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La otra obra, unitaria y concomitante a "La abstracción del paisaje"

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[Escribir texto]
Si el impulso artístico tiende a ser
universal, y la creación de obras
eminentes es virtud de unos pocos ...
“La abstracción del paisaje”
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“La abstracción del paisaje”
Exposición celebrada en Santander.
Fundación Bruno Alonso
Del ...
“La abstracción del paisaje”
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Índice
Parte 1ª: La exposición:
Palabras del autor
Pintura
Parte 2ª: La otra obra.
Otra pin...
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La otra obra, unitaria y concomitante a "La abstracción del paisaje"

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Cumplimos lo anunciado en la primera parte, y es ofrecer una segunda con otras pinturas y el modelado figurativo humano realizado por Andrés del Rey Sayagués, así como una relación de sus trabajos escritos de biblioteconomía y catalogación sobre los fondos de la Biblioteca Menéndez Pelayo. Este autor salmantino, que nos ha permitido confeccionar el catálogo de sus pinturas expuestas en la Sala de la Fundación Bruno Alonso de Santander en 2017 -parte primera-, nos facilita ahora otra serie de sus numerosas pinturas y modelado. Asociamos su obra plástica a la intelectual como dos facetas interrelacionadas de la misma persona. En dicha exposición sorprendió al gran público con el sugerente título "La abstracción del paisaje", tan ajustado a la realidad que, las pinturas de esta segunda parte, bien pudieran haberse expuesto con las anteriores. Nuestro personal reconocimiento a Andrés del Rey por su generosidad y por recibir con resignación los comentarios al final recogidos. Nuestro afecto por su familia, Dolores y Enrique. Segunda parte: "La otra obra".

Cumplimos lo anunciado en la primera parte, y es ofrecer una segunda con otras pinturas y el modelado figurativo humano realizado por Andrés del Rey Sayagués, así como una relación de sus trabajos escritos de biblioteconomía y catalogación sobre los fondos de la Biblioteca Menéndez Pelayo. Este autor salmantino, que nos ha permitido confeccionar el catálogo de sus pinturas expuestas en la Sala de la Fundación Bruno Alonso de Santander en 2017 -parte primera-, nos facilita ahora otra serie de sus numerosas pinturas y modelado. Asociamos su obra plástica a la intelectual como dos facetas interrelacionadas de la misma persona. En dicha exposición sorprendió al gran público con el sugerente título "La abstracción del paisaje", tan ajustado a la realidad que, las pinturas de esta segunda parte, bien pudieran haberse expuesto con las anteriores. Nuestro personal reconocimiento a Andrés del Rey por su generosidad y por recibir con resignación los comentarios al final recogidos. Nuestro afecto por su familia, Dolores y Enrique. Segunda parte: "La otra obra".

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La otra obra, unitaria y concomitante a "La abstracción del paisaje"

  1. 1. [Escribir texto] Si el impulso artístico tiende a ser universal, y la creación de obras eminentes es virtud de unos pocos - fruto siempre de un intenso aprendizaje y unas aptitudes extraordinarias-, sin embargo hay interesantes iniciativas individuales y de fundaciones que ofrecen lo mejor de sí mismos con resultados de indudable calidad. “La abstracción del paisaje” Exposición celebrada en la Fundación Bruno Alonso de Santander, 2017. Parte 2ª: La otra obra Andrés del Rey Sayagués Col. Bemba nº 7
  2. 2. “La abstracción del paisaje” 1 “La abstracción del paisaje” Exposición celebrada en Santander. Fundación Bruno Alonso Del 23 de octubre al 10 de noviembre de 2017 Exposición de pintura del salmantino, afincado en Santander, don Andrés del Rey Sayagués. La Directora General de Cultura de Cantabria y un numeroso público le honraron con su visita. Autor: Andrés del Rey Sayagués. “La abstracción del paisaje”. Exposición en la Fundación Bruno Alonso. Parte 1ª: La exposición. Parte 2ª: La otra obra Fotografía, comentarios y publica: José Fermín Garralda Arizcun (JFG) C/ Arrieta nº 2 31002 Pamplona – Navarra - España Colección: Bemba nº 7 http://callemayorpamplona.blogspot.com callemayorsancernin@gmail.com Año 2018 * Queda prohibida la reproducción total o parcial de este trabajo, texto e imágenes sin permiso. Está protegido, incluidas las fotografías que son inéditas.
