a nuestras
emociones. Cómo trabajar con movimientos rítmicos para entrar en contacto con nuestras
emociones y cómo estabilizarlas cuando tratan de tomar el mando. En el curso también se
habla de los ejercicios de movimiento rítmico para el autismo y psicosis e incluye una
introducción para trabajar con símbolos y sueños.
Se necesitan conocimientos previos del nivel básico.