1. LA SUPERACIÓN DE LA CONSTITUCIÓN TRASCENDENTAL
Si bien la fenomenología actual busca nuevas vías a través de diversas
corrientes como la de Marc Richir que toma como punto de partida los
planteamientos husserlianos también es cierto que son elaborables
descripciones de la realidad e interpretaciones de la misma desde una
fenomenología descriptiva renovada. Se puede afirmar que lo
prerreflexivo y la intuición cada vez poseen una función cognoscitiva
más decisiva en la articulación de las reflexiones filosóficas.
Precisamente los modos de darse las cosas en la conciencia ya no se
oponen de modo tan radical como pensaba Husserl a la vida natural.
Porque los nuevos avances del conocimiento en neurología y psicología
cognitiva, y en general de la ciencia nos pone en disposición de matizar
y discutir el alcance de la diferenciación entre el yo empírico y el
trascendental. Considero que el darse originario e inmediato de la
realidad en la conciencia a través de la intuición es un proceso que
aunque se puede diferenciar del análisis del yo trascendental de la
reducción fenomenológica que establece el procedimiento
fenomenológico clásico de Husserl, y que aporta la esencia, el eidos o
lo invariable frente a la variabilidad de los hechos individuales
similares entre sí completa en cierta forma la aprehensión de lo
cognoscible.
La constitución como actividad de la conciencia que dota de sentido a
algo en la conciencia es una operación inequívocamente
fenomenológica pero que puede abarcar más aspectos como lo
prerreflexivo y lo intuitivo, y no solamente la subjetividad o la
conciencia pura. Incluso diría más es aplicable de un modo efectivo a lo
presente en los sentidos de un modo similar a como hace Zubiri en su
metafísica y en su noología.
Estimo que los contenidos intencionales de las vivencias o el Nóema son
más relevantes y ofrecen más contenido que la Nóesis como actividad
de la conciencia que da sentido. Porque los elementos reales o hyléticos
de lo aprehendido o vivenciado son la materia de conocimiento que es
determinante en el proceso sentiente e intelectivo de la percepción o
aprehensión del mundo. Las formas de la actividad de la conciencia
aunque pueden describirse desde una perspectiva husserliana o bien
con otras descripciones fenomenológicas considero que están
claramente mediatizadas a un estado del lenguaje, y de los procesos de
conceptualización que son históricos y, por tanto, aunque tengan un
valor intrínseco innegable en función de su rigurosidad y coherencia
sistemática no son algo definitivo e inmutable.
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2. Si bien lo trascendental desde el planteamiento fenomenológico clásico
es el plano de la conciencia que no considera lo existencial y
consecuentemente no tiene en cuenta el plano psicológico y el lógico
aunque desde un punto de vista abstracto es la expresión de la
actividad pura de la conciencia también es la manifestación de una
vinculación con lo experienciable cósicamente como indica
acertadamente Szilasi explicitando la fenomenología de Husserl. Así el
mismo Szilasi escribe: « Representémonos los actos descriptivos de la
conciencia como si ellos cumplieran el papel que desempeña la
aprehensión intuitiva completa del movimiento de trenes en la
percepción del observador. La experiencia trascendental revela la
esencia del sistema del ferrocarril». Ciertamente la trascendencia en el
ámbito fenomenológico se puede entender como la expresión de la
diferencia irreductible entre el objeto intencional y la conciencia en la
que está presente.
Afirma Szilasi: «La parte trascendente de la percepción capta lo
percibido en su presencialidad» esto posibilita un cambio de
orientación radical, a mi juicio, porque supone la puesta en valor de
una manera muy clara de la realidad presente en la aprehensión
intelectiva del mundo. Además abre innumerables vías de elaboración
filosófica con un común denominador que puede ser denominado
realismo trascendental y también hermenéutica crítica trascendental.
En clara contraposición a una compleja y extensa trama de análisis
puramente abstractos y lingüísticos acerca de la actividad de la
conciencia que son valiosos se abre un campo también inmenso de
conocimiento profundo y constantemente renovado de lo que es la
realidad presente a los sentidos con una trascendencia vinculada o
unida a la propia presencialidad de lo cósico en su inmediatez intuitiva
y sensitiva.