  3. 3. “La abstracción del paisaje” 2 Índice Parte 1ª: La exposición: Palabras del autor Pintura Parte 2ª: La otra obra. Otra pintura … Y el modelado Unas palabras Catalogación de libros y documentos A modo de colofón
  4. 4. “La abstracción del paisaje” 3 Parte 2ª: La otra obra
  5. 5. “La abstracción del paisaje” 4 Otra pintura Las imágenes anteriores recogen algunos de los trabajos ofrecidos por el salmantino afincado en Cantabria, Andrés del Rey Sayagués, en su exposición celebrada por la Fundación Bruno Alonso en la ciudad de Santander. A continuación las completamos con algunas otras de sus creaciones por el interés que ofrecen. Seleccionamos una muestra de la extensa producción intimista o ad intra del autor, en la cual se aúnan el autodidactismo, la espontaneidad y las más variadas circunstancias vitales. El autor, técnico de la Biblioteca Menéndez Pelayo de cuyos fondos ha publicado numerosos trabajos impresos, algunos de los cuales recogemos al final, completa sus quehaceres profesionales y su afición por el mundo editorial, con la pintura y la escultura como amable ensayo del alma. JFG
  6. 6. “La abstracción del paisaje” 5
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  9. 9. “La abstracción del paisaje” 8
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  62. 62. “La abstracción del paisaje” 61 Andrés del Rey Sayagués. Pintura y modelado del salmantino, afincado en Santander
  63. 63. “La abstracción del paisaje” 62 … y el modelado En sus inicios, Andrés del Rey modeló esculturas figurativas con tendencia simplificadora, caracterizando tipos populares y del ámbito rural. Esta humanidad se concretaba en temas recurrentes como el apacible descanso de los mayores o la melancólica figura del emigrante, tan frecuente en la década de 1960. Eran épocas del éxodo rural o migración masiva del campo a la ciudad por la industrialización, los estudios de los hijos como en el caso de don Felipe, el urbanismo, y la esperanza de un cambio de vida exento de la dureza del sector Primario. La arcilla utilizada es el material más sencillo y abundante en la naturaleza, y la técnica del modelado es la más inmediata y universal. El tiempo ha permitido al autor, siempre autodidacta, evolucionar hacia la casi total abstracción, manteniendo algún rasgo figurativo. El material blando ha dado paso a la corteza de árbol como materia absolutamente elemental y orgánica, ofrecido por la naturaleza casi en su inmediatez, sustituyendo el modelado por un corte de navaja aparentemente desinteresado. Alguno podrá dudar si esto es propiamente escultura, pero lo cierto es que la espontaneidad del autor se expresa en lo táctil y en sus tres dimensiones. También podría dudar si es arte, aunque verdaderamente es una expresión plástica del propio estado del alma. En ambos casos, la experiencia personal más básica e inmediata, unida a la sencillez temática, matérica y técnica, reflejan una íntima comunicación como paisaje humano interior / exterior. Los rasgos expresivos de las figuras tienden a la universalidad y a un concepto ciertamente melancólico no exento de una honda simpatía. JFG
  64. 64. “La abstracción del paisaje” 63
  65. 65. “La abstracción del paisaje” 64
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  68. 68. “La abstracción del paisaje” 67
  69. 69. “La abstracción del paisaje” 68
  70. 70. “La abstracción del paisaje” 69 Unas palabras sta exposición -así como la segunda parte de este trabajo que la prolonga- ha surgido espontánea y casualmente, muy de acuerdo con la actitud vital de su autor, que cuando es llamado responde con un absoluta naturalidad y desinterés. En consonancia con la sencillez del castellano recio, su dádiva personal crece más si cabe con su cercanía de amigo. Una vez más resulta evidente que sólo puede dar quien antes tiene y atesora sin apego y con generosidad. Es muy de agradecer a la Fundación Bruno Alonso que facilite que las experiencias de Andrés del Rey lleguen al público. Debido a la génesis mencionada, y a diferencia de ésta exposición como evento comunitario, la pintura que recoge no es previa e intencionalmente un servicio, aunque nos acerque a su autor y nos sirva -¡y vaya si nos sirve!- para admirar el impulso de lo sencillo y aún oculto, el valor de lo autodidacta, la expresión de una forma de ser y estar, y para sosegar la carrera de una vida que transcurre rápido y generalmente de una manera imperceptible en un recoleto silencio. 2. Los rasgos de la pintura de Andrés del Rey expresan una vida concreta, enraizada en el tronco familiar, en un ámbito físico de amplia concreción entre su casa paterna, las amplias dehesas y la inmensidad de la mar, y en un concreto ámbito E
