El salmo 119 expresa la alegría del salmista al seguir los mandamientos y órdenes de Dios, como si fueran una gran riqueza. El salmista meditará en los mandamientos divinos y pondrá su felicidad en los estatutos de Dios. Pide a Dios que le conceda su favor para que pueda vivir guardando sus palabras y que le abra los ojos para contemplar las maravillas de su ley.