Esto se diferencia claramente de lo que es el planteamiento más
ortodoxo de la fenomenología ya que escribe Szilasi: «Pero el acto
reflexivo no es nunca una aprehensión trascendente de la cosa misma.
En la reflexión no participo en la percepción concreta; no vivo en la
percepción de la mesa, sino en la aprehensión reflexiva inmanente de la
percepción de la mesa. No participo en la posición temática de la mesa
aprehendida. Este no participar de la posición del mundo material es el
sentido de la epojé. La reflexión fenomenológico-trascendental
considera el acto sin participar en él; no sigue su dirección temática».
Considero que aunque este procedimiento es apropiado puede y debe
ser completado con una descripción de la posición presencial de lo
dado en la percepción o aprehensión. Esta misma descripción e
interpretación de lo presente ya es un proceso fenomenológico en sí
mismo que ofrece significados y sentidos que son constantemente
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3. renovados y que pueden ser discutidos, confrontados, analizados y
valorados.
La superación de la constitución trascendental es interpretable como la
reafirmación de la significación esencial de lo empírico y lo presencial
y cósico como materialidad de la realidad que influye decisivamente en
lo intencional y de modo general en los actos de conciencia frente a la
supuesta mayor relevancia del yo trascendental. En este sentido se
comprende que Szilasi diga: «Lo más importante, entonces, es ver que
los actos intencionales son actos constitutivos. Esto no ha de entenderse
como si la conciencia, en sus funciones cognoscitivas, fuera arbitraria.
La constitución se atiene a la estratificación que está dada en el estado
de cosas mismo. Este atenerse está en cierto modo predispuesto, en la
intuición categorial, por la estructura del ser. La vinculación de los
actos intencionales corresponde a las referencias fácticas». Además
como es sabido Husserl no clarifica la manera de ser de la
intencionalidad algo que le crítica el mismo Heidegger. Quizás porque
ya desde los escritos de Brentano y de otros pensadores la cuestión de
la intención había sido suficientemente discutida.
La receptividad espontánea de la conciencia es algo espontáneo porque
está en función de la capacidad de efectuación de la inteligencia
consciente. La conciencia al ser libre por su espontaneidad escoge lo
más valioso frente a lo aparentemente insignificante.Lo que hace
posible la elaboración de filosofías realistas muy diversas. En cualquier
caso es la plasmación de una desvinculación de una consideración
idealista de la actividad filosófica. Como señala Szilasi: «El tema de la
fenomenología descriptiva es el yo empírico, el polo de las experiencias
naturales, en el que nos orientamos como fenomenólogos. El segundo
estrato es el del yo trascendental o, como también se lo llama, del
sujeto trascendental o del ego trascendental». Pienso que actualmente
es más necesario incidir sobre todo en el campo de la experiencia del yo
empírico y de lo social, ético, moral y político ya que nos afectan de un
modo más directo y siempre son aspectos objeto de interés para todos
los seres humanos y también como es natural para la filosofía desde
una perspectiva descriptiva, crítica y reflexiva. Ciertamente como
también indica Szilasi en Lógica formal y trascendental (FLT, pág,122)
dice Husserl: «El mundo, juntamente con todas sus realidades, entre
las que se halla también mi ser humano real, es un universo de
trascendencias constituidas». Considero que partiendo de este enfoque
se puede crear un nuevo sentido de la constitución trascendental que
sobrepasa la egología aunque es aceptada y que se aplica de una forma
más directa a la propia presencialidad de lo impresivo o de la
aprehensión de la realidad. Ya que es discutible al menos que como
señala Szilasi comentado a Husserl que: «Cuando se practica la
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4. reducción respecto de las experiencias naturales, inmediatas, se
vuelven visibles las relaciones trascendentales básicas que permanecen
inmanentes, las cuales fundamentan los estados de cosas perceptibles
sensiblemente». Porque las relaciones trascendentales, a mi juicio, no
son siempre las mismas ya que varían históricamente puesto que son
conceptuales y abstractas pero eso no evita que se produzcan cambios
de paradigmas ideacionales que modifiquen su estabilidad. Y además
las formas de espontaneidad de la conciencia no son invariables e
inmutables sino que van cambiando a lo largo del tiempo. Incluso es
pensable que los estados de cosas fundamentan en cierto grado la
inmanencia de las relaciones trascendentales.
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