  71. 71. “La abstracción del paisaje” 70 psicológico y espiritual. Lleva inscrito el yo íntimo y desnudo, una herencia reverenciada e inacabada, que se configura inicialmente como aceptación, lo que implica soporte, punto de partida e impulso. El temperamento recibido cuaja carácter, en este caso con un paso lento y mantenido sobre la adusta y limpia llanada castellana o acompañado del rumoroso mar. Cuaja también con el ansiado propósito de mejora personal, lo que implica opciones de comportamiento y resolución de problemas que siempre existen al lado de las diferentes circunstancias de la vida. 3. Más allá de ésta últimas, las numerosas pinturas de Andrés del Rey expresan la realidad subjetiva desde el fondo del lago y en el pueblo sumergido y deshabitado, allá en la dehesa, la huidiza montaña y el mar, en suma, la realidad de un vasto, estable y profundo paisaje del alma, cuyos retazos muestran un estilo personalísimo y enarbolan la más absoluta sencillez y credibilidad. Es la simplicidad de la materia, de la ejecución y del color matizado, del hombre básico, del amor sencillo y fuerte, de lazos nunca olvidados, de las ideas y sentimientos revividos y emergentes. Todo ello concretado en un yo personal. Es el amor implícito / explícito, del que el autor nos dirá a quién / quiénes se dirige, si está probado o siempre en prueba, y si encuentra sentido conmocionado en un para qué último. Así pues, no estamos ante unos trazos y pinceladas deshumanizadas, sino precisas en su sencillez e intimidad, armónicas en su conjunto, y cuajadas a modo de un bronco lirismo. Más que el trazo como gesto, contemplamos gestos o formas
  72. 72. “La abstracción del paisaje” 71 llenas de expresión y no pocas veces de color y de vida. Estamos ante un trabajo / descanso en los que el autor intuye y desvela la propia persona, su necesidad de apertura humana, elaborando con los datos tomados desde fuera -ad extra- una respuesta auto identificativa y que aporta contenidos para resolver lo que se plantea como problema, una respuesta que sobre todo sea expresión y búsqueda del hombre ad intra, del ser más que del estar, ansioso siempre de superación y ávido de trascendencia. Es como si él mismo recrease en su interior la impresión de un entorno físico / espiritual a raíz del tronco familiar, de la familia ya fundada, y de la intuición mar / tierra, todo ello como un sobrio paisaje auto concebido primero y después prolongado en espera un signo interno / externo de eterna búsqueda y de un deseo radical de acogida… Es como si la vida se “enalmase” de nuevo originando un paisaje del alma en medio de los aparentes sinsentidos de la existencia. Un paisaje que debiera de ser ligero y amable cuando se abre en confiada recepción de las personas que siempre acompañan, siempre nos quieren y hasta se arriesgan de vagabundear algo de reciprocidad. El autor -convertido quizás en otro para él mismo- expresa, en fin, su propio yo interior / exterior, hecho de secretos a voces, no pocas veces confortable, fruto de la pobreza / riqueza como si de un verbo reflexivo se tratase, fruto de lo único e irrepetible ante el otro conocido / por conocer. 4. Podemos acercarnos con sigilo y respeto a los silencios del primer otro, así como a su obra interior que sale del silencio. Libres de
  73. 73. “La abstracción del paisaje” 72 exageraciones fraternas, la intimidad de la Obra refleja unas constantes a tener en cuenta. En primer lugar, estos trabajos no son una expresión ecléctica ni del vacío, sino que permiten vislumbrar una toma de postura nítida, personal y constante, aunque sufriendo quizás el impreciso y tenue rasgo de toda emoción y la indefinición con la que a veces se presenta la realidad. No hay cuerpo sin alma -sería cadáver-, ni alma sin obras que, aunque ocultas, tarde o temprano salen a la luz. Tampoco hay alma sin preguntas de un gran calado humano pero que exigen respuestas, evitando así la contradicción de un mundo natural y maravillosamente ordenado frente a un imposible sinsentido, y evitando también el desorden y angustia de la propia habitación interior. Esto es: díganse trazos y firmezas, soledades y colores, emociones, experiencias y el complejo y aún vago pensamiento, tras el cual se esconden preguntas, profundos interrogantes y respuestas inherentes a nuestra vida siempre limitada, preguntas a veces todavía pendientes e incluso aún no participadas. El día que tales interrogantes se expresen y confíen al Otro personal, te coronas como una joya de incalculable valor, añadiendo altura a tu altura y fuerza a tu fuerza, señalando el Norte, y ampliando de forma insospechada la habitación interior, llena entonces de luz. Al fin, será la luz que recibimos al abrir la ventana del alma, que lisa y llanamente salva la parcial oscuridad de una fe que se nos brinda y necesitamos. Será la rama del oloroso romero, que suaviza el riesgo de quien espera como un secarral, confiado a la gota de agua que brillará con el primer rayo de luz. Será el calor
  74. 74. “La abstracción del paisaje” 73 que nos anima a corresponder y dar aún a costa de nosotros mismos. Advertir que la prisión temporal puede ser liberadora, conlleva la eclosión unitaria del Paisaje tierra / mar / cielo, como libro abierto y generoso que explica y ofrece más allá de lo irrepetible de la vida y un lejano horizonte. Un libro que ojeamos ajenos al soñar, siempre con veneración y que muestra la profundidad sobrecogedora de un mar vestido de verde, de unos ojos que se dirigen hacia un cielo sin límites, prolongado todo ello en ese océano de galaxias que nos envuelve, nos habla desde el susurro, y nos libera con el amor, que es apertura / dar y es Don. Porque se salva el que se deja salvar. Así, el alma también contiene una llamada y un grito silencioso que -sabiéndolo o no- anhela la íntima compañía de una salvación redentora. Llamada y carácter del yo que, inherente al hombre, ansía aún a tientas una compañía radical, personal y plena, que ofrece curar y salvar, potenciar y sobrepasar la naturaleza. Nuestro más profundo agradecimiento al pintor y a los dos ángeles -Dolores y Enrique- que le acompañan entre la evidencia del llano y la complejidad de la montaña, atributos estos que también pueden presentarse paradójicamente al revés como complejo es el hombre que los habita. JFG
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  76. 76. “La abstracción del paisaje” 75
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  82. 82. “La abstracción del paisaje” 81 A modo de colofón a aportación personal de Andrés del Rey Sayagués contiene la fuerte huella, expresada a modo de abstracción, de un paisaje interior donde intervienen, recreados, el paisaje exterior, el amor a la verdad y el sentido de libertades, los dos hermosos ángeles que siempre le acompañan, y las más complejas circunstancias de la vida. Aunque a nuestro ángel mendigo no le gusta que se hable de sus actividades por breve que sea, rompemos hoy - con atrevimiento- el obligado silencio que nos impone para agradecerle con verdadera admiración cómo es él. En unas superficies pictóricas más o menos uniformes y anchas, con disposiciones en paralelo, se delimita y distribuye la materia, y otras veces casi el vacío, mientras surgen caprichosos unos trazos desenfadados e inconexos con un singular vigor e indeterminada dirección. El color a veces es cálido, otras frío y distante, y siempre ansioso al menos de vida y calor. Unas pinceladas únicas y sueltas, unas incisiones ocasionales, reflejan las diferentes calidades en superficie. Pinceladas al fin que transmiten quietud y a veces inquietud exigente, un abierto o ahogado lirismo, un deseo cálido / frío junto a una incierta melancolía, siempre densidad humana. Trazos y colores los tuyos que alguna vez arrastran búsquedas, otras expresan posesión alcanzada aún a tientas, que anuncian perplejidades, que aspiran a la apertura con deseos de infinito y a veces cuajan una constante rebeldía ante la sinrazón y una personal / colectiva noche oscura del alma, que la noche oscura sin alma es de otros. Los pobres L
  83. 83. “La abstracción del paisaje” 82 del mundo siempre buscamos con ahínco, a veces sin saber qué pedir ni a Quién. Fragmentos desprendidos de la intimidad a veces un tanto desangelada, todavía acompañada con fuerza por el sonido de vehementes y ardientes deseos, en búsqueda siempre de un vacío simplificador, huidizo, no cosificado e imposible cuando está complicadamente lleno. Un rostro expresivo, oculto en su blancura, contiene el grito, particular e íntimo como queja universal. Y el hombre se esconde entre su desorden e insolidaridad. Otras veces la pintura expresa que la unión hace la fuerza, como verticalidad en una vaga, informe, y también imbricada masa humana de confuso trazo. Tierra / hombre, mar / cielo, anuncian lo que ya está y añoran lo que aún no ha llegado. Deseos ya realizados, éxitos y disfrute en convivencia con los demás, y promesas por las que seguir trabajando hasta que Dios diga. De verdad en verdad, desde el paisaje y paisanaje, surge el propio yo, concreto e irrepetible, abierto sin puertas ni ventanas, con evidencias aún a riesgo de equivocarnos de lleno sobre él -lo que decimos en confianza y pidiendo de antemano perdón-. Abierto aún sin saberlo, porque Dios no está en el trueno sino, ya anunciado, en el susurro y la brisa. Creo que esta exposición muestra que nuestra vida es el gran libro, a veces agitado y en lucha o agonía, cuyo actor intenta escribir respuestas a dificultades radicales, siempre sinceras y hondas. Trazamos y coloreamos algo, pero ese Alguien que nos acompaña es quien puede darle forma y color final, definitivo, muy intenso y acabado, cuando aparece y reaparece verdadera y muy misteriosamente poniendo orden, mejorando, dando sentido y sobre elevando nuestro quehacer de ángel peregrino cuando así le dejamos. JFG
  84. 84. “La abstracción del paisaje” 83 Fin de la Parte 2ª: La otra obra L a u s D e o

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